Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
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Carla Edith Martínez Vital

Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón

Me gusta leer y escribir novelas. Adoro cantar a todo pulmón y ver mi serie favorita del momento.

Resiliencia: sin importar qué, estoy de vuelta

Número 16 / ENERO - MARZO 2025

A veces debemos reponernos en soledad de las presiones del exterior

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Carla Edith Martínez Vital

Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón

Me encuentro frente a la pantalla de la computadora, batallando contra reloj para salvar esa asignatura, aquella que de inmediato supe que iba a disfrutar porque tenía todo lo que imaginé de mi carrera. Miro el avance del proyecto con el que al inicio me entusiasmé y al que le juré que le daría todo de mí para que fuera el mejor y de él pudiera aprender. Lo leo una y otra vez y no comprendo cómo pasó de ser un sueño a una tortuosa pesadilla, pues todo parece indicar que me esforcé… ¿demasiado?, ¿es eso siquiera posible? Luego pienso: ¿poner todo el empeño en aquel trabajo que ahora se ha encargado de absorber mi tiempo y energía? Podría quizás, entender que de haberlo dejado para el último momento haría que me retrasara para terminar entregando algo de lo que no me enorgullezco, pero, ¿esto?, ¿por qué?, ¿qué hice mal? 

Mi cabeza se llena de pensamientos negativos y mi vista se enfoca en los espacios en blanco que aún debo llenar, mis puños se tensan y mis párpados humedecidos luchan a más no poder para no romper a llorar. Esto no era lo que quería, entre más lo leo parezco convencerme de que lo que llevo no es suficiente, que ni siquiera se siente como lo que al inicio imaginé, que tal vez ni siquiera di mi mejor esfuerzo. Estoy sofocada, ni siquiera mis canciones favoritas en el reproductor logran tranquilizarme. Todo está mal, lo sé y lo siento, intento mantenerme en calma pero todas mis emociones se enciman en mi cabeza, son abrumadoras y no me permiten reaccionar. Con la vista nublada suspiro, es un suspiro lleno de decepción y un poco desolado, creo que no soy suficiente y tal vez debería dejar todo como está y darme por vencida. Pero no soy así, yo no soy así, esta no es la primera vez por la que me encuentro en  algo así, lo he superado y por algo estoy aquí, por mis ánimos y deseos de triunfar. Mi mente intenta recuperarse y hallar una salida, pero algo que no logro comprender me trae de vuelta a un abismo de desesperación, un lugar oscuro del que durante las últimas semanas he tratado de huir, mas finalmente me ha alcanzado.

Creo encontrar una mejor salida, una sencilla. Cambio de pestaña, me dirijo a Pinterest y comienzo a sonreír. Esto es bueno, ¿no? Una ligera distracción, algo para liberarme, tan sólo serán unos minutos y volveré de mejor humor para continuar. Pasan esos minutos, avanzan las canciones y he perdido la cuenta del número de pines que he guardado en mi tablero. Miro la hora y es extremadamente tarde, he perdido tiempo valioso que jamás he de recuperar y aún estoy tan lejos de terminar. Me llevo las manos a la sien y suspiro una vez más. Es hora de continuar. Vuelvo al documento y tan solo digo “nop”. Es la avalancha de sufrimiento, la veo venir y no estoy lista para ello. De inmediato me dirijo a Instagram y el tiempo avanza más. ¿Cuántos reels he visto hasta ahora? Digo, adoro ver videos de mi serie favorita, pero hay un pequeño detalle, ahora es incluso más tarde y no he hecho nada productivo. Estoy a punto de volver por segunda vez al trabajo y mejor cambio a Youtube.

Suficiente, exclamo repentinamente, entonces miro a mi alrededor y ya es de noche, ¿No lo ves? Esta no es la solución, al menos no la más efectiva, quizá sí es la más fácil y cómoda, pero no llegaré a nada con ella, tan solo se convierte en un bucle del que no logro escapar y en cambio, al parecer sólo se empeora todo. Debo volver.

Extiendo y flexiono mis dedos, me cubro el rostro con las palmas y percibo mi cálida respiración en ellas. Le envío un mensaje a él, mi pequeño rayo de luz entre la oscuridad que me rodea. No contesta, es obvio, también está ocupado, haciendo lo que yo también debería hacer. Él no me resolverá el problema y lo sé bien, yo me metí en esto, me negué a un equipo y me decidí por hacer el trabajo sola para evitar hacer corajes con mis irresponsables compañeros. Eso he venido haciendo desde el bachillerato y me ha funcionado bien, pero ahora que veo todo, la magnitud de este proyecto, sé que si existe una sola persona que podrá salvarme, esa soy yo. Alzo la mirada al techo y respiro una vez más, vuelvo al documento; estoy cansada, pero creo sentirme un poco mejor. Leo lo último que escribí y una pequeña, pero sincera sonrisa se dibuja en mi rostro. Esto es lo que me apasiona, yo escogí el tema, yo investigué y sí, no es el trabajo que esperaba, pero me agrada lo que veo, estas cincuenta páginas las he escrito yo y únicamente yo, me siento orgullosa de lo que llevo avanzado. Sé que me sentiré así aún más si lo logro terminar, y la única manera de hacerlo, es tan sólo escribir.

Subo el volúmen de la música y las palabras poco a poco comienzan a fluir en mi mente.

Estoy de vuelta.

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