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En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
Saúl Isaí Sánchez García / Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9
Diana Karen Hernández Manríquez

Diana Karen Hernández Manríquez

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Comunicología en pronta titulación. Fuerte crítica de la sociedad que trata de actuar en convicción a sus ideales, aunque como todos sigo cayendo en contradicciones.

Hilos invisibles de control

Número 4 / ENERO - MARZO 2022

En las redes sociales, el producto somos nosotros…

Diana Karen Hernández Manríquez

Diana Karen Hernández Manríquez

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

El “apagón” de Facebook, Whatsapp e Instagram que se vivió en 2021, dejó interrogantes y reflexiones sobre la relevancia que tienen las redes sociales en nuestro día a día. Podemos decir que la llegada de las redes a la realidad social ha implicado múltiples transformaciones sobre las prácticas y discursos en sociedad y sobre la construcción de la realidad misma. Sin embargo, estos cambios no han sido sustanciales en la transformación de la realidad actual. Se puede afirmar que las redes sociales han sido un pilar fundamental para la descentralización, hasta cierto punto, en la producción, circulación y consumo de contenido audiovisual e informativo. Todavía a principios del siglo XXI, la televisión y la radio ocupaban un lugar central en el hogar. Sin embargo, con la llegada de internet, existe una gran variedad de medios y canales por los cuales se pueden consumir diversos contenidos y narrativas que llegan a grandes alcances a nivel global.

La diversificación, si bien pareciera un aspecto importante para la consolidación de las democracias, ya que garantiza la libertad de expresión y opinión como un derecho fundamental en las sociedades libres, e invita a la acción sobre un fenómeno gracias a la interconexión y la divulgación rápida, también representa un problema, ya que ha acentuado la desinformación y la polarización entre los sujetos.

Dos de los pilares de las redes son la gratuidad y la libre divulgación. Sin embargo, ello no ha significado la igualdad de circulación y producción de contenidos y discursos. Ni tampoco que los mercados no le saquen provecho. Internet y las redes sociales son sólo medios de circulación, como tal, la producción de contenidos es generada por los sujetos sociales, los cuales, no son neutrales. Cada persona tiene una forma de vivir y habitar la realidad social con base en una serie de cuestiones que van más allá de la libre elección.

El problema radica en que nos encontramos en una sociedad donde el capital, el género, la raza, entre otras estructuras de poder, son condicionantes de la capacidad enunciativa y de acción de los sujetos sociales de forma jerarquizada y desigual. Esto implica que ciertas comunidades o sujetos tengan acceso a internet a partir de su capacidad adquisitiva, ubicación geográfica y condiciones sociales. Lo cual, continúa invisibilizando y excluyendo a comunidades históricamente condicionadas a la marginación por el poder político, económico y social. De hecho, no estar inmersos dentro de la realidad digital genera aislamientos sociales, debido a que todo circula dentro de las esferas socio-digitales como ser parte de un grupo social, dar continuidad a estudios académicos y laborales, o simplemente informarse sobre las tendencias o asuntos de interés coyuntural. Más en estos tiempos de pandemia y confinamiento, en donde se ha acentuado la pobreza y se ha limitado la capacidad adquisitiva.

Como espacios de socialización, las redes también enmarcan los parámetros de aceptación y exclusión social. Constantemente se lucha por la atención de los demás, que ha llevado a distorsiones de la realidad social y la forma en la que se ven los sujetos. Esto ha llevado al incremento de la tasa de jóvenes en estado depresivo y suicidios por no alcanzar estos imaginarios.

Los documentales The social dilemma (2020) de Jeff Orlowski y The Great Hack: The Cambridge Analytica Scandal (2019) de Karim Amer y Jehane Noujaim, hacen importantes señalizaciones de por qué el uso que se les da no es la forma correcta. Ambos documentales señalan el impacto social de aquellos que concentran el poder en conjunto con instituciones gubernamentales y empresariales. Fuertemente reflejado ahora, ya que Facebook y, por lo tanto, su director Mark Zuckerberg, concentran el monopolio de las redes sociales más importantes y con más usuarios, y que se sabe han ayudado a ganar elecciones presidenciales en diferentes países con la venta de datos y estrategias socio-digitales que implementaba la empresa Cambridge Analytics. Como lo documenta la película de Netflix, Nothing Is Private, donde vemos al ahora ex presidente Donald Trump ganar las elecciones de Estados Unidos de 2016, siendo que era representante del neoconservadurismo y promotor de políticas y prácticas racistas, contrario a los ideales democráticos y liberales.

