Trabajo

de campo

La realidad es compleja y hay muchas formas de aproximarse a su estudio, una de ellas es la perspectiva cualitativa, que busca conocer el mundo social desde la mirada de las y los actores. Es decir, este tipo de investigaciones se preguntan por el significado que la realidad tiene para los sujetos y cómo estos significados orientan sus prácticas.

Para lograr entender la “perspectiva del actor”, quien investiga debe entrar a su mundo, desentrañar las tramas de significación que orientan sus prácticas, es decir, adentrarse en su cultura. La investigación cualitativa provee de un conocimiento descriptivo, analítico y exploratorio, del que no pueden derivarse teorías generales, sino teorías que buscan dar cuenta de la diversidad, complejidad y riqueza de lo social. Una estrategia para construir este tipo de conocimiento es lo que en antropología se denomina “trabajo de campo”. Aquí te contamos más sobre cómo hicimos el trabajo de campo en esta investigación.

¿Qué es el

trabajo de campo

El campo es el referente empírico de la investigación, es decir, la materia prima con la que se construye el conocimiento. No es un espacio físico delimitado en sí mismo, sino por quien investiga, es una decisión metodológica. Tal como afirma Rosana Guber (2008), el campo es “la porción de lo real que deseamos conocer … se compone de fenómenos observables y de la significación que los actores le asignan a su entorno y a la trama de acciones que los involucra; en él se integran prácticas y nociones, conductas y representaciones” (p. 84). En el campo, a través de diferentes técnicas podemos acceder a esos dos tipos de información, prácticas y nociones, lo que la gente hace y lo que la gente dice.

En esta investigación el trabajo de campo consistió en entrevistas a 57 activistas feministas, pertenecientes a distintas colectivas de la Ciudad de México y las periferias. Las entrevistas son una forma de acceder al “universo de significaciones de los actores” (Guber, 2008); a través de las narraciones podemos conocer acciones, valores, ideas, normas, experiencias y emociones, no sólo presentes, sino pasadas, futuras e imaginadas de quien narra o de terceros.

Realizamos también observaciones y descripciones etnográficas de eventos públicos, protestas, mítines, así como algunas manifestaciones de la lucha feminista en los espacios digitales. La observación etnográfica es un tipo de observación propia de la antropología, que suele denominarse también observación participante. En términos generales, se refiere a que, la persona que investiga se hace presente en donde tienen lugar las prácticas e interacciones sociales que interesan a la investigación, y no sólo las observa, sino que participa de ellas. La cultura —en este caso la política— y sus significados se aprenden viviéndolos, por lo que la experiencia directa es una vía importante para su estudio.

Por otra parte, desde el PUEDJS se organizó el foro (Re)articulando la historia y el presente de los feminismos en México: Acción, colectividad y política que convocó a 29 feministas de la Ciudad de México y las periferias, pertenecientes a distintas colectivas y agrupaciones. Este encuentro nos permitió conocer, de viva voz de las feministas organizadas, sus narrativas sobre las ideologías, reivindicaciones, alianzas, desencuentros, principios, valores y formas de organización y movilización. 

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¿Qué es una

investigación feminista?

Además de cualitativa, nuestra investigación es feminista. Esto quiere decir que reconocemos que no somos entes incorpóreos que observan y analizan el mundo con distancia, sino sujetos que forman parte de la sociedad que estudian, que el lugar desde el que nos aproximamos al mundo influye en la forma en la que lo comprendemos y que nuestra mirada está mediada por filtros social, histórica y culturalmente construidos. Por eso, la epistemología feminista critica la ciencia moderna, pues atribuyó el carácter de universal al conocimiento hecho por hombres blancos privilegiados. Sin embargo, el pensamiento feminista no considera a la ciencia un enemigo a abatir, sino una aproximación a la realidad que es necesario mejorar (Puleo, 2017). Algunas formas de mejorarla son incluir las miradas de mujeres y sujetos subordinados cuyos aportes han sido negados, hacer explícito el lugar desde el que nos aproximamos al mundo, así como reconocer que nuestra mirada es parcial y dar lugar a las emociones en el proceso de investigación.

Siguiendo dichos planteamientos, en este trabajo nos propusimos priorizar la revisión e inclusión de los aportes hechos por mujeres, tanto académicas, como activistas y expertas en estos temas. Por otra parte, esta investigación fue financiada por la UNAM y el CONAHCyT, ambos, centros públicos que reciben fondos provenientes de la sociedad mexicana, por lo que asumimos un compromiso de construir un conocimiento riguroso y que sea útil para comprender y transformar nuestro entorno. Como feministas, buscamos una transformación en el sentido de la igualdad y la justicia para las mujeres y, por tanto, para todo el mundo. Sabemos que los resultados de esta investigación no son totalizantes, sino parciales y localizados; desde esa parcialidad, buscamos contribuir a la discusión y conocimiento de los movimientos feministas. Finalmente, nuestra aproximación a este tema de investigación involucra no sólo la razón, sino también las emociones. Nos mueve un profundo sentimiento de indignación por la desigualdad, violencia e injusticia que viven las mujeres cotidianamente, así como el deseo y la esperanza de cambiar el orden de las cosas, de construir un mundo mejor.

Entrevistas

Entrevista uno

Entrevista uno

Entrevistada: Carolina (C)
Colectiva, organización o institución: Colectiva Furia Periférica
Entrevistadora (E)

E: El día de hoy tenemos el gusto de entrevistar a Caro de la Colectiva Furia Periférica, te agradezco muchísimo nos hayas abierto el espacio en esta agenda tan apretada que tienes. Agradecemos muchísimo. Quisiera iniciar preguntándote ¿cómo definirías el feminismo y qué implica para ti asumirte como feminista?

C: Para mí el feminismo es un movimiento social, político que me ha abierto de alguna manera las puertas. Me ha quitado esos vendajes para poder ver una realidad que antes para mí era normal. Encontrarme con el feminismo…digamos práctico en las calles, fue salvarme la vida. 

E: ¿Cómo fue? ¿cómo es que te acercaste al feminismo? Mencionas que es un feminismo práctico, digamos de acción directa, cuéntanos cómo fue tu acercamiento, tu experiencia en particular. 

C: Hay algo que detona que yo me asuma como feminista, una experiencia de vida que sucedió hace… 2013 más o menos. Soy habitante de Ecatepec, ahí estudiaba la preparatoria, me quedaba como a unos diez o quince minutos en mi casa caminando. Lo recuerdo claramente, un 31 de mayo de 2013, un día viernes, casi cerca de las 07:00 am., en compañía de mi papá. Todos los días me acompañaba mi papá o mi mamá, nos quedaba como a unas dos cuadras y, de repente se nos acercó una camioneta negra con los vidrios polarizados, nos cerró el paso, bajó un tipo, nos sacó el arma y entonces lo primero que se me vino a la mente es que nos iban a asaltar. 

En ese momento yo decía —“no pasa nada”—. No le había pasado nada a nadie, y los casos que había escuchado eran para mí normales, de una manera indiferentes. Ese día me dije —“nos van a asaltar porque ya, ya valió” —. Entre mí dije —“pues ¿qué les voy a dar?”—, no utilizaba celular, traía como $50. Se nos acercó y nos encañonó a los dos, entonces… me jaló del brazo muy fuerte y me dijo gritando que me subiera a la camioneta… Cerré mis ojos… en ese momento vi toda mi vida pasar en un instante, se me vinieron los recuerdos, las cosas que había pasado con mis amigos, mis amigas y mi familia, dije —“no, ya no voy a regresar”—. 

Veía a mi papá y él me decía… —“no va a poder hacer nada”—… y yo encañonada… él también. Entonces pasó algo… algo extraño, algo que me salvó, algo por lo que estoy aquí, el copiloto que venía con él… bueno, había más personas adentro, cosa que en ese momento yo no me di cuenta, no me percaté, me lo dijo mi papá después, descubrió que había más personas adentro que estaban encapuchadas, encadenadas. Se escuchó una detonación… adentro, que yo escuché como… muy… no sé, se escuchó esa detonación y el copiloto le dijo a este tipo que nos dejara, que no valía la pena; pero nos seguía encañonando a los dos, a mí me tenía tomando del brazo. Cuando iba a dar el paso porque mi papá ya estaba a nada, a nada de que le dieran la cabeza porque de alguna manera me estaba forcejeando también del brazo, tomé la decisión de subir, y cuando justo iba a dar el paso, se escuchó otra detonación y fue cuando el tipo (el copiloto) dijo que no valíamos la pena. 

Entonces me soltó, mi papá rápido me jaló y corrimos del lado contrario. Cuando íbamos corriendo este tipo todavía tiró una bala y afortunadamente no nos cayó, se subió y arrancó. Había gente en la calle, los negocios ya estaban abriendo, y ahí fue cuando se me cayó como toda esa bola rosa en la que vivía, ese mundo rosa en la que no pasaba nada. Yo iba como en shock, iba llorando, tenía como… ese grado de gravedad en el que… estuvo a punto de pasar. Lo único que mi papá me dijo, — “¿te disté cuenta que había más personas adentro?”—, dije —“no, no me percaté”—. Llegamos a mi casa, mi mamá me preguntó qué había pasado, que porqué venía llorando, que porqué venía temblando; yo no le pude decir, mi papá le contó, despertó a mis hermanos. Quisieron levantar una denuncia vía telefónica, porque yo entré como un miedo de… no querer salir.

Se intentó hacer por vía telefónica, no se pudo, no procedió porque necesitaban el número de placas, necesitaban toda la información posible. Lo único que se le dio fue el cómo era la camioneta, las personas que iban ahí, lo que mi papá pudo ver y lo que ocurrió. La denuncia no procedió porque nos faltaba ese dato importante, el número de placas. Pues así quedó esa situación. 

Después de eso, todo el fin de semana no pude salir. Ya el día lunes de clases, como era siempre de nunca faltar a clase pasara lo que pasara, llegó el día lunes y todo así raro, —“¿por qué faltaste?”—, lo primero que hice fue abrazar a mis amigas y a mis amigos, y me solté a llorar y les conté lo que había pasado. Me invadió ese miedo que hasta la fecha no ha desaparecido, se ha transformado. Hay un profesor en la prepa que se llama Manuel Amador, es profesor y sociólogo. Él era el que siempre nos hablaba de esta realidad, daba talleres sobre violencia y sobre arte. Pasaron como tres meses y yo estaba en shock todavía, y sentía que mi papá me echaba en cara que lo que pasó era mi culpa. 

Yo ya no podía con eso…

E: ¿Qué te echara en cara por el hecho de ser mujer? 

C: ¡Ajá! Que por el hecho de ser mujer me iban a llevar, me iban a secuestrar o quien sabe que iba a pasar. Siempre tenía esas indirectas, y después mis hermanos, era algo que ya no se ocultaba. Nunca he sido como de discutir, siempre fui una persona calmada, que se aguantaba las cosas; pero ya no podía, necesitaba hablar con alguien. Entonces me acerqué a este profesor y le conté lo que había pasado, porque entre voces se escuchaba lo que había sucedido, pero nunca supieron bien quién era, y esa persona fui yo. —“Pasó esto, y esto, y me siento así. Me siento totalmente con miedo, todo el tiempo estoy volteando a ver que no venga esa camioneta, veo las camionetas y me da terror, no me siento bien. Ya no quiero salir”—. Empezó a hablar conmigo de todo esto, de toda esta situación y es algo que agradezco muchísimo haber hablado con él. 

Me acerqué a sus talleres, por el momento ya no lo imparte, pero en ese momento lo impartía, se llama Taller Mujeres, Arte y Política. En ese taller fue cuando empecé a tener este acercamiento con el feminismo porque nos empezó a hablar de conceptos, de teorías que iban involucrándose en nuestra realidad. Lo bonito de ese taller era que no era la teoría, sino la manera en que esa teoría se podía relacionar con el arte, un arte que es precisamente el performance, en el que a través del cuerpo podíamos expresar toda esta violencia y todo este dolor que sentíamos. A través de tomar espacios en la calle, espacios que siempre nos fueron negados como mujeres, pues… podíamos retomarlos, apoderarnos y de alguna manera ser lo que antes no podíamos ser. 

Dentro de ese taller había más chicas que habían pasado por situaciones de violencia, de violación, igual de intento de secuestro y de violencia en sus casas. Fue un espacio que me permitió ser otra persona y que, precisamente fue como un abrir de ojos de esta realidad que estamos pasando (las mujeres). Ahí fue cuando decidí que cuando terminara la prepa iba a estudiar sociología, quería entender muchas, muchas cosas que había detrás, qué significaba ser mujer en esta sociedad. 

Ese fue mi primer acercamiento (al feminismo), desafortunadamente por una experiencia. No me arrepiento de asumirme feminista, es algo que… le ha dado sentido a mi vida, y que… afortunadamente, es una guía de lo que quiero hacer y lo que no quiero hacer, con las personas que quiero estar, con las que no quiero estar. 

E: Oye, nos has contado que particularmente tu experiencia radica en una violencia muy particular, tú eres justamente de Ecatepec, ¿tú crees que la violencia que pasa, por ejemplo, en la periferia, en este caso Ecatepec, es distinta a la de la Ciudad de México? ¿Qué características podría tener la violencia que se da en la periferia? 

C: Ahora paso más tiempo en la ciudad. Creo que realmente depende de esos procesos que lleves, pero… pues sí, realmente la violencia que se vive en Ecatepec es desbordante, nadie se siente segura. Hablo en general porque todas las chicas con las que he convivido te van a decir lo mismo. Es un ambiente inseguro, las autoridades nunca hacen nada, están ahí, están y no están. 

Si transitas por Ecatepec, sea de día o sea de noche, el ambiente es totalmente inseguro. Pero como mi tránsito por la ciudad es pasajero, te puedo decir que me siento un poco más cómoda y más segura; pero realmente no conozco el trasfondo de lo que es vivir en la ciudad. No te puedo dar una respuesta clara, sino más bien una respuesta de lo que es habitar en Ecatepec y transitar por aquí. Sí te puedo decir que las políticas públicas son distintas entre la ciudad y el Estado de México; las políticas pueden tener un mejor cumplimiento y seguimiento en la ciudad al que se tiene en el Estado de México. Digo, tienes un gobernante y un presidente municipal totalmente ausentes, un instituto de la mujer que no está cumpliendo, que se dedica a revictimizar a las mujeres y que las cifras siguen creciendo. 

E: ¿Cómo afectó el feminismo a tu vida? Hay un antes y después dado que encuentras sentido, te hace clic, que pasa por la situación de cómo los demás de alguna forma te dicen que es tu culpa, ¿cómo es que esto transforma tus relaciones?

C: Para empezar con mi familia, tengo tres hermanos, una hermana, mi mamá, mi papá. Siempre fui como la niña tímida, callada, la que nunca decía nada, la que era sumisa. Era ese estereotipo de hija. Cuando comienzo a involucrarme en esto, lo primero que sucede es que mi familia se enoja, llega un momento en el que discutí con mi mamá porque me sentía atada, todo el tiempo era de estarme monitoreando. ¡Claro! por lo que había pasado, de alguna manera lo entiendo, porque tenían miedo de que volviera a suceder.

Pero llegó un momento en el que me sentía ya cansada de esta situación, de estar siempre vigilada, de que me estuvieran contando el tiempo. Llegó un momento en el que dije —“¡ya!, ¡basta!”—, está bien que yo aún no superé eso. Fue como el primer detonante para decir —“¡hasta aquí! —. Después pasó con mis hermanos, empecé a cuestionar ciertas actitudes de ellos hacia mí, ahí fue cuando se empezaba a desarrollar todo eso, todas esas situaciones que para mí eran normales. Empezaba a cuestionarlos. En algún momento fue un motivo de burla hacia mí, que empezara a decir —“esto no es normal”—. Empezaron a hacer chistes, hacer indirectas y llegó un momento en el que decidí encararlos; después me di cuenta que no valía la pena, no tenía caso desgastar mis palabras en personas que no iban a comprender la gravedad en la que estábamos viviendo, en la que seguimos viviendo las mujeres. 

Una, porque son hombres que nunca van a comprender esta situación. Mi papá se enojó bastante conmigo, tuvimos un distanciamiento porque ¡cómo Carolina!, la hija que tenían en un pedestal, digámoslo así, quería que fuera médica, le dije que quería estudiar sociología, que iba a hacer mi examen de sociología, que yo no deseaba ser médica… pues se le cayó el mundo a él. 

En ese momento yo no me declaraba feminista, realmente no conocía el feminismo como tal, tenía un primer acercamiento, pero no tenía todo, bueno, sigo sin tenerlo todo. Ese fue el primer rompimiento con mi familia; también les disgustaba que empezara a involucrarme en las marchas, en las actividades que teníamos en la prepa con mi profesor. Empezaron a molestarse, siempre les avisaba dónde estaba, pero les molestaba que yo como mujer estuviera en la calle. Llegó un momento cuando entré a la universidad, fue ahí cuando empecé a conocer más y me empecé a quitar más ese miedo que sentía cuando salía a las calles, y de hacer lo quería hacer.  Me agradó sentir que tenía un sentido mi vida. 

Me empecé a alejar de algunas personas quienes consideré que no valía la pena estar. Empecé a encontrar otras con las que ahora me siento mucho mejor, que tienen de alguna manera esos mismos pensamientos que yo, y con los cuales me siento bien. Empecé a conocer más y más personas, personas que me abrieron las puertas y que con el tiempo esa relación de conocer. A pesar de todo este proceso, ha habido cosas positivas, si mi relación en mi casa en algún momento estuvo tensa por esa situación, cuando vieron que esto realmente no era un juego de niña rebelde, no sé, de una niña que quería jugar a ser rebelde, pues se dieron cuenta que estaba logrando cosas, empezando por mi forma de ser. Ya no era esa niña tímida que era antes, ahora empezaba a ser una persona que ya no se dejaba, que empezaba a hablar con su mamá porque se dio cuenta de la forma en la que mi papá tocaba a mi mamá.

Hubo un momento en que me acerqué a mi mamá y empecé a cuestionarme muchas cosas. Empecé a hablarle de todo esto, de alguna manera la empecé a terapiar y eso fue algo bien bonito para mí, porque dije, —“sí no empiezas a lograr cosas en tu propia casa, no vas a poder lograr nada allá afuera”—. Ese fue el primer acercamiento y logros que tuve, lograr acercarme a mi mamá, decirle que lo que yo estaba haciendo no era sólo para mí, era para ella, era para mi sobrina, era para mi hermana y para todas las mujeres que atravesaran el feminismo. 

E: Desde el feminismo, ¿cómo explicas esta situación, estas vivencias, este sistema de violencias?

C: Es un sistema que nos ha mantenido sumisas, que nos ha dicho siempre que la violencia es normal, que por ser mujer tenemos que cumplir con ciertos roles, ciertos estereotipos y que por ser mujer tienes que aguantar todo.  No es así, el hecho de que seas mujer no justifica que seamos violentadas y vivamos con miedo, que aguantemos un golpe, una humillación, cualquier cosa…ser mujer para mí es tener valentía, tener derecho sobre nuestro propio cuerpo, decidir lo que queremos hacer con nuestra vida sin que nadie nos esté juzgando, y es precisamente con el feminismo que… yo lo adjudiqué como parte de mi vida, porque sin el feminismo yo no hubiera encontrado el sentido de mi vida. 

Esos logros que he tenido han sido gracias a este movimiento y a este acercamiento con otras mujeres. El hecho de poder haber logrado pequeñas cosas en mi casa, pude tener este acercamiento con mi hermana, mejoró mi relación. De alguna manera cambió, en cierto sentido, la forma de pensar de mis hermanos porque se dieron cuenta de que no solo era yo sino eran muchas más. Afortunadamente ya no hacen comentarios estúpidos, ya no hacen chistes tontos, al contrario, me han apoyado de cierta forma. Eso es algo que me alegra mucho haber logrado en mi espacio personal. 

Y afuera… yo sé que no están de acuerdo en muchas cosas, pero lo toleran, entonces me siento cómoda. 

E: Yo creo que una vez que nos ponemos estas gafas moradas, es difícil quitárnoslas porque todo el tiempo estamos alerta a muchas cosas, para bien o para mal. Creo que tu experiencia capta cómo lo personal es político, justamente estas violencias que nos atraviesan y que parecieran que son como muy particulares, muy de nosotras, en realidad son de un amplio número de mujeres, me atrevo a decir de todas.

C: A todas.

E: En algún momento nos ha pasado, pero nosotras muchas veces reducimos estas vivencias a nuestro único espacio, cuando en realidad es el pan de cada día para nosotras, te escuchaba y me hacía clic de cómo lo personal es político. Oye, ¿cuáles serían los principales valores o principios del feminismo?, por ejemplo, muchas veces me han dicho la sororidad. 

