FES Aragón
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En una fría mañana de octubre, mi corazón cantó con fuerza “Say yes to heaven, say yes to me” mientras mi alma se desvanecía como la brisa matutina.
Recostada en el frío césped, observaba el cielo y sus nubes negándole un espacio al Sol para que sus rayos me consolaran por un instante.
Una profunda tristeza me acompaña desde hace tiempo, me siento como un ángel caído, ¿y si lo soy? Entonces mi corazón cantaría con más fuerza say yes to hell, say yes to me, porque el Infierno no me asusta, porque me siento como Lucifer cuando cayó del Cielo.
Y al retirarse la neblina, mi alma siguió ausente y mi corazón continuó cantando “Say yes to heaven, say yes to me”.
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