Edit Content
Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creativdad.
Foto de Ennie Horvath: PEXELS
Picture of Camila Danae Quezada Parada

Camila Danae Quezada Parada

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9 Pedro de Alba

Me llamo Danae, tengo 16 años y durante el tiempo que he vivido siempre me he sentido atraída por el arte desde la danza de la cual he intentado ritmos latinos y los he amado con todo mi corazón, hasta la escritura de la cual jamás me había atrevido a publicar nada. Esta vez lo intento gracias al chico que me entregó la revista en mi plantel y me animó a enviar mi texto. Siempre mis textos hablan sobre mí y lo que siento aunque no quiera siempre me encuentro en ellos, y esto es porque no lo hago siempre, lo hago cuando los sentimientos y las emociones están a flor de piel y necesito explotar y plasmar todo, es por eso que escribo mis sentimientos con las letras sólo fluyendo. Si envió esto es porque quiero que si alguien lo lee se dé cuenta que está bien sentir, y sentir demasiado no es malo, quiero mostrar lo que siempre guardo y quiero que él vea lo que esta vez sentí por él.

Aún recuerdo la tarde cuando te conocí

Número 10 / JULIO - SEPTIEMBRE 2023

Una carta de amor es la mejor manera de preservar un recuerdo

Picture of Camila Danae Quezada Parada

Camila Danae Quezada Parada

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9 Pedro de Alba

Recuerdo los momentos junto a ti, tu sonrisa por la que ahora estoy aquí, sentada pensando en que hice mal y por qué tuve que dejarte ir si creía que eras para mí.

Tenía días sin saber de ti, pero anoche soñé que me llamabas y decías que sentías lo mismo que yo, que morías por hacer todo lo que planeamos pero el tiempo impidió… y sólo me di cuenta de que era un sueño porque dijiste que me querías y dolió.

Dolió porque sabía que no era real, pero quise quedarme con la idea de que lo haces, de que en algún momento durante todo el desastre que eras fuiste honesto y cuando me dijiste “te quiero” era de verdad. 

Cuando aún estabas a mi lado te conté todas las metas que quería cumplir sin que tú supieras que eras una de ellas. Al final terminaste convirtiéndote en una de esas metas que no cumples, una de esas por las que haces demasiados sacrificios y recorres largos caminos sin importar lo que pase y cuando llegas al final solo encuentras un muro de concreto sin nada detrás haciendo que todo lo que hiciste no valga la pena.

Y es así porque no era ese camino el que debía seguir, pero me forcé a caminar sin mirar atrás y terminé perdiéndome a mí en el camino porque jamás debí ir detrás de alguien que jamás me iba a notar. Alguna vez también te dije que para mí todo tenía un inicio y un final, aunque había series que tenían capítulos especiales y reencuentros que lo cambiaban todo. Yo no quiero un capítulo final convirtiéndonos en dos extraños, aun no estoy lista para ver los créditos y sólo quiero verte de nuevo.

En mi mente eres un montón de recuerdos de lo que fuimos, pero el problema no es ese, el problema es todo lo que nunca fuimos, todo lo que te di y jamás recibí, lo que sentí y tu solo ignoraste, tu sonrisa de la que me enamoré y por la que te dije adiós cuando empezó a ser por alguien que no era yo.

No solo apareciste en mis sueños, también en mi taza de café, vi tus ojos y todas las veces que intenté encontrarme en ellos me atacaron con un nudo en la garganta regresando a ese día donde me atravesé con tu mirada para terminar descubriendo que yo no estaba ahí, que ya estaban esperando por ti y tu correrías a sus brazos olvidándote de mí.

Disparaste con una flecha a mi corazón creyéndote cupido, pero solo lo dejaste herido junto a mi alma enamorada desangrándose y huyendo del desastre. Huyendo de ti, de tus abrazos vacíos, tu mirada perdida y tu cercanía.

Y perdí la cuenta de las noches en las que llegó el impulso de regresar corriendo a tus brazos como cada vez que me lastimaste y sin dudarlo te volvía a entregar mi corazón. 

Se que algún día vas a llamar en un ataque de ansiedad, cuando todo salga mal y quieras probar si aun después de todo el daño puedo darte más, si es que puedo seguir para ti porque crees que no siento nada. 

Dime adiós de una vez y no me hables de amor si vas a terminar en otros brazos, vuelve a ser ese extraño al que no le importó dejarme, ese al que esperé hasta cansarme, ese que me clavaba pequeñas espinas pensando que jamás me lastimaría, vuelve a ser el extraño al que no conocía. Porque si tu vuelves a ser ese extraño yo seré la chica llena de luz que conociste y en menos de siete meses desapareciste.