C: No me agrada la palabra sororidad.  

E: ¿Por qué?

C: Porque… para mí en redes puedes ser sorora, pero en la vida real no lo es…

E: ¿Qué principios sí serían? ¿qué valores serían los del feminismo?

C:  Pues… más bien para mí, que he estado en la calle, que he estado conviviendo con muchas mujeres. La principal es la empatía porque…no puedes entender la historia de otra mujer sin ponerte en los zapatos de ella, sin juzgarla. Entonces eso es para mí lo principal. Lo segundo sería… la lealtad porque muchas veces podemos decir que somos hermanas… pero si realmente no estás consciente de lo que es la verdadera lealtad, este movimiento no puede funcionar y, las relaciones que se vayan construyendo no puede funcionar. 

No puedes ser leal siendo hipócrita, no puedes ser leal hablando a sus espaldas, no puedes ser leal si juzgas, si la minimizas, si sigues construyendo este mismo discurso patriarcal. La empatía y la lealtad tienen que ir de la mano para poder llamarse una persona feminista. Es lo que he llevado construyendo en todo tipo de relaciones. 

E: ¿Tú crees que el movimiento bajo estos principios se nutre, digamos, de otros movimientos sociales? 

C: Te lo voy a decir de una forma muy particular. En la periferia no se puede ser un movimiento feminista individualista, tienes que empezar a tejer redes para que esto crezca, lo que hemos estado haciendo nosotras es empezar como involucrar, tejer relaciones con otros colectivos culturales, de hombres. 

E: ¿Feministas también?

C: De hombres

E: ¡Ok!

C: De hombres, ellos se hacen llamar (grupos) mixtos, hay hombres y mujeres. No puede ser un feminismo separatista porque es un movimiento que está en auge, está en construcción, no podemos decir que somos solo mujeres porque no puede funcionar de este lado porque está en construcción, porque todas estas chicas que están empezando a sumarse al movimiento, puede que no tengan claro lo que realmente conlleva el feminismo. Y eso es algo de lo que me he dado cuenta, muchas chicas que se están sumando, son chicas mucho más jóvenes pero que realmente no están conscientes y que muchas de ellas lo hacen por moda. 

Entonces lo que hemos tratado de hacer es tener estas redes con otras personas, con otros colectivos, con colectivos que en el camino hemos encontrado de Chiapas. 

E: ¿Algún nombre de colectivo? 

C: No me acuerdo, pero…conozco de Chiapas, que por azares del destino nos encontramos. 

E: ¿Cómo se encontraron?

C: En alguna protesta que hicimos.

E: ¡Ah ok!

C: La forma en la que nosotras protestamos es como muy distinto a lo que se suele hacer. Te comentaba lo del performance, nuestra manera de protestar es a través del performance y cuando empezamos a construir estas redes era algo muy nuevo; como de generar ese cuestionamiento ¿qué es lo que están haciendo estas chicas? ¿por qué no están gritando y rompiendo cosas como las demás? Eso es lo que empezó a llamar la atención de otras personas.

E: Nos has comentado que perteneces a la colectiva Furia Periférica y que particularmente hacen performance, para todos aquellos que no sepamos qué es el performance nos podrías explicar ¿qué es? y ¿por qué la colectiva apuesta por este tipo de estrategias?  

C: Bueno, en primer lugar, la colectiva con la que yo empecé a trabajar se llamaba Visibles no somos invisibles, algo así, no recuerdo bien. Esta surgió derivado del taller, ese taller estuvo presente en otros lugares. Pasó de la prepa a las calles y de las calles a instituciones. Fue lo bonito de ese taller. Yo ya estaba en la UAM cuando yo conocí a estas chicas, a esta colectiva (Furia Periférica), fue cuando empezamos a trabajar con nuestros performances.

¿Qué es un performance? Es un arte que se hace con el cuerpo, una manera de expresar diversos sentimientos con el cuerpo. En este caso expresar la violencia, el dolor y darle voz a todas estas mujeres a las que se les ha arrebatado la vida. Darles dignidad, nombramiento, contar la historia de ellas a través de nosotras, de lo que fueron y de lo que querían hacer. Eso es para mí lo que significa un performance. Conocí a estas chicas, empezamos a trabajar en estos proyectos. Construíamos las pautas, lográbamos el contacto de algunas mamás para la autorización de lo que íbamos a hacer…

E: ¿Cómo es que planean esta puesta en escena? 

C: Primero nos enteramos de los casos, tener contacto con las familias y hablarlo con estas. Les decimos lo que hacemos, que queremos hacer; si nos dan autorización empezamos a platicar sobre lo que era esa mujer, esta chica, cómo era su vida, qué le gustaba, qué no le gustaba, que quería ser. A través de esa historia que podemos recuperar empezamos a construir pautas que están acompañadas de significados y de pequeños diálogos, y a través de esa historia elegimos el vestuario y cada cosa con su significado. 

E: En relación a la historia. 

C: Va relacionado la historia, entonces empezamos a planear en qué lugar lo vamos a hacer, si vamos a ir directamente al lugar en el que ocurrió el feminicidio, pensamos en la viabilidad, el performance se debe ser en la calle. Básicamente eso es lo que hay detrás de cada performance.

E: ¿Cómo se decide qué casos sí y qué casos no mostrar? ¿cómo es que se buscan el espacio? ¿cómo se deciden estas cosas?

C: Para la familia es algo fuerte regresar al lugar en dónde sucedió, si ellos dan autorización para que se haga ahí se hace, y si no, recurrimos a otros lugares. Siempre procuramos no caer en la revictimización, eso es algo bien importante, hemos tratado de cuidar siempre y con el tiempo hemos mejorado. En los casos que no se puede lograr el contacto con las familias, retomamos cualquier caso porque a veces nos es imposible poder tener ese acercamiento, muchas veces las familias lo primero que quieren es ya no saber y olvidar. Entonces no puedes insistir. 

Por eso te digo, a veces podemos tener ese contacto con la familia y muchas veces no. Afortunadamente cuando no tenemos ese contacto no hemos tenido reclamo. Algo muy curioso que nos ha pasado es que, una vez estuvimos en Coyoacán con un performance de “las novias”, justamente cuestionando este amor romántico del 14 de febrero. Estuvimos ahí en el centro de Coyoacán, en la Iglesia vestidas de novias. Estábamos retomando historias de mujeres que habían sido asesinadas por sus parejas, que les había prometido ese amor para toda la vida, “hasta que la muerte los separe”. Habíamos retomado casos de todo el país, y algo muy curioso que nos pasó ahí fue que estaba presente una familia, una familia que venía del norte, no recuerdo el estado, pero venía del norte. Se sentó a llorar, y cuando terminamos nos dijo, —“gracias por haber nombrado a mi hija” —. Agradecía porque a alguien le había importado sin haberla conocido.

Todas esas cosas te motivan a seguir y este es el mejor regalo y el mejor pago para nosotras, encontrar a gente que… le remueva, que por un momento les haga ruido en la cabeza, que se empiecen a cuestionar ciertas cosas, que empiecen a hacer, a dejar de ser indiferentes. Hemos ido con o sin autorización, nos hemos presentado en lugares donde ocurrieron los hechos, hemos estado en lugares baldíos donde pasa la gente y a pesar de que haya o no haya gente, estamos ahí. 

E: ¿Cómo es que se distribuyen las tareas? Por ejemplo, hay alguien que se encargue de recomendar o dar seguimiento a los casos para ver qué casos son emblemáticos o qué casos van a representar, hay alguien que se encarga de la sección de los vestuarios, si alguien más revisa que los lugares sean seguros para ustedes…

C: Sí, cuando empezamos a formalizar esto, el profesor es quien se encarga de ver el lugar al que vamos. Sí es un lugar demasiado apartado procura traer a más gente de confianza. Por ejemplo, en algunas ocasiones nos ha acompañado marabunta. Se tiene el contacto de la familia, siempre por la seguridad de nosotras van medios de comunicación para que no seamos agredidas, siempre estando algún medio de comunicación las agresiones de alguna manera se controlan. Siempre teniendo esos tres aspectos.  

E: ¿Cómo contribuyes? digamos, más allá de la puesta en escena que supongo que todas le entran.

C: Pues es que más bien todas hacen como un proceso de cambio, de todo era más artístico, hubo cambios con otras chicas o cosas con otras chicas que a mí ya no me agradaron. Ellas empezaron a tener control de todo esto, querer empezar a ser ellas como las líderes cuando no debería ser así, se supone que debería ser horizontal todo, y se empieza con la verticalidad. Fueron cosas que no me agradaron, me empecé a alejar de ellas porque antes y después me enteraba que ellas empezaban a lucrar con esto. Empezaban a poner en práctica en instituciones gubernamentales, recibían dinero y entonces era lo que me empezó a desmotivar, dije, —“yo no puedo lucrar con esto” —. 

Me empecé a alejar de ellas, el profesor también, porque lo hicieron a espaldas de todas. En el camino me encontré con otras chicas que siempre querían hacerlo del lado de la Ciudad de México y pocas veces querían ir al estado (Estado de México). Entonces decía, —“sí estamos construyendo algo… creo que tenemos que empezar del lado del estado (Estado de México)”—. En el camino encontré otras mujeres y de igual manera empezamos a conectar con las historias, nuestras historias de vida y decidimos construir otra colectiva que hasta la fecha sigue vigente. Formo parte también de Mujeres de la periferia para la periferia, ahí es algo más formal porque lo primero que acordamos fue trabajar del lado del Estado (de México), ir a diferentes municipios sin importar la distancia, sin importar el miedo que sintiéramos, pero siempre acompañadas unas de otras. Lo primero que se acordó fue que no iba a haber verticalidad y decir nuestras diferencias, entonces dijimos que sí. 

Creamos la página de Mujeres de la periferia para la periferia, nos empezamos a nombrar así. A mí me ubican de alguna manera de esa colectiva. Y ahí fue cuando tuvimos más trabajo colectivo de este lado de las periferias, empecé a involucrarme con otros municipios, en Nezahualcóyotl, Chimalhuacán, en Naucalpan, en Cuautitlán Izcalli, Melchor Ocampo, etcétera. Hubo unos roces con otras dos chicas que formaban parte de la colectiva, de alguna manera lo quiero entender, que… bueno, en eso sí tenemos cada quien sus roles, una era la encargada de los medios de comunicación, otra era la encargada de conseguir el contacto con las familias y así nos fuimos dando tareas.

E: ¿Cómo es que se distribuían esas tareas?

C: De acuerdo a nuestras habilidades. Al final de cuentas siempre era un trabajo colectivo, sí alguien no podía en algo, nos apoyábamos. Después surgió este distanciamiento y nos quedamos tres, éramos seis, nos quedamos tres. Estas tres no nos podíamos quedar con los brazos cruzados, empezamos pues a buscar más y más mujeres que quisieran participar. En una marcha que hicimos en Ecatepec, colindando con las Américas, encontramos muchas chicas, una de mis amigas que forma parte de la Colectiva, pues es como siempre anda por todas partes, y va a la ciudad, va a todas partes, empezó a conocer a más mujeres y les hablaba de su proyecto. Les llamaba mucho la atención porque era algo nuevo que no sabían de qué se trataba. 

En el tiempo en el que yo las fui tratando ¡qué chido que más mujeres se vayan interesando en esto, que quieran hacer lucha de este lado! Siempre digo, —“llegan las mujeres que tienen que llegar”—. Entonces construimos otra colectiva que es la actual, Furia Periférica, somos seis. Fue en la pandemia cuando formamos esta tercera colectiva, lo que hicimos ahí fue como un tipo caravana, porque empezamos a recorrer municipios en la pandemia y teníamos miedo de contagiarnos. 

Queríamos hacer algo porque en la pandemia se comenzaron a incrementar las cifras y se empezaba apagar el movimiento. Decidimos volver a retomar las calles y a replicar, a replicar los performances que ya habíamos hecho. Dijimos que íbamos a recorrer cinco municipios, uno cada fin de semana.

E: ¿Cuáles eran? 

C: El primero fue Ecatepec. Ahí presentamos el caso de una chica que fue asesinada en el confinamiento por su novio. Tuvimos contacto con su mamá, con su familia, y estuvimos en la casa de ella, fue más bien como un memorial para ella; participó su familia. El segundo fue en Ciudad Neza, ahí replicamos un performance construido a base de jaulas, cadenas y rosas, porque eso era lo que sentíamos. Te decía, cada objeto tiene su significado. 

E: ¡Sí, claro!

C: Ese performance se llama “las huellas de tu violencia”, algo así, no recuerdo bien el nombre. Retomamos historias y decidimos hacerlo ahí porque es un municipio que tiene mucha violencia. En esa ocasión había gente, había como un mercadito, ahí estuvimos. El tercer municipio fue Tlalnepantla, estuvimos en el centro y pasó algo bien curioso. Estábamos en nuestro performance, teníamos cintas amarillas, nos habíamos puesto un poco de pintura roja y se acercaron los policías y nos intentaron intimidar porque pues solo éramos tres en esa ocasión, éramos tres. 

Empezaron a hablar por radio que ya venían más apoyo de ellos para que nos levantaran de ahí. Estábamos cuestionando el discurso de Raciel, que en ese momento era presidente municipal de Tlalnepantla; no estaba haciendo nada como todos los presidentes municipales. Me acuerdo perfectamente que estaba diciendo un discurso en contra de él, y fue en ese momento cuando ellos entraron ahí porque escucharon las cosas y no les gustó. Dijeron que no estábamos autorizadas para estar ahí, si bien era un espacio público, no era para hacer lo que nosotros estábamos haciendo. Le dijimos que —“no estábamos haciendo nada malo, solo nos estábamos expresando, no estábamos destruyendo nada, ni pisando nada”—. Nos trataron de intimidar, nada más éramos tres, mejor decidimos movernos. 

El cuarto municipio fue Melchor Ocampo, ahí estuvimos con otras chicas que tienen muchas colectivas de aquel lado. Ahí hicimos contacto con ellas y pues hubo actividades culturales ese día, y entre ellas, nosotras. El quinto fue Ixtapaluca, ahí tuvimos contacto con Libertad Morada, fue a través de una marcha que ellas estaban convocando. Se contactó con ellas para ver si nosotros nos podíamos sumar a su movilización, les dijimos lo que hacíamos. Nos dijeron que sí, nos abrieron las puertas, estuvimos ahí, estuvieron presentes familias de víctimas de feminicidio, e igual estuvo presente la policía porque era una marcha y fueron resguardando. Eso fue lo que hicimos durante la pandemia, de ahí empezamos a tener contacto con mujeres que se dedican al teatro que son de la UNAM. Nos contactaron e hicimos un performance virtual. 

Empezamos a construirlo virtualmente. También hablando precisamente sobre este encierro, se construyó a través de la virtualidad y posteriormente ellas mismas nos invitaron a hacer un proyecto que construyéramos con una esencia personal, con el tema jaulas y encierro. La base fueron las jaulas, cada una la construyó a su manera y cada una tuvo que construir su discurso y sus pautas. Todo, todo, todo se concibió a través de la internet, se grabó un video. El proyecto se llama Á(r)mate. 

E: ¿Está en las redes?

C: ¡Ajá! está en YouTube, la “R” entre paréntesis de Á(r)mate, es un proyecto que ellas financiaron. A mí me gustó mucho porque tratamos de recuperar nuestras propias historias y las de las demás. Cada una le dio como su esencia personal. Se grabó este video y hasta la fecha como colectiva es lo que hemos estado haciendo. También hemos tenido acompañamiento con las familias, las hemos acompañado en el proceso de denuncias, de audiencias; bueno, ahorita pues no se puede por el tema de pandemia, ya no nos dejan entrar a las audiencias, entonces estar afuera y estar acompañándolas es algo que todavía seguimos haciendo. Y si en algún momento alguien necesita este acercamiento con nosotras, le abrimos el espacio.

E: La cuestión del performance me parece bastante característico del feminismo, veo en todas las marchas una puesta en escena utilizando el cuerpo, sea para protestar o para denunciar algo, ¿de qué manera el feminismo resignifica el cuerpo de las mujeres? 

C: En primera, es la reapropiación de nuestro propio cuerpo, de empezar a aceptarlo como es. Por supuesto no es nada fácil porque tienes estereotipos por todas partes, te invaden y te bombardean, pero lo primordial es esa reapropiación, empezar a aceptarte como eres. Cuestionarte lo que has hecho con él y empezar a mostrarlo como tú lo desees. 

Si empiezas por esa parte, creo que puedes empezar a construir otras cosas, empezar a dar vida a otros procesos. Siempre para mí es todo este proceso artístico desde las calles, pues por supuesto no es nada como escénico, el teatro es algo distinto porque siempre es con recursos propios; aquí siempre debemos de financiarnos nosotras mismas, poder comprar todos los materiales, empezar a construir desde cero. Es decir, tenemos la principal herramienta que es nuestro propio cuerpo, entonces si tienes eso, puedes empezar a echar adelante. 

E: El feminismo también esta lleno de controversias y diferencias, ¿cuáles son los temas que suscitan diferencias?

C: Precisamente la participación de los hombres en el movimiento. Muchas veces nos hemos encontrado con que un hombre, el profesor Manuel, nos acompaña. 

E: Eso es bien curioso, porque la mayor parte de nosotras nos acompañamos de otras mujeres. 

C: Sí, siempre ha sido ese cuestionamiento, colectivas que no han conocido nuestro proceso empiezan a cuestionar y a molestarse ¿por qué un hombre? En alguna ocasión lo cuestionaron a él y luego nos cuestionamos a nosotras, una discusión bien fuerte, —“¿por qué un hombre está encabezando esto?”—. No es que lo encabece, es más bien que nos está apoyando. Hubo un momento en el que hicimos una caravana contra los feminicidios en Ecatepec, nos tardó como tres meses en construirlo, y a quién se le ocurrió pues fue a él, nos preguntó si estábamos de acuerdo, yo siempre abierta a lo que se haga.

Cuando se abrió la convocatoria para quien quisiera participar, el primer contacto que aparecía era de él. Empezaron a generarse esos posicionamientos —“¿por qué aparece el nombre y el número telefónico de un hombre?” —. Por temas de seguridad, quién quiso dar su nombre y abrir su número de telefónico fue él, siempre tratamos de cuidar nuestra seguridad.

Cuando hicimos la caravana, él estaba participando en la logística de la construcción del performance; aportando ideas, construyendo en colectivo, y él además es quien tenía el contacto con los medios de comunicación, tiene muchos amigos que trabajan en los medios. Y sin este contacto, no se podría dar a conocer nuestro trabajo. En lo personal, a él le agradezco muchísimo porque no es como que nos imponga cosas, siempre se habla de lo que se construye en colectivo, y siempre nos está preguntando ¿cómo nos sentimos con esto, si queremos seguir adelante o si no?

E: ¿Cómo han resuelto estas pequeñas diferencias? 

C: Siempre se les habla desde la verdad, no puedes decir mentiras donde no las hay, siempre diciendo lo que somos y lo que hacemos y lo que queremos. No llegas a esos acuerdos totales, pero se logran comprender las situaciones. El tema de lucramiento, fue algo de lo que todas y todos estuvimos en total desacuerdo, no puedes lucrar con algo por lo que estás luchando. No era parte de nuestros valores y nuestra ética, y eso fue algo que dejamos bien claro —nadie va querer con esto—, y si quiere recibir algún financiamiento, tiene que ser un financiamiento que no esté involucrado con alguna institución gubernamental, porque si nos han querido apoyar partidos políticos. 

E: ¿Como cuáles? 

C: El PRI, Morena ahora.  

E: ¿Se han acercado directamente?

C: A nosotras y decimos —“no, no, gracias”—. 

E: ¿Qué les han dicho?

C: Que vayamos a sus espacios, a sus eventos presentando nuestro performance, siempre poniendo limitaciones de cuidar lo que decimos. Es algo que va en contra, si estás en las calles es para decir lo que realmente está pasando, no para tener un discurso que ellos quieren escuchar, porque lo que se hace es construir un discurso en el que se dé a conocer una denuncia, donde se denuncien las malas administraciones, las malas políticas públicas. 

E: ¿Qué lectura le das a las invitaciones de estos casos? Es decir, ¿tú crees que realmente les interesa el tema de la violencia?

C: Obviamente son intereses políticos, el poder tener estas alianzas con nosotras para poder manejarnos, es para poder tenernos, de alguna manera, controladas, decir, —“les ofrezco un recurso con el que ustedes se puedan mantener, pero van a hacer lo que a mí me gusta que hagan” —-. ¡No, gracias! estoy en contra de su forma de hacer política, no voy a caer en la contradicción, siempre hemos tratado de estar conscientes de las situaciones y siempre hablarlo. Esto es algo que ahora tenemos muy claro y muy distante del gobierno. 

