Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
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¿El equilibrio, la conciencia, la serenidad y la paz mental son la respuesta a la iluminación espiritual? ¿Donde a partir de los caminos, de los errores, reflexiones, decisiones, obstáculos, deseos, sacrificios, tiempo, dolores y amores, ha permitido llegar a dicha paz espiritual o iluminación sobre nosotros mismos? Porque el reflejo mismo del ser humano no es más que las experiencias de uno mismo con una pizca de la visión de ver el mundo, convirtiéndose en un enigma no resuelto. Al parecer, este punto Herman Hesse lo trató de averiguar en sus obras, sobre todo en su obra Siddhartha, donde nos dio pistas para encontrar la respuesta a estas preguntas, las del significado del “yo”.
Porque la vida quizás no es más que el: “Aprende a nadar. Y una vez que hayas aprendido, nada”. Solemos alejarnos de la espiritualidad, la meditación, el amor propio, las relaciones y la soledad. El sistema nos convierte en personas más dependientes al sentir que necesitamos de alguien o algo para seguir, nos educa para sentir que no vales nada si no eres aceptado. Como el consumismo que sin importar lo que necesites o no, nos genera un prejuicio de que lo que tienes lo que vales.
Siddhartha llega a caer en este juego del poder, de la avaricia por impresionar a personas o entidades poderosas: a Kamaswami, a Kamala, su ego, la avaricia y el vacío. Esto le pasa por estar siempre en el puesto de mercader para tener más poder, para así estar junto a Kamala para ganar su amor y respeto. Pero esto le consume su espíritu, su fuego que, si bien no lo desapareció, lo adormeció perdiendo el camino que tanto buscaba.
“Cuando crees que has tocado fondo, es cuando descubres que puedes caer aún más” dice el personaje de la serie Bojack Horseman; esta es una frase bastante realista que a todos nos ha pasado, como el depender y querer cambiar por una persona generando un arma de doble filo, pues puede ser que te desplomes olvidando que puedes caer más de lo que crees solo por complacer.
No solo depende de ti por qué lo haces, los beneficios y desventajas que tengas sino también de la(s) persona(s) que te influencie(n), ya que pueden cambiar tu vida para bien o para mal, eso llega a ocurrirnos a todos. Siempre habrá una o varias personas en nuestra vida que se atravesaran en nuestro camino, que nos acercan o nos alejan de nosotros mismos, pero es parte del crecer y lo mismo que a Siddhartha, a veces eso nos llega hacer más fuertes o débiles, dependiendo del alguno en que lo uno lo vea.
Como Siddhartha hay personas que están para quedarse y otras para irse, que te enseñan algo nuevo y te acompañan en tu camino. Vuelven para sanar las heridas que alguna vez estuvieron abiertas, a iluminar y reflejar tu camino y ayudarte en los momentos buenos y los malos. Es Siddharta es el caso de Govinda, que tras terminar su conversación y entender sus palabras decidió retomar su camino o de Vasudeva, que lo apoyaba en sus meditaciones y reflexiones: “Pero sin dolor no hay avances, sin dolor no hay paz, sin dolor no hay vida- una reflexión bastante cierta, la cual pensé al terminar el libro. Dado a que el dolor es parte de todo conflicto humano consigo mismo, llevándolo siempre a la reflexión y al cambio para alejarse de ese sentimiento.”, dice una parte de la obra.
Otro ejemplo de desprendimiento es cuando Siddharta ve despedir de su hijo que se va a la ciudad y le crea un dolor en el pecho enorme, pero Vasudeva lo consuela tratando de decirle que “Es mejor dejar las cosas pasar y no voltear atrás”, o también cuando se decide hundir en el río para ya no vivir, porque la vida ya no tenía sentido, dado que esa magia de la vida había desaparecido para él, que se había convertido en lo que odiaba y el dolor que sentía era incurable.
