Facultad de Ciencias
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—Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Uno, dos, tres, cuatro, cinco.
—¿Qué haces?
—Cuento mis dedos.
Recuerdo que de pequeña lo hacía todo el tiempo, siempre eran cinco, no importa cuánto tiempo pasara, fuera lunes, estuviera en la escuela, triste, sola, preocupada, siempre son cinco.
Es una calma difícil de explicar.
Con los años, al contrario de desaparecer, fue creciendo este refugio psico-lógico. Los números se empezaron a volver mis amigos, mis confidentes. Cerraba los ojos y los veía bailar, conocerse y transformarse al momento de sumar o multiplicar. Parece un rasgo inevitable de nuestra especie humanizar a los entes de otros órdenes, los matemáticos no podemos evitar conferir condición humana a los números.
Los números son racionales o irracionales. Los racionales son predecibles, fáciles de tratar, los irracionales se las arreglan para hacer exactamente lo que quieren. Si nos fijamos en los divisores de los números, quizá notemos más el asomo de humanidad: números que suman al otro en los divisores, 220 y 284 son amigos, pero si cumplen lo mismo quitando al 1 de la lista de divisores, se vuelven novios. ¿Como ésta condición extra hizo que se enamoraran?, ¿el 1 los separaba?(48 y 75). Incluso, si un grupo de números cumple que cada uno suma en divisores al siguiente, y así sucesivamente hasta que el último suma al primero, son sociables. Hace sentido, si tomamos los divisores como una analogía de las cosas que nos son afines, que de alguna manera nos suman, ¿por qué no decir que este fenómeno sucede cuando la gente se quiere?
Relaciones: la gente que estudie algo relacionado con las matemáticas habrá pensado mucho antes en conjuntos que en su exnovie, seguro sufrió más por los primeros que por sus exparejas. Las relaciones también pueden verse como una relación humana; para no hacer el cuento largo, son la cuerda que une un objeto de un conjunto con un objeto de otro conjunto. Pero no todas se unen a los mismos elementos, algunos ejemplos son “ser menor que” o “ser diez veces más grande que”. Y un tipo muy especial de relación son las equivalencias. Éstas cumplen con tres características, una vez una amiga me explicó cómo se parecen a las relaciones humanas sanas:
Espero haber compartido un poco de mi amor por las matemáticas y ayudar a que un día dejen de causar miedo o desesperación, ya que además de ser una herramienta, contienen una belleza que nos ayuda a cuestionarnos el mundo en el que vivimos y transformarlo.
Por: Karen Alejandra Cázares Mejía
Carta de despedida, adiós amor
Por: Amanda Isabela García Trasviña
Las matemáticas, herramienta que nos ayuda a cuestionar el mundo en el que vivimos
Por: Edith Danae Cortés Martínez
¿Y si el amor más verdadero se esconde en lo cotidiano?
Por: Lizy Denisse Guerrero Nente
Te adoré tanto que no supe soltarte cuando debí