E: Hemos hablado justamente de estas diferencias que de pronto no se miran, ¿qué crees que nos ha permitido caminar juntas a pesar de todas estas diferencias? ¿hemos podido construir una agenda o ciertas agendas en común? 

C: Lo primero es que lo que nos lleva de la mano a todas es el tema de la impunidad. Eso es lo que existe en todo el país, en todos los estados, municipios: la impunidad y la indiferencia de las autoridades. La primera demanda es la justicia y el reconocimiento de todas estas mujeres, porque no son cifras, son mujeres que tenían un hombre y tenían una vida. 

Lo segundo que nos mantiene unidas es el tema de las violencias que todas atravesamos por muchas cosas.  No solo es la violencia que se vive en las calles, sino en las propias familias, en cualquier institución, en el transporte, en la escuela; y siempre, siempre se va a conectar una historia con otra. Eso es lo que hasta el momento se ha podido mantener esa unidad cercana o lejana, pero se mantiene; siempre te vas a identificar con alguna historia y no se puede ser indiferente. 

Se a logrado tener leyes como la Ley Olimpia, que se logró para la ciudad y para todo el país. Fue algo que se construyó con esa visibilidad desde la ciudad pero que tuvo muchísimo apoyo desde otros lugares. 

E: Desde la periferia

C: ¡Ajá! todo se ha construido, se ha concentrado en la ciudad. Por eso es importante la descentralización del movimiento, empezar a lograr pequeñas cosas de este lado. También empezar a construir pues estas grandes cosas y que no se vean como algo que se logró desde lo céntrico, sino más bien desde las zonas periféricas y otros estados. 

Tampoco han sido logros de la noche a la mañana, y detrás de esos logros hay también todos estos roces, estas discusiones, estas situaciones de violencia que hay también dentro de los movimientos por parte de roces de los policías y las chicas.

E: ¿Crees que hay una crítica al interior de los feminismos? Es decir, se reconoce qué hace falta, en los colectivos en los que estabas ¿había una autocrítica?

C: Realmente entre nosotras sí había una autocrítica, pero no había una aceptación. 

E: ¿Cómo? 

C: Empezar a criticar tus propios comportamientos como persona, dentro del colectivo los puedes escuchar, pero no aceptarlos y no modificarlos, a eso es a lo que me refiero. Eso era lo que pasaba con otras chicas que lo escuchaban, pero no cambiaban. 

E: Como esa cuestión de lucrar.

C: De lucrar, y no digo que solo pasaba en mi círculo, pasa en todas las redes que se van construyendo. Dentro de la palabra tiene que haber la acción, si tu discurso es una y tu acción es otra no va a haber logros acertados, siempre va a haber diferencias. 

E: No sé tú, pero me parece que es uno de los temas que causa mucha polémica o muchas cosas es el uso de la “acción directa”. Y que me parece que también es una puesta en escena del cuerpo. ¿Qué opinas sobre el uso de estas estrategias?

C: Es algo que aplaudo y reconozco, personalmente nunca lo he hecho y no tengo la valentía para poder hacerlo. Siempre me ha generado miedo. Siempre he dicho que hay muchas formas de expresarse y de protestar, lo acepto porque no puedes como movimiento decir “qué sí está bien y que no para poder luchar”. Siempre va a haber consecuencias hagas lo que hagas, no importa que hagas un performance.  

No importa que estés aquí con un cartel afuera de alguna institución o algo, no importa que estés marchando pacíficamente sin romper ningún vidrio; siempre hay consecuencias. No importa que prendas fuego a la catedral, va a haber consecuencias, sea lo que sea. ¿Por qué? vuelvo a lo mismo, como movimiento de mujeres pues para ellos, para las instituciones, para los hombres, para el sistema, no está bien visto que salgamos a las calles y recuperemos esos espacios, que nos expresemos de la forma que deseamos expresarnos, no está bien para ellos. 

E: ¿Para qué luchamos? 

C: Para tratar de cambiar esas desigualdades. Desigualdades entre hombres y mujeres, desde lo económico, desde lo político, lo social en todos los ámbitos. Las mujeres seguimos siendo desiguales a los hombres desde el ámbito que lo veamos, es algo por lo que se está luchando, ser iguales en derechos en todos los sentidos: derecho político, derecho económico, derecho social, derecho personal. También empezar a generar esas herramientas que nos permitan construir nuestra forma de vida. 

E: Hablando de las herramientas, me parece curioso que las redes socio digítales han sido algo muy particular, sobre todo a partir de la pandemia hay un mayor uso, ¿Qué función han tenido estas en las colectivas donde participas? 

C: En primer lugar, de difusión de las luchas del movimiento, de compartir material sobre lo que hemos hecho, de lo que se hace en otros sitios y en otras colectivas, y empezar a dar difusión a partir de ahí. Lo segundo, empezar a dar difusión sobre notas periodísticas, sobre políticas públicas, sobre temas que son de interés, notas rojas también, si se puede decir así “Notas Rojas”. Y la tercera, de contacto de emergencia porque recibimos mensajes de mujeres que quieren acompañamiento u orientación sobre su situación de violencia. Preguntan dónde pueden recurrir, qué pueden hacer, y desde ahí se trata de dar esa orientación, mandarlas a algún centro de ayuda o darles números de emergencia. También nos llegaban mensajes para publicar fotos de chicas desaparecidas y empezar a difundir desde ahí.

Desde ahí empezamos a tener contacto de otras colectivas de América Latina, que nos empezaron a abrir espacios para hacernos visibles. Empezamos a hablar de nuestros proyectos, en España y Alemania nos abrieron esa puerta. 

E: Quisiera regresar a un tema que al principio tocaste, mencionaste que hay un feminismo “de moda” de la importancia de luchar desde aquí o desde otros espacios. En ese sentido me gustaría preguntarte si tu o ustedes como colectiva ¿qué referentes retoman? Por referentes pueden ser mujeres, experiencias de mujeres, pueden ser teóricas, pueden ser incluso otros colectivos históricos que no hayas planteado pero que están. Cuéntanos un poco cuáles son tus referentes teóricos, personajes históricos, 

C: Decía lo de un feminismo de moda precisamente por esta influencia de las redes sociales, muchas chicas van a la marcha solo a tomarse fotos y a publicarlas en redes sociales, pero realmente no tienen esa conciencia y no conocen este feminismo teórico; quizás no han tenido ese acercamiento con la teoría.  En algún momento quisimos hacer un círculo de lectura con otras chicas, pero nunca dio frutos este proyecto. 

Personalmente, para mí, Simone de Beauvoir es la que me ha dado esta referencia o más bien esta línea, el discurso que ella maneja se acerca totalmente a la realidad. Para mi ella es la principal que siempre voy a mencionar. Por eso te decía que si ya lo ves desde el mundo capitalista se está convirtiendo en un consumismo feminismo, un movimiento de consumo como todos los movimientos que se transforman en un movimiento de consumo. 

Empiezas a tener mujeres en las calles que empiezan a vender cosas en alusión al movimiento, que no está mal, pero personalmente no me agrada porque lo he escuchado, lo he visto, muchas mujeres de las que están ahí realmente no se asumen feministas y están en esos espacios vendiendo sus productos. Y en el discurso es bien bonito decir que es feminista, pero no es feminista.

E: Tratan de lucrar.

C: ¡Ajá! de lucrar, vuelvo a lo mismo, se está lucrando con ese movimiento y entonces ves que están vendiendo que las camisas, que los aretes, que los pañuelos, o cosas como, lentes, ropa, cualquier cosa. El hecho de que estén en un espacio “feminista” no te hace ser feminista, no estás consciente de lo que realmente significa ser mujer (feminista). 

E: Nos guste o no, la parte institucional, me refiero a los partidos políticos, a la gente que ocupa cargos de poder importantes, dígase diputados, dígase presidente municipal, inciden en el movimiento. ¿Cuáles son las primeras cuatro palabras que te vienen a la mente… me las dices y ahorita me explicas, cuando digo Andrés Manuel López Obrador y feminismo? Cuatro palabras

C: A ver…es una persona moralista, conservadora… no sé qué más, es que todas se relacionan. 

E: Moralista. 

C: Moralista…él dice tener un gobierno de la 4T inclusivo, pero tiene a una mujer en la ciudad que está manejando a su antojo. Esta 4T no es lo que él decía ser. Conservador, porque, las dos se relacionan, en su discurso dijo que iba a apoyar a las mujeres, las mujeres de abajo desde arriba. Pero todas las cosas que hemos visto y las cosas que han pasado en el movimiento en su gobierno y las acciones que ha tomado al respecto es todo lo contrario. 

Puso en las marchas mujeres policías como para apaciguar la situación. 

E: No te pongo hombres, pero te pongo…

C: Te pongo mujeres. Al final de cuentas es el brazo armado del Estado, siempre va a haber estos roces físicos de violencia. Otro caso que está muy presente o estuvo muy presente en su momento, fue el caso de la Okupa y es algo que quiero comentar porque es bien cercano para mí. Una de las detenidas es amiga mía, Magda Soberanes, es parte de esta lucha, es parte de la colectiva Mujeres de la Periferia, ella estuvo como refugiada de violencia en el momento de la detención, llevaba tres semanas habitando en ese refugio, el refugio ya no era realmente un refugio.

E: ¿Qué era?

C: ¡Sí lo voy a decir así! En su auge fue un refugio, pero también hubo intereses personales y económicos ahí dentro. Todas las que estuvieron en su momento se fueron distanciando y alejando por el tema económico porque todas las donaciones que recibieron se repartieron. En el momento, sí era para apoyar a todas las mujeres que llegaban de otros estados, pero después como el dinero siempre corrompe empezaron a generarse esos distanciamientos y esos intereses personales y políticos. 

Ese espacio se empezó a llenar de mujeres que ya tenían intereses muy personales, las mamás que habitaban ahí que eran como lo que llamaba la atención, habitaban ahí madres víctimas de feminicidio; pero ellas mismas también empezaron a tener esos distanciamientos y se fueron alejando hasta que quedaron puras mujeres que tenían intereses personales. Se fue transformando en un lugar en el que empezaron a meter drogas, hombres y muchas chicas que solo habitaban esos espacios. Empezaron a ver jerarquías dentro de ellas mismas y todas las chicas que se acercaban y que querían entrar pues solo entraban siendo conocidas de estas mujeres. 

Mi amiga conocía una de ellas, la dejaron entrar, ella entró como refugiada porque estaba viviendo la situación de violencia. Es algo curioso porque su hermana también está dentro de la Colectiva y las dos son mis amigas, también estaba pasando por un momento de ansiedad y depresión. Ella, Magda, la última vez que la vi la vi mal. Traté de hablar con ella, pero no tuvo la confianza de contarme las cosas, ni a su propia familia, ni a su propia hermana. 

Nadie realmente sabía lo que estaba pasando. El profesor Manuel dice que Magda le marcó una semana antes para decirle que se quería salir de su casa, estaba rentando por Balderas, se quería salir de ahí, pero se sentía como atada, no se sentía consciente por toda esta ansiedad que tenía detrás. Le dijo el profesor —“vente a mi casa, te hago un espacio, nos acomodamos”—, vive aquí por Revolución. 

Ella le dijo que sí, pero cuando menos vimos ella ya estaba en la Okupa. Ese día lo que detonó la detención, fue el tema de la maestra, y pues ahora lo sé, solo había cuatro chicas. Me lo dijo por carta, nos escribió una carta desde la prisión de Santa Marta, me lo confirmó su hermana, ese día que pasó con la maestra ella no estaba ahí. Llegó al otro día, no sé bien como pasó, pero cuando fue el momento de la detención, ella estaba ahí; llegaron (policías) y pues ya sabes. 

E:

C: Toda esa historia, lo que detonó fue el tema de la maestra. Ese día que pasó lo de la maestra ella no estaba ahí. El Secretario de Seguridad, quien estuvo involucrado en el asunto de Ayotzinapa, empezó a levantar carpetas, en primera por el asunto de la marihuana que les habían encontrado, y que, por supuesto les implantaron, porque los mismos abogados nos dijeron en la primera audiencia que les implantaron cierta cantidad de droga, a todas por igual; no tuvieron esa “decencia” de algunas menos y otras más, a todas les encontraron la misma cantidad

E: Casual.

C: Casualmente no se dijo, y se empezaron a obtener evidencias desde la misma fiscalía. Las pruebas que se presentaron no funcionaron, la manera en la que las trasladaron en las tanquetas como mujeres peligrosas, la manera en la que las golpearon y las agredieron física y psicológicamente, y que directamente las pasaron con la población que cuentan con una sentencia.  

Desde el primer momento que llegaron… primero estuvieron en el búnker, ahí mismo es las volvieron a catear. Al día siguiente las volvieron a trasladar en la tanqueta y se las llevaron directamente a Santa Marta, las metieron con población sentenciada, y no con quienes solo están detenidos porque están en proceso de pruebas, de audiencias y todo eso. 

El tema de que hayan difundido sus rostros… todos esos temas y todo ese discurso de odio que se empezó a generar por redes sociales, por medios de comunicación y todo lo que se hablaba era sobre lo malo que había ocurrido, Andrés Manuel no dio ninguna postura a nadie…

E: Que es justamente otra cara del uso de las redes, ayudan a difundir ideas y cosas que en realidad no son tan así. 

C: Estoy diciendo esto porque ellas siguen en proceso, les siguen metiendo más carpetas, ahora por la toma del edificio, por el tema de la marihuana, no recuerdo que otra carpeta tienen, pero nada se ha resuelto y toda evidencia no ha querido ser aceptada. 

E: Cómo crees que ha sido justamente la relación del gobierno con los movimientos feministas, y no solamente en este sexenio. 

 C: El auge del movimiento tiene poco, cuando se dio esta gran marcha de la ola morada en la Ciudad de México, tenía poco que se estaba construyendo, fue ahí cuando el gobierno quiso tener esta relación “sana” con el movimiento. Solo se ha quedado en el discurso porque todas las cosas que se han logrado no han sido por esta relación de gobierno y movimiento social, sino más bien por la lucha y presión social; si no presionas en este país no logras nada. El hecho es que solamente se están adjudicando las cosas por sus campañas electorales y en sus políticas, la 4T Feminista no lo es, es más bien una 4T discursiva. Una relación entre el movimiento feminista y el gobierno de la cuarta transformación no, no hay.

E: ¿Qué críticas le harías a la democracia desde el feminismo? 

C: Sigue siendo una democracia de hombres porque sigue prevaleciendo las políticas de los hombres. Siempre se va a hacer menos el discurso que tenga una mujer en la política, siempre, siempre y hasta el momento. Se ha dado esta preferencia a lo que significa ser un hombre en la política y lo que significa ser una mujer en la política. 

E: Y ya para terminar, ¿cómo sería un mundo ideal feminista? ¿cómo lo describirías? 

C: El mundo morado.

E: Así como en esa utopía, sí es que piensas que se puede construir otro mundo ¿cómo sería ese mundo morado?

C: Idealizo que nuestras futuras generaciones de mujeres, especialmente sobre todas las infancias, tengan una realidad distinta a la de nosotras, que tengan mejores oportunidades de salir adelante, de poder estudiar lo que ellas deseen, que decidan vivir donde quieran, pero que sean espacios seguros. Que no tengan esas preocupaciones de que si voy a salir de mi casa voy a regresar o no, de que no tengamos que estar monitoreándolas todo el tiempo, de avisar —“oye, amiga, voy a salir con tal persona, llego a tales horas”— porque a eso yo no le llamo vida. 

No muy lejano, veo a mi sobrina de cuatro años siendo una mujer distinta a lo que yo viví. 

E: ¿Cuál sería el camino para lograrlo, para llegar hasta ahí?

C: Pues no desistir, que a pesar de los subes y bajas que hemos tenido, como en el ámbito personal y en el ámbito colectivo como movimiento, sigamos construyendo redes, sigamos siendo muy directas en el discurso, directas y coherentes con la práctica.  Esperaría que estas dos cosas, el discurso y la práctica, estén muy de la mano y sean coherentes. Sin estos no se puede lograr nada. Que en algún momento podamos vivir seguras y libres, podamos vivir sin miedo. Es como yo me imagino ese mundo morado. 

E: ¡Caro pues muchísimas gracias!

Entrevista dos

Entrevista dos

Entrevistada: Esperanza Palma (EP)

Colectiva, organización o institución: Sociedad Mexicana de Estudios Electorales/ profesora investigadora de la UAM-Azcapotzalco/ Red de Politólogas. 

Entrevistadora (E)

E: Gracias Esperanza por haber aceptado nuestra invitación a este espacio. Nos gustaría comenzar preguntando, más bien, que nos hables un poco de ti. ¿A qué te dedicas? ¿en qué espacios estás colaborando? Cuéntanos, por favor.

(EP): Claro, muchas gracias por la invitación. Bueno, soy profesora investigadora del Departamento de Sociología de la UAM Azcapotzalco y llevo muchos años trabajando ahí. La mayor parte del trabajo de investigación que he hecho es en partidos, en procesos electorales y el papel que juegan las organizaciones partidistas en las democracias. 

Me fui acercando ya desde hace varios años, diez años para acá, a través del análisis de los partidos y de las elecciones al tema de las cuotas de género y después de la paridad. En gran medida así fue como empecé a incluir enfoques propios de las teorías feministas y, sobre todo, toda la literatura que se generó sobre cuotas de género y después sobre la paridad, que es muy abundante. 

Lo empecé a incorporar a mis estudios sobre partidos y procesos electorales y geografía electoral. Además de estar en la UAM, estoy en varias redes y en algunas asociaciones. Estoy en la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales desde hace mucho tiempo y participo de manera constante en sus congresos. Desde su fundación, estoy en la Red de Politólogas que se propone es visibilizar el trabajo de las mujeres politólogas académicas, también crea algunas líneas y agendas de investigación, pero sobre todo se trata de eso, de impulsar el enfoque feminista dentro de la ciencia política y de visibilizar el trabajo que hacemos las mujeres investigadoras y la ciencia política; tú sabes, como ha ocurrido en todas las disciplinas, pues ha estado muy invisibilizado. Si revisamos planes de estudio o los programas, por ejemplo, en las materias, casi siempre la mayoría de la bibliografía son autores, no autoras.

Fíjate que además de esto, me ha llamado mucho la atención porque el área que yo trabajo, que es de elecciones y partidos, hay muchas mujeres investigadoras pioneras en estos temas y pocas veces son citadas. Eso es a lo que me dedico.

E: Muy bien querida Esperanza, cuéntanos, ¿cómo es que te acercaste al feminismo, en qué momento llegaste al feminismo o el feminismo llegó a ti? También compártenos ¿qué mujeres son referentes feministas para ti? No necesariamente tienen que ser mujeres teóricas, ni históricas, sino pueden ser mujeres que convivimos en el día a día o que en algún momento conocimos en nuestra vida y que tuvieron un impacto importante en nosotras. Entonces, por favor, esto.

EP: Mira, yo en realidad me acerqué al feminismo desde hace muchos, muchos años, cuando era muy joven y era estudiante de sociología en la UAM Azcapotzalco, soy egresada de ahí. Y ahí, estando en la licenciatura con otras compañeras, formamos…estoy hablando de inicios de los 80, mediados de los 80. 

Hicimos un grupo que se llamaba El taller de la Mujer y allí empezamos a hacer tanto activismo en la universidad como en redes, y algún tipo de círculo de lectura donde estudiábamos a las clásicas de la teoría feminista, a Simone de Beauvoir y a todas las feministas estadounidenses. Me acerqué muy pronto al feminismo, estudiando y leyendo a autoras clásicas, pero también, haciendo trabajo político.  

Fíjate que, a partir de esta experiencia del Taller de la Mujer en la UAM Azcapotzalco, que tenía un hombre curioso, taller de la mujer feminista, fue el inicio de algo. Eso se institucionalizó como un proyecto social, lo cual fue muy interesante, creo que fue de los primeros que hubo en la UAM y que trataba de hacer varias cosas, entre otros, trabajo comunitario. Allí en el área de Azcapotzalco con mujeres, por ejemplo, de la unidad habitacional de Rosario. 

Así fue como me acerqué al feminismo. Si tú me dices qué mujeres son referentes, son muchas, desde las sufragistas mexicanas hasta colegas mías como Martha Torres y Estela Serret, que han sido en muchos sentidos, mis maestras en estudios de género y en teoría feminista. 

También hay muchas autoras, no sé si quieres que te diga los nombres son muchísimas, pero muchas autoras que han estudiado los temas que trabajo actualmente y que tienen que ver con cuotas y paridad de género. Son autoras españolas como Rosa Cobo y muchas otras del mundo anglosajón que trabajan estos temas de investigación que he trabajado recientemente. ¡Um! bueno, no sé si con esto te estoy respondiendo.

