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Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
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mododeolhar | Pexels
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Arit Mireya Figueroa Torres

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Naucalpan

Soy una pequeña estudiante que encuentra consuelo y desahogo entre letras, escribir me ha ayudado a sobrellevar lo que significa crecer. En ocasiones cuando nada me hace sentir mejor tomo un lápiz y creo historias donde puedo hacer todo aquello que mi mente imagina y así encuentro calma.

Bailando un nuevo sentir

Número 10 / JULIO - SEPTIEMBRE 2023

¿Cómo se escucha el amor?

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Arit Mireya Figueroa Torres

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Naucalpan

Hoy salimos a recorrer las lunas. Orbitamos alrededor de unas cuantas tomados de la mano emulando algo que recientemente aprendimos, apenas se había integrado dicha información a nuestro corazón, se llama baile y desde que comenzamos a movernos según las notas musicales no nos hemos podido detener.

Hace 15 años aparecimos cómo un regalo por dar una nueva vuelta al sol, cómo cada 87 años. Desde que llegamos, los Kyrios comienzan a enseñarnos y a dar forma a todo conocimiento que debemos adquirir, se inserta directamente al corazón, que es nuestra principal fuente de energía.

Lejan, con quién ahora paso el mayor tiempo, parece tener algo que lo vuelve especial, no sabía de qué se trataba pero me gusta estar cerca de él, de alguna manera me transmite un poco de eso que lo caracteriza y ahora se ha vuelto parte fundamental de mi luz.

Aquel día aprendimos algo recientemente descubierto por nuestros aventureros que trajeron desde un planeta lejano.

Cuando estábamos conectados al centro de Ouranos sabíamos que el proceso de nuevo aprendizaje había comenzado, recuerdo que lo primero que sentí fue demasiada adrenalina, cada vez más intensa y dispersante. Pese a la inminente energía pude sentir algo más, que podía interpretar cómo felicidad, pero más dulce y explosiva; mariposas en verdad desquiciadas, que no dejaban descansar a mi sonrisa. Ahora que recuerdo el vacío opresor consecuente al aleteo de los animales coloridos, que se desenvolvió en necesidad, acierto cuando digo que mi mayor luz estaba incompleta, pensando que tal vez lo que le hacía falta era en realidad él. Vaya uno a comprender tan compleja verdad. 

Giré mi vista para ver cómo iba el proceso de Lejan y me di cuenta, aún sin habernos contado la experiencia recién vivida, que habíamos atravesado por lo mismo. Es entonces que mi compañero trató de tomar mi mano y yo dejé que la tomara. Quisimos terminar con la prueba y que el Kyrios encargado nos diera la información qué siempre daba después de la experiencia para comprender el porqué de lo que sentimos, pero antes de levantarnos nos detuvo y pidió cerrar nuestros ojos, entonces susurró:

—Tranquilos, solo necesitan disfrutarlo, ¿podrían contarme qué es lo que les está sucediendo? —.

Ninguno fue capaz de interpretar y dar respuesta, ni siquiera una posibilidad mal planteada. Poco después se terminó y no recibimos la explicación, sólo nos dejó ir.

Nos sorprendimos callados mientras bailábamos, en uno de los intentos para hacer que todo volviera a la normalidad, pero al volver a enlazar nuestras manos era imposible soslayar lo que ocultábamos. Parte de la incógnita era saber si de verdad él pasaba por lo mismo, si ustedes vieran la forma en la que me mira y la sincronización de sus latidos con los míos dirían que tal interrogante es una estupidez.

Decidimos enfrentarlo, dejar que las cosas fluyeran y que la pasión nos llevará a dónde debíamos arribar. A partir de ese momento hemos tratado de dar significado a la terquedad de estar juntos, a la inquietud de la que somos víctimas al estar separados y a la impresión que no podemos calmar cuándo caemos en cuenta del tiempo que compartimos sin percatarnos de la manera hermosa en la que conectamos. Entendemos que entre suspiros profundos y sentimientos inefables es en dónde encontramos la respuesta a lo que el kyrios nos dijo que llamáramos Amor.

-Arit Fitor

Sobre lo que quiero transmitir:

Recuerdo haber escrito esta historia porque comenzaba a sentir ese nuevo sentimiento: el amor. 

Al ser mis primeras veces experimentándolo busqué la forma más conveniente para expresarlo. Durante la lectura encontramos la inocencia de estos seres para tratar de dar congruencia a algo realmente nuevo, pasando por la negación al tratar de fingir que nada pasaba, evolucionando al enfrentarlo y concluyendo con la sabiduría que adoptaron al comprender que solo necesitaban vivirlo; sin más explicaciones, ni dudas, ni miedo. En nuestra vida en ocasiones son estos mismos negativos los que nos frenan a compartir un poco de nuestro corazón.

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