El ser humano es complejo y difícil de entender. Es así a causa de un acontecimiento que puede cruzar cualquier dimensión y cualquier rango de tiempo, presente, pasado y futuro: el amor. El amor está presente en la forma en que respiramos, en el amanecer de un nuevo día, en el anochecer que escucha secretos y deseos. El amor es desgarrador, ardiente, inevitable, mortal para cualquiera que deseé jugar. La mayor debilidad y fortaleza del ser humano es amar a alguien que será objeto de su perdición, no será prudente y se volverá contradictorio.

El amor es una expresión diversa, llena de energía, es estar hambrientos y deseosos por algo nuevo. Dibujar, bailar, cantar, llorar, desbordarse, quemarse, consumirse. Es embriagante, es exquisito al tacto, el alma disfruta consumirlo, llega a excitar cada sentido, lo agudiza. El amor es la mejor versión de cada uno, al igual que la escritura con el corazón escondido que se escabulle en las yemas de los dedos, para declarar y expresar.

El amor es devoción, entusiasmo, alegría y llanto, es ardiente, inevitable y tan imperativo como un niño cuando se acelera, quiere salir del pecho para entregarse de forma devota a quien ama y anhela. Amar es un juego del que pocos salen ilesos, solo apto para los más fuertes, para los valientes que defienden su amor ante obstáculos y enfermedades. Asegúrate de cargar con curitas, con alcohol etílico para desinfectar, con vino para brindar.

Para ser bendecido con el amor hay que ser resilientes, amar es un rito que implica hacer único a otro ser humano, amar y recibir lo que es necesario para destruir al otro, y aun así, jamás hacerlo. Es ser vulnerable para aprender y mejorar, para sentir cada ardiente llama, para soportar los vientos del destino caprichoso, para disfrutar del invierno, del otoño, de la primavera y los primeros acercamientos tímidos, los primeros besos, las primeras veces.

¿Qué sería el ser humano sin amor ? Un cascarón en busca de un sentimiento, de un propósito, de una alegría y un milagro, quizá la muerte en vida. El amor es el constante recordatorio de que aún estás aquí, vivo. El amor es el único sentimiento que manda durante toda la vida, es inevitable, está en el aire, en un beso, en un abrazo, en una risa, en el llanto, en nuestras manos, en los pulmones; jamás seremos capaces de huir de él, porque gracias a él, somos un museo de recuerdos, seguimos vivos y sintiendo.