En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
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Oppenheimer (2023) Cristopher Nolan
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Diego Alberto Nocelo Zazueta

Facultad de Filosofía y Letras

Hola! Soy Diego Alberto Nocelo Zazueta, estudiante de la licenciatura en Historia en la Facultad de Filosofía y Letras y miembro del Seminario-Taller “Periodismo Para Historiadores y Observatorio Critico del G20”. Soy cinefilo de corazón, me encanta todo lo que tenga que ver con cine tanto al frente como detrás de cámaras, me gusta leer novelas históricas, de fantasía y sci-fi, y también me gusta escribir diversas cosas como diarios, reseñas y recientemente también he incursionado en artículos periodísticos y de divulgación histórica :3

Más allá de Oppenheimer: el daño colateral olvidado en Nuevo México

Número 16 / ENERO - MARZO 2025

Hay que detenerse en lo que ocultan las películas históricas

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Diego Alberto Nocelo Zazueta

Facultad de Filosofía y Letras

En el verano año pasado de 2023, el afamado director Christopher Nolan, volvió a lo grande a la taquilla mundial con el biopic y thriller, Oppenheimer; protagonizado por un elenco variopinto encabezado por Cillian Murphy, y que versa sobre el periodo de vida tanto personal como profesional del científico homónimo, que se vio marcado fuertemente por el llamado “Proyecto Manhattan”, y la prueba “Trinity” de la primera bomba atómica; todo ello inspirado en el célebre libro “Prometeo Americano: El Triunfo y Tragedia de J. Robert Oppenheimer” escrito por el historiador Martin J. Sherwin y el periodista Kai Bird.

Además de su impresionante y monumental recreación en diseño de producción, de sonido, efectos especiales, y entre otros elementos, narrativamente también se destaca. Pues en vez de utilizar el narrador omnipresente en tercera persona tan habitual, Nolan optó escribir su guion en primera persona, a través de la perspectiva propia, íntima y sesgada de Robert Oppenheimer, cosa que pasa en dos tercios de la cinta en todas las secuencias a color, y por otro lado, el punto de vista de su rival Lewis Strauss en los segmentos a blanco y negro. 

Lo anterior le dota a la película su tratamiento de la trama y su discurso histórico tan particular que ha cautivado el interés del público, la crítica y hasta académicos especialistas tanto en temas de ciencia nuclear como de historia de la segunda guerra mundial. De esta manera, se trata de un relato construido esencialmente por los grandes protagonistas de este capítulo de la historia estadounidense, si bien hay que reconocer que Nolan lo construye con un tono más crítico que apologético.

Al consagrar ya su lugar en la cultura pop hollywoodense, y divulgar en el público más casual la historia del científico Oppenheimer, la película también volvió a poner sobre la opinión pública, las discusiones acerca de la Segunda Guerra Mundial, el belicismo, la amenaza nuclear y las diferentes consecuencias que ha traído ello desde hace 80 años. Por lo que inevitablemente surgen las dudas: ¿Qué hay más allá de Oppenheimer?, ¿qué hay acerca de las personas comunes detrás de esta historia?, y más aún, ¿qué hay sobre las comunidades que sin involucrarse en el proyecto, o incluso, sin saber de su existencia sufrieron las consecuencias de ello en las cercanías de su ciudad o pueblo?

Como bien representa la cinta, el sitio elegido para llevar a cabo el Proyecto Manhattan, fue una zona supuestamente remota del desierto Jornada del Muerto en Nuevo México. Sin embargo, la realidad omitida fue que en 150 millas a la redonda del sitio de prueba de la bomba, vivían cerca de medio millón de personas, que incluían la mitad de la población de Nuevo México, parte de Texas, e incluso, de acuerdo a la investigación y mapeo de Bryan A. Kendall, de la Universidad de Nuevo México, parte de la población de Ciudad Juárez en México también estuvo dentro de ese radio de afectación.

