Facultad de Derecho
Facultad de Derecho
Recientemente entré a la facultad de Derecho, me di cuenta que al igual que yo, algunos de mis compañeros eligieron esta licenciatura porque un docente los inspiró y apoyó. Cuando comencé la prepa me di cuenta de que quería estudiar derecho, pero no estaba totalmente convencida hasta que conocí a la maestra Areli. Ella, de una u otra forma, me motivó para tomar la decisión que definirá gran parte de mi vida; gracias a sus clases entendí que quería estudiar en el área de las ciencias sociales. Cuando entré a mi último año de prepa, las anécdotas de la maestra Areli tomaron sentido, supe que quería defender y ayudar a todas las personas que no tienen voz.
En el gran camino que es la escuela encontramos a maestros y profesores que destruyen tus sueños, pero te ayudan a crear nuevos, te dan consejos que te pueden ayudar en el momento, o simplemente no los entiendes hasta después de un tiempo. Los maestros y profesores tienen un peso importante en nuestro crecimiento, tanto académico como personal; desde los tres años que entramos al kínder, hasta que nos graduamos de la universidad, nos ven formarnos cómo personas y profesionales, nos inspiran para tomar decisiones y nos ayudan a crecer.
Contrario a lo anterior, y porque no todo es color de rosa, hay docentes que no tienen amor por la profesión, así que vacían sus frustraciones sobre los estudiantes. En el sistema educativo mexicano hay muchísimas injusticias, no todos tienen el privilegio de estudiar, aunque es considerado un derecho, se convierte en un privilegio. Tampoco todas las personas tienen la solvencia económica, ni la oportunidad o la suerte de tener un plantel cerca con profesores y maestros de calidad. Otra escuela no es posible, es necesaria, la educación permite a la sociedad construir a personas con pensamiento crítico y a los futuros profesionistas.
Un buen profesor influye en nuestro aprendizaje porque nos contagia de su capacidad para interesarnos en la vida, por eso es importante que las personas que nos imparten las asignaturas estén capacitadas para que logremos aprender y compartir con la sociedad nuestros aprendizajes. Admiro a las personas que tienen la vocación para ser docentes, como los normalistas. Las escuelas normales rurales están hechas para la formación de profesores en zonas rurales y marginadas. Esta es una iniciativa maravillosa porque este tipo de escuelas divulgan la educación para que deje de ser un privilegio y por fin se convierta en un derecho.
Estoy de acuerdo en que la educación empieza en casa, pero para tener buenos profesionistas necesitamos docentes de calidad, que tengan preparación y amor por su trabajo, para que nos contagien a los alumnos de sus conocimientos. Para nosotros es más fácil recordar a aquellos profesores apasionados por impartir una materia, que les importaba nuestro aprendizaje y que te enseñan a entender y pensar.
Tal vez no volvamos a utilizar los conocimientos vistos en alguna materia; empero, nos quedaremos con las lecciones de vida. En mi corto camino por la facultad me estoy encontrando con catedráticos maravillosos, y aunque no todo es gracias a ellos, también se trata de mi esfuerzo, es gratificante saber que dentro de la escuela tienes a alguien que te apoye.
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2 Responses
Estoy de acuerdo, los profesores hacen gran parte del trabajo, aunque no total, en nosotros también queda responsabilidad hacia nuestras metas.
Que bonito texto, definitivamente tiene mucha razón.🫶