Foto de shyam mishra / pexels
Foto de shyam mishra / pexels
“La música es un puente, un lugar de encuentro entre dos personas”
Priestley, 1975
Las emociones son algo muy difícil de comprender, hay ocasiones en las que ni siquiera logramos identificar lo que sentimos o relacionarlas con los sucesos de nuestras vidas; ahora piensa, ¿cómo es que aprendemos a comunicar lo que nos es tan difícil distinguir? ¿Cómo nos llegamos a explicar a nosotros mismos lo que sentimos?
Esto suele ser algo que se va desarrollando en las infancias, pues es donde debemos aprender a conectar con nuestras emociones y así de adultos poder sobrellevarlas, pero hay que admitir que por más que sepamos gestionar las emociones, muchas veces no sabemos cómo entenderlas y es en estos momentos que empezamos a buscar algo que nos ayude a expresar lo que sentimos.
Muchas veces la forma en la que logramos esto es a través de la música, ya sea por las letras o las melodías, pero cuando logras hacer esta conexión entra la música y tu corazón es cuando permites que diferentes letras expresen aquellas emociones que no sabías cómo poner en la mesa, y es cuando encuentras géneros o artistas con los cuales te encariñas porque te ayudan emocionalmente, tanto dejándote saber que tus emociones tiene forma como mostrándoles esta forma a las personas que tú quieres que las vean.
Y es que la música a nivel cerebral tiene una relevancia bastante grande, pues “la música activa las neuronas-espejos, que son las que nos permiten empatizar con los cantantes o letras, pues reflejan las acciones o intenciones como si fueran propias, de esta forma podemos sentir el dolor de otros, su alegría, su tristeza… nos permite compartir sentimientos y emociones”. (Collado, 2016).
Cuando estas conexiones ocurren se tienden a comunicar emociones de cualquier tipo por medio de canciones, y esto se vuelve el lenguaje de la persona que tiene este apego a la música, por lo que yo nos llamó “emocionalmente musicales”.
Es así que la música es, en muchos casos, una herramienta psicológica para la gestión y el desarrollo de una comunicación emocional asertiva para quienes no obtuvimos las herramientas necesarias para dicho desarrollo; las melodías son verdaderos lugares seguros de ayuda y confort para quienes requerimos un método diferente de comunicación.
FUENTES:
Por Armando Arteaga
Cuatro pasos infalibles para lograr la misiva perfecta
Por María Esther González Paredes
De las fronteras entre el cuerpo, el otrx y el universo
Por Diana Laura Yáñez Toro
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