Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Sur
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Sigo escribiendo poemas para tus orejas que ahora solo escuchas a través de la madera, haciéndote presente como fresca brisa que toca mis mejillas y provocando también la danza de las flores amarillas que te rodean.
Recuerdo siempre haber tenido aquel temor de cuando el momento de separarnos llegara pues, aunque fuera poco el tiempo que pasaba contigo, las horas largas me hacían querer siempre tenerte a mi lado. Ahora que miro tu hogar vacío es evidente que el mío ha desaparecido con tu partida, añorando cada día que vuelvas a habitarlo para que vuelva también a mí el amor de la vida.
Mis sentimientos, aquellos que encontraban calma con tu compañía, ahora me atormentan sin encontrar salida ante tu ausencia, pues pureza en otro ser como la tuya no la logra poseer nadie más para transmitir lo que tú cuando con tu mirada me decías que todo estaría bien.
Los rayos del Sol siguen señalando a tu casa, la que conserva parte de tu magia, parte de tu alma; en ocasiones, quiero creer que me observas todavía desde aquel lugar al que acercarme aún no puedo pues los recuerdos inundan mi mente deseantes de tener más de aquel que sería nuestro tiempo.
Tengo la esperanza de encontrarte una vez más en mi camino porque, aunque sienta la conexión contigo en cualquier parte y melodía de mi viaje, anhelo poder volver a acariciarte.
Aunque sigue en mi mente la tristeza de mi voz al pedir que te quedaras conmigo, siento que en mi alma siempre existirá aquella parte que siente ser de la tuya, la que guarda el amor que nos pertenece y la que nos mantendrá cerca en espera del momento adecuado para encontrarnos de nuevo reconociéndonos entre la multitud del espacio.
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