Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Sur
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Me encuentro varado en este lugar del que ningún recuerdo tengo, indago en lo que veo, pero solo consigo que un escalofrío recorra mi cuerpo: siento que no pertenezco, sin embargo, una fuerza me mantiene aquí, aún queda algo que me hace sentir parte de este sitio. Colapso en mi memoria al tratar de encontrar explicación para el miedo que comienza a apoderarse de mí, pero poco a poco caigo en cuenta de que el olvido ha alcanzado a mi persona. Siento el cuerpo débil y dejo salir un suspiro a modo de resignación, desearía poder morir, pues mi gran temor es ahora una realidad.
Caigo al suelo y me quedo mirando el techo, pero me impaciento, me desconozco y no logro pensar en nada más que en la terrible duda de hallar mi significado. He estado tan absorto en mis pensamientos que no noto la presencia de aquella dama que me envuelve con su mirada; no me asusto, no siento nada, sólo la veo acostarse a mi lado con un libro en la mano. Lo ojea y escucho salir de ella una voz tan melodiosa que calma mi mente y hace temblar mi corazón, narra historias magníficas, son de ensueño; hay fotos junto con esos textos y yo anhelo estar ahí, envidio a la persona que forma parte de los relatos y de nuevo la duda llega a mí, ¿qué es lo que soy?, ¿qué es lo que fui?
He dejado de oír la voz y queda un vacío más en mi mente, pasan unos segundos, comienza de nuevo, pero ahora algo ha cambiado: su voz es seria y está cargada de angustia pues los relatos están llenos de tristezas y miedos, cosas oscuras de la persona que los ha escrito aunque esta vez, no hay fotografías. No sé en qué página va pues no me deja ver el orden, sólo sé que ha retrocedido un poco de las páginas con historias felices. Cada palabra de lo que ahora lee me transporta a esos momentos, son frases tan intensas que incluso si se separaran las palabras, no podrían ser capaces de hacer sentir tantas cosas.
Las lágrimas caen de mis ojos, la reanimación de mi memoria que creía muerta me ha dejado al descubierto, siento que nazco una vez más y me percato de que encontré mi significado, ese libro es mi reflejo, mi vida entera. El miedo vuelve, me pongo alerta pues no quiero volver a olvidarme, volver a perderme… comprendo después de un momento que esas letras asegurarán la inmortalidad de mis recuerdos, la inmortalidad de mi persona. Tomo la mano de aquella dama que es mi amada y significa parte de mi alma, con la tranquilidad que me brinda el calor de nuestras manos entrelazadas me dejo caer en el profundo sueño que significa mi vuelo.
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2 Responses
¿Qué es más etéreo la vida o los pensamientos? ¿el recuerdo reivindica la memoria? Si escribimos, no moriremos. Eso es seguro.
Con el paso de los años, del tiempo y con la edad avanzada. Podemos olvidar. Inclusive también por cuestiones de salud como por padecimiento del alzheimer.
Pero los grandes momentos, los grandes logros, los grandes éxitos, se pueden escribir. Ahí quedará sin lugar a dudaa, la Inmortalidad.