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Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creativdad.
Heiner/Pexels

Darinka Coral Martínez Peña

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9 Pedro de Alba

Soy una persona que le gusta crear mil historias en mi mente y que cuando tiene oportunidad las expresa de algún modo, sea escribiendo, dibujando, cantando o simplemente seguir imaginando el escenario. Algo que ahora me gusta pensar es, que a otras personas les puedan gustar esas historias, me inspira a seguir creando, a seguir imaginando y escribiendo sin letras una historia.

Iluminación

Número 4 / ENERO - MARZO 2022

Llegó el momento de que la pequeña niña que quería ver el mundo bonito, empezó a dejar de serlo, dejó y aprendió a ser realista

Darinka Coral Martínez Peña

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9 Pedro de Alba

Allí estaba yo, escuchando música mientras esperaba el autobús de siempre, siguiendo la rutina de siempre: salir de la escuela, caminar, esperar el autobús, llegar a mi casa, ¿y ya? Sí, y ya. Vivo sola en un departamento, y “sola” es un decir, ya que vivo con una roomie, pero, mi rutina era siempre la misma, sólo era hacer lo que tenía que hacer, sin sentirme viva, como si estuviera en modo automático.

Pero ese día, ese viernes, al señor destino se le ocurrió cruzarme con un chico, un chico que jamás había visto en la estación antes, pero tenía una presencia que llamaba a la curiosidad más profunda: su forma de vestir es algo de lo más peculiar que vi, tez clara, cabello de altura media, un poco larga, mirada profunda, aunque poco expresiva, alto y delgado, usaba audífonos, así que lo primero que se me cruzó por la mente fue, ¿que estará escuchando?… Cuando llegó la hora de abordar el autobús, lo perdí de vista entre tanta gente, aunque no le di mucha importancia y no me alegraba. Llegué por fin a mi estación, descendí y me pareció verlo bajar igualmente, sólo que, cuando me fijé en el pasillo, él ya no estaba (para este momento ya había perdido esperanza alguna de volver a verlo).

Cuando me dispuse a caminar, escuche detrás de mí un “hola” bastante tenue (debo decir que casi pego un brinco del susto, ya que al venir distraída no me esperaba un “hola” así de la nada, para esto ya me había quitado los audífonos por eso fue que lo escuche, aunque eso ahora no tiene importancia) al voltear a quien vi, sí, efectivamente, fue a aquel chico que creí desaparecido de mi vida. Me vio, me sonrió y me dijo: -¿Tienes algo que hacer hoy?-  De primera instancia me quedé algo perpleja, pero respondí –No, ¿por?-  Soltó una leve risa y me preguntó -¿Quieres ir conmigo a un evento de música? Será hoy en la tarde – (hasta ese momento había recordado que unos amigos me habían comentado algo sobre ese evento, pero no les presté mucha atención). Y bueno acepté. Yo pensaba que íbamos a quedar a una hora, pero no, me tomó del brazo y me dijo que me apurara porque quería llegar temprano pero caminar con calma (no sabía que caminaríamos como 1 hora).

Nos encaminamos hacia aquel evento y cuando llevábamos 5 minutos caminando hice el peor ridículo del mundo, al cruzar la calle me adelanté al semáforo pensando que no venían carros, pero que sorpresa me llevaría cuando casi veía pasar mi vida enfrente, ¡Un carro salió de la nada! Y sí, casi me atropella, pero a menos de 1 segundo de volverme puré en el suelo sentí una mano jalándome del brazo.

