Edit Content
Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creativdad.
Foto de Nicolas Postiglioni / Pexels
Picture of Luis M. Miranda

Luis M. Miranda

Facultad de Filosofía y Letras

Escritor y estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras.

Mamá

Número 9 / ABRIL - JUNIO 2023

A veces la mejor manera de sincerarse es a través de una carta

Picture of Luis M. Miranda

Luis M. Miranda

Facultad de Filosofía y Letras

Perdón. Perdón por no ser el hijo que esperabas. A veces (o nunca) soy el hijo que yo mismo quiero ser. No importa cuántas cualidades físicas y sociales se me atribuyen, yo sé y tú sabes, que no soy lo que ninguno de los dos queremos que sea; y si tú estás decepcionada (espero que no lo estés), créeme que yo lo estoy el doble.

Jamás es mi intención lastimarte aunque parezca que sí o que no me importa cómo te sientas, si yo pudiera te daría todo aquello que desde niña has suplicado a gritos: una vida feliz, una casa grande y espaciosa llena de luz y muebles bonitos, vestidos hermosos de tus tiendas favoritas, anillos, pulseras y collares enormes que sólo a ti te gustan y que sólo a ti se te ven bien. Te serviría el pan que tanto te gusta con el café justo como te gusta: hirviendo. También, los tacos de esa taquería que tanto te gusta. Te regalaría el trabajo de tus sueños, una camioneta preciosa como tú y un marido que sin molestarse y con paciencia te enseñe a manejarla, además él sería amoroso y fiel, comprensivo y que sea buen padre; un hijo que sea como sus padres pero siempre mejor, una familia feliz.

Una vida feliz. Más felicidad y menos lágrimas. No es que esas sean malas, muy por el contrario; es bueno dejarlas salir de vez en cuando. Pero tú, mamá, has llorado demasiado buscando tu sonrisa.

Hoy, al igual que los últimos diez años, me dijiste que te duele algo. A veces es el brazo y otras veces el ojo, tu espalda, el abdomen o tu pecho. Dices que tu vida se escurre como agua entre los dedos, que pronto todo acabará para ti. Y hoy, al igual que los últimos diez años, me quedé callado, en primera porque no sabía qué decir. ¿Cómo esperas que un niño asimile la inminente muerte de su madre mucho antes de cualquier diagnóstico? Y en segunda, por miedo. Miedo a que si lo verbalizo lo hago real, le doy poder a ese falso diagnóstico que tú misma te diste sin antes acudir al doctor.

Sin embargo, lo que hoy te dolía era el alma. Hoy y siempre es el alma. Lo sé porque a mi también me duele. Me duele tu pesar, ese que te acompaña día y noche y que está en el aire que respiras, en las noches de insomnio y en tu ceño fruncido.

Más sobre Ventana Interior

Ordenar mi Cuarto

Ordenar mi Cuarto

Por Ilse González Morales
Dentro del desorden, siempre hay un orden

Leer
Tiempos fríos

Tiempos fríos

Por Ricardo Torres Orozco
En espera del taciturno respiro

Leer
El eterno sufrimiento de una mente con recuerdos

El eterno sufrimiento de una mente con recuerdos

Por Mel Saldívar
Una vez más el amor… o lo más cercano a ello…

Leer
Resplandor de pupilas ligeras

Resplandor de pupilas ligeras

Por Nahui Pantoja
…algún día germinarán las semillas que sembraste en mi, lo veo en tus ojos

Leer
Vestido amarillo con cuello blanco

Vestido amarillo con cuello blanco

Por Víctor Rodrigo Muñoz Ocampo
Tantas historias de amor que terminan con una tragedia…

Leer
“Utilizar el arte para visibilizar la lengua”: Josué Maychi

“Utilizar el arte para visibilizar la lengua”: Josué Maychi

Por Ethan Balanzar
¿Cuál es el futuro de las lenguas indígenas en el cine?

Leer

Deja tus comentarios sobre el artículo

Mamá

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

8 − 5 =