En estas narrativas se señalan y describen las prácticas que dañan la privacidad y seguridad de las personas, dada la cantidad de información que se puede almacenar, usar y vender. Las redes sociales son medios por los cuales pueden controlar, vigilar y orientar el comportamiento y el pensar de las personas con el fin de seguir manteniendo el poder a partir de la intensificación de las consonancias emocionales y afectivas en la selección de contenidos y anuncios dependiendo de cada sujeto. Es aquí donde surge la relación entre redes sociales, mercado y fines políticos. Esto es posible por la gran cantidad de información que generamos a diario, que le permite a la Inteligencia Artificial (AI) crear modelos basados en identidades, formas de pensar, gustos que permiten construir mejores predicciones sobre nuestro comportamiento. Por lo que, en las redes sociales el producto somos nosotros.

Los algoritmos refuerzan nuestras ideologías, al punto de considerar las verdades absolutas, encerrados en burbujas ideológicas segregadas, lo que ha dado lugar a la creciente circulación de noticias falsas, generando ideologías racistas, xenófobas y machistas que acentúan la polarización social y que aíslan cada vez más a las personas.

Por lo que, el gran problema de las redes sociales es que el contenido no pasa por un filtro que lo ponga en cuestión y mida el impacto de su reproducción en la sociedad. Ni tampoco el fin real de éstos, no sabemos si son parte de una campaña política o mediática. Un ejemplo fue la situación que se dio a principios de la cuarentena cuando se generaron discursos de odio contra el personal médico como una respuesta violenta ante el miedo por los contagios por COVID-19, que llevó a que algunos fueran agredidos físicamente por la sociedad civil, y todo esto se veía a través de las redes sociales desde diferentes posiciones.

El fin con el que crearon las redes sociales no es malo. Al contrario, puede y genera sucesos y relaciones solidarias contra la injusticia, crea espacios reflexivos. Pero el problema es que las redes se han vuelto espacios invisibles de concentración económica e informativa. Por ello es importante estar al pendiente e informados de qué tanto estamos compartiendo en redes sociales, así como una observación y reflexión crítica sobre los contenidos que consumimos para evitar caer en prejuicios y actos que beneficien al mercado y grupos políticos.

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Hilos invisibles de control

3 respuestas

  1. Excelente artículo. Las observaciones históricas y el análisis a nivel sociológico es muy claro, me gusta el hilo que lleva sobre los temas más importantes de reflexión acerca del uso de las redes sociales y su impacto económico. Grande la autora, muy precisa! ♡

  2. Me parece excelente el texto, pienso que señala puntos importantes de la actualidad de las redes sociales. concuerdo que las grandes corporaciones hacen uso de estos datos masivos para poder formar un mejor perfil de una persona con el objetivo de explotar la información para comercializarla. Ciertamente las redes han llevado una evolución en el ciberespacio para poder comunicarnos e interactuar de una manera más rápida y en tiempo real, sin embargo, las políticas no solamente de nuestro país sino hasta de los más desarrollados están muy rezagadas, no hay protección de nuestros datos personales y sensibles y mucho menos sabemos dónde está siendo almacenadas y con qué fin. Es necesario que exista una regulación de estos monopolios no solamente para cuidar nuestra información de manera responsable sino también para que estas no actúen de manera arbitraria. Pienso que los personajes importantes que representan a los ciudadanos (El Presidente de la República, Diputados y Senadores) no solamente debe conocer de leyes y normas también es fundamental que se capacite en temas referente a las Tecnologías de la Información para que pueda tener un buen juicio ya que ellos tienen la facultad para iniciar leyes o decretos.

  3. Muy buen artículo.
    A mí me ha beneficiado para mí actividad profesional, y es momento de estar al día para mejora profesional y personal. No seamos profesionistas del siglo pasado.

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