Esa fue la primera vez que oí una carcajada suya. era tan sincera y contagiosa que mi susto se convirtió en risa, y me dice -¿A poco ya eres indestructible?, ¿de qué material irrompible eres?- Estaba con una cara burlona y yo me lo quedé viendo como de tipo “ja ja que chistosito me resultaste”, en un tono sarcástico. Después de que se terminó de reír de mí, seguimos caminando hasta que volvió a hacer otra pregunta –Aparte de ser irrompible, ¿qué te gusta hacer?, ya sabes la clásica pregunta que nadie sabe responder, pero que interesa saber-. Se supone que diga, ¿comer papas fritas?, o ¿ver televisión?; en cualquier caso existe la posibilidad de que lo que diga no parezca interesante o que sea bastante superficial, pero debía responder así que eso hice, responder lo primero que se me vino en mente –Escuchar música, cantar, dibujar, ya sabes lo típico- Luego él me replicó -¿Para ti que es lo típico?- ¿Acaso este chico tiene una pregunta para todo? –Pues lo que le gusta hacer a casi todos, comer, ver televisión, salir con amigos, leer, etcétera- Respondí y se quedó callado unos segundos y exclamó –Bueno, cambiemos la estructura de la pregunta, ¿qué haces que te sientas realmente viva?- Esa era una pregunta para la cual creo que no estaba del todo lista, después de todo creo que la vida de una papa era más emocionante que la mía, al saber que no tenía mucho que contestar, me quedé callada (lo sé, lo sé, sé que es inútil pensar que quedarme callada y evadir la pregunta iba a evitar que me preguntara de nuevo o tratara de saber por qué no respondí, pero no lo pensé así) como era obvio su expresión cambió, de ser una de incertidumbre a una de preocupación y como era de esperar preguntó -¿Qué pasa?, ¿por qué no contestas?- Me tomó del brazo para que paráramos de caminar y me vio a los ojos directamente, así que le dije –Sólo es que no tengo una vida muy interesante, es bastante aburrida, es eso solamente- Claro que esa respuesta no le bastó, buscó una banca y se sentó, haciéndome señas de que fuera a sentarme igual. Cuando los dos nos sentamos me dijo -Ahora si me contarás que es lo que pasa- bajo esa mirada y el hecho de que ya se había sentado, estaba ahí, teniendo que responder y con ganas de “tierra trágame”, suspiré y comencé a decir –No sé por dónde iniciar, pero trataré de que sea por el inicio…–

Todo empezó cuando era pequeña, siempre fui una niña bastante extrovertida, hablaba con todos, quería ser amiga de todos y llevarme bien con todos, pero llegó el momento en el que me topé a alguien que no quería ser parte de ese “todos” así que me marcó su línea haciéndome la vida imposible. Luego crecí y aunque ya no quería ser amiga de todos seguía creyendo en y ayudando a todos, hasta que llegó alguien que me traicionó y quien abusó de mi “empatía”. Crecí, ya no creía en todos, no ayudaba a todos, ni quería caerle bien a todos, pero seguía estando por lo menos bien conmigo misma, hasta que llegaron “alguienes” que me dejaron claro que no era tanto y que no me creyera tanto, así que crecí y todos esos complejos se quedaron conmigo, esos complejos de que se aprovechaban de mí, de que me podían traicionar y mentir, de que no era ni siquiera algo valioso y que mis gustos eran “raros” afectan a una niña. Llegó el momento de que la pequeña niña que quería ver el mundo bonito, empezó a dejar de serlo, dejó y aprendió a ser realista y a no hacerse expectativas de las cosas ni de las personas, aprendió a callar lo que le lastimaba, lo que le dolía, como una pequeña piedra en tu zapato. Esa pequeña niña durmió, y despertó una chica que ya le daba igual lo que pasara, que sus metas, objetivos y expectativas se conformaban con lo que pasara en el camino, ya no esperaba nada ni luchaba por nada; llegando el momento en el que quiso dejar de luchar por su vida y terminar su historia ahí, sin embargo algo pasó,  que te está contando esta patética y absurda historia.