E: ¡Está bien! lo que nosotras muchas veces decíamos es que, la entrada al feminismo para nosotras comenzó por la amiga, por la colega, por la compañera, por la profesora, no necesariamente por estas grandes teóricas. Hay gente que sí lo hizo así, lo hizo justamente partiendo de la teoría y ya después se vinculó como con ciertas mujeres. 

Es muy interesante justamente cómo esas experiencias nos van marcando de diferentes formas. Pasando a otra cuestión, ¿cuáles serían para ti los principios y los valores del feminismo? ¿Cuáles son esos principios y esos valores que son o guían el actuar de las feministas? En tu caso, ¿cuáles serían para ti?

EP: Mira, creo que el valor central del feminismo es la igualdad. El feminismo ha sido siempre un movimiento igualitarista, por un lado ha criticado, digamos, el universalismo de las democracias y del pensamiento ilustrado, pero lo ha criticado precisamente porque ha estado en falta o le ha fallado a las mujeres al no incluirlas en su concepto universalista de ciudadanía. 

Precisamente lo que hace el feminismo o el feminismo de la igualdad, que es el que yo defendería, porque en realidad hay muchos tipos de feminismo, este tipo de feminismo lo que ha hecho es reconstruir y replantear esta idea de la igualdad para que sea incluyente de las mujeres que estuvieron excluidas durante muchos siglos de todo, del ámbito laboral, educativo y de la política, del ámbito de la representación. 

Para mí, ese es el valor central del feminismo. Hay otros, obviamente que sí, pero creo que tienen que ver con ese referente fundamental que es la sororidad, es decir, el realmente apoyarnos dado que venimos de una larga tradición de discriminación en todos los ámbitos de la vida pública y también de la vida privada. Es importante resaltar que la sororidad, el apoyo, la mentoría entre mujeres es muy importante para poder insertarnos en todos los ámbitos de la vida pública. 

Estudio temas que tienen que ver con representación política, por ejemplo, lo que he detectado es que las redes de mujeres, más allá de sus ideologías no son un grupo homogéneo, están divididas por clase, por etnia, por posicionamientos políticos. Más allá de esto, se han conformado redes de mujeres que son muy importantes para impulsar, para extender y luchar por derechos políticos y, por luchar contra brechas de género en todos los ámbitos de la vida social. La sororidad es muy importante, pero insisto, creo que el referente central del movimiento feminista es la igualdad.

E: Nos has comentado que la igualdad, la sororidad. Tú particularmente, ¿cómo es que lo aplicas? No solamente en el espacio público, en estos espacios donde te desenvuelves y que ya nos has compartido, sino también en esa parte más íntima, el espacio privado. ¿Cómo es que pones en práctica estos principios o valores?

EP: Esa es una pregunta interesante, si te refieres al ámbito privado, es complicado. Trato precisamente de ser congruente con este valor del feminismo y trato en la medida de lo posible de criticar y revertir relaciones de desigualdad de género, bueno, no sólo de género, sino principalmente desigualdad de género. La desigualdad de género es lo que cruza todas las otras desigualdades, esta es una aportación que han hecho algunos feminismos. 

Es decir, no es cualquier tipo de desigualdad, la desigualdad de género es estructurante, de hecho de otros tipos de desigualdades. Creo que es un falso planteamiento pensar, como ahora está de boga, por ejemplo, con nuestro actual gobierno, que el problema central es la desigualdad social en general y que una vez que eso se arregle y se combata, no habrá desigualdades de género. No, no es cierto. Las desigualdades de género son estructurantes de las otras desigualdades. 

Pero volviendo a tu pregunta, trato de detectar, de no incluir y de combatir esas desigualdades que veo. En el ámbito, por ejemplo, en mi trabajo, en el ámbito académico, siempre he tratado de hacer varias cosas. No sé si tu pregunta tenga que ver con esto, ya me dirás tú, pero en mis programas de estudio, en las materias que doy, he sido cuidadosa de un tiempo para acá, de varias cosas: ver que tenga mujeres autoras en mis programas y que siempre incluya el enfoque de género. 

Siempre lo puedes incluir en lo que trates, si analizas cualquier relación de poder o discutes teorías del estado, de los partidos políticos o teorías de la representación, que es lo que yo hago, siempre se puede incluir la perspectiva de género. Esta perspectiva lo que te permite es tener una visión más compleja y completa de cómo funcionan las relaciones de poder, sin esa perspectiva estás perdiendo entender esas relaciones de poder. No sé si te estoy contestando.  

E: Sí, ¡claro que sí! Cuando pensamos en la construcción de esta pregunta, lo hicimos aludiendo a que, a diferencia de otros movimientos, esta lucha no es un momento particular, no es solamente la calle, el Senado o demás; es una lucha que se da todos los días en estos espacios, desde la familia hasta los espacios laborales. Es una lucha en la cotidianidad que me parece como muy particular del movimiento feminista. Entonces, claro que tiene total respuesta a esto.

EP: Déjame agregarte algo, porque tiene que ver también con la pregunta, de cómo en los espacios donde participo se incorpora el lenguaje incluyente. Eso es para mí muy importante, en mis clases siempre uso el lenguaje incluyente y les pido a mis estudiantes que al hablar y al escribir lo utilicen. Si no lo hacen, les devuelvo el trabajo.

E: Es súper controversial la cuestión del lenguaje incluyente, hay quienes dicen que solamente estamos degradando la lengua. 

EP: Eso dice la Real Academia, no sé si todavía tengamos esa polémica con la Real Academia o finalmente lo aceptó.

E: No lo tengo claro.

EP: Es una forma de visibilizar y de combatir una exclusión, entonces no es correcto hablar en masculino porque no representa a la generalidad. También en mi casa, en mi lenguaje cotidiano, a lo mejor a ti también te pasa, estoy con mi familia o estoy con amigues y, ya ni siquiera lo pienso, antes tenía que hacer un esfuerzo, ahora me sale natural, siempre hay que usar lenguaje incluyente. Y eso tiene un impacto en cómo nos vamos a desarrollar. 

E: Particularmente en la trinchera institucional, ¿tú cómo incorporas el feminismo? ¿cuál sería la importancia del feminismo de incorporarse en espacios institucionales?

EP: De alguna manera ya lo respondí, la importancia con estos pequeños actos, como usar lenguaje incluyente, es visibilizar una desigualdad de género y al mismo tiempo de ir justo transformando. Entonces, lo incorporo en mi trabajo, en el lenguaje cotidiano, en cómo hablo.

E: Pasando a otra pregunta, bien sabes que, a las mujeres nos atraviesan un sinfín de violencias que van desde el género, la edad e incluso desde la zona geográfica en donde estamos. Hay una violencia diferenciada, para ti ¿cuáles serían las principales problemáticas por atender en materia de violencia contra las mujeres en la Ciudad de México o en México en general?

EP: Hoy tenemos colegas que han trabajado mucho este tema, no soy para nada experta en violencia, pero a ver, estás tocando varias cosas. Un tema es la interseccionalidad que ya habíamos comentado, de cómo los espacios geográficos sociales también afectan de manera diferente a las mujeres. 

La interseccionalidad evidentemente es todo un tema, porque no es lo mismo, aunque todas las mujeres comparten el hecho de sufrir violencia y ciertas formas de desigualdad, por supuesto que algunas lo sufren de otra manera; no es lo mismo ser una mujer profesionista de clase media que vive en una zona relativamente segura que una mujer que es indígena, pobre y que eso la hace sujeta a una desigualdad y a un conjunto de violencias que tienen que ver con la etnia y el género. 

Hay por supuesto diferencias. Es todo el tema de la interseccionalidad, hay feminismos que han trabajado mucho y de manera muy importante. El otro asunto tiene que ver con las geografías, con los espacios; qué pasa, por ejemplo, con las mujeres que viven en la periferia, por supuesto que hay zonas que son mucho más peligrosas para las mujeres que otras.

No es casualidad que en Ciudad Juárez, haya habido, bueno sigue habiendo, tú sabes que allí empezó la reflexión sobre los feminicidios. No es que por primera vez haya habido feminicidio, sino que, ahí se empezó a elaborar todo este asunto de los crímenes en razón de género. No es casualidad que Ciudad Juárez haya tenido altas tasas de feminicidio, tiene que ver con las maquilas, con cómo está conformado el espacio urbano, con la ausencia de instituciones, con el tipo de policía. En ciertas zonas las mujeres son mucho más vulnerables que en otras, es lo que yo podría comentarte ahora. Insisto, eso no quiere decir que solamente las mujeres que viven en zonas más marginales, periféricas, sean las que sufran violencia.

Tenemos mujeres, colegas, periodistas, que han sido asesinadas. En 2021 aumentó muchísimo la cantidad de candidatas asesinadas, ahí estaba el debate, vincularlas con el narco o eran asesinatos vinculados a un tema de género.  Se ha visto que sí es un tema de violencia política en razón de género. ¿Qué es lo que te quiero decir? Que hay mujeres que no necesariamente viven en zonas marginales y que también padecen este tipo de violencia.  

E: ¡Muchas gracias! Los feminismos o el movimiento feminista tienen un conjunto de trincheras, la académica, la calle, el papel de las organizaciones y los colectivos feministas.  En el ámbito institucional ¿cuáles podrían ser o cuáles son esos logros que ha tenido el feminismo en esta vía institucional?, cuáles son los retos que se tienen al estar en esos espacios donde convergen hombres; e incluso mujeres que están en esos espacios de poder y que no necesariamente tienen una visión feminista o de apoyo a las mujeres. 

EP: Lo primero que hay que comentar es retomar algo que tú dijiste —“tener mujeres en los cargos públicos no necesariamente se traduce en agendas por la igualdad de género”— ¡claro que no! La creación de Inmujeres con Fox, quien estaba a la cabeza de Inmujeres era una panista que no tenía una agenda feminista y que en realidad era muy conservadora. Feministas que estudian estos procesos y que hacen teoría feminista dirían que la inserción de las mujeres en las instituciones, no en automáticamente implica tener agendas por la igualdad. Una vez aclarado esto, creo que el concepto de feminismo institucional sí refiere a la intervención de feministas que tienen agendas por la igualdad.

Es decir, combatir las brechas de género en todos los ámbitos, luchar por las y los derechos reproductivos de las mujeres, por transformar las relaciones de dominación, en el ámbito privado modificar esta perversión de lo doméstico que relegó a las mujeres.  Se puede hacer de muchas formas: proponiendo la creación de instituciones con perspectiva de género, entrando como candidatas, entrando al Congreso, entrando al Poder Judicial, estando en los tribunales. En México, además de todo esto, también se han incorporado a un ámbito que ha sido muy importante para los derechos político-electorales de las mujeres, las instituciones electorales.

Te diría que si no hubiera sido por la incorporación de feministas al Instituto Nacional Electoral y a los Institutos electorales locales no se hubieran hecho grandes avances en materia de paridad, por ejemplo, en las candidaturas y de paridad en la composición del Congreso Nacional y locales. 

Actualmente, la mayoría de los congresos locales tienen más mujeres que hombres y esto se debe no a que los partidos hayan querido colocar más mujeres, sino a la intervención de las autoridades electorales en la generación de lineamientos para cumplir con un principio paritario en las nominaciones. Te comento esto, sé que tu entrevista no va por ahí, pero te comento al margen que, ahora redes feministas y grupos feministas están tan preocupadas e inconformes con la reforma electoral que se acaba de aprobar. ¿Qué va a ser esa reforma? Entre otras cosas, quitar la posibilidad a la autoridad electoral para intervenir en los procesos de selección de candidaturas y de sanción de candidaturas, pero ese es otro tema. 

Los logros diría que han sido muchos. Tenemos legislación con perspectiva de género en el ámbito laboral, pero también en legislación muy importante. En materia de violencia de género, desde la intervención de las feministas en el ámbito institucional también logró la paridad, lo que ahora llamamos democracia paritaria es gracias a las feministas institucionales. Tenemos, por ejemplo, perspectiva de género el Tribunal Electoral y también en la Suprema Corte; tenemos una ministra que es presidenta, que dijo cuando tomó posesión, —“defender los derechos de las mujeres”—. 

Hemos tenido muchos logros con la legislación, con intervenciones en el ámbito político electoral, y con decisiones que ha tomado la Corte; por ejemplo, esta última tomó la decisión de hacer inconstitucional esto de penalizar a las mujeres que aborten, eso no fue algo que pudiera aprobar el Congreso porque hay muchas divisiones, es un tema muy divisorio partidista.  Eso lo logró la Suprema Corte de Justicia porque tiene una perspectiva de género, eso se puede leer como un gran avance del feminismo institucional. Ahora, ¿cuáles son sus retos? 

Hay que tener más mujeres en el Congreso para lograr que se haya incorporado la perspectiva de género en instituciones como la Suprema Corte de Justicia o en el Instituto Nacional Electoral. Esto no necesariamente se traduce, fíjate, en una mayor igualdad en otros ámbitos y este es un problema que queremos detectar; a pesar de que se ha legislado tanto en materia de violencia de género, de feminicidios, no logramos bajar la tasa de feminicidios, tenemos diez feminicidios al día en México. 

Es un país brutal para las mujeres, a pesar de la presencia de feministas en las instituciones tenemos otras instituciones que no hacen la chamba, tenemos un sistema de justicia muy débil, muy precario, que no necesariamente tiene perspectiva de género y, tenemos en general, una ineficacia institucional para responder a temas de violación de Estado de Derecho. Es decir, tenemos un Estado muy débil que no puede en general proteger a su ciudadanía. 

Allí están los retos que tienen las feministas institucionales. También hay otros que dependen de los gobiernos; hay gobiernos que no son favorables a las agendas de género, hay partidos que no son favorables a las agendas por la igualdad y ese es un reto y un obstáculo que las feministas viven cotidianamente. No sé si te estoy respondiendo.

E: Totalmente, muchísimas gracias.

EP: Eso tiene que ver también con lo segundo, ¿cuáles son y a qué problemáticas se enfrentan las feministas en la trinchera de lo institucional? Bueno, se enfrentan a otras instituciones que no hacen eficientemente el trabajo, se enfrentan a los partidos. Tenemos graves problemas, te voy a dar el ejemplo de este gobierno que yo creo que tú has trabajado, este gobierno empezó con un gabinete paritario. Tuvo feministas en su gabinete como Olga Sánchez Cordero; no mejoró, no bajaron los feminicidios y empezamos a escuchar por parte del presidente un discurso virulento en contra del movimiento feminista o de las feministas colectivas que están en la calle, y todas estas cosas que nos ha dicho a quienes marchamos que somos conservadoras, que somos oligarcas, que somos Hitler, que somos como Pinochet, que nos manipulan fuerzas conservadoras. 

Esto es algo que no imaginábamos de este gobierno y que lamentablemente las mujeres y las feministas que están en la 4T no han podido combatir. ¿Por qué no? yo creo porque hay otras cosas que se juegan ahí, que son lealtades partidistas. Todo este discurso populista ahora predominante, esta idea de que el pueblo es un concepto homogéneo. Son temas que pesan, estoy hablando muy de la coyuntura actual.

Es un gran problema que enfrentan actualmente las feministas en México. Para empezar, las feministas institucionales, por ejemplo, las feministas de Morena que se opusieron a la candidatura de Félix Salgado Macedonio, te acuerdas cuando se lanzó como candidato a la gubernatura de Guerrero ¡cómo no te vas a acordar!, fue un escándalo puesto que tenía varias acusaciones de violación.

Al final liquidó la candidatura, no por eso, porque ignoraron a las mujeres de Morena que pidieron que no lo registraran como candidato. Lo registraron y al final le quitaron la candidatura porque no demostró gastos de precampaña; pero digamos, es un ejemplo de lo que tienen que enfrentar las feministas que están en las instituciones.

E: Totalmente. Muy interesante y amplio lo que nos dices, no basta con promulgar, sino buscar qué pasa con las instituciones que siguen siendo manejadas por hombres. Hace poco una compañera hablaba que era importante el suicidio político, que es tratar de romper con estas estructuras de partido, con estas estructuras de gobierno, pero que sin duda resulta ser sumamente difícil. Hasta que esos actores no lo hagan, va a ser más difícil para para las mujeres. 

Pasando a otros temas, nos has dicho y sabemos que hay un conjunto de feminismos, hay una pluralidad de feminismos. ¿Cuáles serían para ti los temas que causan controversias entre las feministas? 

EP: Veo complicado que alguna feminista esté en contra de la de la despenalización del aborto, me parece que ese es un tema que genera confluencias porque tiene que ver con los derechos reproductivos de las mujeres.

E: Hay de todo, por ejemplo, algo que se ve mucho en las marchas, todo mundo salimos a marchar en el 8M en relación a las violencias; pero en cuando es 28S, en relación a los derechos reproductivos, ahí sí hay una concepción diferente en relación a la maternidad y a la cuestión de ser vivo. Hay debates que están ahí.

En el 8M todos somos feministas, pero en el 28S no todas. Para ti ¿cuáles serían estos temas que causan controversias?

EP: El tema de la violencia es algo que ha unificado a los feminismos, los feminicidios, el acoso, en general ha permitido confluencias. Sé que Marta Lamas tiene sus diferencias con algunas interpretaciones o con algunos temas en relación al acoso, por ejemplo, esto de la coquetería y el piropo, creo que tiene algunas diferencias, pero creo que en general el tema de los feminicidios, es algo que nos permite coincidir.  

Lo que sigue generando diferencias es el tema de la comunidad LGBT, particularmente de las mujeres transexuales. Hay todo un movimiento dentro el feminismo al que se le llama TERF, que son feministas que critican toda esta idea de que hay géneros binarios. Hay identidades y géneros que están anclados en una sexualidad biológica, o eres mujer o eres hombre, entonces la idea de que hay géneros no binarios es algo que por supuesto, no les gusta a muchas mujeres feministas. Este es uno de los grandes temas divisorios que tenemos en la actualidad. Tú sabes que en la UNAM hubo foros en el que vino una española muy famosa, ahora se me fue su nombre… Amelia Valcárcel. 

E: Si, gran polémica.

EP: Tienen esta idea de que de las mujeres transexuales no son mujeres, son simuladoras y lo único que están haciendo es invisibilizar la discriminación y la desigualdad de género. Creo que ese es el gran tema que divide a los feminismos. Hay corrientes que han existido desde siempre, Estela (Serret) menciona en un texto muy interesante sobre los feminismos de la igualdad, de la diferencia; las mujeres somos diferentes en un sentido sexual y biológico, y de alguna manera lo reivindican.

Esta la vertiente posmoderna, ahí se inscribe Judith Butler que diría que el género es una cosa fluida y una cosa performativa; que no hay géneros. Ese es el gran tema y ahí hay grandes disputas, por ejemplo, en torno a las leyes de identidad de género que se ha traducido a otros ámbitos. Lo he visto en el terreno político electoral, porque obviamente se pueden registrar como candidatas por la cuota paritaria, se pueden registrar mujeres transexuales que comprueben que son mujeres transexuales. Pero también hay muchas simulaciones y efectivamente, ha habido hombres que se han querido aprovechar de esto para entrar como candidatos. Creo que ese es el gran tema divisorio.

E: La cuestión del cuerpo, de la performatividad, sigue siendo el gran punto a debatir. Hay de todo, recuerdo mucho este evento de la UNAM que más allá de dialogar era solamente atacar, ya no era el diálogo ni la escucha. Era señalarnos a través de la utilización de ciertos términos. Nos hace falta escuchar más y ver por dónde podríamos caminar, hablar. Creo que ese es el reto.

EP: Sí. 

E: De manera más amplia, ¿qué críticas le harías a la política y a la democracia? Nos habías comentado un poco la parte del terreno electoral. ¿Cuáles serían esas críticas que tú le harías al gobierno y a la democracia de forma más general?

EP: Retomaría lo que te planteé, varias cosas… Mira, primero, todos los avances que hemos logrado recientemente, por ejemplo, la paridad, se dan dentro de los contextos democráticos, quiero ser muy insistente en esto. Si las luchas feministas son parte de la democracia, diría que las feministas lo que han hecho es reformar e innovar las democracias representativas de manera muy importante. ¿Cómo lo han hecho? ¡Uff! a través de la representación, de incluir cuotas de género, de estar presentes en esos espacios políticos e impulsar agendas con perspectiva de género en esos espacios. 

La relación de las feministas con la democracia es tensa e intensa, porque la democracia estuvo en falta mucho tiempo con las feministas, ellas lo que han hecho es reformar a las democracias a través de estos mecanismos, de estas demandas y de estas agendas que te estoy mencionando. Básicamente es eso, creo que han ampliado nuestro entendimiento y concepción de la política precisamente a través de la inclusión de distintos temas.

