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Alan Mauricio Cabrera

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Naucalpan

Soy Alan, me gusta jugar basket, leer, escribir, escuchar música, rapear y hacer reír a la gente. Yo no sabía de este periódico pero mi amiga Yuriko me recomendó el enviar mi colaboración y pues aquí está.

Ganarle al destino

Número 7 / OCTUBRE - DICIEMBRE 2022

¡A pesar de verse imposible, los humanos nunca nos rendimos!

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Alan Mauricio Cabrera

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Naucalpan

“Él estaba dispuesto a dejar corazón,

Poner en alto su orgullo en nombre de su bendito amor,

Pero ante todo tipo de finales, había una conclusión

Y es que pretender ganarle al destino, definitivamente de elecciones, es la peor”.

Ese muchacho llamado Dilan, era muy orgulloso al parecer

O meramente, vacío ante el sentimentalismo,

No por carecer de ello, sino por no creerlo merecer,

Ser amado y amar, miedo al abandono y, sobre todo, egocentrismo,

Buscaba por todos lados alguna distracción,

Algo que centrara su mala manera de ser, a una buena vida,

Fue entonces que comprendió, que su tiempo no era una total pérdida,

Dilan conoció a la belleza hecha dama, bien conocida como: “satisfacción”.

Con el paso del tiempo, conoció a esa persona,

Y, como todo ser, quiere poder amar y ser amado,

Interpretó que estar con ella volvía el peor lugar en la mejor zona,

Él lo supo: “Ella, quiero que ella siempre esté a mi lado”.

La vida en sueños le conversaba:

“Tus caminos son frutos de vida, pero no de final,

Puedes controlarte, pero no al destino y al monstruo que a diario tu puerta llamaba,

Crees que va a ser diferente, pero eres único, en cambio no especial”.

Dilan sabía lo que quería, y lo que sentía:

“Tú puedes llamarte como quieras, ser el oscuro que todos adoran:

‘Vida’, ‘futuro’, ‘deidad’, pero sabemos que ‘destino’ es como te apodan;

Tú puedes hablar y murmurar, pero estás intentando sacar mi cobardía”.

Las discusiones no pararon, la vida para estos instantes los preparó,

Dilan estaba decidido a vivir su cuento soñado,

Pero “Destino” era el más seguro de cualquier resultado,

Nadie lo pensó, simplemente así pasó.

Dilan le mencionó: “Sé que no dejarás que sea feliz

Y que tu manera simplemente es el dolor a través de un camino’”.

“Destino” contestó: “Puedes comer, dormir, trabajar, todo el día para vivir,

pero, aunque le pongas todas las ganas del mundo, nadie le gana al destino”.

Dilan enfurecido, testificó: “¡Tienes razón, pero no voy a ceder mi amor por ella

Voy a entrenar para vencerte, mientras tú, cuentas todas las estrellas!”

“Destino” riendo, le comentó: “Me haces reír pobre insolente,

Pero si tu orgullo no te detiene, haz lo que te ilusionaste a través de tu mente”.

Después de haber pasado el tiempo, los dos se encontraron en el desierto,

Lugar donde concurrieron 3 entidades: “Dilan”, “Destino” y, “Satisfacción”;

Dilan y Destino se observan frente a frente, y a pesar de que el futuro es incierto,

Los dos se rieron, ya que ambos sabían, que sólo hay una conclusión.

Los golpes no son cosa de esperar, pues al comenzar no pudieron esquivar,

Simplemente volaban los puñetazos a diestra y siniestra,

“Estas tormentas nacen de tu destrucción, humano, esta naturaleza es vuestra”

Lágrimas, gotas de sudor y sangre en el aire empezaban a volar.

Dilan lo aprendió desde que conoció a Satisfacción en su momento:

La vida es un camino, un goce y muestras de lo que sentimos

Amar y ser amado, dañar sin intención, del humano es tan natural ese talento.

Pero Dilan mencionó: “¡A pesar de verse imposible, los humanos nunca nos rendimos!”

Él estaba preparado para dejar espíritu y corazón,

Poner en alto su orgullo en nombre de su bendito amor,

Pero ante todo tipo de finales sólo había una conclusión,

Y es que querer ganarle al destino, definitivamente de elecciones, es la peor.

La vida lo preparó, le ayudó, y le condujo

Pero como siempre los sentimientos lo volvieron crédulo

Fue alguien que no era rico, pero sí con ciertos lujos

Pero él ser amado, era el mejor y único título;

Dilan lo concibió, quería creerse y sentirlo de verdad,

Pero él intuía que, por más ganas que proyectara y más se esforzara,

Hay veces que no basta para conquistar al destino y, sobre todo, a la realidad,

Echarle ganas no siempre es suficiente, al final, destino siempre lo derrotará,

No importaba si entrenara toda la vida para ese momento,

Si día, tarde y noche se estuviera previniendo mentalmente para ello,

Hay ocasiones que, por más que queramos “eso”, no nos tocará ganar por defecto,

Pero el derrochar, es lo que hace que el ganar sea increíble y bello.

“Yo te lo dije y no quisiste escucharme, eso te hace igual a los que luchan

Eres único, porque no te rendiste y luchaste, por lo que creíste era tu alegría,

Eso me hace sentirme orgulloso de ti, pero sigues sin ser especial,

Porque hiciste las cosas por orgullo antes que por algo que en verdad te

satisfacía”.

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