Él suspiró, me miró, me abrazó, se levantó, me extendió la mano y me dijo –ven, sigamos caminando, no queremos llegar tarde- en ese momento no sabía qué pensar, ¿Acaso le importó?, ¿le aburrió?, pero no importaba, traté de ignorarlo y de olvidarlo, cuando pasaron unos 10 minutos de haberle platicado mi vida, por fin habló de nuevo -¿Quieres que sea tu nueva familia?- dijo -¿Quién? ¿Tú?- pregunté sorprendida –Claro, sería un honor poder ser tu familia, hacerte ver que no todo es tan malo o inútil como parece- (En fin, todo parecía ser que empezaría a mejorar, saben, él sería esa persona que te va a ayudar cuando menos te lo esperas)

Llegamos después de un rato al evento, escuchamos tocar bastantes canciones de distintos géneros, reímos, cantamos, hicimos un intento de baile, la pasé por primera vez en años tan bien, me sentía realmente… viva, feliz, cuando iban a dar las 10 me dijo al oído –Ya vámonos, tengo que llevarte a casa y se va a hacer muy tarde- acepté por el hecho de que ya me estaba quedando dormida y estaba bastante exhausta.Llegamos al semáforo y me quedé dormida. Cuando abrí los ojos estaba enfrente de mi edificio, ¿cómo había llegado? Fácil, en brazos de él, creo que dio con la dirección porque le dije un poco por donde vivía durante el evento. Subimos a mi departamento, cuándo estaba por irse le pregunté su nombre, me dijo –Luego lo sabrás, ahora descansa- me dio un beso en la frente y se fue.

Los días siguientes fueron los mejores de mi vida, conocí tantos lugares, me divertí tanto, hice cosas como cargar una pitón albina en mis hombros, ¿Pueden creer eso?, por fin me sentía feliz. Después de todo la chica que ya no se hacía ilusiones, se había ilusionado. En fin, algo irónico.

Tiempo después fuimos a un lago, no sé cómo lo encontró, pero lo hizo, aquel lugar era simplemente precioso, nos sentamos a hablar, reímos, bromeamos, pero lo sentía diferente, como cuando te da un presentimiento extraño, me preguntó -¿Cómo te has sentido?-, -Bien, mejor que nunca, gracias a ti pude salir de mi pequeña burbuja en la que estaba encerrada- respondí –Me alegra mi pequeña- Seguía teniendo un muy mal presentimiento, pero traté de ignorarlo para no preocuparlo. Platicamos por un rato más, entramos al lago a nadar y de repente me abrazó muy fuerte, me sentía tan calmada y protegida, tan feliz, como una niña pequeña llena de alegría y emociones. –Lucas, mi nombre es Lucas- me dijo (estaba algo sorprendida, Lucas significa “hombre que ilumina” y justo eso hizo en mi vida, y recuerdan que les dije que él también estaba escuchando música en la estación?) -¿Qué estabas escuchando ese día en la estación cuándo me viste?- pregunté -”Got my mind set on you” de George Harrison- respondió, sorprendida aún, le dije –Si es la versión 2, escuchábamos justo la misma canción- el asintió, todo estaba de maravilla, era como sentir que estabas en esa conexión que pensarías que es de cuento, que solo en los sueños existe, esa conexión que te complementa… hasta que algo pasó.

Esa felicidad acabó gracias a una bala, la cual terminó con la vida de la única persona que me había hecho sentir bien de nuevo, sentir que soñar no es malo, con la cual tuve la conexión como de ser tu alma gemela. No lo podía creer, él de verdad estaba muerto, estaba allí, perpleja, en shock, solo se que sin pensarlo me escurrían las lágrimas de los ojos, sentía como mi corazón, ilusiones, esperanza de que la vida mejorara, simplemente se esfumaron, todo lo que pasó se vuelve borroso, sólo recuerdo que le tomé la mano, con lágrimas escurriendo en mis mejillas y el corazón vacío, le dije -Tendremos nuestro final feliz, aunque no sea en esta vida, lo prometo-

A pesar de perderlo y sentir como algo de mí se fue con él, realmente no importa mucho, después de todo solo fue una historia más antes de dormir, mañana puedo hacer otra.

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