Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán
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Por los rincones de la Merced Gómez vivía un chavo de 19 años popular entre vecinos y transeúntes llamado Alex. Le gustaba rodar en bicicleta, jugar futbol, practicar natación, tocar guitarra e irse de fiesta cada viernes por las noches. Algunos le decían “el chico de Barranca del Muerto 511” –por su departamento–, y otros “la leyenda del Barrio” –por su gran carisma–. Era un destacado triatleta de alto rendimiento, reconocido por su enorme dedicación por el deporte tanto en la Prepa 6 como en la Facultad de Derecho.
Pero un día, su familia, que vendía frutas y verduras en los tianguis de la Ciudad, comenzó a sufrir una crisis económica; sus ingresos se vieron muy afectados y dejaron de cubrir los gastos para seguir entrenando. A partir de entonces, se vio obligado a dejar indefinidamente el triatlón y buscar los recursos para salir de ese martirio.
Alex estaba sumamente triste, no quiso salir de su habitación ni siquiera para comer un bocado, lloraba de tanto miedo por no saber hasta cuándo terminaría esa tormenta para poder regresar a su pasión deportiva y cumplir su sueño de ganar alguna medalla de oro.
–Diosito, ¿qué te hemos hecho?, ¿por qué ponernos en esta situación?, ¿hasta cuándo volveremos a ser felices, hasta cuándo, Señor? –exclamó.
Varias horas después de estar encerrado, salió a tomar aire fresco y, para su sorpresa, la bici que tenía estaba muy deteriorada, no funcionaban los frenos, el manubrio desgastado y las llantas estaban severamente dañadas. No había gran remedio por hacer, era una simple chatarra inservible. Esto hizo que se desmotivara aún más, al pensar que sus aspiraciones estaban perdidas.
Cayó la noche y Alex no podía dormir por tanta angustia y ansiedad de no encontrar una solución, pues sabía que para regresar al triatlón debía de conseguir una nueva bici y dinero para su familia.
–¿Ahora que voy a hacer? Necesito buscar ayudita y obtener varo para que mis jefes puedan salir de ésta, tener la nueva bici que necesito y regresar muy feliz al tri –se decía.
Eran las 7 de la mañana del siguiente día y, después de consumir un delicioso desayuno, Alex salió a pedir apoyo entre sus vecinos del Barrio; caminaba calle por calle y tocaba puerta por puerta, con la esperanza de que alguien de su localidad le tendiera la mano, pero luego de tanto esfuerzo no obtuvo respuesta alguna.
Desesperado, buscó una segunda alternativa y se dirigió a la casa de Fabián, su mejor amigo de la carrera, en la colonia Del Carmen, para pedirle su ayuda. Luego de un largo viaje llegó al lugar, tocó el timbre, esperó por varios minutos y la puerta siguió cerrada. Al ver que no había nadie y con el ánimo muy bajo emprendió el camino de regreso a su departamento.
Transcurría el tiempo y Alex seguía bloqueado. Sus posibilidades estaban agotadas. Mientras tanto, agarró su guitarra, se sentó en el sofá y comenzó a tocar The Suburbs de Arcade Fire. Pero de repente, una llamada lo interrumpió por completo. Tomó su celular y, al darse cuenta que era Alison, su gran amiga de la prepa, en automático contestó.
Charlaron durante cinco minutos y después de enterarse que ella lo apoyaría para salir adelante se llenó de gran alegría y satisfacción, y las esperanzas nuevamente surgieron. Fue tanta su emoción que no tuvo palabras para dar crédito de ese momento inolvidable.
A la mañana siguiente, ambos se vieron en el Portal San Ángel y de ahí se fueron rumbo a una fundación de apoyo deportivo, en la colonia Xoco, que cambiaría la vida del triatleta de Barrio. Momentos después de arribar al edificio, esperaron en el lobby y, cuando Alison entró al baño, se le acercaron a Alex dos personas, que sin saberlo se convertirían en sus grandes amigos. Eran Irving y Natalie, dos jóvenes deportistas miembros de la fundación. Irving se sorprendió al conocerlo en persona e inmediatamente le dijo:
–Oh my God! ¿Tú eres Alex, el chico triatleta famoso de la Merced Gómez?
