Colegio de Ciencias y Humanidad Plantel Azapotzalco
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Quisiera ser horrorosa de verdad, que nadie quiera acercarse a mí, a veces quisiera ser fea… bueno, realmente no quiero ser fea, no deseo serlo por mí, deseo serlo por miedo, sonará estúpido, pero quiero ser horrible para ellos, para sus estereotipos y estándares, quiero ser todo lo que ven mal, quiero ser aquello que repudian y repelen, quiero dejar de parecerles bella. Quiero ser fea, quiero caminar a mi casa sin escuchar “cumplidos”. Quiero ser fea, quiero cruzar una avenida sin que 3 motonetas me persigan; quiero ser fea, quiero que no se me acerque otra mujer a decirme que un señor me fotografía mientras me agacho. Quiero ser fea, quiero que ningún hombre quiera tocar mi cuerpo sin mi consentimiento; quiero ser fea, quiero subir una foto a Instagram sin que se sexualice. Quiero ser fea, quiero hablar y no creer, de todo corazón, que tengo la razón (porque una fea no podría tener razón). Quiero ser fea, quiero que un señor de 30 años con tragos encima no piense que 15 años son pocos. Quiero ser fea. Quiero poder hablar con un chico sin pensar que me hará daño físico en cualquier momento. Quiero ser fea. Quiero que ningún hombre me humille por como me visto. Quiero ser fea. Fea para que ningún hombre vuelva a verme… y no solo yo, quiero que todas lo seamos. Quiero que seamos feas, o lo que para esos degenerados, que un día nos hicieron o nos harán daño, sea considerado feo. Quiero ser fea para que no me dé miedo pasar junto a un tipo o caminar sola. Vaya que deseo ser horrenda. Horrenda para ellos, aunque con todo esto, y pensándolo bien, a ellos ¿qué les parecerá realmente feo?
*Nota de la autora: Este texto fue escrito bajo un contexto de fealdad no dirigido hacia los cánones estéticos de la sociedad sino a aquello que cada individuo considere “feo”.
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