Alex Turner es, probablemente, el compositor que más ha marcado mi vida. Desde hace tres años o más, he escuchado sus proyectos musicales, tales como Arctic Monkeys y The Last Shadow Puppets; he leído cada una de sus letras, y muchas canciones coinciden con mi sentir, incluso si su público destinatario, según fans, son adultos de la generación X y Milennial. Sin embargo, puedo jurar que Alex Turner me rompió el corazón y me hizo recapacitar sobre muchas de mis creencias como si fuera una persona cercana. 

Aún recuerdo la primera vez que escuché Suck it and see, aquel disco de Arctic Monkeys que refleja la vida sentimental de Alex. La canción “Love is a laserquest” es bastante dura, ya que menciona líneas como “¿Crees que el amor es un juego de láser, o ya lo tomas más en serio?” Una Tania de 14 años con el corazón roto, llorando con la canción de fondo, era bastante triste, aunque ahora me da risa considerando el contexto y el hecho de que me llevo bien con ese ex. No obstante, fue muchísimo más deprimente saber que, la musa del disco, Alexa Chung, rechazó a Alex Turner, y él, dolido, escribió tal tema. 

Me gustaría que la vida amorosa de Turner fuera menos partícipe de su música, pero es igual de imposible como mezclar aceite y agua. Siguió escribiendo canciones igual de románticas, como “Sweet dreams TN”, donde le decía a Taylor Bagley que “era el primer día de primavera”. Yo anhelaba que alguien me amara así. Creí que esa persona había llegado hace un año (justo antes del lanzamiento de The Car, en octubre del 2022), pero no fue así. 

The Car y yo tenemos una relación especial, ya que este álbum refleja la perspectiva de Alex tras haber sido infiel (justamente a Taylor). Temas como “Body paint”, “There’d better be a mirrorball” y “Hello you” son el claro punto de vista de Alex. Él le dice a ella “Y si tú estás pensando en mí, yo pienso en ti”, “No había una bola disco al final”, y “¿Sigues esperando un buen adiós?”, como si estuviera reflexionando acerca de sus errores. Y vaya que fueron errores, Turner le fue infiel y no tuvo la decencia de decirle. Muchas veces creí que todas las canciones de Alex eran para Alexa, porque ella era su gran amor. Canciones como “Do I wanna know?” y “Snap out of it”, donde admitía que extrañaba a Chung y se sentía mal por aquel rechazo, me hicieron entender que, si alguien se parece al amor de su vida, Turner iría detrás de ello. Sin embargo, me cerró la boca con The Car, y a la vez me rompió el corazón. 

Me rompió el corazón saber que era infiel, que gracias a él había revictimizado de cierta forma a Alexa, me rompió el corazón saber que tenía patrones. Y no, no me había obsesionado tanto, no hasta que conocí a esa persona con la que escuché The Car, me dedicó “Body paint” y “Sweet dreams, TN”, me escribió canciones y me hizo exactamente lo mismo que Alex a Taylor. Inconscientemente, había idealizado tanto a Turner que había salido con un “Alex Turner”. El artista original no me había hecho nada, pero descifré inmediatamente la situación. Tanto era mi anhelo de tener alguien como Alex, que cuando lo tuve, no me gustó. 

No negaré si digo que ya no me duele la traición. Me duele mucho de cierta forma, porque jamás había conectado tan bien con alguien. No diré lo mismo que mi “conexión” con Alex, porque sí, es una persona cuestionable, pero gracias a su obra musical y a mi idealización comprendí que Alex es un ser humano, comete errores y es capaz de reflexionar sobre ellos. No pienso que sea ahora una gran persona, pero, al igual que yo, estamos aprendiendo. 

Así que sí, Alex Turner me trataría peor, pero es Alex Turner, sé que no lo conocería y gracias a él aprendí lo que no debo aceptar en una relación, a identificar mis emociones, y sobre todo, aprendí que toda persona es cambiante, tal y como él con todos sus cambios de look según cada álbum.