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Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
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Mildred Flores Rosales ENP 8, UNAM
Erik Hernandez Baltazar

Erik Hernandez Baltazar

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 5

En mil pedazos

Número 3 / OCTUBRE - DICIEMBRE 2021

Un mal día, mi hermana Linda regresó muy asustada. Algo grave había pasado

Erik Hernandez Baltazar

Erik Hernandez Baltazar

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 5

Una tarde triste y solitaria, así es como fue el último día de Linda antes de perderse en el abismo de la noche. Linda era una chica especial para mí: era mi hermana y mi mejor amiga. Siempre contaba con ella en las buenas y en las malas y, sin duda, era una excelente escritora. Amaba los libros de romance y soñaba con, algún día, encontrar a la persona indicada, pero esa tranquilidad se terminó repentinamente. Conoció a un chico que la hizo soñar en grande, para luego dejarla en mil pedazos. David, ese era su nombre, lo vi muchas veces, y siempre lo percibí como agradable y simpático. Cuando estaba con él, Linda nunca dejó de sonreír.

Recuerdo que una tarde, al salir del colegio, me dijo que David era alguien muy especial, ya que tenía problemas de ansiedad y depresión, y que cuando se conocieron sintieron lo mismo ambos: una gran conexión. Era lo que me había dicho Linda. Para mí fue extraño, pero siempre la apoyé. Al paso de unos meses, David había superado sus problemas y ahora él y mi hermana disfrutaban de su amistad; parecían niños pequeños jugando a ser felices y sin tener de qué preocuparse  hasta que un día Linda regreso muy asustada, de inmediato la ayude a que se calmara, pero no lo logre, algo había pasado y parecía bastante grave; acudí a buscar a David, pero no lo encontré pregunte por él, pero nadie lo había visto. Volví a casa tarde y cuando llegué me encontré a Linda sentada en el sofá de la sala.

–Pero, ¿Qué te ha pasado? – le dije con tono de angustia.

–Me he enterado de que David no solo tiene los problemas que te había comentado también fue testigo del asesinato de su madre por culpa del narcotráfico.

– ¿De dónde sacaste esa información? – conteste.

–Me lo ha dicho su psicóloga, y también me contó que David lleva meses yendo al psicólogo.–

–¿Y porque has regresado tan asustada? – le dije preocupado.

–Porque le conté a David que me había enterado de la muerte de su madre y reaccionó de manera muy agresiva. No debí comentarle nada, no imaginé que se pondría así. Pero ahora quiero ayudarlo a que se haga justicia y que pueda estar tranquilo.–

–¿Pero no tienes ni la menor idea del por qué fue asesinada su madre? – conteste.

– Tal vez no la tenga, pero lo voy a averiguar, haré las investigaciones durante mis tiempos libres.

–Solo no quiero que te pongas en riesgo, no sabemos con qué personas trato la madre de David – le dije preocupado.

Pasaron dos meses desde que mi hermana había empezado la investigación. Todo marchaba bien, incluso David había ido a disculparse con ella y al poco rato volvieron a ser amigos. Esto no duró mucho.

Mi hermana tuvo que parar porque sus investigaciones dieron como resultado que la causa del asesinato fue por culpa de David: se había metido en problemas por culpa de las drogas y nunca quiso hacerse cargo de sus deudas pendientes; y fue ahí donde asesinó a su madre. También me contó Linda que al saber esto, David no supo cómo reaccionar y estuvo desaparecido por una semana, y cuando lo encontraron no parecía él; algo lo había hecho cambiar, fue ahí donde tuvo que ser internado.

Cuando Linda se enteró fue con la psicóloga de David para contarle lo que sus investigaciones habían arrojado. David estaba del otro lado de la puerta y cuando escuchó que lo habían descubierto empezó a partir en mil pedazos el corazón de mi hermana.

Primero intentó enamorarla, pero no lo consiguió, Linda sabía ya toda la verdad. Esto le molestó demasiado. Mi hermana recurría a mí para que la acompañara a la calle, no quería ser sorprendida por David y que algo malo le pasara. La última vez que la vi fue el día que desapareció. En la mañana yo tenía que salir de la ciudad por cosas de la universidad y lo último que hablé con ella fue sobre su próxima graduación.

–¿Y qué vestido te comprarías para tu fiesta de graduación? – le dije emocionado.

–No lo sé, estaba pensando en uno de color azul y escotado.

–Yo digo que es muy buena elección, cómprate ese. – contesté.

–Ya me tengo que ir, te quiero mucho. – le dije.

–Si hermano, te voy a esperar despierta para enseñarte mi vestido, vete con cuidado; te quiero mucho.

En la tarde recibí una llamada de mi hermana, cuando conteste era ella gritando que la ayudara, David la venía siguiendo. En ese momento traté de llegar lo más rápido que pude a casa, pero ella ya no estaba; había dejado su vestido en la entrada de la casa lo que significaba que tuvo que salir huyendo, pedí ayuda a emergencias y durante dos días la estuvimos buscando hasta que por fin la encontraron en un parque en las afueras de la ciudad.

Cuando me acerque a ver a mi hermana estaba atada a un árbol y mostraba signos de tortura, en ese momento se me partió el corazón en mil pedazos gritaba asustado y enojado no podía creer que mi hermana estaba muerta.

–¿Por qué? – decía en mi mente.

Después de que me calmara, fui a declarar al ministerio público y les conté todo lo que había visto desde que mi difunta hermana había conocido a David y también sobre lo que había descubierto sobre él. A los pocos días dieron con David y lo primero que le preguntaron fue el por qué había asesinado a Linda, el muy cínico contestó;

–¿Por qué ha de ser?, descubrió lo que había hecho y la verdad no me siento mal, por años viví tranquilo sabiendo que nadie sabría la verdadera razón sobre la muerte de mi madre. – contestó.

–Te das cuenta de lo que hiciste?, mataste a mi hermana y ella solo buscaba justicia para la muerte de tu madre, pero tuvo que parar al descubrir la verdad.  – dije molesto y con la voz cortante.

–¿Tu hermana?, ella solo buscaba alguien como los de sus libros, debió abrir los ojos y darse cuenta que eso no existe. – dijo burlándose.

Tenía tantas ganas de darle su merecido pero el que lo hayan atrapado me daba tranquilidad así menos chicas correrían el riesgo de estar con alguien como él.

Al día siguiente varios colectivos feministas se acercaron a mí y me dijeron que harían una manifestación por la muerte de mi hermana, me sentí contento al saber que demostraban su empatía y solidaridad. El día de la manifestación todo fue pacífico y terminó bien.

El tiempo pasó y fui envejeciendo hasta ahora, que es cuando escribo la historia de mi hermana y sé que por años no pude volver a ver a mi hermana, pero el día que la vaya a acompañar sé que seremos los más felices.

NOTA

Esta historia la hice porque los feminicidios en México han aumentado demasiado y creo que si tengo la posibilidad de aparecer en el periódico de la UNAM quiero que sea sobre un tema de gran importancia como lo es el feminicidio.

A mí desde pequeño mis padres me inculcaron el leer mucho y siempre estar informado y hoy en día me gustan esas dos cosas, amo leer libros de romance y ver noticias me resulta algo importante e interesante.

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En mil pedazos

2 respuestas

  1. Excelente publicación. La verdad considero que es importante actuar ante tanto feminicidio, de todas las formas posible. Y en este caso expresarse para poder dar a conocer la forma operandum de esas personas que asechan y tienen problemas mentales o emocionales. Mi admiración por compartir ese momento triste y doloroso. Para reflexionar y compartir.

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