Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
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Rodrígo Alberto Tapia Reyes | CCH Vallejo
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Gisela Trejo Zarco

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9

Hola mi nombre es Gisela tengo 16 años y me gusta leer y escribir en mis tiempo libres me gustan los comics y me gustaría dedicarme a la Biología.

Del fin final y su camino por la obscuridad

Número 11 / OCTUBRE - DICIEMBRE 2023

Todas las adicciones son lo mismo ...o bueno, parten de lo mismo.

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Gisela Trejo Zarco

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9

¿En qué piensas cuando te digo adicción?,  tal vez en cigarros, alcohol o hasta el  teléfono, pero todas tienen algo en común, querer llegar a la felicidad, pero eso es completamente entendible, ya que partiendo desde Aristóteles hasta Kant, defienden que la felicidad es el bien supremo, el verdadero fin al cuál aspira la humanidad. Partiendo de esta premisa, te mostraré dos adicciones las cuáles parecen opuestas al principio, sin embargo conforme las investigamos, tienen más cosas en común. Estas son: La adicción a los narcóticos y la adicción al trabajo. 

La primera consiste en el consumo excesivo de sustancias que cambian y distorsionan la mente. Hay diversas causas, como el querer escapar de la realidad, buscar un bienestar instantáneo a través de estas sustancias, tratando de sanar las marcas de la pobreza, desempleo etc. Pero si analizas todas las causas, todas ellas llevan a un mismo resultado, el hedonismo, el cuál defiende el placer sensorial inmediato como el bien total, donde poco a poco nos llevará a la felicidad que es a lo que debemos aspirar, según la postura de Aristóteles y Kant.

Por otra parte, tenemos la adicción al trabajo, la cuál como su nombre lo indica, consiste  en tener  una constante  carga de trabajo y desesperarse  en caso de no tenerla, ya que esta falta de trabajo lleva a las personas a sentir desesperación o que están  haciendo  algo mal, o no lo suficiente para  alcanzar sus objetivos; esta adicción está cimentada en el sistema meritocrático donde miden el valor de las personas de acuerdo a sus  logros obtenidos,  a mayor número de logros, mayor valor y, en teoría, mayor felicidad. 

Sin embargo, ni el hedonismo ni la meritocracia dan los resultados esperados sin alguna consecuencia, algunas pueden ser problemas de salud tanto física como mental, dañando las actividades cotidianas de la persona solo para satisfacer su adicción. 

Ya sean los narcóticos  o  el trabajo, ambos comparten una característica, que  buscan llegar al bien supremo que comenta Aristóteles y Kant: la felicidad, ya sea  de forma  rápida  o lenta, ya sea dañando a nuestro cuerpo o sobre explotándolo, buscan eso que si no lo tienes, has fracasado en  la vida, orillándonos a tomar  caminos “fáciles” o bien vistos por la sociedad, con el fin de alcanzar esta famosa “felicidad” que ha dejado de ser un gusto, a ser un martirio por el cual los seres dejamos todo y nos volvemos adictos a cumplir ese requisito social.

Para concluir, sé que no todas las adicciones buscan alcanzar la felicidad, pero muchas sí lo hacen con este fin, donde al inicio suena bien, pero si lo ves de más cerca y leyendo las letras pequeñas del contrato, te darás cuenta que tiene un gran peso detrás, un peso que en ocasiones asfixia, cansa y condena a quien firma a caer en alguna adicción, porque vamos, todxs tenemos una, ya sea al teléfono, ver chismecito, leer, escribir tomar o fumar. 

Así que, ¿a qué eres adicto tú para alcanzar la felicidad?.

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