Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9
Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9
Fue ese momento en la entrega de diplomas a mi salida de la Escuela Nacional Preparatoria número 9, la Pedro de Alba, la de Insurgentes Norte, cuando el director en el pódium, con esa solemnidad que caracteriza a estos eventos, nos anunció que oficialmente la Prepa 9 superaba a Prepa 6 en el ranking de mejor excelencia académica, lo que nos convertía en el mejor plantel a nivel bachillerato de la UNAM. Más que hacerme sentir orgullosa, más que hacerme sentir feliz, me pregunté con súbita tristeza: ¿es esto lo mejor que tenemos? La Nacional Preparatoria, nacida antes que la Universidad, habiendo sido vanguardia de la educación científica y humanista de nuestro país, que dio los pasos necesarios para que naciera esta, nuestra Universidad Autónoma, escuela que desde San Ildefonso nos dio grandes mentes que aportaron a la historia y educación del país, desde Vasconcelos hasta Ezequiel Chávez y ese histórico lugar donde por primera vez se vieron Frida Kahlo y Diego Rivera mientras este último pintaba “La creación”. Perteneciente, pues, a la UNAM, mi Prepa 9, y siendo ahora “el mejor bachillerato de la Universidad”, debe también figurar como uno de los mejores planteles de educación media superior en el país, educación pública, claro está. Y entonces veo a mi escuela, escuela que no es mala ni terrible, pero que le hallo tantas deficiencias, de lo académico a lo común, y me pregunto: ¿es esto lo mejor que puede ofrecer la Universidad? ¿Es esto lo mejor que puede ofrecer el país? Siguiendo ese decir popular: ¡si así está lo mejor cómo estará lo peor!
Porque la Prepa 9 tendrá una gran cantidad de medallas en las olimpiadas y en los interprepas, en los concursos y convocatorias de cada colegio, en lo científico más que nada. Pero es una escuela que carece de una gran actividad común estudiantil, un plantel que hallo sin tejido social ni sinergia social en sus aulas y pasillos, con una masa estudiantil con poco interés por su comunidad, desde los festivales y actividades recreativas que la comunidad ya no organiza, hasta las luchas sociales y personales que tenemos que lidiar dentro de nuestra institución, y que esa inmensa apatía y desapego por la lucha contra las injusticias que carga mi generación no ha librado. Porque dicho sea de paso que la Prepa 9 tiene deficiencias que por sí solas las autoridades no han de resolver si el alumnado no se dispone a exigir sus derechos y necesidades, desde los conocidos profesores que se sabe reciben sobornos para pasar a sus estudiantes, hasta los que tratan con un despotismo inmenso a los grupos que les tocan cada año, profesores que por su edad se hallan ya apáticos e histéricos, que tratan mal a lxs estudiantes y les piden libros en los que fingir el trabajo del curso, libros de costos elevados además y que de ellos depende tu tránsito satisfactorio por esa materia. Además del porrismo, muy relajado en nuestro plantel, la verdad es que sí, pero existente; ¿cuántos estudiantes no habrán tenido encuentros desagradables con los porros? Desde los taloneos en pastos, hasta el secuestro de mochilas o pertenencias para solicitar un pago a cambio de los objetos, las peleas afuera de la escuela y la actividad narcomenudista que desde estos grupos se da.
Es una escuela con deficiencias académicas, con profesores malos, con una comunidad apagada y apática de sí misma, un reflujo social que luego del paro de 2019 parece eterno, una escuela que luce como la vanguardia de la educación pública media superior en México, ¿es esto lo mejor que tenemos?
Una comunidad que no logra solidarizarse con sus semejantes en las demás preparatorias, CCH y facultades, porque entendamos que las ENP no han sido solo espacios para educarse en lo académico, sino también en lo social y hasta lo político; lo humano. Un lugar
en el que crecer como personas y desarrollar esa empatía por las luchas sociales y las injusticias que hará que el día que seamos profesionistas, egresadxs, académicxs, trabajadoras y trabajadores, llevemos nuestra labor no solo desde lo individual, que no solo laboremos para cobrar una quincena y darnos esa vida hedonista que tanto soñamos, sino que trabajemos para la sociedad, para el común, para cada persona, infancia y adolescencia en este país; que sirvamos, ya no por una patria llamada México, ni por una nación del mismo nombre, sino por una comunidad que sea la nuestra, nuestra colonia, nuestro pueblo, nuestro barrio, nuestra ciudad, lugares compuestos de las personas que lo habitan y le dan vida, mismas que preparadas en estas instituciones deben tener carácter de solidarias y solidarios con sus pares, que trabajen por el bien común y no por el lujo ni la acumulación. Es por esto que no puedo yo cantar el ‘Goya’ con orgullo, cómo cantarle con orgullo a una institución que cada día parece más forjar obreros y trabajadores de lujo que profesionistas con una visión crítica del mundo y que con su labor creen un México mejor.