Hay tantas situaciones en la vida de Siddhartha como en las nuestras que son parecidas al pasar del tiempo. John Lennon mencionó alguna vez que “El dolor es algo por lo que pasamos todo el tiempo. Nacemos con dolor y el dolor es algo con lo que vivimos casi todo el tiempo”. Siempre será así querer cambiar, querer avanzar, querer ser el mejor: nunca tiene fin el vacío y el miedo que llegamos a tener, pero cuando sintamos que lo hemos vencido, es cuando realmente empieza lo difícil, así se mantienen las batallas ganadas.
El miedo quizás es lo que nos lo impide en el camino de la vida, de crecer y ser, es aquella sensación de que perdamos oportunidades, momentos y tiempo. Obteniendo insatisfacción, encadenándonos en las emociones que nos hacen ser incapaces de realizar lo que deseamos. Pero como todo, hay que enfrentarse a estas cosas para lograr los objetivos, este sentir también puede evitar que cometamos errores, como si fuera un sexto sentido. “El miedo, es aquello que debe tener la vida”, dice Siddharta. Así contradicciones de la vida. Pero no crean que Siddhartha se libra de ello, sino todo lo contrario, pues lo vive en momentos que le causan tristeza, preocupación y dolor. Tal sucede cuando Kamala empieza a decaer sin tener salida alguna o el ser responsable de su hijo.
“Uno es su propio dios en su propio templo”, esta cita llegó a mi mente al ver que Siddhartha era feliz tras llegar a ser un nuevo ser. Todos decidimos a donde llegar, a donde ir y quien ser.
Pero insisto: “Y si para avanzar, ¿hay que soltar?”. Esta es una pregunta bastante confusa ya que nunca quieres arriesgar cosas que quieres, conforman o te benefician. Aquello que arrastramos siempre nos impide hacer más ligera nuestra carga al soltar personas, vicios, objetos, lugares, pasados, sentimientos, recuerdos, deseos y amores. Siddhartha deja un poco de todas estas cargas al avance de su viaje como: a Kamala, su padre, sus amigos o personas que va conociendo en el transcurso, los jardines, los templos, el dolor, la tristeza, su anterior espíritu, por citar algunos. Esto acerca más a Siddhartha a la iluminación, al despertar de un nuevo amanecer, alivianando su viaje, enseñándonos que el amor propio es el camino a toda iluminación interior.
Si logras esto de joven o de adulto, recuerda que “Uno de los mejores maestros será el tiempo”, como repite Herman Hesse, dado que si el tiempo es relativo, es algo que por cada segundo que pase, es un segundo que pierdes o ganas. El tiempo, ese concepto que hace que sepas la hora, el día, los recuerdos y lo más importante, tu vida (el pasado, presente y futuro).
El tiempo y el error, en Siddhartha y en todas las cosas, llegan a ser de los mejores maestros que uno puede tener. Conceptos y aprendizajes del pasado que no conocía gracias a las experiencias, enseñanzas de personas sean buenas o malas, de escuchar su entorno, los objetos, tu alma y tu cuerpo, para conocerte. El mirar hacia atrás es recordar tus raíces, es recordar que gracias a ello estas aquí, que eres la persona que eres, que seguirás cambiando al pasar del tiempo y tus errores, hasta llegar a ser quién quieres ser, tal como nuestro protagonista, quien con el tiempo fue perfeccionando no sólo sus técnicas y conocimientos sino que se fue acercando más a sí mismo.
Aunque nunca dejas de conocerte, nunca dejarás de acercarte a la perfección de lo que eres. Solo mira un instante hacia atrás y recuerda que gracias a estos maestros llegaste donde estás. Ya Pink Floyd lo dice un su tema “Time”, que el tiempo es lo más preciado que tenemos, como Roger Waters vocalista de esta banda mencionó: “Viví mortificado sobre el tiempo, sobre lo que haría con mi vida y sobre cómo terminaría mi vida, los 17 y 27 se fueron muy rápido. Llegue a la simple conclusión que, cualquiera que sea la edad que tengas, eres lo que eres y haces lo que haces”.
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