Dada la naturaleza altamente clasificada del proyecto, el General Leslie Groves (interpretado en la película por Matt Damon), se aseguró que no se propagara ninguna información, ni entre la prensa ni los habitantes, de lo que estaba en marcha en Jornada del Muerto, por lo que también fue negada tajantemente una posible evacuación avanzada, para no comprometer el secretismo de Estado de la operación. La madrugada del 16 de julio de 1945, la detonación de la bomba Trinity fue todo un evento sin precedentes que superaría las expectativas de los científicos y militares, tal y como Nolan retrata de manera tan impactante en el clímax de la película. Aún más inesperado fue para las comunidades civiles cercanas, que desde su perspectiva estaban frente al fin del mundo, experimentando sucesos inimaginables. 

En Ruidoso, Nuevo México, como recoge la periodista e historiadora Lesley M. Blume en su artículo “Collateral damage: American civilian survivors of the 1945 Trinity test” en el Bulletin of the Atomic Scientists, la señora Barbara Kent testimonia cómo junto con sus amigos campistas, en aquella noche, bailaban y cantaban bajo una particular lluvia cual película de Gene Kelly, sin imaginarse que tal lluvia serían restos radiactivos tras la explosión y las graves consecuencias que traería. La señora Tina Cordova de Tularosa, recuerda enterarse del bombardeo a Hiroshima y entender desconcertada lo que había observado en su localidad, y el destino incierto que conllevaba, pues no sabrían hasta mucho después las secuelas para la salud, hasta que ella misma vio como los miembros de su familia caían enfermos de varios tipos de cáncer.

Fue hasta 1990, que el Congreso estadounidense aprobó la Ley de Compensación por Exposición a la Radiación (RECA), con el fin de cubrir la manutención y tratamiento médico para cada uno de los participantes del Proyecto Manhattan expuestos a la radiación; posteriormente se agregó a este fideicomiso a trabajadores de mano de obra en la minería y procesamiento de uranio en Nuevo México, y luego a poblaciones civiles cercanas de los sitios de prueba en Nevada. Sin embargo, los residentes de Nuevo México, como la señora Kent y la señora Cordova, no solo eran ajenos al recurso, sino que tardaron muchísimo en siquiera saber de su existencia tras su aprobación. “Nunca hemos tenido la oportunidad de vivir una vida normal” –declara la señora Cordova en el artículo– “U.S. lawmakers move urgently to recognize survivors of the first atomic bomb test” para National Geographic: “No pueden decir que no sabían de antemano que la radiación era dañina o que iba a haber lluvia radiactiva. No preguntamos si vamos a tener cáncer; preguntamos cuándo será nuestro turno. Somos el daño colateral olvidado” 

Ante esto, las poblaciones organizadas, en colaboración con miembros del Congreso estadounidense, como el Senador Ben Ray Luján, aún al día de hoy en 2024, han estado invirtiendo mucho esfuerzo por hacer que la Ley RECA se extienda a tantos damnificados de Nuevo México y sus pueblos aledaños como sea posible, y que por fin sus gritos de ayuda y por visibilidad sean tomados en cuenta.

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Más allá de Oppenheimer: el daño colateral olvidado en Nuevo México

6 Responses

  1. Me gusta mucho el articulo, lleva a la reflexion sobre las películas badsdas en historia. Es bueno que se traigo a la mesa temas de historia en el cine y la cultura pop.

  2. Es una nota muy coherente e interesante, tocan temas que, por lo general, la historia omite, sobre todo la de Estados Unidos acerca de las pruebas en Nuevo México; mas que nada para glorificar la construcción de la bomba atómica.

  3. Felicidades por tan buen artículo !

    Gracias por resaltar en aquello que no se habla de las películas históricas. Tu artículo hace reflexionar sobre los discursos que se dan en las películas.

  4. Me parece fundamental la estructura de tu nota, la realidad supera la ficción y en este caso es muy notable, pues en la película solo aparece la creación del proyecto y de la bomba, pero aquí podemos observar que fue más allá de ello y que la bomba de Nuevo México afectó tanto a población Estadounidense como Mexicana.
    Una nota muy interesante

  5. Un excelente artículo, me parece que no siempre se habla de éste tipo de víctimas cuando se habla del gran crimen que fue la bomba atómica.

  6. Me gustó mucho el artículo. Nos invita a reflexionar sobre la construcción de los discursos oficiales en torno a la elaboración de la bomba atómica y también da voz a quienes fueron víctimas del “daño colateral”.

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