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En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
Credito: OLYMPIA DE MAISMONT/AFP via Getty Images
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Genaro Isaías Paredes

Escuela Nacional de Estudios Superiores Morelia

Estudiante en la Licenciatura en Ciencias Ambientales en la UNAM ENES Morelia. Escritor con mas de 100 publicaciones y peleador de Artes Marciales Mixtas.

Burkina Faso: la desnaturalización de la miseria

Número 13 / ABRIL - JUNIO 2024

Burkina Faso es un llamado a los pueblos del mundo a dejar atrás la miseria impuesta y levantarnos con dignidad en contra del neocolonialismo

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Genaro Isaías Paredes

Escuela Nacional de Estudios Superiores Morelia

El esclavo que no es capaz de asumir su rebelión, no merece ser compadecido por su destino.

Thomas Sankara

 

Patrias dichosas, que el destino les sonrió, ¿no pesa en sus manos la carga de su dicha? Desgracia nuestra, los míseros, que a los ojos de la gracia no fuimos dignos de los rayos del sol, ¿cómo podremos nosotros, los esclavos, alcanzar la ventura del amo si es capricho divino que así sea nuestra suerte?

Los discursos dominantes dictados por el aliento del capital esconden tras su falacia el sangriento escenario de su historia de despojo y muerte que ahora bañan de esplendor, y nos invitan burlonamente a pagar con la carne de nuestras manos el fruto de la esperanza, al cual llaman “progreso”. ¿Ya olvidamos el precio de los diamantes en las coronas de los reyes? ¿Los tiempos de látigos y cadenas donde los hombres eran secuestrados de sus tierras para ser llevados en navíos en los que viajaban unos sobre otros, mientras las ratas comían su carne y los movimientos de las olas causaban mareos haciendo que el vómito fluyera e hiciera un caldo de fluidos al mezclarse con las heces y la orina de aquella masa humana? Todo esto para nutrir con su sangre las extensas venas del mercado que, en un coágulo, darían a luz a un más sangriento heredero que llevaría en su mano el filo del acero y el fuego del carbón.

Ahora nos hacen creer libres bajo el libro de la democracia burguesa, hecha para apaciguar el coraje de los oprimidos, naturalizan la desgracia haciendo responsables al hambriento por no tener agua ni pan que llevar a su boca, cuando estos les fueron arrebatados por aquellos que lo culpan de su estado.

Los discursos malthusianos se han inmortalizado en las academias (supuestas cunas del humanismo), en la política y en los medios masivos de comunicación, para justificar las condiciones deplorables de explotación en las que viven todas las naciones de la periferia actual. Parece ser, a como lo explican los neocolonialistas y los malthusianistas modernos, que la desgracia del hombre parte de su poca habilidad de administración de recursos y de la excesiva reproducción de la población precaria, es decir, que las naciones sumidas en la miseria han sido y serán miserables por su poca capacidad intelectual de encontrar un balance entre la administración de sus recursos y el aumento poblacional que, por ende, alimentará más y más las múltiples crisis existentes.

Este posicionamiento ideológico y político sirve más que para justificar los cientos o miles de genocidios que han realizado las grandes potencias en nombre de la libertad, cumple una función fundamental: estos discursos son la base de la superestructura ideológica que esconde bajo un manto la superestructura de la producción material que, sobra mencionar, se basa en la violencia y el despojo.

Ahora, parece que el capital tiene un sistema infalible e irrefutable que ha adoctrinado a sus siervos para hacerles creer que el individuo por sí mismo es el responsable de crear la realidad y no que la realidad material e ideológica es la que moldea al individuo y, por lo tanto, si dicho individuo es mísero o no, es por causa de sí mismo. Le pregunta ahora es: ¿es posible hacerle frente a este sistema con toda la gama compleja de elementos que lo conforman (culturales, militares y políticos)? 

