Escuela Nacional Preparatoria Plantel 5
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Lancé la mirada al horizonte
allá donde los espejos reflejan la tristeza
y arrojé el pensamiento dentro de la trinchera:
allí peleo contra tres muertos y su propia consciencia.
Rompí las ventanas y desgarré las paredes
de las grietas pudo entrar un rayo de luz
y en el suelo brillaron los cautivadores pedazos de lo que algún día fue un verso.
Recogí las palabras rotas en el suelo
les di lugar en mi hogar y les regalé mi voz para que hablaran por sí mismas.
Tantas veces quedaron atrapadas en un grito ahogado
fueron presas de la reserva propia de la cordura
o fueron asesinadas por el silencio asfixiante del miedo.
Palabras que me tragué y que también escupí
olvidadas de la voz y del tiempo.
Escondidas en el exilio de mi creatividad
peleadas para siempre con la inspiración.
Las eché a volar como una parvada de pájaros.
Las vi jugar y pelear en los lienzos de papel
mientras las dibujaba en tinta negra y profunda
tan negra, tan profunda,
tan oscura que brillaba en la oscuridad de una hoja blanca.
Olvidé las palabras y escapé de ellas
las odié como se odian las peleas
pero mi pelea fue solo contra mí.
Y ahora en mi penumbra
en el fondo de mis recuerdos les pido perdón.
Las abrazo y las amo más que nunca.
Porque fueron todo lo que tuve. Las abandoné
más ellas nunca me abandonaron.
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Será formidable la reconciliación.