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En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
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Roger Ce | Pexels
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Yeyetzi Merino

Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón

Soy estudiante de la UNAM y me gusta escribir y tocar el trombón.

Música y amor

Número 10 / JULIO - SEPTIEMBRE 2023

Una historia de persistencia y amor por la música

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Yeyetzi Merino

Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón

Una niña no era capaz de tener una relación estable con nadie y al intentar hacer algo más allá del amor, le dijeron que no podía, que no sería capaz ya que no nació para ello. Vivió con la idea de que nunca lograría lo que ella siempre quiso, hacer algo en la música: y el amor real lo sintió al tener un instrumento en sus manos, aunque le rompieron las alas cuando dijeron “esto no es, ni será nunca para ti”.

Durante años, ella luchó para volverlo a intentar y no rendirse, aunque ella sentía que no lo lograría y su corazón así se fue apagando poco a poco. Siempre mencionan que el desamor romántico te duele hasta los huesos, pero, ¿y el desamor de tus sueños? La idea de esta niña siempre fue el poder tocar el violín y unas simples palabras hicieron que le doliera incluso el escuchar sus notas y el sonido tan fino que desprenden. 

Esa niña no se daba cuenta que necesitaba seguir adelante hasta que una persona llegó y le dijo ” inténtalo, no tienes nada que perder”, así que lo volvió a intentar con otro instrumento y luchó para lograrlo hasta que se dio cuenta que podía tocar una melodía sin ningún problema y a la perfección, pero ya no sentía amor como antes, se dio cuenta que nunca deseó tocar otro instrumento que no fuera el violín. De hecho, si pensamos las cosas eso pasa con el amor romántico, por más que lo intentes es muy difícil que sientas lo mismo que sentiste por esa persona que llegó a enseñarte lo que significa amar y ella ya había vivido ambas experiencias, ambos desamores y amó con la misma intensidad de ambas formas pero siguió saliendo lastimada de alguna u otra forma. 

Con los años aprendió a abrir su corazón, y aunque fue difícil, logró salir adelante y disfrutar de la música casi como antes. De esta forna evolucionó en cómo la escuchaba, volviéndolo un hobbie; nunca entendió cómo es que algo tan hermoso pudo romperle el corazón y llegó a la conclusión que nunca fue la música, pero fueron las personas que estaban delante de ella que le hicieron creer que nunca sería lo suficiente para sentir ese amor hasta que decidió hacer a un lado lo que le decían y se dispuso a aprender cada cuestión de la misma, perfeccionando cada detalle, escuchando cada nota, esto generó la pasión que tanto anhelaba y había perdido, se sintió fuera de sí cuando escuchaba cada melodía bien hecha, cada nota bien ejecutada y cómo se sentía al tener su instrumento en sus manos. 

Con el tiempo se dio cuenta que gracias a esa oportunidad pudo sentir de nuevo y ser ella misma, aunque no sucedió eso con el amor romántico que soñaba de niña y empezaba a creer que nunca encontraría, por lo que se dio por vencida y su corazón cada día se fue cerrando más y más, sin darle oportunidad siquiera de intentarlo: no quiso que le volvieran a hacer daño y cortaran las alas que le costó trabajo volver a construir. De lo que ella no se dio cuenta fue que se fue marchitando poco a poco y dejó de sentir más allá de la música. 

Se fue apagando y desmoronando, entonces la música dejó de tener efecto y sólo se dedicó a perfeccionarla pues cuando tenía su instrumento era el único momento donde en verdad sentía algo. No sentía dolor, no sentía amor, se marchitó, aunque seguía con esas alas para poder volar. Su familia, amigos y colegas intentaron que ella regresara a ser esa niña alegre con la capacidad de sentir, que volviera a llorar, que no sólo fuera el cascarón, que tenga alma; ella ya no estaba interesada en eso y poco a poco su luz se fue terminando.

Entre toda esa oscuridad logró ver un pequeño rayo de luz, amaba la música de los 80’’s y vivía con tanta pasión y sentimiento; ella recordaba que antes podía sentir eso, antes podía disfrutar de cualquier cosa, pero no lograba que eso se le regresara. Esa luz llena de energía, paz y amor entraba a su corazón destrozando, cada cimiento que ella construyó alrededor de su corazón, le hizo entender que la música y el amor eran uno mismo, que no sólo puedes sentir uno u otro. Volvió a sentir amor y su corazón volvió a vibrar con música de los 80’s de fondo y unos ojos color marrón que veía día a día.  

“Hazlo con pasión, si te caes te levantas y ya está” se decía siempre que regresaban esas palabras que tanto daño le hicieron. Al final logró entender lo que era sentir amor con un soundtrack de fondo, entendió que la vida siempre debe vivirla con un poco de melodía. Así su corazón ahora renació y ahora vive feliz disfrutando de ese sueño que siempre tuvo, dándolo todo y demostrándose a sí misma que pudo no haber nacido para la música pero con esfuerzo y dedicación, logró adueñarse de ella y la convirtió en algo por lo que nació para hacer.

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