En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
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La basura de la política

Número 13 / ABRIL - JUNIO 2024

¿Qué pasará con las toneladas de publicidad electoral?

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Jaime Martínez

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

La política desde un inicio es complicada, de entenderla, de ejercerla y sobre todo de comunicarla, de informarla. La saturación de información es atroz en tiempos electorales, cada seis años en México se bombardea de propaganda política, discursos de propuestas o imágenes con candidatos con colores de fondo reconociendo a simple vista en que partido se encuentran. ¿Pero no acaso la mayoría es basura política convertida en contaminación visual?

Uno se levanta, prende la televisión con la función de solo hacer ruido, ruido que se convierte en spots políticos, algunos que con sus propuestas se muestran como los mejores candidatos, mostrando situaciones de la vida cotidiana que se podrían arreglar acompañado de su forma más contemporánea, de fondo una canción que el espectador recordará.

Seguido también salimos de nuestra casa, cerramos la puerta, llevamos las cosas para la práctica del día a día, llevamos nuestro termo o nuestra botella en la mano dependiendo la hora del día, vamos por las calles rodeada de casas algunas con bardas pintadas anunciando en una letra bastante grande y peculiar el nombre de candidatos, slogans “atractivos, morbosos”, caminos estrechos, escaleras, postes sin importar el material, llenos de panfletos de papel algunos rotos por la lluvia, otros rotos por su oposición política, carteles que, de igual manera anuncian candidatos pero se distinguen por la ubicación y geografía, no en todos lados aparece el mismo, pero su forma no cambia, la basura no se crea ni se transforma solo se destruye como la electoral.

De acuerdo con la Fundación por el Rescate y Recuperación del Paisaje Urbano (FRRPU), la propaganda por la jornada electoral que se llevará a cabo en el 2024 duplicará la “basura electoral”, para llegar hasta las 25,000 toneladas sólo en la Ciudad de México. 

Además, Juan Carlos Negrete presidente de la FRRPU afirmó que “no habíamos visto tanta basura electoral”, ya que explica que en elecciones pasadas las cifras de la basura electoral se registraron de 10,000 a 15,000 toneladas.  

En los puestos de los periódicos, las primeras planas se anuncian entre abreviaturas: AMLO, 4T, MORENA, PRI, PAN, PRD, MC. Las noticias se muestran homogéneas, en su escritura llevan, “el presiente afirmó…”, “en la mañanera”, “candidato arremete”, “la derecha”, “la izquierda”. En el cielo grandes anuncios espectaculares con los enormes rostros de los candidatos con su respectivo color. 

Ferrer en De la lucha de Clases a la lucha de Frases argumenta que la propaganda ha mantenido su primigenio de belicosidad: lucha de adversarios, se combate por ideas y por intereses; dado que también es por eso por lo que la propaganda se transforma en publicidad por que es una nueva forma de vender, conocer y distribuir. 

Observamos personas portar gorras, playeras, chamarras, sudaderas, llaveros e incluso hasta peluches de sus candidatos favoritos, eso es un acto simbólico de propaganda, en palabras de Gourevitch la propaganda, significa toda acción organizada con el fin de extender, difundir una opinión o una doctrina; en tiempos atrás no se veía eso, incluso la movida propagandística era “un poco” más discreta, pero ahora es demasiado explícita. 

Las comidas familiares se discuten del ambiente político que se vive, se confrontan opiniones, se dividen perspectivas, “este es el bueno”, “este robó más”, “pero estábamos mejor con”. Tal parecería que somos informadores por naturaleza, pero la contaminación visual y auditiva está sofocándonos. 

Estoy de acuerdo al igual que como dice Mario Herreros que la propaganda electoral al intentar persuadir al ciudadano del voto por una opción política cumple funciones de información y adoctrinamiento en cuanto supone la aceptación de los principios ideológicos de la opción política elegida, yo diría que, no elegida del todo, porque la elección es el resultado del sufragio, pero una posibilidad de la posible elección de algún candidato, partido e ideología. 

Al ejercer el oficio de la política se debe tener ética y humanidad para poder transmitir las propuestas, los planes a comunicar, tener estrategias; se pierde mucho dinero en la política, en spots, en panfletos, en carteles, apoyos; porque no destinar dicho dinero a cosas que ayuden a la mejora de movilidad, a la cultura, a lo social. 

La basura electoral o bueno quizá carteles electorales deben distinguirse por un buen manejo de diseño, Moles y F. Enel coinciden que el cartel debe tener funciones expresivas creativas, pero estética por encima del resto, si cumple estos aspectos es suficiente para destacar los carteles entre todo el “griterío” visual que se desprende por todas las paredes, postes o puentes de la ciudad. 

El énfasis en el cartel electoral es muy importante porque es la basura de la política más común, que por su forma homogénea se puede desprender el impreso o la lona, volante, que desde luego no dejan de ser carteles. 

Y la magia con el cartel en la mancha urbana es muy superficial, argumenta Herreros que el cartel electoral [es un medio fantástico y simple] dadas las facilidades para reproducir en cantidades importantes, para su exposición publica cualquier superficie es buena con tal que permita su fijación y su distribución por los lugares más heterogéneos.

Parecería una carrera por quien aparece más en las calles, no es malo anunciar a los que van a gobernar, pero al existir tanta saturación la gente se cansa de ver el mismo color, la misma persona, de ver el crecimiento de la basura por la cantidad de volantes que se tiran, se convierte en un problema político complejo, que en la era de la información estamos en una contaminación publicitaria o quizá estamos viendo que tan política es la basura. 

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