En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
concepto.com
Picture of Ricardo Abraham Cisneros Serralde

Ricardo Abraham Cisneros Serralde

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Me llamo Abraham, voy en la FCPyS y me gusta mucho escribir, soy amante de la música y soy muy tímido.

¿Eres lo que consumes?

Número 14 / JULIO - SEPTIEMBRE 2024

Debemos de mirar más allá de los prejuicios

Picture of Ricardo Abraham Cisneros Serralde

Ricardo Abraham Cisneros Serralde

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

¿Cuántas veces te han criticado por la música que escuchas?, ¿por cómo te vistes?, ¿por tus gustos? Es probable que la respuesta sea muchas. Vivimos en una sociedad que a menudo define a las personas por sus preferencias y elecciones de consumo. Sin embargo, reducir nuestra identidad a lo que consumimos es simplista y no refleja la complejidad de nuestra esencia. Tus gustos musicales, tu estilo de vestir, e incluso las películas o libros que disfrutas, son solo una parte de lo que eres. Claro, nuestras elecciones pueden decir algo sobre nosotros, pero no lo dicen todo. Somos mucho más que la suma de nuestras partes visibles.

 

Cada elección que hacemos está influenciada por una combinación única de factores: nuestra educación, experiencias personales, entorno cultural, y estado emocional en un momento dado. Dos personas pueden disfrutar de la misma canción por razones completamente diferentes: una puede sentirse atraída por la letra, mientras que la otra aprecia la melodía. Además, nuestras preferencias cambian con el tiempo. Lo que te gusta hoy puede no ser lo que te guste mañana, y eso está bien. Cambiar es parte de crecer. Definir a alguien por sus gustos en un momento específico es negar la posibilidad de evolución personal. Es crucial recordar que la identidad es multidimensional. La forma en que tratamos a los demás, nuestras acciones y valores, y cómo enfrentamos los desafíos de la vida son aspectos mucho más reveladores de quiénes somos realmente.

 

Estando en la Facultad, mi gusto por diferentes géneros musicales me trajo algunos problemas. Siempre me ha fascinado la energía y la complejidad de géneros musicales que no son para todas las personas, pero no todos lo entendían de la misma manera. Llegué a escuchar comentarios tipo: “¿En serio escuchas esa música tu, que te ves tan correcto y normalmente no se ve que escuches ese tipo de música?” O “esa música solo la escuchan tipos de personas inferiores a ti!” Lo curioso fue que somos de la misma generación, no me lo decían personas mayores que yo, o niños, que en algunos casos se les haría más fácil juzgar. 

 

Esos comentario me dejaron helado. No solo sentí que estaban juzgando mis gustos musicales, sino que estaban cuestionando mi personalidad y mi valor como persona. En ese momento, me di cuenta de lo fácil que era para algunos encasillar a las personas basándose en algo tan superficial como la música que escuchan. Así que no, claro que no eres lo que consumes, y sí, es difícil hacer que la gente entienda eso, a pesar de los gustos que tengan ellos mismos. La sociedad tiende a juzgar y etiquetar, simplificando la riqueza de nuestras experiencias y personalidades a través de estereotipos y prejuicios. Pero, ¿por qué es tan complicado para algunos aceptar esta verdad?

 

En parte, se debe a la comodidad de las etiquetas. Clasificar a las personas según sus gustos y elecciones facilita las interacciones superficiales. Sin embargo, esta simplificación ignora la profundidad de las experiencias humanas y perpetúa la división. Además, las redes sociales y la cultura de la imagen han exacerbado esta tendencia. Nos hemos acostumbrado a formar opiniones rápidas basadas en lo que vemos y oímos en línea, sin tomarnos el tiempo para entender verdaderamente a las personas. Un simple vistazo a una lista de reproducción o a un perfil de Instagram puede llevar a conclusiones apresuradas y equivocadas sobre alguien.

 

Sin embargo, romper con estas barreras empieza con nosotros mismos. Es esencial que practiquemos la empatía y la comprensión. Debemos recordar que cada persona tiene una historia única, llena de matices que no se pueden resumir en un solo aspecto de su vida. Al compartir nuestras experiencias y ser abiertos sobre nuestras propias luchas con el juicio y los estereotipos, podemos ayudar a fomentar un entorno más inclusivo y comprensivo. No se trata sólo de tolerar las diferencias, sino de celebrarlas y aprender de ellas.

 

Así que, la próxima vez que te encuentres juzgando a alguien por sus gustos, detente y reflexiona. Piensa en lo que hay detrás de esas elecciones y recuerda que, al igual que tú, esa persona es mucho más de lo que aparenta. En un mundo que a menudo busca simplificar lo complejo, es nuestro deber reivindicar la riqueza y diversidad de la experiencia humana. La próxima vez que sientas que alguien te juzga por tus gustos, recuerda que eres un ser complejo, en constante cambio y crecimiento. No te dejes encasillar. Tu valor y esencia van mucho más allá de lo que consumes.

 

Más sobre ¿Como te ven te tratan?

Regresó el show de Victoria’s Secret

Por Nelly Elaine Camarillo
Reflexiones más allá de la pasarela

Leer
El método Whiplash

El método Whiplash

Por Emmanuel López Crespo
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Leer
La educación es resistencia

La educación es resistencia

Por Natalia López Hernández
Ir a la escuela y no regresar a casa

Leer
Psicodanza en CCH Oriente

Psicodanza en CCH Oriente

Por Alejandra Leilani Soriano Guerrero
Una herramienta pedagógica que nos ayuda a conectar con nuestros sentimientos

Leer
El sueño

El sueño

Por Frida Perrusquía García
Tienes todo el tiempo para soñar, no para decidir

Leer
Primera Semana LGBTTTIQ+ de Polakas

Primera Semana LGBTTTIQ+ de Polakas

Por Naomi Pedraza y Sebastián M. Cordero
La diversidad entusiasma a la comunidad universitaria

Leer

Deja tus comentarios sobre el artículo

¿Eres lo que consumes?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

fourteen − five =