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En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
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Alexey Demidov
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Tifanny Cruz García

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

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Está bien no estar bien

Número 6 / AGOSTO - OCTUBRE 2022

Salud Mental: Una herida que no se ve pero que debes sanar

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Tifanny Cruz García

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A lo largo de nuestra vida, ¿cuántas veces no hemos escuchado frases como: estas exagerando, solo sobrepiensas las cosas, relájate, ya pasará, todo está bien o no tienes porque sentirte así? Personalmente lo he escuchado muchas veces y la verdad es que siempre termino molesta porque se trata de palabras que solo sirven para invalidar sentimientos y emociones.

Lo cierto es que, cuando tu salud mental se encuentra dañada no existen las palabras correctas o cualquier tipo de consuelo que logre subir tu ánimo. Cuando tu bienestar mental se encuentra rota no necesitas de personas a tu alrededor que te hagan sentir vulnerable por expresarte o que minimicen tu sentir.

La tristeza, la ira, la felicidad, el temor o cualquier emoción son igual de válidas y de importantes, es por eso por lo que cuando tu cuidado cognitivo este fallando no debes de ignorar la realidad de tus sentimientos, lo que tienes que hacer es afrontarlos y aceptarlos ya que por algo se están haciendo presentes.

No existe una razón en específico que provoque el quiebre de dicha salud, pues son muchísimas las problemáticas que nos pueden agobiar. Hay que tener bien en claro que es un problema serio que aqueja a miles de personas, sin importar su estatus, lugar de origen o edad.

Cuando nuestra salud psicológica no se encuentra estable todo nuestro sistema interno falla, al igual que nuestras relaciones con el exterior y, en cierto modo, es algo “normal”. Es parte de, sentir que estas constantemente en caída libre y que nada de lo que hagas sale bien y que todo de alguna forma se echa a perder, pero afortunadamente, después de una larga caída siempre estará alguien para atraparte y ese alguien será nada más y nada menos que, tú mismo.

Tú salud mental es tuya y no puedes esperar a que nadie más que tú la sane, si bien puedes buscar ayuda profesional (y es lo más recomendable) al final el trabajo y el mérito será todo tuyo. Empieza por saber quién eres, qué es lo que quieres, que te gusta o disgusta, que o quienes te ayudan o no, pero sobre todo empieza por sanar. Puede ser un largo camino, lleno de golpes y de baches, pero siempre se puede sanar.

Personalmente viví el quiebre de mi mente a lo largo del 2020, el contexto pandémico no favoreció para nada mi salud, al igual que tampoco lo hizo con quienes tenía a mi alrededor, lo cual me volvió más vulnerable, pues no tenía ningún tipo de red de apoyo.

Pero lo que detonó que  se perdiera por completo fue la pérdida de alguien muy querido para mí. No mentiré, fue un proceso largo y muy duro, pasé noches completas sin dormir y días enteros deseando vivir otra vida, la ansiedad y yo éramos una misma e incluso se llegó a convertir en una dermatitis.

Mi proceso de sanación llevo meses, mismos que fueron muy pesados y se sintieron como una eternidad, una en la que los días eran todos repetitivos y nada me cautivaba lo suficiente. Se preguntarán ¿cómo logré recuperarme? La verdad ni siquiera yo lo sé.

Lo único que recuerdo es que, empecé por aceptar mis emociones y dejar que fluyeran, saque todo el enojo que tenía que sacar, llore hasta no poder más y reí a carcajadas cuando algo me era divertido. Empecé a cuidar de mí misma, porque sin querer había descuidado muchos aspectos de mí y sobre todo eliminé todo lo que le hacía mal a mi entorno, incluyendo a personas.

Actualmente vivimos en una realidad donde los jóvenes están viviendo un despertar en muchos ámbitos de su vida, pero desafortunadamente vivimos rodeados de adultos que la mayoría de las veces no comprenden razones y son los primeros en juzgar y se encargan de acallar nuestra voz. Pero nosotros tenemos la responsabilidad de cuidar de nosotros mismos y no permitir que esto ocurra.

La salud mental no es algo que se deba pasar por alto o minimizar. Todos podemos sentirnos mal y está bien. Los humanos somos solo eso, humanos. No significa que seamos indestructibles o que nada nos afecte, el mundo en el que vivimos no es perfecto y nosotros somos vulnerables. Está bien no estar bien.

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