No podremos cantar victoria ni orgullo, ni ‘goya’ podremos corear hasta que la UNAM deje atrás el porrismo, el despotismo de sus autoridades y profesores, el centralismo, la no-democratización y el elitismo en que los últimos años se ha concentrado la autoridad de la universidad; cantemos con orgullo el día que la educación pública sea de calidad y realmente popular, el día que las y los jóvenes no corran peligro.
Hagamos pues, desde nosotrxs que somos la vanguardia de la sociedad, el estudiantado, la labor de crear y sanear las instituciones a las que pertenecemos, dejemos atrás la apatía e individualismo que nuestra sociedad actual tanto inculca en nosotrxs.
Hoy la lucha se perdió cuando en CCH Naucalpan, luego de un ataque porril, de un compañero asesinado y otros muchos afectados, vimos autoridades déspotas que no dan soluciones a sus estudiantes y que continúan perpetuando la violencia en sus planteles; lo más triste fue que el mismo estudiantado, alienado, ciego o quizá confundido, no haya podido ver en sus compañeros que residían dentro del plantel a sus pares, a las personas que están luchando por su seguridad y sus derechos, su dignidad; o por la justicia que aún no es dada al compañero Oscar de FES Acatlán, que vieron más en la necesidad de una graduación, una toma de fotografías y de bebidas; que no pudieron ver más allá de sí mismos y de su necesidad de celebración; que de la mano del perpetrador Director de CCH Naucalpan, Keshava, abrieron la instalación y sacaron a quienes estaban dentro, sin darse cuenta que ese día atentaron contra sí mismos y contra la lucha que se libra en pos de la dignidad humana y estudiantil.
Esto no sucedio solo en CCH, sino en cada bachillerato de la UNAM, en Prepa 9 igualmente se celebró y se hizo una solemne ceremonia a lxs egresadxs, cantando la porra y el himno de la ENP. Estas personas simplemente hacen su tránsito por la preparatoria, se gradúan y celebran sin darse cuenta que con sus pasos desinteresados rompen la solidaridad y la necesidad de atender desde donde podamos las injusticias sociales que a todxs nos acometen.
Qué lamentable que esto sea lo mejor que tenemos. La educación en México mejorará el día que tanto la autoridad y el estudiantado no velen por intereses individuales y desatendidos del bien común, el día que las aulas sean espacios realmente educativos, el día que la Prepa 9 sea el bachillerato menos bueno del país porque cada prepa tiene una inmensa calidad que se proporciona públicamente a cada joven de cada barrio, el día que se funde CCH Ecatepec y que la UNAM y el país se descentralicen, el día que no tengamos que trasladarnos kilómetros y kilómetros desde nuestras casas, exponiéndonos a todo lo que nos pueda pasar, por una educación de mínima calidad; el día en que no vayamos a la escuela para tener un trabajo que nos deje buen dinero, sino por la necesidad de hacer algo por los demás, por lxs que vienen atrás y que tal vez nunca conoceremos.
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Una respuesta
Vi tu artículo en Instagram de Goooya y me pareció muy interesante desde el título. Gracias por poner sobre la mesa temas tan importantes que lamentablemente son enormemente ignorados desde la institución (evidentemente, porque le son muy incómodos) que se limita a mostrar la crítica que no le es tan incómoda, aquella que sí, quizás señala al capitalismo, al terrorismo académico, las limitaciones de los planes de estudio, la sobrecarga y el estrés académicos, etc., pero son incapaces de nombrar a las personas, mecanismos y órganos por las que la universidad está como está, por ejemplo, el porro, digo, el director de CCH Naucalpan, Keshava Quintanar. Qué lástima que esto sea lo mejor que tenemos y de lo que debemos sentirnos orgullosos, cuando realmente deja mucho que desear y no sólo eso sino que es una institución que en realidad no está centrada en crear personas sensibles,humanas, profesionistas que sirvan al país, al pueblo, (y no al capital). Afortunadamente hay esperanza, y sí nos tocará ver y construir la educación popular, gratuita, científica, artística y de calidad que anhelamos y por la cual luchamos.