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En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
Aksonsat Uanthoeng
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Sharab Vázquez Pérez

Facultad de Psicología

Soy una estudiante de la Facultad de Psicología, me interesan las Neurociencias, específicamente la Neuropsicología clínica y rehabilitación Neuropsicológica. Participo en el Laboratorio de Neuropsicología y Cognición, me gusta la investigación y he realizado una estancia en el extranjero en la Universidad de Sevilla. Me gusta realizar actividades de divulgación y difusión de las Neurociencias y Psicología. en un grupo académico llamado SIGN Chapter México avalado por la academia americana de Neurología (AAN) También me dedico a ser promotora de los ODS de la agenda 2030 de la ONU, con una iniciativa del ODS 3 Salud y bienestar. También dirijo un proyecto titulado “My mind” en donde se genera y crea contenido digital sobre salud mental. Me gusta muchísimo cocinar, salir con mis amigos, viajar y conocer nuevas culturas y lugares además de practicar la fotografía y hacer senderismo en mi tiempo libre.

La pandemia del miedo

Número 6 / AGOSTO - OCTUBRE 2022

Ha surgido la pandemia de miedo, desinformación, precariedad, violencia, trastornos mentales, duda e incertidumbre

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Sharab Vázquez Pérez

Facultad de Psicología

Nuestro mundo cada vez se encuentra más globalizado, nos encontramos más conectados con

la tecnología, la comunicación se ha vuelto una herramienta fundamental en nuestras actividades diarias y tenemos la información al alcance de nuestras manos a una velocidad impresionante.

Al encontrarnos plagados de tanta información debemos de ser lo suficientemente críticos y responsables para discriminar la información que es certera de la que no lo es, de esta manera seremos capaces de generar y emitir un juicio responsable, informado y oportuno sobre cualquier temática que se nos presente.

Actualmente en las redes sociales y medios de comunicación masivos hemos escuchado hablar mucho del tema de salud mental y bienestar, ¿Pero en realidad nos queda completamente claro que es la salud mental y el bienestar?

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (2004): “Los conceptos de salud mental incluyen bienestar subjetivo, autonomía, competencia, dependencia intergeneracional y reconocimiento de la habilidad de realizarse intelectual y emocionalmente” y por lo cual se entiende que un estado de bienestar engloba el reconocimiento de los individuos, además del fortalecimiento de sus capacidades de afrontación y regulación emocional para alcanzar sus propios objetivos.

Por otra parte, Oblitas (2004) refiere que “el bienestar físico, psicológico y social, abarca la esfera subjetiva y del comportamiento del ser humano. No es la ausencia de alteraciones y de enfermedad, sino un concepto positivo que implica distintos grados de vitalidad y funcionamiento adaptativo”.

A través de esto nosotros podemos construir el concepto de salud mental y bienestar como el resultado de un óptimo funcionamiento físico, psicológico, cognitivo, social y ambiental. Como hemos visto anteriormente, tener salud mental y bienestar dependen de enfoques multifactoriales ya que existe una gran cantidad de variables que puede determinar el comportamiento y conducta de las personas.

El contexto social, familiar, personal, las experiencias previas, el acceso a servicios de salud, el estatus socioeconómico, el nivel educativo, el género, la edad, entre otros factores juegan un papel fundamental en el desarrollo y comportamiento de las personas.

Dado a esto en diversas ocasiones se ha abordado el tema de la promoción de la salud y la concientización, ¿pero en realidad qué pasa cuando las personas no tienen acceso a los

recursos o a la información? o, ¿qué sucede cuando las personas tienen el acceso a la información pero se encuentran en un contexto desfavorable que los lleva a mantenerse en situaciones de riesgo o precariedad?

¿Estás personas no merecen tener Salud Mental?, ¿cuál es el verdadero reto en este tema?

A pesar de que pensamos que el acceso a los servicios de salud física y mental son un derecho y una garantía para todos los ciudadanos por el simple hecho de ser personas, desafortunadamente no es así y al encontrarnos en un mundo tan globalizado y tecnológico, aún nos es imposible creer que no todas las personas cuentan con el derecho a la infraestructura e información oportuna.

Una de las principales barreras a la que nos enfrentamos desde hace mucho tiempo en este tema es la desinformación, la mitificación, el estigma, el rechazo y la discriminación hacia las personas que padecen una enfermedad mental y/o sus familiares; con el paso del tiempo se han ido rompiendo y modificando estas brechas, pero no es suficiente el trabajo que se ha realizado.