E: Mi siguiente pregunta sería, el movimiento feminista ¿tendría que ir con el Estado, afuera de, en contra de? Entendería que se tiene que caminar de manera conjunta utilizando las herramientas del Estado.

EP: Interpretas muy bien mi posicionamiento, que no es el posicionamiento de todas las feministas, como tú bien sabes. Las colectivas que están en la calle, que salen a marchar, digamos que es medio ambivalente, no es que quieran actuar en la esfera del Estado, porque es un movimiento. Tú eres experta en movimientos, precisamente los movimientos tienen otras lógicas, no tienen una lógica político estatal.

Esas colectivas necesitan un diálogo con la autoridad, si lo que quieren, por ejemplo, es combatir la violencia de género, tienen que dialogar con las autoridades para ver qué hace la Fiscalía para la atención de los feminicidios. Los resultados en buena medida serán el resultado de ese diálogo. 

No sé si te estoy respondiendo, me queda claro que hay feministas que están en contra de la autoridad y no les interesa ese tipo de actividad, muy probablemente no van a entrar a un cargo de representación, ¿me entiendes? No es lo que están buscando, pero aun así exigen cosas a la autoridad. Necesitamos tener el 50% de representación porque no estamos en los ámbitos donde se toman las decisiones políticas en el Congreso, en las presidencias, en los gabinetes, porque las mujeres ahí son excluidas; es fundamental estar ahí para resolver un conjunto de problemas e impulsar una serie de temas.  

E: Ahora que has mencionado el tema de las protestas, has dicho que tú crees que son importantes porque son otras formas de exigir derechos. ¿Qué piensas en particular sobre el uso del repertorio de acción directa?, me voy a referir a las quemas, al rayar, al quebrar, etcétera. Esto ha sido un elemento mediático para criminalizar al movimiento en general. Cuéntanos cuál es tu opinión al respecto.

EP: Es una pregunta muy interesante y muy compleja. Yo he cambiado mucho mi perspectiva de esto, al inicio de cuando veía, vamos a llamarles intervenciones feministas en el espacio público, me gusta llamarlo mejor así, me parecía que podía ser algo contraproducente para el movimiento. ¿Y por qué lo digo? porque me parecía que eso alejaban a sectores de la ciudadanía que en principio podrían estar con la lucha feminista. 

No soy muy amiga de estas cosas, la verdad, de quemar, rayar o de aventar bombas molotov; me parecía que esas intervenciones en lo público podían generar más rechazo que concitar apoyos y simpatías por parte de la ciudadanía, me queda claro que por parte de la autoridad no genera ninguna simpatía. Pero fíjate que después de pensar esto, me parece que esas formas, repertorios de acción directa como tú los llamas, en realidad son respuestas y formas de lucha necesarias, cuando ves que la autoridad no hace absolutamente nada por combatir la violencia de género o hace muy poco porque no puede; porque le parece que hay otros temas que son prioritarios; o porque realmente las instituciones del Estado limitan la posibilidad de acción de la autoridad. 

Dada la gravedad de la violencia de género en este país son formas de acción necesarias. Me ha gustado mucho esta intervención que han hecho de la antimonumenta, simbólicamente ha sido importante y muy interesante que hayan colocado, lo han hecho otros movimientos como los 43. Son formas de acción que están en el límite de lo legal porque son formas de irrumpir el espacio público, están en el límite, pero que visibilizan y, sobre todo, dejan claro que no se va a cesar en la búsqueda de soluciones.

E: Súper interesante estas dos respuestas, compartiendo lo que ha salido en otras entrevistas, nos mencionan cómo al principio la utilización de este repertorio incidió al rechazo, pero las feministas han dejado bastante claro que es otra manera de hacerse visible frente a un sistema que sigue invisibilizando la violencia o queriendo hacerla invisible y que justamente la exposición de estas mujeres en el espacio público es una forma de utilizar el cuerpo. 

Me parece una herramienta política porque es ahí donde el cuerpo sale desnudo; el cuerpo de las mujeres, que justamente los cánones de lo que debería ser una mujer, entonces me parece muy interesante este conjunto de repertorios que responden justo al momento histórico en el que nos encontramos particularmente en México. El aumento de feminicidios sigue al alza y no vemos por donde se podría detener.  Me gustaría preguntarte, ¿cómo el feminismo resignifica el cuerpo de las mujeres? Me parece que además de ser una forma de denuncia es un cuerpo de resistencia. 

EP: Es una pregunta complicada para mí, casi psicoanalítica. Te diría es que a mí lo que me parece es que el feminismo lo ha resignificado en el sentido de que no somos objetos, lo que trata de transformar el feminismo es esto, la idea de que las mujeres no somos objetos sexuales, sino sujetos, individuos. Hay cosas más complicadas y muchísimo más elaboradas en relación a este tema; lo que yo diría es que no somos objetos sexuales y se trata de replantear esta posición para que se nos vea de manera distinta. Por ejemplo, en un lugar público, un hombre es un individuo y una mujer es un cuerpo sexualizado. 

 E: Para terminar, es una de las preguntas que suele causar muchas reflexiones entre las compañeras, ¿qué sería para ti o cuál sería esa utopía feminista? ¿Hacia dónde vamos? Sé que es una pregunta bastante compleja. 

EP: Bueno, creo que sí hay un ideal normativo del feminismo, sin duda. Además de que es una teoría que explica una forma de desigualdad particular, también tiene principios normativos con los cuales se intenta moldear al orden social y político. Voy a responder con algo que han planteado las feministas de la igualdad, como Rosa Cobo y Estela Serret, lo que quisiera es tener una sociedad, un orden político en donde las mujeres seamos individuos. Que seamos iguales a los otros individuos, con derechos y obligaciones; que no nos vean a través del lente del género, esto puede sonar paradójico, porque lo que hace el feminismo es primero enfatizar que las mujeres hemos sido discriminadas, somos diferentes a los hombres por esa discriminación, pero lo que queremos es ser iguales, realmente es lo que yo querría…

Aspiro a que nos vean como individuos y que, en este sentido, por ejemplo, en un proceso de contratación laboral, seamos todas, todos, todes iguales y se nos mida por capacidades; lo mismo en el ámbito de la política. Claro es una utopía, es solamente un principio, una idea normativa, es una utopía porque es muy difícil que nos puedan ver sin el lente del género, pero realmente ese sería mi utopía feminista.

E: ¡Muchas gracias! 

EP: ¡Gracias a ti!



Entrevista tres

Entrevista tres

Entrevistada: Susana González (SG)
Colectiva, organización o institución: Género y Desarrollo, A.C (GENDES)
Entrevistadora (E)

E: Quisiera iniciar preguntando, ¿qué acontecimientos en tu vida, tanto personales como sociales y políticos, fueron impactantes para que tú te adentraras en el feminismo?

SG: A lo largo de mi vida, sin darme cuenta, estaba haciendo cosas, que formaban parte de un movimiento. Estaba haciendo mi propia reflexión sobre los feminismos y demás. La experiencia o la vida que veo ahora en retrospectiva comienza desde que era niña, o sea, desde que era niña siempre estuve como muy involucrada con la justicia, y si veía algo que no me gustaba, estaba ahí reclamando, no me quedaba callada e incluso en algún momento era como un lastre para algunas personas. 

Ahora entiendo por qué era la que cuestionaba, la que decía, —“no le digas así a este niño”—, —“no le hagas esto”—. Siempre estaba como muy atenta a que las cosas fueran mucho más armónicas, mucho más de bienestar para todas las personas. Entonces lo que salía de fuera de ello me brincaba y siempre me hacían moverme para exigir algo.

Entonces creo que me fui dando cuenta de ello más adelante, pero en realidad desde niña yo notaba cosas que no me gustaban al compararme, por ejemplo, con los hombres, como todos estos roles que se les van imponiendo a niñas y niños, o mujeres y hombres. Yo no me identificaba con ser mujer, me refiero a las cosas que para las mujeres eran bien vistas o mal vistas, en mí no cuadraba. 

No sé, había actividades que yo decía, —“es que, yo quiero hacer eso que ellos están haciendo”—, y de repente me costaba aceptar que no me lo iban a permitir. No digo mi familia, porque mi familia, al contrario, nunca me exigió cumplir con un rol. Sobre todo mi familia nuclear, mi mamá, mi papá, mi hermano, tenemos un vínculo muy, yo diría que muy raro, debería de ser más normalizado, pero muy raro, de respeto, de apoyo, de cero estereotipos. Nunca fue como diferenciar las cosas de mi hermano con las mías. Pero más allá de ello, me cuestionaba tanto, porque decía, —“aquí estoy pasándola de una forma”—, salía de ese círculo pequeño y era ¿por qué no se me permite?

Incluso puedo reconocer que los dos principales cuestionamientos vienen de parte de mi mamá. Mi mamá creció en una familia profundamente machista, o sea, mi abuelo, mis bisabuelos, ambos; mis abuelas, mis bisabuelos, todo el mundo cumplía con lo arraigado que teníamos en esta sociedad que es el machismo y, mi mamá tuvo que luchar mucho contra ellos. Entonces la misma historia de mi mamá me hizo reconocer que había cosas que para mí estaban volviéndose un privilegio porque a mí me las dieron desde que nací, por parte de ellos. A ella le costó mucho cuestionar, estudiar, avanzar, el no cumplir con el rol de la mujer que iba a criar, que se iba a dedicar solo al hogar y que aunque quisiera hacer otras cosas, no tenía otra opción. Confrontar a mi abuelo, por ejemplo, que era un machín, machín, ¡fue muy fuerte!, o a mi abuela, que ella sí se creía el papel de la mujer sumisa. Entonces para ella fue muy, muy difícil, y creo que ahí, sabiendo su historia, empiezo a identificar cosas que digo, —“porqué tuvo que ser complicado para ella en este mundo”—. 

Incluso logró avanzar así, a costa de todo, de las críticas de la familia, del — “no lo hagas”—. Afortunadamente decidieron estar en pareja mi papá y mi mamá, que todavía siguen, y que él también lo ve de la misma forma, entonces nunca, se volvió “de Guatemala a Guatepeor”; jamás, al contrario, un apoyo muy grande de ambos para ambos. Ella incluso logró hacer un doctorado, ¿no? a costa de todo, y empiezo a darme cuenta que eso es lo que yo quería. No quería otra cosa que fuera distinta a lo que yo ya había logrado, con todos los obstáculos que había logrado, que tenía más bien ahí atravesados. Ahí empieza mi contacto ya consciente del feminismo y de hacia dónde quería ir después. Más adelante me lo confirman mis propias experiencias. Ahí ya es como, bueno, mis decisiones o mis amistades o mis parejas y el contar estas historias que, creo que lo escucho en todas partes. 

A mí me llegó el feminismo rudo y duro, y así sigue. Casi sin darme cuenta, me pasó a mí también una historia de violencia de una pareja en la que todo lo que yo quería ya no reconozco, y salir de ese círculo de violencia me hizo reforzar, que lo que quiero es dedicarme más bien a este lado, no nada más a vivirlo como mujer, desafortunadamente como mujeres atravesamos muchas violencias, sino hacer algo más allá, hacer desde mis conocimientos. Entonces fui transformando mi vida profesional, los que me dediqué al principio. Yo estudié comunicación en la licenciatura, después hice un posgrado en Planeación y Políticas Metropolitanas y ahí me daba cuenta de que la investigación la estaba enfocando a algo que tuviera perspectiva de género, que tuviera que ver con feminismo. 

Por fortuna me encontré con gente grandiosa como Paola Flores quién también compartía tanto conmigo. Justamente todo lo que platicábamos, era como, ¡claro! ¡tenemos que hacer algo! Empezamos a movernos juntas, después se unieron otras amigas, empezamos a hacer cosas más enfocadas al reconocimiento de un mundo desigual y que no nos íbamos a quedar ahí. Proponíamos, cómo vamos a hacer investigación, cómo vamos a avanzar para que las cosas cambien. 

Después decido hacer otro posgrado, este posgrado es en género y derecho. Fue completamente ya enfocado, con toda la intención de profundizar en el feminismo. Antes trabajé con organizaciones que me dieron la base para darme cuenta que mi labor, mi existir… lo quería dedicar a eso, al tercer sector, a la lucha social, a todo lo que pueda o tenga que ver con el reclamo de la justicia, de cambiar las cosas.

Eso me hizo focalizar, bueno, sí, hay muchas cosas, que sí los animalitos a lo mejor; o que sí el medio ambiente. Incluso trabajé en organizaciones que tenían que ver con el medio ambiente. Y después dije, —“es que en realidad lo que me atraviesa a mí como mujer, es lo que realmente me interesa entrarle desde abajo, desde la propia experiencia hasta el trabajo profesional”—. 

Así es como fui haciendo mi camino, a lo que ahora me dedico. Me dedico a masculinidades, pero tiene todo que ver con justamente esta lucha de los feminismos, entender desde dónde se viene conformando este sistema que no es favorable para nadie y, desde dónde se va reproduciendo. Ahí es donde encuentro todo el sentido, al principio me costó trabajo el decir, —“bueno, es que yo encuentro que las masculinidades hay todo el sentido de por qué tenemos que hablar de ello, pero al mismo tiempo hay una resistencia a hablarlo”—. Entonces digo ¿en serio? ¿en serio te vas a meter en esos temas? Pues yo sí le encuentro mucha lógica, lo veo el día a día aquí, estar en GENDES me hace reforzar que, sí va por ahí, hemos intentado tantas cosas que es que tiene que ser así o asá. 

E: Al escucharte hablar me recuerdas mucho esta frase épica de las feministas,” lo personal es político”, hay ciertas historias que nos tocan desde el hogar, que pareciera que solo están inmersas en ciertos hogares, pero que en realidad se reproducen a través de una estructura que es el patriarcado. En ese sentido yo te preguntaría, ¿cuáles crees que sean las problemáticas en México más importantes que se tendrían que atender desde el feminismo? Ya hablaste esta parte de las masculinidades, que es una trinchera más, ojalá y puedas ampliar por ahí y también mencionar algunas otras problemáticas.

SG: Efectivamente, tiene todo el sentido para mí, desde que lo vivo hasta que lo veo relacionado con todas las luchas feministas. Definitivamente la frase, no solamente la frase, sino todo el referente, habla de una historia bien larga; estamos hablando de mujeres que estuvieron hace siglos que ya lo veían, ya lo notaban y decían, —“lo que a mí me atraviesa, lo personal tiene que ver también con lo público, con lo de afuera, con lo que se vive más allá de un espacio doméstico, del hogar o de una cuestión personal”—. 

Desafortunadamente esa violencia que se vive al interior de los hogares sigue existiendo, incluso se ha exacerbado, ha crecido con el aislamiento, con las omisiones del Estado, con todo lo que nos hace falta para que en realidad exista un aparato jurídico que no sea nada más punitivo, sino que en realidad apoye para reestructurar este sistema que está tan mal. 

No lo digo nada más a nivel nacional, sino a nivel global. Pero también, creo que ahí va uno de los temas que hay que atender que culturalmente tenemos tan introyectado, es completamente evidente que existe el machismo en todas partes. Entonces atacarlo de raíz sería como atacar este andamiaje cultural, económico, político, social, de todas las personas; desde quienes están reproduciendo las violencias hasta quienes las están recibiendo. 

¿Cómo nos estamos construyendo como personas?, ¿cómo nos están exigiendo que seamos? Cómo nos estamos creyendo la historia y el ser parte de un sistema que te está diciendo que como mujer tienes que ser de una forma, como hombre tienes que ser de otra, sin importar los costos para ninguno de los dos, para ninguna de las dos partes. 

Es un tema prioritario cuestionarnos si nos está haciendo bien o nos está haciendo mal, y de qué forma fuimos construidas y construidos. En el caso de las masculinidades, que es justo el tema que mencionas, creo que el objetivo principal es eso, visibilizar que no existe nada más una forma de ser hombre, este machismo hegemónico, esta masculinidad hegemónica no es la única forma que existe de ser hombre. Hay otras formas de vincularse, otras formas de incluso, de hacer este performance como hombre, de relacionarse, de hablar, de ser padre, hijo, hermano, pareja, vecinos, personas. 

Entonces sí, ya nos dimos cuenta que ¡no está chido!, que esa forma de ser hombre hay que cambiarlo. Como mujeres, decía hace un momento, ya nos dimos cuenta hace rato que las cosas tienen que cambiar y estamos haciendo cosas por hacerlo, por cambiarlo, estamos visibilizando los problemas, estamos exigiendo que se cambien las cosas y estamos haciendo lo propio desde cada quien su trinchera. Desde la mujer que vive en otra geografía distinta a la mía, que a lo mejor tiene otra situación, que no tiene estudios, que no tiene hijos, lo que sea. Desde esa mujer hasta la que se dedica exclusivamente a la academia, estamos haciendo cosas, cada quien desde su lado, cada quien desde sus herramientas y todas son bien valiosas y eso es un gran paso. Puedo decir, ahora yo noto que estamos mucho más fuertes que antes porque ya entendimos que no es entre nosotras; la bronca no es entre nosotras, al contrario, el apoyo se ve en todas partes. Parece ser real participar en este cambio, en esa transformación.  

Yo creo que las mujeres ya lo notamos, ya lo sabemos, ya lo reconocemos. Se sigue violentando y no precisamente por parte de las mujeres, si no en las instituciones, en el Estado, la Iglesia, los hombres; y no estoy diciendo que todos los hombres, sino la forma en la que se está diciendo que tienes que ser un hombre y que lo estás. La violencia es una decisión y ejercerla, pues es justamente eso, lo decido que si desde ahí no ha sido atendida. Entonces las cosas también tienen que ver con ellos, con todas las personas, al final convivimos y compartimos un mismo techo, que es esta estructura social y, nos está afectando a todos. 

Entonces el cambio por parte de las mujeres es bien fuerte, es bien poderoso, sin él, no habría el avance que existe ahora. Desde la teoría feminista hasta las experiencias de cualquier mujer que puedan ser vinculadas a todo este tema; quién se cuestiona desde dónde está, quién hace cosas, desde dónde está, quién hace colectivas, quién apoya a su vecina, a su amiga y a su familiar.

Desde ahí se están haciendo cambios y creo que todavía falta mucho camino. Desde las masculinidades ya se reconoce que hay que hacer algo, se voltea a ver el tema, pero es muy poquito, muy poquito avance, muy poquito que se involucran los hombres. Por fortuna cada vez son más, pero también hay muchas resistencias porque se sigue asociando que el tema de entrarle a las masculinidades implica un cuestionamiento social muy grande. No es fácil decidir, las situaciones lo van orillando; hombre que se queda en el abandono, hombre que tiene ya una situación de divorcio, o te voy a quitar a los hijos, lo que sea que les esté orillando acercarse al tema. También hay quien viene por voluntad propia, porque se da cuenta de que en realidad las cosas no están bien. También hay una resistencia muy grande porque les cuestionan, —“qué están haciendo ahí, entonces ahora ya eres gay” —. Nada que ver, cuando no estás hablando ni siquiera de orientación, no sabes de otra cosa. 

Se cuestiona también, incluso todo lo que se acerca a lo femenino está mal, quién decide bajarse de esos privilegios de hombre, quién decide a cambiar esa forma de ser, se le dice que está cerca de lo femenino, — “ah ok, entonces te gustan los hombres, o quieres ser una mujer trans”—. Pues no va para nada por ahí. Se siente que los privilegios se pierden, no nada más a nivel individual, sino a nivel colectivo. Como hombres, ¿cómo nos estás dejando? El hombre siempre ha tenido el poder, porque además ese es el tema en las relaciones de poder, son los que sostienen toda esta desigualdad.

Entonces el perder el control, el dominio y el dejar de tener incidencia en lo político, porque además los hombres siempre se les asigna lo político más que lo privado. El perder todas esas y entre comillas digo “ganancias”, pues pone a temblar todo el andamiaje; como hombres ¿cómo nos dejas? Entonces mejor no, mejor siguen eludiendo, no van con sus violencias, aceptan que son los mejores del universo, sin importar sobre quien pasen.

Las masculinidades es uno de los temas súper importantes. Casi no se habla, hay poca investigación, hay pocos avances y estamos hablando a nivel global. Hay algunos países que ya llevan un avance, pero creo que falta hacerlo completamente global, que en todas partes se esté hablando del tema, se esté cuestionando la forma en la que cada sociedad está abordando o viviendo con las masculinidades; porque además tiene mucho que ver con, no nada más como soy como hombre, sino también cómo me afectan los costos de la masculinidad. También qué relaciones o vínculos estoy teniendo con mis hijas, con mis hijos, cómo estoy terminando las relaciones afectivas, sexuales, eróticas y demás. 

