Escuela Nacional Preparatoria Plantel 5
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Valentía y coraje, vulnerabilidad y debilidad, sinónimos y antónimos; ¿qué pensarías si te dijera que no pueden existir el uno sin el otro?
Para lograr grandes cosas hay que ser valiente, es algo que tenemos muy en claro por las tantas historias de éxito que se nos muestran, sin embargo, muy pocas veces se nos habla de dónde parte esa valentía, y no, no es de la dureza o de alguna fuerza inexplicable mandada del universo; la respuesta viene de la vulnerabilidad, esa parte que te da miedo, que es frágil y empapada de sentimientos es la que te da la fuerza para poder lograr cosas “extraordinarias”, porque de la vulnerabilidad parte el anhelo y de éste la valentía. Y no me refiero por valentía al estereotipo de ésta que nos suelen mostrar en forma de un personaje intrépido, lleno de fuerza y energía, algo así como una especie de “super humano”; déjame decirte que la valentía también se ve como levantarte de tu cama después de estar deprimido, o expresar tus sentimientos a alguien, decir “te amo” por primera vez, o vivir la “nueva normalidad “; son esas cosas que te dan miedo o que sabes que pueden llegar a doler o ser difíciles, pero estamos dispuestos a ser vulnerables, vivir y amar, saltar de la cama, dar el paso rumbo a otro camino, porque es parte de la vida el dejarte sentir pequeño o inclusive un poco débil o desequilibrado para poder dar ese salto enorme y conseguir esos logros que no importa si se ven pequeños a los ojos de alguien más, esos momentos ordinarios son excepcionales y son los que más anhelamos cuando ya no están.
El miedo, muchas veces, no nos permite ser vulnerables, nos da temor el qué pasará si mostramos esa parte de nosotros, pero por otro lado al atravesar “la cueva” del miedo, que aunque nos puede causar un poco de ansiedad el qué hay dentro, podemos decidir ser un poco intrépidos, atravesarla y encontrarnos con mucho en el trayecto, pero también ver que el otro lado de ese miedo a ser vulnerable puede llevarnos a aprender, aún más que quedarnos acampando afuera de la cueva, sin poder ver lo que nos aguarda.
Hace dos años el mundo cambió a como lo conocíamos, todos sabemos qué pasó, pero ¿sabes lo que te pasó a ti? Hoy en día las cosas están retomando su curso y nos acoplamos a nuevas realidades, y muy pocas, si no es que nulas veces, nos detenemos a pensar qué fue lo que vivimos, que a pesar de que fue algo global cada persona tuvo una historia diferente y sentimientos diferentes. La humanidad se encontraba vulnerable ante lo desconocido y de ella partió una valentía individual y colectiva, se lograron grandes cosas, como el encontrar una cura para salvar vidas; y a su vez muchas personas también lo experimentaron de una manera diferente, se sumergieron en sus sentimientos, se conocieron a sí mismos, algo para lo cual se necesita de mucha valentía; o quizá también en la forma del duelo, ya sea que hayas perdido algo material, un ser querido o a ti mismo, esto te llevó a mostrarte vulnerable ante la vida y de ese sentimiento nació el anhelo de continuar y dio pie al coraje para afrontarlo. Sin importar el tiempo que te tome, cada paso es importante y un logro.
A veces se corren maratones o se escalan montañas, pero otras veces las montañas internas son las más difíciles de escalar, pero también son las que te muestran lo increíblemente fuerte que puedes llegar a ser partiendo de tus “debilidades”.
Por Kevin Aldahir Vázquez Montalvo
El difícil camino de un tritón en la FES Acatlán
2 Responses
Tú parece una prosa tan bella, que el mismo Pablo Neruda envidiaría.
Buen texto, partes de una premisa interesante y la desarrollas de forma trascendental, vigente y fácilmente reconocible al lector; hasta con aires de solemnidad, pero con una forma y estructura simple y nada pretenciosa. Felicidades.