Karl Marx ya mencionaba en sus escritos que el capital es tan brutal e insostenible que crea a su vez la misma causa de su muerte, y una de sus más fuertes antítesis o contradicciones nacería exactamente en uno de los continentes al que le debe la razón de su existencia: África. Bien sabemos que este continente ha sido uno de los más castigados y azotados por los intereses de occidente que, hasta hoy, en estos tiempos “civilizados”, conservan en él sus prácticas coloniales modernizadas y adaptadas a los marcos ideológicos y materiales contemporáneos. ¿No es extraño que un continente tan rico en recursos naturales sea tan pobre? ¿Que los países con mayor producción de oro sean los más miserables? ¿Se deberá a que las personas procrean más hijos de los que realmente pueden solventar o tal vez sea a causa de la poca habilidad para aprovechar y explotar los recursos que los rodean? 

Burkina Faso es el resultado culminante de antecedentes históricos de explotación y genocidio que dio como resultado el mayor cambio social que ha visto el continente africano hasta nuestros días. ¿Qué fue lo que hizo esta nación para ser un faro de esperanza para todos los pueblos no solo africanos sino del mundo?

Lo ideal sería explicar los antecedentes materiales-históricos de cada etapa para no caer en subjetividades y este escrito no sea una falacia adornada de coherencia. Pero por el espacio haré un análisis muy superficial del tema. 

Francia, en su carrera colonial junto a otros países, se había apropiado de importantes territorios del continente, ricos en minerales y en mano de obra, entre ellos el gran imperio Mossi. Parecía que Francia tenía las de ganar para forjar un sistema esclavista perfecto; tenía manos y recursos, mas tuvo que tomar estrategias y métodos más sutiles que fuesen de acuerdo con las condiciones ideológicas de la época. En 1838 Inglaterra abole la esclavitud y la misma Francia sigue sus pasos en 1848. ¿Qué puede hacer pues, si quiere obtener los recursos de estas tribus a base de la explotación? 

La respuesta es sencilla: “democratizar” la esclavitud. En 1896 se instala el primer protectorado, el cual duraría más de un siglo. Con esto dio comienzo al saqueo masivo de recursos naturales, al trabajo forzado, al genocidio, múltiples golpes de estado para imponer falsos gobiernos progresistas y la destrucción constante de ecosistemas a base de la minería y el monocultivo. Así, el Alto Volta (nombre anterior a Burkina Faso) se convirtió en el cuarto mayor productor de oro en África sin tener ninguna reserva de este metal precioso en el tesoro nacional. Más tarde Francia le concedería su independencia a cada una de sus colonias (esto bajo protectorados) y bajo la condición de que este país manejara la divisa económica de cambio entre ellos.

Podemos observar cómo Francia crea una superestructura ideológica para encubrir la estructura de la producción material de sus “dominios”. Es decir, se adapta a las estrategias que adoptan las demás potencias para poder continuar con su sistema de saqueo universal bajo nuevas normas de la ideología dominante que nace, a su vez, de las circunstancias materiales. Se promueve un discurso de libertad, independencia, democracia y solidaridad, con el que se justifican los constantes golpes de estado para imponer líderes que faciliten la extracción de materias primas y a su vez mantengan al capital humano en orden.

Después de muchos golpes de estado y de dictadores impuestos por el gobierno francés en el Alto Volta, en 1983 se inicia un cambio radical en el país. Cuando tenía solo 33 años, Sankara lideró un golpe de estado junto con su compañero (y futuro asesino) Blaise Compaore, para deponer a Jean-Babtiste Ouediaogo. Una vez establecido el gobierno revolucionario, inició una nueva era de esperanza y reivindicación de los derechos políticos, económicos, sociales y educativos. Podemos hacer una lista extensa de acciones que impactaron en la nueva Burkina Faso de manera positiva como las campañas masivas de vacunación y la fundación del Ministerio de la Mujer, lo cual impulsó su entrada y participación en cargos de la administración pública.

Ahora, ¿cómo Thomas Sankara pudo llevar a cabo estas acciones nunca vistas no solo en el país, sino en el continente? ¿Qué condiciones se lo permitieron? ¿Cuál era el objetivo de dichas estrategias? ¿Cuáles fueron su límites y cuáles sus consecuencias?