Tiene que ver cómo estoy siendo como pareja, pero también en la sociedad. Cómo estoy actuando, cómo me estoy llevando con mis compañeras de trabajo, con mis compañeros. Hay muchísimos temas de salud, cuando los hombres no se hacen cargo, todos los costos para el sistema de salud es como, ¡híjole!, de verdad podrían primero no morir tanto, se mueren de enfermedades que pudieron haberse prevenido si hubieran hecho algo, pero soy Supermán y ¿cómo me voy a sentir mal? ¿cómo voy a aceptar que necesito ayuda? 

El tema de los suicidios, los hombres se suicidan mucho más que las mujeres porque justamente traen una carga de, me aguanto al máximo porque tengo que ser Supermán y pedir ayuda no existe en mi lista de superpoderes. No puedo hacerlo (pedir ayuda) porque me vuelvo vulnerable ante los ojos de todo el mundo. Entonces me frustro y cargo con un montón al punto del colapso y me suicido. Para el sistema de salud también es un costo muy grande para todas partes, es un costo que no estamos viendo. Acercarnos a ese tema nos haría muchísimo bien a todas las personas y, sobre todo haría que la sociedad y los vínculos fueran diferentes. Eso sería benéfico para todas las personas, infancias, adultos mayores.

El tema de cuidados, por ejemplo, ahora con los adultos que estoy mencionando, me viene a la mente que el tema de los cuidados es algo que los hombres no están, no están viendo que en realidad es el centro de la vida. Sea el derecho a cuidar y ser cuidado para nada se ve desde la mirada masculina, solo para quienes estudiamos las masculinidades, pero nada más; en realidad en la vida real no sucede. Quienes se hacen cargo de los cuidados siempre han sido las mujeres, los hombres jamás. Pocos hombres le entran a eso y cuando le entran es muy cuestionable la forma en la que lo hace, —“te voy a ayudar”—; no es una ayuda, ni con los hijos, ni en la casa, ni con los ancianos, ni con las personas con discapacidad, ni con nadie y el impacto para las mujeres vuelve a ser un tema de violencia.  

E: En ese sentido, nos has comentado que tu quehacer feminista tiene que ver en participar en esos espacios, como lo es GENDES; pero también tiene que ver con esta cuestión de la vida diaria, con apoyar a la amiga o al amigo que justamente está repensando sus privilegios y demás. 

 

Es una doble incidencia tanto en lo particular como en otros ámbitos más amplios. Yo te preguntaría, ¿cuáles serían los principios y los valores de las feministas que guían este actuar, tanto desde el espacio privado como del espacio público?

SG: Yo creo que hay un tema muy grande, porque justamente hay una crítica muy grande a qué son los feminismos. Son tantas las formas de verlo, abordarlo y vivirlo que la respuesta puede ser múltiple; puedo decir muchas cosas que para un feminismo sea coincidente, pero para otros no. Lo que sí creo es que la base de cualquier forma de vivirlo, es primero el apoyo colectivo, el apoyo mutuo, el respeto, para muchos es la ternura radical que en realidad es el amor. También la sororidad está muy cuestionada, eso no quiere decir que reconozcamos que una persona sea mala porque no apoya, o es buena; sino más bien, reconocer que como mujeres tenemos mucho que dar. 

Reconocer que como mujeres hemos vivido históricamente muchas violencias, que todas hemos sido atravesadas por una historia que quizás no ha sido la más favorable y sobre todo, que esta historia, independientemente de nuestras propias decisiones, está ahí, siempre está la posibilidad de ser violentada, por el hecho de haber nacido mujer. Entonces, vivir una experiencia en un mundo en el que no nos ha permitido tener igualdad es una de las bases a reconocer que la igualdad en realidad no es sustantiva; más bien para allá vamos y para ello estamos tratando de caminar juntas en este avance. Efectivamente de ahí parten los feminismos, y el darnos cuenta de que hemos perdido mucho a lo largo de la historia porque no se nos ha dado una oportunidad en igualdad; porque todo ha sido estructurado por los hombres.

Las vivencias de una mujer son distintas a las de los hombres y esto nos ha llevado a muchos malestares, desventajas, malas experiencias que ahora que ya las reconocemos; podemos irlas avanzando en conjunto, de la mano, decir, “tú también eres parte de este problema no porque lo estes necesariamente reproduciendo, sino porque más bien te está impactando. Creo que el apoyo mutuo diría que es parte fundamental. 

E: Cuéntanos esta cuestión de la sororidad.

SG: ¡Aja! Creo que muchas veces se aplica, que dice, “sí hay que ser sororas”. Es real que cuando la cosa está desbalanceada lo mejor es hacer ese equilibrio y ponerte del lado de quien está desfavorecido, pues es parte del equilibrio. 

Pero a veces el problema está en que se cuestiona la forma en la que nos estamos apoyando, sin importar lo que estamos diciendo o siendo como personas. Entonces ahí es donde entra el debate de que estas feministas están discriminando a alguien, y entonces, ya no quiero entrarle a apoyar esa causa; pero entrarles a otras desde mi forma de ver la vida. En otros casos es como más bien juzgar, incluso el papel de las feministas porque ahora las feministas tienen que resolver todo; entonces, si no lo están resolviendo eres juzgada, aunque no tengan nada que ver con el feminismo y es súper cuestionado. 

Entonces el juzgar de las personas, de cómo estamos actuando o la forma en la que nos estamos relacionando entre nosotras, es el tema de fricción. Si una dijo una cosa que ya no tiene que ver con lo que estamos apoyando, aquí se rompió todo.  La sororidad creo que ahí justamente tiene su pequeña línea delgada, que es bastante justificable cuando te das cuenta de que en realidad no va con tus principios, valores o como le quieras llamar. Cuando algo ya no te cuadra, ya no te hace bien, es muy sano decir aquí no. No voy a brincar esa línea y entonces este concepto de sororidad creo que sí se puede cuestionar en ese sentido.

Es decir, no porque yo misma me auto designe feminista, si yo me reconozco como feminista no quiere decir que todo lo que hagan las feministas me va a cuadrar y está bien. De eso se trata, existe diversidad y tenemos que reconocerla, el problema está en que cómo no estoy de acuerdo contigo comienzo a ponerte el pie. Ahí es donde dices —“ya no está tan bien, y de sororo no tiene nada”—. 

No tenemos que ser siempre buena onda porque se asocia mucho con eso. Bueno, pues eres feminista, seguramente eres buena onda con todas; si hay alguien que es mala onda conmigo, voy a decir, —“Anita no tengo porqué aguantar otras cosas, que ya de por sí molesta al resto”—. Ella por ser mujer aguantó un montón y ayudó a permitir otras; creo que ahí está la pequeña línea delgada de qué estamos entendiendo por sororidad. Es una cuestión, una posición muy personal y seguramente habrá quien diga no eres feminista. A eso me refiero. 

E: Has hablado de que la colectividad es parte de estos principios y valores del feminismo y me gustaría preguntarte, ¿de dónde se nutre? ¿de qué otras experiencias de lucha?  A lo mejor no necesariamente feministas.

SG: El feminismo obtiene estos recursos que la colectividad le brinda, por así decirlo… ¡híjole! me atrevería hasta a pensar que es al revés, que del feminismo como referente y lucha de muchísimos años es que otros movimientos toman este posicionamiento de lo colectivo, de apoyo. La gente se organiza por necesidad, ahí siento que no hay de otra, porque si no tenemos o no confrontamos ciertos problemas sociales, pues el interés de organizarse no existiría como tal.  Cada uno, en lo individual, si fuéramos todos bien tranquilos y felices, no habría manera; si yo puedo ser autosustentable ¿para qué me organizo?

Desde las cavernas organizarse es parte fundamental para confrontar situaciones de riesgo, de desigualdad y demás. Justo surge el acompañamiento de las mujeres, entre nosotras, de ahí pues pensar que más bien al revés; o sea, como que hay organizaciones, movimientos o colectivos que encuentran eso, como el fuerte, juntas somos más y entonces juntas somos más fuertes también. En lo individual seguramente nadie me va a pelar y entonces por eso me organizo. 

Hay otras cosas que luchan por la desigualdad, que si el movimiento LGBTI, o que si el movimiento urbano, como lo queramos ver. Siempre hay como por una causa que nos asocia porque tenemos el mismo problema y entonces juntos vamos a estar mejor, juntos vamos a luchar más fuertes. Para mí es todo lo contrario, el feminismo se vuelve un referente para otras causas.

E: Tú nos has comentado que hay muchas trincheras de los feminismos, está la parte institucional, de las estudiantes que también están dando lucha. ¿Cuáles serían para ti los principales legados de la lucha feminista hoy en día?

SG: ¡Uy! ¡qué fuerte! Creo que justo en todos los ámbitos, en la academia, por ejemplo, es súper notorio. El feminismo ha hecho o ha logrado cosas, desde primero salir al espacio público y me refiero a tener incidencia en la vida política, laboral, en las actividades económicas, lo que va más allá del hogar. El poder estar en espacios antes no permitidos o no reconocidos para las mujeres, desde poder estudiar, por ejemplo, es un avance; pero no quiere decir que sea todo. Todavía hay mucho que cuestionar, incluso en lo laboral.  

Era como lo que menos se podía hacer con lo mínimo, pero ahora hay que cuestionar qué puestos de trabajo en realidad son puestos de liderazgos o siguen siendo puestos serviciales; en donde si vas a estar en una empresa, pero vas a seguir siendo la persona que nos va a servir, o vas a estar en un espacio académico donde también ha habido un gran avance, pero vas a seguir siendo violentada, acosada o vas a seguir siendo masculina o vas a seguir siendo liquidada. Es ahí donde empezamos a levantarle dos niveles al debate, ya hemos entrado sí, que bueno, ya estamos en muchos espacios en las organizaciones.

Por ejemplo, puedo decir que el tercer sector se enfoca cada vez más en atender la violencia contra las mujeres, va muy de la mano con atender un contexto que es apremiante y que es una alerta en todos los sentidos: las violencias que vivimos ahora, los niveles y las cantidades. ¡Me choca decirles cantidades! no somos un número, como el caso 535 000. El contexto mismo está obligando a las organizaciones y a los órganos internacionales que miren la alerta de género, que al final es la violencia contra las mujeres que debe ser atendida.

Por fortuna sí hay quien lo acompaña y nos estamos involucrando cada vez más, yo creo que no al mismo ritmo de la emergencia, pero sí se está haciendo algo. Entonces habrá que cuestionar ahora el papel de las organizaciones, el papel del Estado cuando dice, —“ya hay políticas públicas dirigidas a atender”—, —“ya están las modificaciones a la ley”—. El simple pasito de haber reconocido la necesidad de una ley que atienda la violencia específicamente contra las mujeres: la Ley General de las Mujeres a Una Vida de Acceso Para Las Mujeres A Una Vida Libre De Violencia es súper reciente. Estamos hablando, ni veinte años, o como de doce años o algo así. En realidad, la emergencia es desde mucho más atrás. 

Hay algo que existen también, regulaciones a nivel internacional son un súper avance. Pero eso de qué sirve cuando en realidad no hay manera de atenderlas eficientemente; si existe la ley, pero nadie la está llevando a la acción de manera oportuna, de manera eficiente. Entonces de nada sirve que le sigamos modificando artículos, si quien está poniendo o quien tiene el mando no lo está asimilando como algo que tiene que suceder. Seguimos siendo víctimas de la violencia institucional y demás. 

Hay avances, reconozco que en todas partes. Lo digo con mucho gusto, pero también hay muchas deficiencias que obviamente son ajustes que tienen que suceder y que es parte de la exigencia de la lucha contemporánea, lo que se exige ahora no es lo que se exigía antes. 

Ya podemos tener el divorcio, ahora está muy cuestionado el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, todos estos grupos (conservadores) se resisten a ello. Hay un reconocimiento en muchos lugares de que es necesario y falta mucho por hacer. La lucha es distinta porque cambian los temas, pero creo que hay que mirar un poco más en la forma en la que se están viviendo las cosas. En realidad, las mujeres ahora tenemos libertad, pero hay muchas cosas por hacer todavía.

E: Has comentado de la gente, de tus experiencias, de las trincheras del feminismo, la pregunta del millón, ¿qué es el feminismo para ti? ¿qué significa asumirse como feminista?

SG: El feminismo para mí es cuestionar todas estas desigualdades con las herramientas teóricas, pero también desde las que se vive, desde las experiencias y hacer algo con ellas. Sí soy una mujer de la Ciudad de México, sí soy una mujer de la periferia, sí soy una mujer que vive en África, si soy una mujer latina o de donde sea, seguramente mis experiencias y mis herramientas son distintas. Si no cuento con una red de apoyo, si culturalmente existen violencias más profundas en un lado que en otro, no estoy minimizando ninguno, seguramente va a ser distinto la forma en la que lo diga. 

Reconocer que debo hacer el cambio por mí, por las demás, por las infancias, por las niñas, por las personas, adultos, mayores y demás; hacer el cambio de esta construcción cultural, estoy haciendo feminismo, aunque no lo nombre, aunque ni siquiera lo sepa. Estoy cambiando las cosas, estoy visibilizando un problema y estoy tratando de que se atienda. 

Para mí eso sería el feminismo, el asumirse como feminista es una posición política personal. Cuando incluso las mismas mujeres dicen —“a mí no me representan” — digo, ¿en qué sentido? trato de ponerme en sus zapatos y de imaginar qué es lo que está pasando por su mente que cree que no es feminismo y que no le atraviesa. No tengo la respuesta en cuanto a eso, porque digo bueno, —“todo lo que vives día a día, ha sido gracias a la lucha feminista”—. 

Asumirse como feminista es un posicionamiento político personal y no hacerlo, incluso el no estar (de acuerdo con el feminismo), —“es que las feministas me caen mal”— es también otro posicionamiento político, que no entiendo. Porque, aunque no quieras, como mujer tienes acceso a derechos que sin el feminismo no hubieses tenido, o vives una experiencia de vida distinta a la que hubieses tenido sin el feminismo. Es una posición política personal.

E: Cuando dicen, —“esas feministas no me representan”— como si fueran mánager, en esa idea, ¿cuáles serían las controversias por las cuales tú crees que estas mujeres no se sienten parte del movimiento?

SG: Como tú dices, el hecho de que salgamos al espacio público, de que estudiemos, o de que vayamos a trabajar, forman parte de este legado de los movimientos feministas. Creo que es un tema de ignorancia, de desconocimiento; creo que sí como mujer tengo que asumir ciertos roles, si alguien viene y me dice que ese no es el rol que debo de jugar, pero yo ya me la compré, pues entonces es como no, no, espera. Me decía si estaba bien, no me toques, no, que con esto yo era feliz entre comillas, pero a lo mejor qué tan feliz soy, o si realmente soy la persona que quería ser o solamente estoy siguiendo un patrón. 

Me vino a la mente, por ejemplo, las mujeres provida que dicen, —“las feministas están locas y matan bebés”—. Yo digo, —“creo que no estás profundizando en lo que se está tratando de evidenciar, que no es matar bebés”—; es el derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos y no lo estas cuestionando porque te han vendido la idea de que tú eres utilitaria, tu fin máximo en la vida es ser madre y entonces te tienes que reproducir. Si alguien te está diciendo que no te reproduzcas, pierde sentido tu vida y lo entiendo. ¡Qué fuerte para quién se compró la idea! El que le quiten ese piso rosa, claro es como ahora ¿qué voy a hacer?, porque nunca se ha dado la oportunidad de pensar que puede ser una persona, que puede otra forma de ser mujer. 

Desde ahí soy empática ¡híjole! ¡qué fuerte porque sí se les desbalancea todo! Eso por un lado, pasa con mucha resistencia al feminismo porque no se está entendiendo, se está tergiversando toda la información. Se asocia con violencia por parte de las mujeres, cuando no tiene nada que ver. 

Estamos tratando de no de violentar, más bien de atender un problema social que es la violencia contra las mujeres. Cuando se dice, —“es que las feministas son violentas”—, violencia es la del Estado, la del sistema. No es precisamente que las mujeres seamos quienes estamos provocando esto o las feministas, volvemos a lo mismo, no representamos a todas desde la mirada de las mujeres que dicen que no, creo que es por un lado el más grave desconocimiento. ¿Para dónde va el feminismo? ¿qué es lo que se intenta? simplemente compro la idea de los medios de comunicación que dijeron que las “bigotonas” o las “feminazis”. 

Así con muchos temas, lo más preocupante es que nos informemos mal o nos construyamos a partir de lo que nos muestran los medios, habrá que cuestionar a quién le va y por qué esos mensajes tan dirigidos me los apropio. Para donde lo veas, si me compro la idea de los medios, me compro la idea de seguir reproduciendo todas estas líneas o toda esta partitura del sistema opresor. Debe ser un quiebre muy grande el darte cuenta de que por ahí no era, y por eso la resistencia también existe.

E: Me parece que algo importante de los feminismos es que nos ha dejado ver que las violencias no solamente van en relación al género, estamos atravesados por un conjunto de violencias como el clasismo, el racismo, el machismo y, en ese sentido, ¿cuáles serían las propuestas de cambio desde la perspectiva feminista contra estas violencias?

SG: Hay feminismos que están muy enfocados en ello, el feminismo que habla sobre el colonialismo; como tantos feminismos que abordan desde distintas problemáticas sociales esta matriz de problemas. Creo que la forma o la manera de atender todos estos problemas es visibilizar obviamente que existen. Sí hay problemas de clases, de discriminación de todas las formas, deberíamos de hacer lo que los feminismos nos han dicho: ¿por qué no unirse para entonces exigir otras cosas? ¿por qué no unirse para visibilizar, para escuchar desde lo personal la narrativa del auge de la gente que vive los problemas en primera persona?, ¿por qué seguimos pensando en esta visión justo colonizadora de imponer, de llegar y decir aquí la verdad que es ésta y entonces hay que hacer esto? Por qué no escuchar también siempre, en todas partes a quien está viviendo una experiencia y atender desde ahí, desde si estamos hablando de comunidades indígenas, qué es lo que necesita, qué es lo que están exigiendo y no llegar y pensar que vamos a rescatarlos como así diciendo el rescate cultural. Me parece que no hay nada que rescatar, más bien hay que escuchar y hay que atender desde donde se necesita. 

Desafortunadamente, la desigualdad está en todas partes y en muchas formas. No es nada más el color de piel, la situación económica, si tienes una discapacidad o no la tienes, la forma en la que se te ha dicho que la tienes que confrontar, los obstáculos que socialmente te han puesto para poder vivir plenamente y así cuestionar todo. Más bien tratemos de ser solidarios con las personas que han sido vulneradas mayoritariamente.

E: ¿Cómo ha impactado el feminismo a tu vida? ¿nos puedes contar una anécdota de una experiencia?

SG: Creo que ha impactado bien bonito, no sé si llamarle impacto porque me parece un poco negativo el ponerle ese sustantivo. No sé si es un impacto, pero me ha cambiado la vida completamente, la vivo completamente distinta desde que me doy cuenta de que encuentro todo el sentido en el feminismo. En las relaciones con mis amigas, por ejemplo, me ha cambiado un montón; me compraba la idea de que teníamos que ser competencia, más que acompañamiento. De repente, esto que te contaba al principio, reconocía que había cosas como de, “qué flojera con las mujeres”, de verdad me daba flojera. No era culpa de las mujeres, era culpa de que nos habían dicho que hay que jugar a la comidita; nosotras queríamos trepar un árbol o buscar ese tipo de cosas que me hacían diferenciarme, me hacían también sentirme ajena y confrontarme. 

Eso ha sido cambiado completamente por el feminismo, la forma en la que ahora mismo con mis vínculos con mujeres es completamente distinto; es de reconocimiento, de admiración y de acompañamiento muy grande. También la forma en la que me vínculo con mi familia es distinta; la forma en la que veo tanto a los integrantes de mi familia, como la forma en la que estoy, por ejemplo, criando. 

Tengo una hija y no podría ser otra mamá. Me refiero a que el feminismo llegó antes que la maternidad y lo veo muy cuestionado; de repente es como, —“ay, pero ¿por qué le permites esto?” ¿Por qué le dices esto? ¿Por qué le hablas de estos temas?”—. Todo es cuestionado, como mujer siempre nos van a cuestionar todo. 

La verdad es que me entra por uno y me sale por el otro.  En lo que atraviesan mi cabeza digo, —“¡hay! ¿por qué me dicen eso? —. Mi forma de maternar es completamente feminista, de respeto a las infancias y en el respeto a lo que ella decida, a su desarrollo y demás. Aproximar la información y que ya ella vaya tomando decisiones, que obviamente con la madurez serán acompañadas. Pero en todo, el mundo que busco, el mundo que quiero o lo que hago día a día, en el trabajo, lo que quiero hacer en el futuro. Todo ha cambiado el feminismo.

