Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Oriente
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Los ejemplos siguientes solo son algunos casos del abandono que sufren los monumentos históricos, que están en ruinas como el caso del Puente o La Casa de las Bombas que sólo se sostiene a la ayuda de unas vigas de acero; o el antiguo hotel donde se firmó el “Pacto de Xochimilco” que actualmente es una zapatería donde lo único para saber el hecho ocurrido es que en su entrada hay una pequeña e insignificante referencia a lo sucedido.
¿Por qué no hacer una reconstrucción del puente donde pasaron todos esos seres humanos que llegaron a Xochimilco solo para ser esclavizados?, o ¿por qué no en su momento restaurar La casa de las Bombas en una casa de cultura o la actual zapatería en un museo para enseñarnos la travesía de Zapata y Villa? Incluso ya se tenía la propuesta para un museo, ¿por qué se echó para atrás?, ¿habrá sido un caso de corrupción? Nunca lo sabremos.
Puente de Urrutia
La historia de este puente se remonta a principios del siglo XX, cuando bajo la dictadura de Porfirio Díaz el Dr. Aureliano Urrutia mandó construir un puente que cruzara el canal de Apatlaco (uno de los más anchos de Xochimilco, aproximadamente 40m). El Doctor necesitaba un cruce para los inmigrantes japoneses que durante esa época llegaron a Xochimilco para trabajar las tierras del Rancho de la Luz, propiedad del Dr. Aureliano.
La importancia actual de este lugar radica en que es un referente histórico y de la identidad para los pueblos y barrios chinamperos de esta región xochimilca. Este puente contiene una carga simbólica de resistencia y defensa de la tierra por parte de los habitantes del pueblo de San Gregorio, al recuperar dichos ejidos de las manos del Dr. Aureliano Urrutia. Lo cual reviste al lugar de una significación importante de identidad y unión.
Casa de las bombas de Nativitas
La historia de la ciudad de México ha estado siempre ligada al agua. No olvidemos que nació en unos islotes entre cinco lagos. Uno de ellos fueron los manantiales de Xochimilco, entonces población lacustre muy retirada de la cosmopolita ciudad de México, que hoy llamamos Centro Histórico. Fue en los inicios del siglo XX cuando Porfirio Díaz ordenó hacer las obras necesarias para surtir a la zona central de la urbe, que a mediados de la centuria anterior había iniciado un acelerado crecimiento. El acueducto proveniente de Xochimilco habría de desembocar cerca de una zona de reciente creación: la colonia Roma. Para recibir los caudales, en 1907 el ingeniero Alberto J. Pani diseñó la Casa de las Bombas, que se ubicó donde años más tarde se desarrolló la colonia Hipódromo-Condesa.
Pacto de Xochimilco
Los zapatistas entraron a la capital del país el 25 de noviembre de 1914. Tres días más tarde los villistas hicieron su arribo. El 4 de diciembre, a las doce y media del día, los jefes de los ejércitos populares del norte y del sur, Francisco Villa y Emiliano Zapata, se reunieron en Xochimilco, se entrevistaron y establecieron una alianza. El diálogo, sostenido en Xochimilco, reveló la manera en que los dos caudillos interpretaban la revolución, las tareas que había qué hacer y el papel que ellos tenían. Entre los asuntos tratados en la reunión, señala el historiador Felipe Ávila, estuvieron: el deslinde con respecto a Carranza y el Constitucionalismo; la identificación de Villa y de Zapata con los problemas y necesidades populares; y el reparto agrario. Ávila resalta que después de la conversación pública, Villa y Zapata pasaron a una reunión privada en que se suscribió un pacto formal entre ambas fuerzas que consistió en:
-Alianza militar entre la División del Norte y el Ejército Libertador;
-La División del Norte aceptaba el Plan de Ayala en lo relativo al reparto de tierras, eliminándose los ataques que el plan contenía sobre Madero;
-La División del Norte proporcionaría elementos militares al Ejército Libertador.
Conclusión
Estos son solo 3 ejemplos que hay en mi localidad, pero en la ciudad de México hay decenas y decenas de estos ejemplos, lo cual deja mucho que decir del gobierno de la capital, pues no hay que olvidar las centenas de situaciones parecidas que hay alrededor del país. Pero también nos olvidamos de un tesoro enorme con el que cuenta México, olvidado en las faldas de la urbe que es el gran patrimonio prehispánico que por falta de recursos se quedará ahí o hay lugares en donde pobladores saquean este tipo de muebles nacionales, pero no se hacen estudios, ni excavaciones por la misma falta de presupuesto. ¿Por qué las organizaciones pertinentes no las rescatan? ¿Por qué esperar a que estén a punto de derrumbarse para ponerles atención?
En mi localidad un candidato que no diré su nombre por cuestiones éticas y morales en una de sus propuestas es rehabilitar algunos de los patrimonios mencionados, al igual que recuperar los canales contaminados por asentamientos irregulares; esperemos que no se queden en palabras al aire y se cumplan para que las siguientes generaciones puedan seguir disfrutando este patrimonio que les fue heredado.
Quiero abrir este pequeño espacio para reconocer a los restauradores, ya que sin ellos no podríamos admirar algunos de estos edificios, que tienen un gran legado para los mexicanos, aunque la mayoría desconocen de ello. Hay organizaciones que se dedican al fomento del patrimonio y cultura, de estos casos el pacto de Xochimilco es el más conocido, sin embargo, en el puente de Urrutia y la Casa de las Bombas no hay ni un cartón con lo que sucedió en estos lugares y por supuesto donde quedo esto de la preservación pareciera que solo está ahí para llenar un hueco que hace falta en sus bolsillos. La sociedad mexicana también tiene la culpa, no hay que cargar todo el peso al gobierno, ya que gracias a la desidia e indiferencia hacen que el gobierno no les ponga atención, por lo tanto, entre la desidia del gobierno y la desidia de los habitantes nunca se llegará a ningún lado hablando de cualquier problemática.
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