–¡Sí! ¡Qué enorme gusto conocerte! –respondió Alex.
Después del intercambio de palabras, Alison y Alex recibieron una calurosa bienvenida y subieron por el elevador hasta la sala de juntas del piso 13.
Al llegar, se sentaron y platicaron muy tranquilamente y, después de que Alex conmoviera a los jóvenes con su historia de vida y momentos difíciles, Natalie se levantó, lo abrazó y le manifestó que la fundación lo apoyaría para hacer realidad tan anhelado regreso. Después de la reunión y con gran entusiasmo, Alex les agradeció su acompañamiento y se retiró de allí.
Tiempo después, Alex, su familia y sus amigos, junto a varios legisladores y otros deportistas, se dieron cita en el Senado de la República para participar en un Foro de talentos deportivos al que fueron invitados y que la fundación había organizado. Antes de iniciar, el joven deportista, ya de vuelta en el triatlón, se preparaba para compartir una gran experiencia.
Luego de varias horas de intervenciones, tocó el turno de Alex, quien subió a la Máxima Tribuna y comentó sobre su carrera deportiva y su pasión por el triatlón. Casi pasaba desapercibido hasta que, frente a asistentes y medios de comunicación, dijo lo siguiente:
–El gobierno jamás nos ha apoyado y cuando hay carencias tenemos que rifárnosla con tal de salir adelante, por ello, nuestros logros no son gracias a quienes dirigen nuestro país, sino a todo el esfuerzo que hemos realizado juntos, y del resultado de años de trabajo.
Al terminar, los presentes, sorprendidos de sus palabras, se pusieron de pie y le aplaudieron muy fuerte durante unos segundos. Alex se mostró muy satisfecho.
Cuando llegó a su departamento, subió un video de su participación, pero a los pocos minutos, mientras preparaba un brownie, su celular comenzó a sonar y vibrar por ratitos.
Extrañado de lo que ocurría, tomó su teléfono y revisó la gran cantidad de llamadas, mensajes y notificaciones recibidos a partir de la gran polémica que ocasionó.
Sus redes estaban llenas de ataques e insultos, así como de reconocimientos y felicitaciones.
Sus seguidores aumentaban con frecuencia y se volvió tendencia en publicaciones y espacios informativos. Los medios lo buscaron para pedirle entrevistas y participar en programas de radio y televisión respecto a lo ocurrido.
Durante los siguientes días, mientras Alex iba en camino a las entrevistas, observó que todos los medios impresos publicaron notas suyas en primera plana. Su discurso generó tanto revuelo por todos lados. Nunca se imaginó la gran fama y el gran éxito obtenidos gracias a su historia de vida y sus méritos deportivos.
Su vida dio un giro inesperado cuando diferentes personas de su Barrio, la Facultad y transeúntes se le acercaban para darle mensajes de aliento, así como para platicar, tomarse fotografías e interactuar con él. Pero aún más, cuando su nombre fue objeto de homenajes e inspiraciones en películas, series y obras literarias.
Fue entonces que este triatleta de Barrio se convirtió en un gran referente para el país, y con el pasar de los años fue invitado a diferentes eventos y a colaborar con organizaciones enfocadas a mejorar la vida y estimular el talento de jóvenes deportistas, llevándolo a tener un ritmo de vida distinto y una alta popularidad que dio de qué hablar e inspiró a muchos a seguir sus pasos.
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Nada como un buen viaje para despertar y quitarse las cadenas
Una respuesta
Me encantó!! Sin duda, deja para grandes reflexiones sobre lo que realmente es el éxito en la vida real 🤗
Eres un orgullo para la familia hijo 👏🏻✨