E: ¿Ha sido difícil? Lo digo porque de pronto siento que cuando nos asumimos como feministas siempre implica estar muy alertas a los discursos y acciones. De pronto, tú ya las has compartido, te incorporaste o conociste el feminismo desde muy pequeña y tu familia coincidían con esta visión tuya. Es justamente a partir de las experiencias de tu madre que te marcan. Pero hay gente que digamos estamos involucradas ahí en el núcleo familiar machista y es más complicado. Por eso pregunto ¿qué tanto para ti ha sido difícil? ¿en qué espacios ha sido más difícil?

SG: ¡Uy! ¡qué fuerte! Ha sido muy cansado, muy desgastante en muchos periodos de mi vida. Tanta resistencia por todas partes desgasta y tanta conciencia es muy cansada. Como dices, ya no puedes ver las cosas igual, entonces es cansado no poder quitarte las gafas violetas, primero ni quieres y segundo, no puedes.

E: Y cuando quieres no puedes.

SG: ¡Exacto! a veces si ha sido cansado, desgastante. Afortunadamente, creo que he aprendido a elegir mis batallas mejor que antes, no digo que al cien porque todavía de pronto me veo afectada emocionalmente, mentalmente o cansada físicamente, por alguna cosa con la que digo esto no está bien y que me clavo, le puedo dar vueltas y me afecta. Soy más selectiva en mis batallas, dónde sí, dónde no, dónde es mi resistencia y para qué, por qué no va a haber cambios.

Creo que ahí va la segunda parte de la pregunta, dónde ha sido más difícil. ¡Híjole!, depende, depende, porque también tiene que ver con el vínculo que tengas con la persona, la situación o el momento de tu vida que estás atravesando para confrontar esa situación. Entonces puedo decir que, desde lo familiar, desde la mesa donde estoy con los tíos, con el abuelo; desde ahí no puedo dejarlo pasar. 

Ese es el estar en mi vida, creo que sigue siendo, solo que ellos también eligen sus batallas. Por fortuna, como decían mis papás, pero más allá de ellos, por todas partes; en lo personal, en lo familiar, si ha habido cansancio, pero también en el espacio público, porque además hay cosas que digo, —“es que no puedo dejarlo pasar”—.  Eso implica que otra vez como mujer es un riesgo. 

Si voy sola, no me voy a poner al tú por tú, porque entonces me va a afectar, me van a golpear, me van a desaparecer. Hay cosas que desgastan mucho, pero que también puedes seguir seleccionando o elegir tus batallas y ver con quién sí y con quién no. Lo veo aquí en el trabajo y me digo con mis compañeros, nos llegan mensajes, hasta amenazas, —“esta vieja qué y por qué me va a venir a decir y hablar de esto”—. Tengo buenas redes de apoyo, buenas herramientas que a lo mejor antes no tenía para sobrellevar esas situaciones y tengo este filtro que antes tampoco tenía, y con todo me enganchaba. Hay cosas que valen la pena y hay otras no; algunas solo vas a acabar mal y es parte del propósito del otro. Entonces déjalo pasar y haz lo que sirva.

E: ¿Cuál fue tu primera experiencia dentro del movimiento feminista? Es decir, ¿fue en una marcha, en algún mitin, foro, etcétera?

SG: ¡Uy, eso no lo tengo tan claro!  Tengo como varias cosas que ahora vienen a mi mente, foros sí, pero no creo que haya sido lo primero. Pienso que mmm… creo que, con mi mamá, vuelvo a lo mismo porque ella se dedica, ella es doctora en Derecho Internacional; entonces ella tenía mucho que ver con los derechos humanos desde que existo. El acercarme desde la academia a los temas de justicia, de derechos y demás, sobre todo con temas que ella ha tratado desde siempre, sea mujeres, indígenas, infancias; eran como mis primeros acercamientos a la lucha feminista. El escuchar o el ver lo que ella estaba haciendo para hablar de las violencias que han vivido mujeres migrantes, que han vivido mujeres indígenas. 

Esos fueron mis primeros contactos con el feminismo, simbólicamente porque hice cosas. Ya más movilizada, quizás si fue en una marcha feminista, no recuerdo hace cuántos años, la verdad.  

E: ¿Te acuerdas con quien fuiste?, ¿fuiste sola, con las amigas, con las primas? 

SG: Fui con mis amigas, con las poquitas que se organizaban. Las marchas feministas eran otra cosa, estoy hablando de hace 30 años, es como 15, 20 años.  Tal vez ya me estoy exponiendo aquí.

Pero yo creo que eran así, super pequeñas y por temas muy específicos, no eran precisamente la marcha que hacemos ahora el 8M o cómo visibilizamos el 25 de noviembre. Era una cosilla, muy chiquita, por algún caso de violencia específica. Estoy tratando de aterrizarlo, sí con alguna compañera de la universidad o de la escuela en ese momento. Después de la prepa ya justamente me coordiné con alguien e hicimos cosas, es como de los primeros contactos que no le llamábamos feminismo, era más bien buscar la justicia. 

E: ¿A qué otros espacios te acercaste para alimentarte de esta perspectiva?

SG: ¿Antes o ahora, o continuamente?

E: Justo mencionas que se hacían estas marchas, que eran totalmente distintas, ¿a qué espacios te acercaste para adentrarte al mundo del feminismo?

SG: ¡Ah, ya! Definitivamente, por un lado sí, desde la academia, no nada más con ella, sino empiezas a escuchar a mujeres haciendo cosas. Y digo ¡wow! las admiro tanto que quiero saber de dónde, cómo le hacen; entonces empiezo a seguir a muchas mujeres investigadoras que su trabajo está súper chido. Después me acerco a colectivas, y a organizaciones que van haciendo su trabajo, específicamente en apoyarse entre mujeres que sí refugiadas, víctimas de violencia; causas que incluso parten desde una persona que comenzó algo porque a su hija la violentaron y entonces empieza algo nuevo. Empieza a mover y se comienza a hacer el círculo más grande y se vuelve una colectiva o se vuelve una organización.

 Encontrar espacios, incluso desde espacios como las mercaditas me parecen súper valiosísimos. En su momento existían, pero no le llamábamos mercaditas, me refiero a los principios de la organización de economía feminista y solidaria; eran mujeres contra las carencias económicas y las ineficiencias del Estado en temas de economía, no tener acceso a oportunidades de trabajo o que tienen un montón de hijos o uno. Eso te da la vida porque el sistema no te permite hacer otra cosa, los horarios y demás. Entonces la forma en la que voy entrándole a las colectivas es apoyar causas desde abajo, de a pie, hasta ir encontrando incluso movimientos donde ni sabíamos que iban a ver; dónde te organizas para acompañar una víctima de violencia.

 Después eso se va haciendo mucho más grande y se vuelven organizaciones que se van uniendo otros casos, las víctimas de feminicidio, de desaparecidas. Se va haciendo algo mucho más fuerte. Esos espacios para mí son súper valiosos porque van desde quién está viviendo la violencia y quiénes acompañamos de manera indirecta; diría que no somos las víctimas como tal, pero estamos haciendo lo que podemos. Lo que podemos, con las herramientas que tenemos y pues eso. Ese acercamiento a las colectivas, a las organizaciones y a las mujeres que desde la academia están cambiando también las cosas, e incluso también podría decir que hasta hoy existen, aunque son contadas dentro de los espacios políticos, también están haciendo cosas y eso también suma muchísimo. 

E: Bueno, pero ya que estamos hablando de las organizaciones, de los colectivos, cuéntanos ¿en cuáles has participado o has estado vinculada? También háblanos del espacio en el que actualmente te encuentras, ¿cómo fue que llegaste? ¿cuáles son las funciones en GENDES?

SG: Creo que mis primeros pasos fueron en organizaciones, de manera indirecta. Trabajaba en una organización de medio ambiente, antes estaba en una casa a favor de los derechos de los animales. Ahí encontré a mujeres que me hablaban del feminismo. Desde ahí es una cosa muy compleja, entrarle desde que estoy respetando a los seres vivos y entonces empiezo a cuestionarme qué estoy haciendo. Me volví vegana un rato, no recuerdo bien cómo se llamaba el grupo, pero eran mujeres anti especistas. Anti era como muchos antis, con los cuales me identificaba con la mitad. Creo que ahí empecé en eso.

Después trabajé en una organización a favor del medio ambiente y ahí me empezaron a jalar para proyectos que salían. De entrada, yo hacía comunicación en ese entonces, tenía que darle perspectiva de género desde la comunicación a los proyectos. También era una colectiva de mujeres, en donde yo era asesora externa porque ellas tenían una consultoría, pero era multidisciplinario, entonces era como la parte de género y de perspectiva. Más tarde me empiezo a organizar más, así como más sustancialmente en el posgrado, que es donde encuentro amigas que tenemos la misma visión y, se crea el colectivo Crea Ciudad

El colectivo Crea Ciudad se enfoca en investigación que tiene que ver con urbanismo, planeación, políticas públicas, pero con esta mirada de mujeres y perspectiva de género, no de participación ciudadana atravesada por el feminismo. Es ahí donde encuentro más afinidad, ya no es nada más la mitad de los valores que yo veía en otros movimientos, en otras organizaciones; aquí todo tiene que ver con lo que yo estoy pensando y todo era tan horizontal.

E: ¿Ese espacio lo crearon ustedes? 

SG: ¡Aja! más adelante vamos en lo individual, voy haciendo cosas, me voy reencontrando con algunas personas y vamos conformando otros grupos, no sé si llamarlo colectivas, en donde hay más mujeres que somos afines de lo que estamos diciendo, haciendo y que estamos compartiendo desde el conocimiento, de —“¡mira, ahí te va una lectura!, me pasó esto qué me recomiendan o tengo una duda”—. Experiencias desde lo mínimo, me refiero a —“¡oigan no sé si comprar este medicamento”—. 

E: ¿Cómo llamarías este tipo de espacios?, porque me parece muy interesante, estamos en el mismo campo y ahí se van destapando estas lógicas organizativas, de llamarlos colectivos o grupitos.  

SG: Digo que es el espacio de grupo, por ejemplo, me refiero al grupo de chat: el espacio de lucha. A mí me hizo todo el sentido cuando puse espacio de lucha dije —¡claro no sabría cómo nombrarlo! —.  Es un espacio de resistencia, un espacio de acompañamiento, un espacio de escucha activa; se pasó de compartir el piolín de la semana a un espacio de acompañamiento y de resistencia.

E: El grupo nos ha dado la posibilidad de poder reunirnos y de tener una logística, por ejemplo, para andar en las marchas.  

SG: De organizarnos para un montón de cosas, de ahí salen estas iniciativas, esto de — “vamos a organizarnos para estar en un proyecto; me gustaría escuchar estas voces o; yo tengo dudas sobre algo porque vamos a sacar una publicación, necesito a alguien que tenga la experiencia”—. Es un semillero de cosas así, semillero de proyectos feministas, de acompañamiento y de organización, definitivamente horizontal. Ahora no tengo mucho tiempo, soy parte de un grupo de mujeres que estamos tratando de ejecutar proyectos horizontales; con esta mirada de mujeres apoyando a mujeres. Que si tú eres economista y yo tengo conocimientos en derecho podemos hacer un proyecto juntas en el que nos beneficiamos equitativamente. Justo salió —el grupo— por este desgaste, y lo digo, sobre todo, quién —“dijo vamos a hacer esto porque ya estaba colapsando, de ya no quiero saber nada de explotación, no quiero saber nada de horarios. No quiero, estoy colapsando en salud, pero tampoco puedo tirarme”—.

Quiero seguir haciendo cosas, seguir sintiéndome plena en lo que hago, pero de otra forma. Ese grupo que tampoco sabré cómo decir, el grupo de investigación, consultoría quizás. 

E: Incluso hasta la manera en cómo empezamos a nombrar lo que hacemos nos resulta reflexivo porque siempre tratamos, me parece, de no reproducir violencia. Somos colectivos, pero funcionamos de otras formas, y de ahí la insistencia de estar repensando todo, hasta el nombre.

SG: Exacto, porque como decíamos antes, ya no lo puedes ver igual. Sí hay cosas que te han dado comezón, entonces no las quieres repetir, ¿no?, como eso ya hizo daño, ya no, para allá ya no, en todos los sentidos, en todos los aspectos y experiencias. Creo que también por eso a lo largo de la vida se vuelve más complejo hasta tomar decisiones, porque tienes experiencias previas que si quieres no les haces caso y pues así te va a ir, pero si les haces caso, entonces vas complejizando un poco más. 

E: Háblanos de qué haces cuando te integras y cuál es el objetivo de esta organización. 

SG: Me integré en el 2019, ya tengo acá tres años. Llego justamente porque mujeres que admiro mucho, yo estudié en la Escuela Feminista de Comunicación que lleva una doctora a la cual admiro mucho, contemporánea, Raquel Ramírez Salgado; y con ella aprendí tantas cosas que además la forma o el formato de esta escuela es muy colaborativo. Ahí conocí a un montón de mujeres de todas partes, que se dedican a los medios de comunicación, pero también a quienes se dedican a la investigación, mercaditas, foros, quienes trabajan en organizaciones y demás. 

E: ¿Dónde está la escuelita?

SG: En ese momento la sede fue el Centro Cultural España, pero entiendo que lo han hecho en otras sedes, se va moviendo. La experiencia ahí me dejó bien claro que podía buscar desde todos los medios, desde todas las disciplinas una manera de entrarle —al feminismo—. Estaba muy encasillada que lo que hiciera debía estar dedicado al feminismo. De repente me doy cuenta que hay mujeres diversas haciendo mil cosas y digo —“¡wow!—; es impresionante.  Había gente que estuvo en la Escuela Feminista de Comunicación, y por ahí salió alguien que me habló de GENDES.

 En ese momento estaba haciendo la tesis de posgrado en Planeación Urbana y Políticas Metropolitanas, con una perspectiva de género en proyectos, en megaproyectos. Empiezo a rascar de porqué las calles y las ciudades son diseñadas sin atender necesidades, específicamente las de las mujeres; desde los desplazamientos que son distintos entre hombres y mujeres, las estrategias de seguridad y demás. Alguien me dijo, —“deberías de ver lo que están haciendo en GENDES” —. No sabía que era GENDES, te estoy hablando de hace diez años, fue en el primer postgrado, como hace como diez años cuando conocí el trabajo de GENDES.

Desde ahí dije, —“¡guau! —, no sabía que había una organización que se estaba dedicando a lo que veía como una carencia y que hacía falta entender. Sacó información de GENDES, me parece impresionante la chamba que desde entonces ya se estaba haciendo y que ya llevaba un rato. Continuó mi vida y después me empiezo a meter más a la investigación, al feminismo y demás; llega un punto en el que GENDES, si no mal recuerdo, saca una convocatoria para un perfil que tenía que ver conmigo, dije, —“de ahí soy, esa es mi descripción, es mi momento”—. Ya les admiraba un montón, al principio yo muy entusiasmada, pero era un tanto medio platónico porque en ese momento yo había tomado decisiones bien drásticas en mi vida y ni siquiera vivía en la Ciudad de México. Me había ido vivir a otro estado; estaba en San Luis Potosí cuando abren la convocatoria y digo —“ahora, no me voy a quedar con la cosquilla”—. Entonces aplico, no sabía ni que iba a hacer si me decían que sí.

Aplico y dije, —“bueno, entre tantas, ni me voy a quedar seguramente”—. En esta época de decisiones drásticas, tomé la decisión de venirme a la Ciudad de México, para fortuna mía se había atrasado el proceso de selección, yo no sabía, según yo ya había elegido a alguien. Llegó aquí y tenía días, ni una semana tenía de haber llegado a la Ciudad de México, sin trabajo, sin casa, sin nada, porque decidí así tajantemente volver. Entonces me hablan y me dicen, —“oye, sabemos que se atrasó un poquito el proceso, pero queremos saber si todavía te interesa”—, y yo —“¡wow! —, “es que estás así en la terna” y yo — “¡claro que sí!”—. Vine y pues hice todo el proceso, las entrevistas y demás, al final me quedé entre la selección. 

En ese momento entré como responsable de comunicación estratégica. Este es mi perfil, eso fue en 2019, más adelante se dio la oportunidad de cambiar de puesto y ahora a una coordinación; esta coordinación lleva la parte de comunicación, pero también la de incidencia y de posicionamiento público. La coordinación y ahora esta parte de posicionamiento público veo cómo entrarles a las políticas públicas, cambiar todo este enfoque que tienen tanto las leyes, como son los programas estatales de gobierno, y para que se involucre o sea transversal el tema de masculinidades. Mandar el mensaje a todas partes, desde quien no tiene idea de lo que estamos hablando, hasta instituciones ya más formales o académicas, comunicarles la labor de GENDES.

 GENDES lo que hace, somos una organización de personas de la sociedad civil multidisciplinares, sobre todo en las ciencias sociales que trabajamos con perspectiva de género, porque volvemos al tema de que sin la teoría feminista no podría ser. Entonces partimos de ahí, lo que hacemos es enfocarnos en masculinidades y derechos humanos, con este enfoque en masculinidades vamos haciendo reflexión, investigación, incidencia y hacemos, sobre todo, el Programa Hombres Trabajándose. Son grupos de hombres que se reúnen para atender sus violencias, para reflexionar sobre sus ejercicios de violencia y sobre su forma de ser como hombres. 

E: ¿Ellos vienen solos?

SG: ¡Ajá! de hecho solo hay hombres en los grupos y lo que hacen es procesar tanto… tenemos un modelo creado desde GENDES para atender estas violencias. No es como se cree erróneamente, que vienen y entre ellos se van a solapar —“te voy a dar un abrazo porque pobrecito de ti”—, para nada va por ahí. 

Tampoco es un grupo de… se asocia con eso de que los van a regañar. No es un regaño, más bien es una reflexión, lo que hacen es darse cuenta de que es un trabajo diario, que no es una varita mágica, —“ya vine a los grupos y mañana voy a hacer otro”—. Más bien, vine a los grupos, reflexiono sobre los ejercicios de violencia, sobre todo lo que implica, lo que impacta y día con día tengo que hacer lo mismo, tengo que cambiar la forma en la que me hicieron creer que tenía que ser, y tengo que darme cuenta de todo lo que puede impactar a las demás personas. 

Es un proceso bien largo que mínimo, les decimos, —“quédate seis meses para que veas que tienen una evolución”—. No es agarrar un folleto, no sirve de nada; es un trabajo mucho más profundo. Hay gente que ha estado aquí años, no hay una edad. Hay gente que viene de toda la zona metropolitana, de todas las edades, mayores de edad; pero hemos tenido desde 18 años hasta 60 años. Llegan en el momento que lo necesitan, en el momento que se dan cuenta. 

También tenemos una línea que se llama Línea GENDES que salió con la pandemia, porque los ejercicios de violencia fuertes en casa se acrecientan con el confinamiento. Hubo dinámicas distintas a las de todos los días, las vacaciones, navidades y demás, es cuando suben los datos. Cuando nos enteramos de que nos íbamos a aislar, dijimos, —“tenemos que hacer algo que pueda servir, porque va a haber fricción, va a haber problemas. Si ponemos a toda la familia en un espacio en el que no están normalmente, seguramente va a haber problemas”—. 

Primero fue para atender violencias en el hogar y más adelante, ahora que ya salimos otra vez, se queda una línea para contención, atención y demás, pero ya no de emergencia de violencia en el hogar. Como dijimos al principio, los resultados —derivados del confinamiento— nos van mostrando que existen otras violencias, por ejemplo, perdió el empleo y entonces está súper frustrado y eso lo lleva a enojarse por todo, quizá se haga daño a sí mismo o golpee a sus hijos o a su esposa. Se siente súper presionado por X o Y razón, ya no necesariamente por la pandemia. 

Se queda como un servicio permanente sin costo 24 horas y nos hemos dado cuenta de que si es necesario. A veces los hombres no se animan a hablar porque los van a juzgar, pero lo necesitan; cuando se atreven y llaman a la línea, atendida por especialistas, nos damos cuenta de que muchas de las violencias pueden evitarse en llamadas de contención, en terapia individual o en participación en grupos; depende de cada situación. Hacemos un montón de cosas en todos los estados de la República, incluso en otros países. Básicamente es prevenir y atender la violencia contra las mujeres desde las masculinidades.

E: Me gustaría que nos ampliaras sobre por qué desde las masculinidades. La gente podría decir que te estás enfocando en los hombres cuando tendríamos que empezar por nosotras, empezar a ayudar a las mujeres a reconocer nuestras violencias y quizás después pasar a la contraparte. 