Partiremos en la formación del revolucionario. Sankara tuvo un acercamiento muy profundo en las crisis sociales de su país, viviendo en carne propia las desgracias que azotaban a todo el territorio, esto fue posible al viaje que hizo con su padre, el otro factor determinante fue su formación teórica marxista en Madagascar. ¿Qué quiere decir esto? Que Sankara pudo asentar la teoría marxista en su realidad y posteriormente aplicar dicha teoría tomando un posicionamiento en favor de la clase popular (curiosamente este proceso es similar al que formó al comandante Guevara cuando en su juventud realizó sus viajes por Latinoamérica). El siguiente punto es su lugar en el ejército, esto le favorecería ya que tendría la oportunidad de contar con un aparato lo suficientemente fuerte para llevar acabo un golpe efectivo.

Pasemos ahora a lo general. Burkina Faso no hubiese podido llevar a cabo ninguna acción sin antes ser dueña legítima de sus propios medios de producción; es por esto que el gobierno de Sankara implementó fuertes medidas de nacionalización en el país, aplicando a su vez una reforma agraria que otorgaba las tierras a los campesinos (parecida a la reforma agraria de la Revolución Mexicana), por otra parte se rechazó la “ayuda humanitaria”del FMI, ya que el posicionamiento del gobierno de Burkina Faso consistía en una independencia total. ¿En qué consistían estas “ayudas humanitarias”? Más que nada en seguir generando una dependencia alimenticia en el país. Sankara diría al respecto: 

“La ayuda externa no puede aparecer como una ayuda milagrosa para todos los problemas económicos. La ayuda externa es necesaria, pero primero tenemos que comenzar a trabajar, si no se trabaja, las soluciones del FMI surgen como soluciones facilistas. La ayuda alimentaria que recibimos no nos ayuda a desarrollarnos, crea una mentalidad dependiente, extendemos la mano para comer. Eso es malo. Segundo. La ayuda alimentaria hace que los campesinos ya no puedan producir, porque cuando producen ya no es posible vender. El excedente de otros agricultores de otros países es traído para acá, queremos otra cosa. Quien realmente nos quisiera ayudar, nos puede dar arados, tractores, fertilizantes, insecticidas, regadores de agua, máquinas, represas. Eso es ayuda alimentaria. Los que vienen con trigo, mijo, maíz o leche, no nos están ayudando”(Fragmento de entrevista FMI 1980).

Burkina Faso es un tema muy extenso de abordar debido a los grandes cambios que se hicieron en el país, de entre los que destaca el desengaño de los discursos burgueses deterministas de que los pueblos sometidos están irremediablemente destinados a la miseria. No hay más vía que las armas y la lucha para librarse del rigor de los amos, este es un claro ejemplo de la gama positiva de consecuencias al volvernos legítimos dueños de nuestra patria, de nuestros medios de producción tanto materiales como ideológicos. Burkina Faso es un llamado a todos los pueblos del mundo a dejar atrás la miseria impuesta y levantar con dignidad nuestro puño hacia al adversario.

“Las preguntas que mi generación se hace son las siguientes: no entendemos cómo con tanta riqueza en su suelo y una naturaleza generosa con mucha agua, sol y abundancia, África es hoy el continente más pobre, África es un continente hambriento, y sus jefes de estado recorren el mundo mendigando. Hay muchas preguntas sin respuesta, hoy tenemos la oportunidad de construir una nueva relación y espero que esto sirva para dar un mejor porvenir a nuestros pueblos, necesitamos líderes africanos que dejen de comportarse como marionetas que bailan cada vez que los imperialistas tocan sus instrumentos ¡Nuestros pueblos han dicho basta, gloria para nuestros pueblos, dignidad para nuestros pueblos, victoria para el pueblo!” (Ibrahim Traore, II Cumbre Rusia-Africa 2023).

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