Algo que hemos aprendido sobre la pandemia de COVID-19 es el impacto que ha tenido en todas las áreas de nuestra vida, considerando de gran importancia el acceso a los servicios. La pandemia ha evidenciado la desigualdad en la que vive la mayoría de los mexicanos, ha evidenciado la desigualdad en el mundo. No solo ha surgido una pandemia del virus de COVID-19, ha surgido la pandemia de miedo, desinformación, precariedad, violencia, trastornos mentales, duda e incertidumbre.

A raíz de esta situación, debemos de establecer medidas de autocuidado y acompañamiento, reforzando las redes de apoyo, identificando factores de riesgo o estresores a los que se ve expuesta la persona, las conductas que manifiesta y la sintomatología reportada.

Por esta cuestión, generar una perspectiva de salud mental sin responsabilidad y un verdadero enfoque de compromiso social, no es funcional, porque no se considera el contexto real en donde se desenvuelven las personas en su día a día y por ende no disminuyen sus factores estresores o de riesgo, por lo cual no se considera el impacto potencial a gran escala que tiene el desarrollo de políticas públicas.

Esto ha convertido la salud mental en un lujo, ha convertido el acceso a la búsqueda de un profesional de la salud especializado en un privilegio; un privilegio que no todas las personas son capaces de costear. Esto los ha llevado en ocasiones a buscar otras alternativas que incluso pueden atentar en contra de su integridad física y/o emocional.

El desarrollo de políticas públicas integrales, horizontales e incluyentes, mejorará el nivel de atención, el seguimiento y aumentaran los casos de éxito en el tratamiento y reinserción a las actividades cotidianas, disminuyendo el abandono de los programas y rezago. Abarcando esto se sugiere la promoción y aplicación de programas piloto con evaluación constante de funcionalidad para profesionales con actualización temporal y de los usuarios del servicio.

Esto solo demuestra que se deben generar mayores espacios seguros, significativos e integrativos para todas las personas, donde puedan expresar sus experiencias y conocimientos además de trabajar el reconocimiento, denominación y validación emocional, sin ninguna represión o violencia de cualquier tipo, sin vulnerar su identidad y dignificar su proceso psicoemocional.

Otra de las realidades de los profesionales, es el trabajo que se realiza desde los centros educativos y formativos para los profesionales de la salud, el cual dentro del contexto de la pandemia ha sido arduo, en temas de promoción, orientación, acceso, evaluación, diagnóstico, tratamiento, seguimiento y monitoreo de estrategias.

La atención, seguimiento y acompañamiento desde los primeros niveles de atención pueden ayudarnos a prevenir y mejorar la calidad de vida de los usuarios y/o de sus familiares. Es importante reconocer la cantidad de costos y recursos con los que se cuenta para brindar un acceso de calidad y no necesariamente de cantidad, conforme al acceso de primer nivel, los costos se reducirán significativamente en niveles posteriores o de institucionalización.

La formación de profesionales capacitados y especializados debe ser exclusiva, ninguna otra persona que no cuente con una formación previa en estos temas debería dedicarse a este tipo de actividad, ya que estaría incurriendo en una falta de ética y desinformación.

En conclusión, la salud abarca el estado completo de bienestar físico, mental, social, y ambiental en donde se desarrollan las personas, al mantener un enfoque multifactorial debemos de comprender que la existencia de diversas variables que pueden modificar la vida de los individuos, a partir de estas diferencias deben de generarse nuevas políticas de salud pública en donde se considere el contexto real en donde se desarrollan las personas diariamente, de esta manera pasaremos de considerar a la salud mental un privilegio a un derecho, garantizando que todas las personas cubran las necesidades básicas con respecto a su acceso, seguimiento y monitoreo.

Recordemos que debemos consumir información exclusivamente de medios oficiales, de profesionales de la salud y no de otro tipo de personas. Esto nos llevará a disminuir la brecha de desigualdad, teniendo en consideración la problemática actual, el contexto social de las personas, los recursos con los que cuentan para gestionar la problemática y el nivel de atención en donde se debería de intervenir.

Hay que seguir utilizando la tecnología y recursos didácticos a nuestro favor, para seguir llegando a más personas, proporcionando información veraz, oportuna y precisa para que las personas sean capaces de tomar sus decisiones de manera informada, responsable y consciente

acompañados de un verdadero profesional de la salud.

Referencias

Oblitas, L. (2004). Psicología de la salud y calidad de vida. México: Thompson.Organización Mundial de la Salud, OMS  (2004). Invertir en salud mental. Ginebra, Suiza.

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