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En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
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Bhargava Marripati/Pexels
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Marcos Alexander de León Huerta

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Vallejo

El país en donde ocultamos sigilosamente el rostro

Número 2 / JULIO - SEPTIEMBRE 2021

El racismo, una faceta que el mexicano oculta, una faceta de la que nadie habla.

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Marcos Alexander de León Huerta

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Vallejo

El racismo, una faceta que el mexicano oculta, una faceta de la que nadie habla. Es increíble que en México, un país que tiene una  diversidad étnica, religiosa, sexual y de pueblos, no se toque un tema tan fundamental como es el racismo.

Sabemos que desde la  época colonial en México esto es un gran problema, ya que en la nueva España, “se protegía”, a los originarios de tal país, sin embargo los peninsulares trataban de una forma poco razonable a nuestros allegados. Es evidente que en México, durante la época colonial existió el racismo y la discriminación en niveles altísimos aunque en muchos libros de historia esto se oculta.

Recordemos cómo en el México independiente los gobiernos dejaron olvidados a diversos sectores; lo cual es entendible hasta cierto punto porque en ese entonces en México no existía la estabilidad. México entraba en periodo de guerra continua, dejando aún lado un tema tan fundamental como este.

Recordemos también cómo en la época del porfiriato, la constitución era violada. Recordemos cómo en la península de Yucatán los líderes de las diversas haciendas esclavizaron a personas de una forma cruel, mediante deudas fantasmas y autoritarismo.

Es importante que se conozca esto, porque muchos creen que durante el porfiriato en México reinó y triunfó la estabilidad y el crecimiento nacional, cuando en realidad había una muy mala administración de recursos, una pobre educación de la cual se aprovecharon los gobernantes de la época; no había prensa libre; quien estuviera en contra del gobierno era perseguido; la constitución era violada de una forma muy cruel y el presidente en turno  modificaba las leyes a su placer y conveniencia. Así existieron las condiciones idóneas para que el racismo, el clasismo, el autoritarismo y la discriminación.

En el México contemporáneo esto se sigue presentando. Es  lamentable que en un país que siempre ha tratado de salir de  estos problemas los siga teniendo a niveles altos. Un ejemplo claro de discriminación y racismo es que algunas personas no tratan de manera correcta a los migrantes de Centroamérica;  quizá el gobierno ofrezca asilo humanitario, sin embargo esto es insuficiente puesto que el pueblo de México a pesar de ser unido, también es intolerante respecto a estas personas migrantes. Otro ejemplo es la discriminación a la comunidad LGBT, que sigue  haciendo que los jóvenes no sean libres y tengan miedo, esto es más común en las generaciones pasadas, porque en los jóvenes  existen nuevas ideologías. Hoy la libertad y el mostrarte como eres, son los ejes fundamentales de la época. Otro ejemplo es el  favoritismo que se ejerce en el momento de solicitar trabajo, en  donde se aceptan a personas las cuales tienen alguna cercanía con el jefe o se le da preferencia a personas que  estudian en ciertas escuelas.

Sin duda el gobierno mexicano tiene mucho que hacer, es  increíble que en pleno siglo XXI y con tantas nuevas ideas no  podamos erradicar un problema tan fuerte como lo es el racismo. No podemos conseguir un avance, progreso o crecimiento, sin antes reemplazar nuestros problemas.

Hago un llamado a la tolerancia, a la equidad, igualdad y unión. Estos ejes temáticos  nos ayudarán a progresar. Es desafortunado lo que está pasando en México relacionado con el tema, pero podemos actuar. También hago un llamado para que la autoridades pongan más  atención a este problema, propongo que se enfatice más en la materia de formación cívica y ética la igualdad, la aceptación de la diversidad, la libertad; además de crear campañas de anti-racismo.

Creo que México es capaz de eliminar esto de una vez por todas, si juntos luchamos por nuestros derechos. Podemos contra esto, ¡sí se puede!

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