Quiero regresar conmigo, quiero dejar de querer por los dos y que tú me quieras como lo hago yo, quiero que me esperes y tomes mi mano  a la salida, quiero que sonrías y ser yo lo que se refleja en tus ojos, pero no voy quedarme y esperarte mientras lo ves todo en ella.

Por eso me fui y si no regreso es por cómo me dejaste ir, no luchaste ni siquiera la mitad de lo que yo luche y me aferre a ti, no corriste nada de lo que yo camine para llegar hacia ti, solo me dijiste adiós y me deseaste lo mejor.

Y sé que no vas a volver, sé que fui yo quien dijo que no quería verte otra vez, pero a veces en las noches en que me quedo dormida pensando en ti quiero que lo hagas, quiero que vuelvas. Que vuelvas y me digas que todo está bien, que me mientas como siempre lo supiste hacer, quiero verte una vez más en tus brazos caer y no volverme a levantar.

Así como recuerdo la tarde donde te conocí, también guardo todo el dolor que siento por ti, ese que intente ocultar y cuando no lo lograba, tú creías que lo arreglabas con un simple perdón. Ese fue mi error, deJarte entrar a mi vida una y otra vez sin importar cuanto doliera, dejarte regresar sin pensar todo por lo cual me estaba enamorando.

Por eso ahora odio saber que a ti no te importó perderme, que tu sigues con tu vida, no importa porque como alguna vez dijo Taylor Swift –nunca se sabe y si me querías realmente debiste demostrarlo– no fue así, me di cuenta de que no llegaste a quererme como yo, tú te fuiste sin mirar atrás y yo me fui esperando más porque aún creí que podías llegar a hacerlo de verdad.

Al final elegí muy bien mis últimas palabras porque sabía que tú y yo nacimos para morir, que por más que intentara no es nuestro momento y tenía que dejarte ir, lo hice y creí que me extrañarías, pero fue una tonta ilusión más, una de esas que hasta ahora después de un casi un mes sin saber nada de ti aún conservo.

Casi un mes y aún sigue doliendo como el primer día que te dije adiós, aun espero un abrazo y fingir todo este bien, aun te dejaría regresar porque quiera o no sigues en mi corazón y marcaste algo en mí que nadie jamás logró: bien o mal te quiero y te querré el resto de mi vida porque odiarte no me ha servido para olvidarte. 

Si alguna vez piensas en volver, aquí te esperaré.

Desde la parte que nunca conociste escribo esto, quiero que sepas jamás te dije la verdad cuando me fui y aunque todo había estado bien antes, de la nada quise huir y ese día en que todo terminó lloré en los brazos de mis amigos por tener que decirte adiós, lloré porque estuve a nada de una locura que jamás pensé haría, quise correr a besarte antes de que te fueras, quería hacerlo pero te encontré en los brazos de alguien más y me derrumbé.

Ahora me estoy cayendo a pedazos por tu ausencia y extraño tu indiferencia, te extraño a ti y todo lo que me haces sentir cuando no me lastimabas.

No sé si este fue el capítulo final o de verdad algún día volverás, si llegas a leer esto házlo. Llámame y dime que nada de lo que escribo es verdad.  No hizo falta decir tu nombre, sabes que es para ti como lo fueron aquellas cartas que seguro ahora guardas en un cajón, aun quiero escuchar tu voz diciéndome que no estabas listo para todo esto, aunque es gracioso porque yo tampoco estaba lista para escribir nada de lo que pasó.  

Solo quiero que sepas que te quiero y lo haré siempre.

Hasta vernos otra vez…

Más sobre Ventana Interior

Surtido rico de flores

Surtido rico de flores

Por Julián García Santín
Poesía naturalista para el amor y otros dolores

Leer
Lo que dicen que somos

Lo que dicen que somos

Por Paula Fernanda Ledesma Martínez
A veces somos el orgullo, a veces la decepción

Leer

Yo solo sé que no sé nada

Por Citlali Núñez Téllez
La verdadera sabiduría consiste en cuestionar en lugar de creer a ciegas

Leer

México a blanco y negro

Por Natalia López Hernández
Matices sobre la desigualdad, el dolor y la rabia

Leer
Amor universitario (y latinoamericanista)

Amor universitario (y latinoamericanista)

Por Christian Osvaldo Rivas Velázquez
El romance y la teoría social se cruzan en C.U.

Leer
Obligación

Obligación

Por Aarón Giuseppe Jiménez Lanza
¿Cuál es nuestro deber en tiempos sombríos?

Leer

Deja tus comentarios sobre el artículo

Aún recuerdo la tarde cuando te conocí

2 respuestas

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

thirteen − 2 =