Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9, Pedro de Alba
Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9, Pedro de Alba
Estamos viejos y cansados, no podemos levantarnos de nuestra cama y nuestro respirar se vuelve cada vez más agotador, al igual que el movimiento de nuestras extremidades; tenemos miedo de lo que nos vaya a pasar, pues el momento se acerca y lo sabemos, aunque no quisiéramos.
Recordamos partes fundamentales de nuestra vida. La primera vez que entramos a la escuela, el día en que nos caímos de la bicicleta, la primer mascota que tuvimos, la vez que nos enviaron a comprar cilantro y compramos perejil, nuestra primera salida con amigos, el día que nos graduamos de la universidad, cuando conocimos al amor de nuestra vida, la vez que nos casamos, la primera vez que cargamos a nuestros hijos, el día que los enviamos a comprar lechuga y compraron brócoli, la vez que no recordamos el cumpleaños de nuestros padres. Recordar, que curiosa palabra, y más cuando sabemos que ya no podremos usarla. Resulta ser algo extraño pensar eso.
Volvemos a tener miedo, pero esta vez es diferente, porque nos preocupamos por el futuro de las cosas buenas que logramos hacer en nuestra vida, ¿qué pasará con ellas? ¿qué pasará con nuestra casa, nuestros amigos, nuestros hijos y sus hijos? El sentimiento de duda es exorbitante, pero por lo menos nos alegramos de haber logrado conseguir tantas cosas buenas en nuestra vida, y eso hace que este momento sea extraordinario, porque sabemos que nuestro legado no será tan malo después de todo.
Estamos felices, más relajados y listos para que la señora muerte toque a nuestra puerta; ya no nos preocupa lo que nos suceda, es más, hasta nos morimos de curiosidad por saber, y resulta ser algo irónico a nuestra situación actual. Con una sonrisa en nuestro rostro cerramos los ojos y por fin descansamos.
No vemos nada, todo está oscuro, pero sabemos que ya hemos visto lo suficiente a lo largo de los años, como para saber que tuvimos vida plena y feliz.
Por Natalia López Hernández
Matices sobre la desigualdad, el dolor y la rabia
Por Christian Osvaldo Rivas Velázquez
El romance y la teoría social se cruzan en C.U.
Por Antonio Bernal Quintero
¿Hasta qué límites salvajes nos podrían llevar las disputas por el agua?
Por Carlos Damián Valenzuela López
Un caligrama describe mejor que mil palabras