Es complicado encontrar a alguien que esté bien informadx sobre el feminismo, lo cual no está mal, siempre hay algo nuevo por aprender, incluso yo, que estoy escribiendo esto, estoy consciente de que escribo desde las sombras de la ignorancia; sé que sigo aprendiendo e intentando mejorar, no soy conocedora de un todo absoluto, es un proceso largo por el que todxs pasamos.

Y, sin embargo, es imposible negar que hay gente que no quiere salir de la ignorancia. Una de las magias del feminismo es que está ahí para incomodar, si no nos damos cuenta de lo que estamos haciendo mal no hay manera de corregirlo. Es triste notar la cantidad de personas que preguntan si la igualdad es golpear a una mujer; ¿por qué razón la igualdad tiene que ser un maltrato? Como si fuera un castigo.

La lucha del feminismo busca la liberación de la mujer de un sistema patriarcal, lo cual no será posible si seguimos pasando de largo desde los micromachismos hasta los feminicidios.

Durante años la lucha feminista ha buscado una sociedad segura para las mujeres, somos herederas de luchas del pasado, esta generación busca hacer más cambios utilizando lo que las feministas han legado. Aunque podemos ver en la respuesta de comunidad que no ha sido un comportamiento bienvenido, y no solo eso, sino que también ha sido objeto de burla y discriminación.

Es complicado deconstruirse cuando por años se nos han inculcado costumbres e ideas machistas, más cuando este tipo de educación viene de familia: “Sara, levanta los trastes de tu tío”, “Linda, sírvele a tu hermano”. También el cómo se educa a ambos géneros respecto a la figura femenina es un factor que afecta mucho: desde pequeños se nos enseña que el lugar de la mujer es en la cocina, en la cama o complaciendo al marido dándole lo que quiera y lo que necesite, incluso si él llega a tratar mal a la mujer, porque, eso también es amor, ¿verdad?

De esto precisamente se tratan los micromachismos, situaciones que nos dañan como sociedad, lo peor es que este tipo de actitudes son totalmente aceptadas socialmente, cosas como cosificar a las mujeres en la industria del entretenimiento, hombres haciendo comentarios degradantes sobre otras mujeres, madres enseñando a sus hijas a ser sumisas ante los maltratos de un hombre. Es agregar un pequeño grano de arena a la montaña que está a punto de colapsar.

De eso podemos pasar a cosas más graves, como tocar a mujeres sin su consentimiento, golpearlas, maltratarlas psicológicamente; si lo pensamos detenidamente, todo esto viene desde la mentalidad de que la mujer es un ser inútil que solo sirve para mantener a la raza humana, dejándonos en un lugar en el que solo servimos como úteros.

Y esto escala a secuestros o feminicidios, las peores cosas que se puedan imaginar.

Es un problema que tiene que ser erradicado de raíz, pero mientras haya gente desinformada esto seguirá siendo igual de complicado que con las generaciones pasadas.

Es cierto que dentro del feminismo también hay mucha desinformación, pero no podemos hablar de esto sin antes saber que existen ramas distintas del feminismo: las afrofeministas (mujeres feministas afroamericanas), las anarcofeministas (mujeres feministas a favor de la anarquía), radfems (mujeres feministas seguidoras de la teoría radical), queerfems (mujeres feministas que luchan también por los derechos de las mujeres LGBTQ+), por mencionar algunas.

A pesar de que todas las ramas del feminismo luchan por la liberación de la mujer, también tienen otras luchas, ya que no es el mismo tipo de opresión el que sufre una mujer afroamericana que el que sufre una mujer anglosajona. Esto no quiere decir que una forma de opresión sea menos válida que la otra, solo es una manera de aceptar que tenemos diferencias y que no vamos a poder llegar a una solución grupal si no las aceptamos y entendemos que hay luchas que no nos pertenecen.

Sí, es cierto que hay ramas que en verdad han aportado mucho, pero es imposible ignorar que también hay ramas, como la radfem, que nos han hecho mucho daño.

La rama TERF no nos daña por sí sola, ni por su teoría, el problema es que está en su mayoría conformada por mujeres burguesas que son opresoras de otras mujeres, también es una rama extremadamente transfóbica, de ahí el término TERF (trans exclusionary radical feminist), esta rama tiene ideologías como “una hermana con disforia es una hermana perdida”, refiriéndose a los hombres transgénero, o también “hombre con falda”, refiriéndose a las mujeres transgénero. Entonces, son mujeres opresoras que dicen luchar a nuestro lado, cuando no se cuestionan su racismo, clasismo, transfobia. Un punto importante del feminismo es cuestionar todas las formas de opresión y todos los privilegios en la sociedad. Si tu discurso suena a algo que diría tu opresor, hay cosas que cambiar.

Otro factor con el que el feminismo debe de lidiar es un sistema judicial que nos perjudica: solo un pequeño porcentaje de casos catalogados como feminicidios realmente llegan a una conclusión.

En el caso de la mujer, la corrupción es un problema muy grave, un claro ejemplo, es que en 2015 solo se reportaron 322 casos de feminicidios al INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), mientras que 566 casos de feminicidios fueron reportados de parte de las autoridades vía Acceso a la Información. La impunidad es otro problema con el que no hemos podido acabar: varios casos que claramente eran feminicidios no fueron catalogados como tal, quitándole oportunidad a las víctimas de obtener justicia. “La autoridad sigue sin tener una explicación clara del porqué a crímenes que se han cometido con saña o con violencia sexual; es decir, casos que claramente son feminicidios o que tendrían que haberse investigado como feminicidio, no se investigan. La autoridad al final del día no los está consignando, ni procesando, ni se están recibiendo sentencias”, mencionó la abogada Karla Micheel Salas Ramírez.

Antes y después del feminicidio, el problema con los asesinatos a las mujeres sigue siendo el mismo: la danza de las cifras.

A pesar de que esto parece ser eterno, sabemos muy bien que nuestro esfuerzo da frutos; hasta ahora hemos logrado cosas muy importantes, pero todavía hay mucho por cambiar, y nosotras no descansaremos hasta lograrlo. Porque si nos falta una, nos faltan todas.