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En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
Edna Melo Vargas / Facultad de Psicología
Picture of Rowen Tristan Castillo Juarez

Rowen Tristan Castillo Juarez

Escuela Nacional Preparatoria plantel 7

Me llamo Tristan, me gusta hacer cualquier cosa relacionada con el arte, desde el dibujo, hasta la literatura un poco. Me gusta llevar siempre en alto mis luchas sociales y espero poder motivar a otras personas a defender las suyas.

Tejido autónomo

Número 13 / ABRIL - JUNIO 2024

La política zapatista como epopeya de autodeterminación y anarquía

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Rowen Tristan Castillo Juarez

Escuela Nacional Preparatoria plantel 7

Bajo el vasto firmamento de la disidencia, la anarquía se erige como una herejía arraigada en el clamor por la libertad y la búsqueda incesante de cada individuo por una igualdad anhelada. Las raíces de las filosofías anarquistas se entrelazan con la historia de la insurrección y la exploración innata de nuestra esencia, resonando en la antigüedad como un eco constante.

La esencia revolucionaria no reside en la conquista del poder, sino en la disolución de sus ataduras, permitiendo que cada ser alcance la autodeterminación en la travesía de su propia existencia. La anarquía se levanta como un faro que ilumina caminos hacia la emancipación individual, liberándose de las cadenas impuestas por estructuras de autoridad.

La dignidad se otorga a los insurgentes, aquellos valientes que desafían con sus acciones una sociedad moldeada por instituciones, propiedad privada y estructuras de poder. En el desafío, proponen nuevas formas de relacionarse, impulsando la participación comunitaria y desafiando la norma establecida.

En los mundos forjados desde esta perspectiva antisistémica, las personas entrelazan sus destinos sin poderes que dicten su camino. La experiencia se teje en la trama de relaciones transparentes, donde el anhelo de igualdad da forma a nuevas maneras de convivencia y entendimiento.

El anarquismo, lejos de ser una doctrina estática, se presenta como un discurso en constante transformación. No es una ideología encerrada en dogmas, sino una praxis que se nutre de la realidad dinámica, una reconstrucción perpetua del mundo que desafía las estructuras establecidas. En cada acción anarquista, se escribe un capítulo con esta narrativa de cambio, siempre evolucionando hacia horizontes de libertad y autenticidad.

En el corazón de la anarquía, las comunidades zapatistas florecen como un poema de autodeterminación, donde cada verso es tejido con la cadencia de la rebeldía. Un solo pueblo, en su danza de libertad, se erige como una sinfonía de autogobierno, desafiando las partituras impuestas por el statu quo.

Bajo la égida de la filosofía del comandante Zapata, estas tierras rebeldes sostienen que la tierra, como musa fecunda, encuentra su dueño en las manos que la labran. Una máxima que resuena como un coro ancestral, forjando la esencia del movimiento zapatista desde su nacimiento, como un himno que eleva el espíritu de la resistencia.

El epicentro de este relato se encuentra en la figura del subcomandante Marcos, una suerte de poeta guerrero que, con sus palabras incisivas, dirige el compás de una rebelión contra un gobierno que, como un opresor desafinado, discrimina a los hijos originarios de estos pueblos, despojándolos de sus espacios y derechos. En este escenario, el pueblo no solo resiste, sino que, con cada latido de su corazón colectivo, compone una sinfonía de autonomía.

La rebeldía zapatista no es una confrontación efímera, sino un poema épico que desgaja las vestiduras tejidas por el conformismo, pintadas con los tintes grises del consumismo. Buscan una revuelta que trascienda las páginas desgastadas de la apatía social, una oda a la libertad que resuene en los corazones de aquellos que anhelan un cambio.

En el santuario de estas comunidades, la salud y la alimentación no son solo necesidades básicas, sino pinceladas de dignidad para el pueblo, preservadas por manos que entienden que cada plato es un manjar de resistencia. El trabajo individual, como notas en una partitura, se convierte en la sinfonía que une a todos, creando armonía en medio de la lucha.

La política, aquí, es un ballet de representantes y asambleas, donde los caracoles, como espirales de sabiduría maya, danzan en el escenario del autogobierno. Cada individuo, como un actor en el gran drama democrático, tiene su papel, contribuyendo a la trama con su voz única.

Los rebeldes zapatistas, envueltos en capuchas que ocultan sus rostros, desafían la necesidad de mostrar sus caras, recordando que el gobierno tampoco se muestra ante su propio pueblo. Este acto de anonimato se convierte en una metáfora de la resistencia, un verso que clama que la verdadera esencia está más allá de las apariencias.

Desde el rincón de la historia, el EZLN emerge como un poema libertario, una epopeya singular y resonante en el pentagrama de la lucha mexicana. Su capacidad para renacer tras derrotas consideradas pírricas es la sinfonía de su resiliencia, una melodía que persiste en la memoria colectiva.

En el tapiz lingüístico de estas comunidades, las palabras como “autonomía”, “resistencia”, “caracoles” y “mandar obedeciendo” no son simples términos, sino gemas literarias que iluminan la oscuridad. Son metáforas que dan vida a un paisaje donde cada palabra es un eco ancestral, una chispa que enciende el fuego de la libertad y la justicia en el corazón de quienes ansían un amanecer diferente.

En este contexto, el término “político” trasciende las estrechas fronteras de los partidos convencionales y se despliega como un lienzo donde cada encuentro, asamblea y diálogo son partes que componen un objeto de autenticidad. No hay boletas marcadas en solitario, sino una danza participativa donde cada paso es un voto resonando en la conciencia colectiva.

Bajo el manto de esta palabra, los zapatistas desafían las cadenas de las estructuras gubernamentales impuestas, como rayos de luz que penetran las sombras. Su política es un esfuerzo conjunto, un crisol donde los individuos son hilos que entrelazan sueños de autonomía, tejiendo un tapiz que refleja la textura de su realidad.

EL PUEBLO MANDA Y EL GOBIERNO OBEDECE. FUERZA, AMOR Y REVOLUCIÓN