La obra coreográfica De brujas y escobas, dirigida por Paulina Espinosa, es una pieza que resignifica la figura histórica de la bruja y la persecución que sufrieron las mujeres que desafiaron las normas patriarcales. Inspirada en los estudios de la historiadora y activista Silvia Federici, esta obra explora la caza de brujas como uno de los primeros feminicidios sistemáticos de la historia, una violencia organizada que buscó erradicar el poder femenino en las sociedades europeas durante los siglos XVI y XVII.

En escena, tres mujeres dan vida a las voces silenciadas de aquellas que fueron condenadas por su autonomía, conocimiento y resistencia. La escoba, un símbolo que tradicionalmente ha representado el rol doméstico femenino, es resignificada en la obra como una herramienta de emancipación y denuncia. Al transformar este objeto cotidiano en un elemento coreográfico, Espinosa destaca la capacidad de las mujeres para desafiar las estructuras opresivas que han intentado invisibilizarlas a lo largo del tiempo. Esta propuesta, que se alzó con el Premio Nacional de Danza Guillermo Arriaga 2024, también invita a reflexionar sobre las formas modernas de violencia de género y la lucha constante por la equidad.

La pieza De Brujas y Escobas fue presentada como parte del programa “Potencia M” de Danza UNAM, un ciclo dedicado a visibilizar el trabajo creativo de mujeres coreógrafas y bailarinas. Junto con obras como morAmora de La Marea Project y Maternar de Daniela Urías, este programa se enfocó en visibilizar temáticas relacionadas con la experiencia femenina, como la maternidad, el amor diverso y la violencia de género. A través de estas propuestas, “Potencia M” se consolida como un espacio de expresión artística que fortalece la voz de las mujeres en la danza contemporánea.

El papel de las mujeres en la danza ha sido fundamental a lo largo de la historia. Aunque esta disciplina se ha caracterizado por contar con una alta participación femenina, muchas veces los cargos de poder, como la dirección artística y la coreografía, han estado dominados por hombres. Sin embargo, la creciente visibilidad de propuestas lideradas por mujeres ha generado un cambio significativo en el panorama cultural. Obras como De Brujas y Escobas no solo celebran la creatividad femenina, sino que también desafían las narrativas tradicionales que reducen a la mujer a roles pasivos o meramente decorativos en la escena dancística.

Esta transformación en la danza refleja una lucha más amplia por el reconocimiento y la autonomía femenina en la sociedad contemporánea. Al resignificar elementos culturales y desafiar los discursos hegemónicos, las mujeres en la danza reafirman su papel como agentes de cambio. Obras como De Brujas y Escobas nos recuerdan que, así como las brujas desafiaron las normas de su tiempo, hoy las mujeres continúan enfrentando desigualdades y resistiendo las estructuras que limitan sus libertades. Este tipo de expresiones artísticas no solo enriquecen el panorama cultural, sino que también fortalecen la lucha por una sociedad más justa e igualitaria.