Facultad de Filosofía y Letras
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II. -Anoche-
Batía el sueño la realidad
como si atormentadas aguas;
generosamente elevados a símbolos
se proyectaban episodios cotidianos.
El estudio: una bola de nieve.
El trabajo: una industria tras otra,
construcción de pica y forja.
Los terceros: el movimiento, el alarido,
el cigarro y el tiempo.
La era: gris con sepia.
También, de madera,
un laberinto techado,
corredores ingleses,
banderolas, estandartes;
yo perdido en la academia,
y allí un minóico orangután
me desmembraba;
sin brazos
se enfatizaba mi peto romano,
pues el simio era el siglo.
[ oníricos anacronismos
y pírricas sonrisas ]
La agitación del mar, anoche,
era la de la mente
que no soñaba ya hacía tiempo…
… el sueño a la realidad batía ….
… despiertos al sueño, los ojos …
Y tú, ancla enarenada
hasta el subconsciente;
bajo las aguas, de pie,
me besabas,
y un oleaje imitaban los cuerpos…
III. -Jan Van Eyck-
Mi mano ya no es una mano,
porque mi mano ayer tomó su mano…
Hoy es mi mano un regalo,
una llave que otro cosmos abre.
Más que una mano es mi mano.
Y quien no lo entienda,
¿cómo ha amado?
IV. -Los murales verdes-
Al verde Mauricio Bastida
Como en muro al fresco
nace todo verde
en mi mente y con sonido
de agua. Río, gotera, lluvia.
Trago que mata la sed.
Las metrallas del crimen
todavía salen de un capullo
verde de mi sien.
Los pinceles sabios del arte
que me alimenta, son verdes.
Son verdes los libros hablantes
y los silenciados. Verdes porque
el verde es la sangre no humana;
el verde es todo ello que está afuera.
Verde intermitente cuando pienso
solo; soy entonces como el musgo
persistente en las paredes coloniales,
entonces soy como agua estancada
que se queda mirando; porque el agua
nos mira, nos contempla: me lo ha dicho
un charco, que tenía los ojos verdes.
El verde es el hambre que somete al mundo;
puño verde de agresor violento.
Verde es la denuncia; y verde es la justicia
que no hay. Se han puesto verdes la indiferencia
y el hartazgo. Y la confusión de las lenguas,
fue verde.
Porque el verde no tiene moral
ni ganas de tenerla;
el verde es una cámara que sueña
que se come todos los rincones
y lleva las cosas a todos los lugares.
El verde es una mano
que te sube al techo,
el verde son los ojos
que te muestran la ciudad quebrada.
El verde es la conciencia del desquicio;
el verde quisiera inundar el mundo
y abrazar a las dulces personas.
Abrazarlas verdemente.
El verde es el amor más noble,
donde los enternecidos crecen.
El verde no dice esto es malo
ni aquello bondadoso;
pero el verde se duele
y el verde sonríe.
El verde es lo más nuevo
porque va saliendo de una fábrica
en el mar, forrado en una caja
de cartón carísimo.
El verde es la flor peor,
porque perdiendo de lujo su olor
tórnase basura.
El verde es una trampa;
se ha estacionado afuera,
pues quiere secuestrarnos
y cortarnos los dedos.
El verde quiere desaparecernos.
Porque el verde nunca nos esconde
la verdad. El verde nos confronta
con la cruenta realidad.
Quiere el verde creer que todo estará mejor:
pero el verde nunca lo aseguraría.
El verde no es iluso; el verde no quiere
engañar conmoviendo con provecho.
El verde es un pacifista exhausto,
sabedor de que no hay paz
sino en momentos gratos y precarios.
El verde está hastiado de andar por el mundo;
está fatigado del mundo, porque lo ha entendido
indetenible.
El verde es un profeta del presente.
No revela, ni anuncia con ninguna voz
ningún futuro. Pues el poco futuro
que pudiera quedarnos lo han revelado ya
las catedrales de la industria con el humo
negro: ¡H A B E M U S M O R T E M!
El verde es, sí, el pueblo
que ya no descansa en la esperanza eterna
de más mundo para siempre y para todos.
El verde es la finitud desencantada.
Verde trágico ya nunca oculto;
pues solo el egoísmo mira bello el mundo;
¡este mundo que no lo está ni va a estarlo!
Verde que debe picarnos los pies,
quemarnos las manos; llevarnos
a alzar estandartes de flama
que elogien las causas mejores.
Verde múltiple y omnipresente:
muro mental que pinta a los osos
polares devorándose; a los prósperos
camellos siendo desde helicópteros
ametrallados; al crimen libre
en las casas encubridoras
donde todo el mal es perdonado
por la risa del villano
que prefiere, por su propio bien,
seguir engañado.
El verde no puede descansar,
es una máquina sin músculos ni sangre,
es la luz de una oficina por la noche,
es el párpado de un inconstante.
El verde es un pretexto,
es color de estos murales,
es el tono de la vida y de la sobrevida;
es la alfombra de la muerte, su tapiz, su casa,
su posada.
El verde es filosófica machaca
que a los mortales la ambrosía regala.
El verde es serio pero está jugando,
es libre como la sátira y trágico como la vida.
El verde duerme pero está pensando.
Verde cielo de esta realidad rojiza.
Realidad de matadero: poesía
del hartazgo de la brusquedad.
¡Ay, que reinasen los poemas del amar
y no los del abuso y la ignominia!
Verde camposanto ateo:
verde caja de pandora inversa.
¡Verde sinfonía irónica!
¡Collage apocalíptico de tantas formas
a una vez!
El verde es un Aleph
decepcionado.
Pero más verde es la flama
extrañísima de la esperanza.
Hay que alzar el verde
y que sobresalga el puño
del fango pútrido y descomunal
del mundo actual…
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Una respuesta
Estoy muy feliz por ti, tu talento y esfuerzo marcan la diferencia. En verdad me gustó. Bravo.