Facultad de Filosofía y Letras
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—¿Y a ti qué películas te gustan? —preguntó Joe.
—¿Qué? Bueno, no lo sé. Creo que mis favoritas son las de Harry Potter —respondió ella.
—¿En serio? Jamás las he visto. Me gustan más las películas realistas de asesinos como Scream o Viernes 13.
—Debes verlas. Son increíbles. La verdad jamás he visto esas de asesinos. Creo que prefiero un poco más el romance —aclaró Danis.
—¿En serio? Digo no tiene nada de malo. Solamente que no te ves como alguien que guste de ese género. Realmente no me gustan, se me hacen tan fantasiosas,son un mundo irreal que intenta idealizar la idea romántica de cómo debe de funcionar el amor, pero solamente es una ilusión que te obligan a perseguir.
—Bueno, tampoco es como que tus películas de horror sean muy realistas. Son solamente muertes, una tras otra, con un tipo que es indestructible. No le veo mucho sentido ver una película que no tiene historia alguna.
—Son terapéuticas. Ver cómo es que la gente de la película la pasa peor que tú, es algo que te da motivos para seguir, porque siempre puedes estar peor. Quién sabe, podría estar ahora mismo un tipo gigante de dos metros acechandonos. Resulta que es satisfactorio ver cómo es que buscan una nueva forma de entretener, utilizando los mismos clichés de todas las películas de horror. A diferencia del género de romance, cuando vas a ver una película de horror, sabes quién muere, sabes quién sobrevive, lo interesante es ver la forma en que lo hacen, sin embargo ver una película de romance que intenta aparentar lo que será la nueva película del siglo, siendo la misma historia de siempre, solamente cambiando de espacio y tiempo.
—¿A qué te refieres con eso?
—Me refiero a “una historia de amor”, “una historia de amor en navidad”, “una historia más de amor pero en verano donde se van de campamento y tendrán otra gran pelea pero sabes que al final terminarán de nuevo juntos”.
—¿En serio no crees posible que algo espontáneo como lo es el amor pueda ocurrir? A veces puede parecer una historia compleja pero te ayuda a definir lo que deseas. No creo que en ninguna ocasión en toda tu vida no hayas estado ni cerca de una historia, que al menos de alguna parte asemeje o te haga sentir en una película de romance. Cuando estás enamorado ves la vida de una forma diferente, la vida parece buena, tiene sus altas y bajas, hay momentos de tristeza pero te hace saber que funcionará, que a pesar de lo ocurrido está allí para ti. Por algo estarán juntos a pesar de las adversidades o las peleas que les ponga el mundo. No tan diferente a tus películas, la diferencia es que aquí el monstruo que los persigue no es visible, son las situaciones o lugares que les rodea y lo bello es ver el reencuentro. Esto es algo que todos experimentamos alguna vez en nuestra vida y se siente como si fuese una película, pero una vez que pasa, jamás sabes cuándo lo volverás a sentir de nuevo. Las películas de romance te ayudan a eso, a mantener vivo ese sentimiento, a vivir la idea y darte las fuerzas para buscar aquella experiencia que tanto anhelas y esperas volver a sentir.
Joe baja la mirada y guarda silencio por apenas unos minutos, mientras analiza y reflexiona lo que Danis le acaba de decir.
—Claro porque todos deben experimentar el sentimiento de amor. Jamás lo había visto de esa forma tan bella en que lo explicas, el género de romance no busca ser una representación de la realidad. La película puede parecer tan irreal porque lo estás viendo desde la perspectiva de los sentimientos de los protagonistas; así como una película de horror es consciente de que es fantasía pero trata de darle un sentido a cada personaje intentando aparentar una vida realista. En efecto. Creo que jamás lo había analizado desde esa perspectiva —reflexionó con extrañeza.
—No contestaste mi pregunta, ¿en verdad jamás habías experimentado algo espontáneo como una película de romance? —cuestionó nuevamente Denis.
—Bueno, creo que ahora lo estoy intentando. Por cierto, prometo que veré toda la saga de Harry Potter.
—Sí, deberías verla, es probable que te guste.
—Puede que sí. Oye sé que es extraño y tal vez apresurado, digo literalmente te acabo de hablar y conocer, ¿pero te gustaría ir al cine conmigo saliendo de aquí?
—¿No se te hace muy pronto? —preguntó Denis de manera extrañada.
—¿Por qué? Conozco tanto de ti. Sé que has vivido momentos difíciles, pero eres fuerte mientras avanzas, porque sabes que eso que tanto esperas está a punto de pasar.
—Y yo sé de ti. Que te haces fuerte, pero de poco en poco la monotonía de tu historia es algo que te abruma cada vez más.
—¿Eso es un sí?
Danis toma un momento para pensarlo, pero al ver a Joe de nuevo le sonríe y responde:
—De acuerdo, pero yo elijo la película —.
—Vamos entonces.¿Sabes? Creo que ya lo entendí. La vida es compleja y no es descriptible. Esa es su esencia, pues nunca sabes qué pasará el día de mañana. Siempre puedes crear una historia nueva y dependerá de ti cómo la veas. Entiendo porque surgen todas estas historias románticas, son explosiones de sentimientos y emociones, pero no hay nada mejor que la realidad. Disfrutar cada etapa de un sentimiento que apenas surge es parte de una historia larga que apenas se crea.
Ambos se quedan mirando fijamente.
—Como si fuera una plática de una hora —dijo Denis.
—El amor es complejo. Cualquier sentimiento lo es. El tiempo es subjetivo. Pero cuando se conecta uno puede estar viviendo la mejor novela que se haya podido imaginar jamás, con tan solo unas palabras.
—Exacto, es como una historia escrita donde sin importar y sin esperar sabes o sientes que dirán algo perfecto.
—Todo pasa por algo. Puede que una historia ya está escrita, pero no importa cuántas veces te regreses a leerla una y otra vez.
—Gracias por pensarlo en verdad. Después creerás que no, aunque, no quisiera.
Joe le toma la mano a Danis.
—No será así —exclama Joe.
—¿Nos vamos? —responde ella.
—Claro, solo dame un momento.
Danis se levanta y se empieza a ir, pero se detiene al darse cuenta que Joe no se mueve.
—¿Qué estás haciendo? —pregunta ella.
—Recordando este momento —dice entre suspiros.
Danis sigue caminando y va desapareciendo poco a poco, mientras a lo lejos se puede escuchar una voz que se acerca cada vez más a Joe pronunciando su nombre repetidamente.
—¡Joe! ¿Estás bien? ¿Sigues allí? —gritó una voz distinta a la de Denis.
—¿Qué, qué pasó?
—Estábamos hablando de nuestras películas favoritas. Qué tipo tan raro.
—Cierto, sí. Estaba recordando las películas de Harry Potter.
—Se me hacen super aburridas, sinceramente jamás las he visto —dijo la voz extraña.
—Sí… yo tampoco.
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