SG: Definitivamente coincido en que se debe de atender la violencia para apoyar a las mujeres, eso me queda clarísimo y creo que eso ya se está haciendo; hay quien atiende esa parte. Sí una mujer necesita refugio, ha sido violentada, ya puede tener acompañamiento por parte de organizaciones. Nos enfocamos en masculinidades porque creemos que el sol no se tapa con un dedo, o sea, poner un parche funciona para atender las violencias que ya existen, pero no para prevenirlas. Estadísticamente estamos diciendo que los hombres son en buena medida responsables de estas violencias y seguimos atendiendo únicamente a las víctimas, lo cual sí se debe de hacer y no quiere decir que una cosa le quite espacio a la otra, se tienen que seguir atendiendo las violencias y a las víctimas; pero de nada sirve a atender nada más a la víctima cuando quien reproduce esas violencias son los hombres. 

Nosotros trabajamos con infancias para que no lleguemos a este punto que como adultos sigamos reproduciendo violencias. Para nada nos sirve seguir haciéndole el caldo gordo al patriarcado, seguir viendo pasar las cosas y no hacer nada. Por eso el enfoque es desde las masculinidades, para cambiar esta forma de ser hombres, para prevenir desde la primera infancia las relaciones de poder, donde unos temas van arriba de otros. Promovemos relaciones de buen trato, de no violencia, espacios que beneficien a todos y a todas, cambios estructurales de raíz.

E: A propósito de ciertas relaciones con perspectiva de género en todos los espacios, ¿cómo son las relaciones aquí entre tus compañeros, compañeras, compañeres?

SG: Fíjate que en estos tres años ha habido cambios, hay quien me ha dicho, —“me voy a hacer un posgrado a Londres”—; —“me voy a hacer otro a Argentina”—. Han existido cambios en las formas de las personas que conformamos el equipo; no somos muchos, como 16-17 de los cuales hay cuatro facilitadores que están únicamente en la noche. La dinámica diaria es sobre todo con 13 personas aproximadamente, a veces un poco más. A pesar de que ha habido cambios, unos van, otros vienen, otros regresan, el factor siempre repetitivo es el buen trato que estamos tratando de llevar hacia fuera. Se está viendo hacia adentro como equipo, nos llevamos bastante bien. 

Hay muchísimo respeto, muchísima inclusión, muchísima apertura para todos los temas y confianza, sobre todo en no volver a modos de jerarquías, de no reproducir el maltrato al que estamos tan mal acostumbrados en los espacios de trabajo. Acá, es completamente distinto desde las cosas más simples, como respetar el espacio de cada persona, en donde podríamos pensar que eso es obvio, sabemos que puedes dejar tu coca en el refri y no se la van a tomar. Las relaciones son más profundas, de muchísimo apoyo, de mucha escucha y de saber que cuentas con un equipo que ahí está y que va a estar. 

Hemos pasado por situaciones personales que nos hacen reforzar eso que queremos si estamos para apoyarnos. En algún momento pasó que de repente éramos menos mujeres, luego ya otra vez éramos más. 

E: Justo te iba a preguntar, ¿cómo es esa distribución?

SG: Tratamos de ser completamente equitativos, pero hay cosas en las que de plano conviene no ser tanto, me refiero a que hay hombres y mujeres, pero para ciertas cosas y yo me he enfrentado a eso. Si quiero hacer, por ejemplo, una entrevista en un medio de comunicación en televisión, a veces conviene más que sea un hombre el que lo diga, depende del espacio. 

E: Pero ¿cómo por qué conviene más un hombre?

SG: Justo por estas resistencias, de por sí hablar del tema es, —“uy, no, ¿qué me vas a decir?”— y luego sí me dice una feminazi, pues peor. Es como, —“eres mujer y eres feminista ¿tú qué vas a venir a decirme?”—. No se trata de eso, de molestar. Hay cierta resistencia, incluso en los espacios académicos, en los foros.  

Trabajamos todas y todos de la misma forma, de hecho, priorizamos en que cada uno tenga su área. Es muy común que estemos involucradas todas en todos los proyectos porque muchas veces se cruzan los proyectos. Otros, aunque no se crucen requieren del apoyo, experticia en algo o de tu visión. Tras bambalinas no sabe quién lo hace, todos le entramos parejo en los temas, más bien en los proyectos.  Hay cuestiones bien delimitadas, pero no hay ninguna discriminación en ese aspecto; más bien, si hay incomodidad con algún espacio no se pone en riesgo —a los colegas—, si como mujer implica ponerse en riesgo no lo hagas, no lo vamos a pedir. Por ejemplo, que estés aquí a las 10 de la noche recibiendo un equipo, eso no va a existir porque hay medidas de cuidado. Tenemos bien claro que la situación no es la misma para ellos (los hombres) que para nosotras, sí hay ciertas cosas que se consideran.  

E: Me llama mucho la atención esta cuestión de que una mujer no podría estar en estos espacios, ¿cómo lo interpretas tú? porque podría pensarse que al ceder o dejar este tipo de espacios, por lo que tú quieras, se sigan reproduciendo relaciones patriarcales, machistas; que benefician al conjunto que son los hombres.

SG:  Lo vivo porque lo he visto, por ejemplo, en algún foro en el que hablé, y lo pude ver ahora más con la pandemia en donde se hicieron espacios virtuales, en donde se puede ver la interacción de las audiencias. Si alguien te pone un comentario, si aparecen reacciones con el mismo mensaje, con la misma información que yo daba; llegue a ver las diferencias en las reacciones con los compañeros. Era —“yo como macho esos temas no me encantan” —, hay algo que se llama colusión, que se llama brotherhood, este complot entre hombres que al final es el pacto patriarcal. Si lo dices tú con tu poder de hombre está bien. 

Todo lo contrario con conmigo, la resistencia está primero en si eres mujer, digas lo que digas, tienes la mitad del foro diciendo, —“no sé por qué está hablando en público”—. Segundo, si vas a profundizar en temas que tienen que ver con quitarme mis privilegios, pues ya me perdiste. Y tercera, si me estás diciendo que hay que reflexionar un poco más para que yo me haga cargo, como hombre machín no voy a permitir jamás en la vida que una mujer me diga que hacer ¡que flojera!

La resistencia se vuelve infinita, aumenta el rechazo, aumenta el no escucha, es el ¡estás loca! Es bastante comprensible que el fenómeno sea ese, porque un macho no soporta, literalmente. Es ahí donde debemos cuestionarnos quién debe decir que, aunque nosotras tenemos el derecho como víctimas de este sistema de hablar de desigualdades; pero claro, —“no me vengas a decir que yo soy parte de tu queja”—. 

E: ¿Qué tipo de espacios ocupan más allá de estos espacios físicos?, ¿tienen presencia en la virtualidad? 

SG: Tenemos presencia virtualmente, con la pandemia notamos que el alcance es mayor. Tenemos participación en muchos espacios, tanto en el país como fuera de. La verdad que nos sirvió mucho la experiencia de poder llevarlo a la virtualidad porque nos facilitó mucho el trabajo, no es lo mismo tener un webinar en España desde aquí, que tener que viajar; lo seguimos haciendo sobre todo ahora que se está retomando todo (lo presencial). Pudimos estar en espacios en los que hubiese sido más complicado. Tenemos incidencia en todos los estados, por fortuna tenemos un programa, más bien un proyecto con CONAVIM que nos permitió ampliar ese horizonte, y a raíz de eso, en cada una de las entidades se han generado otros proyectos.

 Además, nos buscan de todos los sectores, desde empresas, universidades, y organizaciones. Somos una organización sin fines de lucro, trabajamos con financiamiento internacional, y eso permite que nos volteen a ver. Por fortuna lo puedo decir así con toda la alegría del mundo, somos referente en Latinoamérica, pertenecemos a redes globales de masculinidades. En Latinoamérica GENDES es referente. Todo nos ha llevado a abrirnos brecha en otras latitudes, en otros continentes.  

E: ¿Con quienes se vinculan, con qué redes, con qué movimientos? 

SG: Somos parte de la red global Men Engage, tiene participación en Latinoamérica, en África, Asia, cada continente tiene su propia red; o sea que es global y de ahí parte en Latinoamérica.  En México funciona como Cómplices por la Igualdad, ahí tenemos mucho que ver. Son organizaciones, sobre todo en Latinoamérica, que pretenden reunir el trabajo de masculinidades y en la Alianza Fighting Equality, que está también en todo el mundo, tiene mucho trabajo en África y en Latinoamérica.

 También somos parte de la Alianza Contra la Desigualdad, tenemos un montón de participación con universidades; tanto en el país como fuera de, nos buscan mucho. En la academia para sustentar proyectos, foros y congresos, se ha hecho mucho trabajo en Costa Rica y en Uruguay; en diferentes lugares con temas muy específicos.  

Nuestro modelo se trabaja aquí en México, pero también tenemos quien nos replica en diferentes lugares, entre ellos está Uruguay, Tlaxcala, como estados y países que lo replican. Con la pandemia y lo de la línea de emergencia que te decía, tuvimos que abrir un grupo virtual de lo que hacemos acá con los hombres en las sesiones porque hay gente que se conecta en Estados Unidos, en España; hombres que quieren participar y que nunca habían podido porque viven en España, Estados Unidos, Uruguay, o en donde sea y de repente es como yo quiero estar en los grupos, pero no se puede. Entonces dijimos, —“bueno, hay que llevarlo a lo virtual”—. Un día que, si no mal recuerdo son los jueves, nuestros facilitadores, que son como la guía de los grupos, abren el grupo de manera virtual y con eso tenemos también mucho más alcance.

E: ¿Cómo se da esta vinculación? Has hablado en cómo ustedes son ya un referente, supongo entonces que grupos y redes son quienes se acercan a ustedes y que a su vez ustedes también se acercan a otras colectividades. 

SG: Ambas cosas, en este punto de la organización y en su historia, estamos llegando a un momento en el que ya no es tan necesario salir, buscar y buscar; por fortuna ya saben que existimos, entonces nos buscan tanto de manera directa como a través de estas alianzas. A lo mejor hay un proyecto que viene de otro país y que alguien de la red que tiene trabajo en ese país dice, —“yo necesito colaboradores porque a lo mejor se va a ejecutar en México” —, entonces ¿quién sería el referente en México? Nos buscan y nosotros lo desarrollamos acá en México. Nos buscan para hacer alianzas o colaboraciones, también lo hacen de manera directa, — “me dijeron que con ustedes y tal”—.  

El contacto puede salir de las alianzas como del trabajo mismo que hacemos. Por otro lado, buscamos sobre todo, el área de gestión de recursos pues se dedica a eso, a buscar cómo poder tener participación en proyectos tanto nacionales como internacionales de financiamiento o para ejecutar nuestros proyectos. Por ejemplo, la Escuela del Buen Trato es un proyecto con jóvenes y adolescentes que necesitaban financiarse, la dinámica fue distinta para buscar el financiamiento para ejecutar esto. Luego puede que haya cambiado, porque entonces ahora los financiadores o los organismos nos buscan para que se replique la Escuela en otros proyectos, en otros lugares. Cambia mucho la dinámica, pero va por las dos vías, nosotros buscamos y ellos nos buscan.

E: ¿Qué tipo de colaboración establecen? Has hablado de la cuestión del financiamiento, pero supongo que hay otro tipo de colaboraciones que establecen.

SG: Hay muchísimas cosas que se hacen también pro-bono, que parte de la misión, posicionar la organización como un referente para que nos busquen, para que podamos seguir existiendo. Si no nos voltean a ver, no va a haber manera de sobrevivir; por otro lado, también es posicionar desde lo que estamos haciendo de manera solidaria, de repente sabemos perfecto que si nos busca la escuelita del pueblo de “Chaca chan”, que está bien lejos pero está interesado. 

De hecho, está que te decía del Buen Trato, si nosotros tenemos una subvención y tenemos el proyecto, lo que hacemos es implementarlo sin costo; llevar la Escuela a comunidades que lo necesitan. Sabemos que no nos van a pagar, pues hagamos ahí la subvención, si ya tenemos este etiquetado, pues entonces hagámoslo ahí; se hace toda una exploración de las posibilidades y cuál sería el mejor camino. Si nos buscan, no es lo mismo que te busque alguien de un monopolio que diga, —“quiero algo, un curso, un manual, una guía”—, no sé, a que te busque la escuelita rural del mundo perdido, ellos no te van a poder pagar, pero no importa nosotros vamos. 

Ahí sí es más bien sacar de nuestros propios recursos como organización para llevar el proyecto a esas comunidades, a esos espacios; o necesito una conferencia y somos el grupo de buscadoras, estoy inventando porque no ha pasado, pero se me vienen a la mente, y necesitamos que se hable de tal tema; podemos hacerlo sin que tengamos que cobrar. Habrá otros, obviamente no nos da la vida, que si se requiere diagnósticos, el proceso es mucho más largo. Si es una transferencia metodológica o algo así, pues no se va a poder porque somos poquitos. 

E: Nos has contado que la forma en cómo se trabaja aquí es muy horizontal, se escucha a todos. Te preguntaría si han existido, yo sé pasa hasta en las mejores familias, controversias y diferencias. ¿Cuáles han sido los temas de controversias, de diferencia? y ¿cómo se han podido solucionar? 

SG: Ahorita estoy tratando de hacer memoria, estoy pensando, por ejemplo, con la pandemia hubo cierta diferencia en sí home office, no home office; de qué manera vamos a estar viniendo y cómo vamos a cubrir una organización que está ofreciendo servicios de atención. O sea, si llega un hombre en crisis y no hay nadie porque pandemia ¡cómo no va a haber si los servicios de salud mental son fundamentales!

No podíamos desatender del todo, pero en esta reestructuración que yo creo que no la hemos puesto aquí sino en todas partes; si vamos o no vamos, cómo vamos y cómo lo vamos a hacer, ahí sí hubo ciertas diferencias. Había quien decía, —“para qué vamos a la oficina”—, y quien decía, —“es necesario”—; o decían, — “en mi caso yo no puedo trabajar” “yo estoy súper bien”—. Quizás ahí hubo ciertas diferencias. 

E: Pero en relación con temas de género podrían algunos plantear, “yo no convivo con esta perspectiva, con esa corriente o con esta toma de acciones”.

SG: Creo que el consenso, los acuerdos entre todas las personas que integramos el equipo ha dado la posibilidad de no tener estos problemas. Se considera por toda la mirada, no sé si ya se da por hecho en el sentido de que si estamos aquí es por algo, si estamos entendiéndolo de la misma forma que también tratamos de hacer. Por ejemplo, seminarios internos que son sólo para el equipo para estar en la misma línea de ciertos temas de los pocos que pudiéramos tener diferencias.

Es como, vamos por el mismo camino y tengamos claro si alguien no está de acuerdo, pues es momento de exponerlo. Por ejemplo, el seminario de este año fue de pornografía, era un tema que no habíamos platicado, qué posición vamos a tomar frente a ello. Todavía estamos en eso porque todo eso derivó en un proyecto de investigación que estamos terminando y andamos en las encuestas. Pero justo es la idea, de entrada, ya pasamos ciertos filtros, todos tenemos aquí una visión similar; no quiere decir que no seamos personas distintas, pero de forma similar tenemos ciertos ideales, causas, ciertas cosas que somos afines; y las cosas que pudieran ser distintas se ven en estos seminarios. El tema de este año va a ser la pornografía para poner un piso común de cómo lo vamos a abordar desde aquí como organización y creo que eso nos da espacio, tenemos siempre juntas, siempre hay acuerdos y momentos de escucha en los que tratamos de si hay algún problema, pues resolverlo, pero yo creo que en cuanto a género no. 

E: Son coincidentes. 

SG: ¡Sí, exacto! no identifico alguno, me acordaría si hubiera algún tema pero no, la verdad es que no. Igual y alguna vez creo que con una colaboración externa que alguien prestó sus servicios para darnos algo y que identificamos, pero no fue como que hoy yo levanto la mano, sino que yo no estoy, ni me acuerdo de qué era, pero era así como que les voy a dar algo de estas cosas de equipo y fue más bien consenso que dijimos no esa no era la visión.  

E: ¿De qué era?

SG: No me acuerdo, estoy tratando de acordarme de qué era, pero ni siquiera tenía que ver con masculinidades ni nada, sino más bien como estas cosas de fortalecimiento del equipo y dinámicas grupales. Al final fue un consenso, ni siquiera hubo un problema entre nosotros. 

E: Repasemos nuevamente esta parte de tu experiencia como feminista ¿qué onda con la cuestión organizativa donde estás colaborando? y en ese sentido me gustaría preguntarte ¿has participado en acciones directas en las manifestaciones?

SG: Sí, lo he hecho y en distintas ocasiones, a veces no tan directas y otras más directas.

E: Cuéntanos sobre esa experiencia, ¿por qué? ¿qué opinas? Lo pregunto porque dentro de las diferencias que podemos encontrar en los feminismos tiene que ver con las estrategias; con el uso de la violencia, bueno más bien de acción directa, regularmente las ponemos como acciones violentas. Eso ha generado controversias entre los feminismos.

SG: Más allá de platicar de mi experiencia puedo hablar de eso que acabas de decir, hay un debate porque la acción directa puede asociarse con violencia y tiene que ver, volvemos al tema de cómo se está mirando esta lucha o qué estrategias se ven bien y qué estrategias se ven mal: que si ya pintaron ¡qué horror!, si ya incendiaron, ¡ay, qué horror! Finalmente estamos llegando a un punto en el que la manifestación pacífica no ha sido suficiente. 

La desesperación quizás de las víctimas, de la familia o quizás de las mismas mujeres que han vivido violencias, no es equiparable con ciertas estrategias. No es lo mismo pintar, incendiar, y me refiero a una fogata que a un cuerpo de mujer; obviamente no es equiparable y creo que se está perdiendo la dimensión de cómo se está criticando y juzgando la acción directa. 

También es parte de la ignorancia misma que decíamos, te estás comprando el mensaje de los medios, estás comprando la idea de que eso es violencia, cuando en realidad es una manifestación de hartazgo; no se está violentando a las personas. Lo puedes ver en cualquier marcha feminista en donde salen los medios, “las feministas vean todos los destrozos que han hecho hoy”, “son las violentas”, y cuando estás en una manifestación y volteas a ver a tu alrededor en donde hay señores, señoras ambulantes vendiendo sus cosas, nadie les toca un pelo.  Es porque en realidad no es una violencia, pueden estar ahí vendiendo banderitas, agüitas, lo que sea. En realidad (las feministas) no están haciendo nada a nadie, y dices —“¿dónde queda la violencia contra todos los comercios?”— más bien va contra el Estado, son formas de manifestar el hartazgo, no es para violentar a nadie. 

No se tocan los cuerpos de la gente que no son parte de la manifestación y que anda por ahí. Es cierto que hay cristales rotos o spray en las paredes, pero no lo puedes comparar con un feminicidio, no puedes compararlo con acoso u hostigamiento, hay manera. Ahí sí difiero mucho cuando se estigmatiza a la manifestación de todas las formas, porque hasta salir y decir no estoy de acuerdo, no habría porque juzgar. 

E: ¿Cuál crees que sea la función justamente del uso de estas estrategias?

SG: Visibilizar más que nada, porque si no, no estaríamos hablando de ello, que existen casos de violencia. Sabemos que existen los feminicidios, sabemos quiénes estamos involucrados, si no se vuelve una exigencia, si no se mueve y desestabiliza difícilmente se va a hacer algo. Vivimos en el letargo, en esa forma de sobrellevarlo como si estuviéramos en una canoa que va flotando. Definitivamente si no mueves el piso, no hay manera de que algo suceda.

E: Particularmente, a qué tipo de violencias crees que se enfrentan las mujeres de la Ciudad de México, crees que esta violencia es muy distinta, por ejemplo, a la de la periferia. 

SG: En todos los espacios de violencia contra las mujeres, me refiero en todos los espacios públicos creo que la vivencia de las mujeres en las ciudades o en las zonas urbanas. No nada más en la Ciudad de México es distinta, porque las experiencias mismas son distintas, los trayectos son distintos, las dinámicas son distintas e incluso culturalmente somos distintas. 

A lo mejor yo tengo acceso a la educación, de cierta forma, en la periferia puede ser más difícil.  En esta se viven contextos mucho más complejos, aquí por ejemplo, se puede utilizar una ecobici, es inimaginable que una mujer de la periferia pueda hacer uso de un servicio similar, eso la obliga a subirse al transporte público sí o sí, a caminar calles en solitario a horas, que obviamente ese es un riesgo, todo el día es un riesgo, se expone mucho más. Entonces creo que sí cambia por la experiencia misma, la infraestructura, la cultura, las dinámicas, trayectos e incluso por las actividades que realice; en la ciudad hacemos cosas distintas, en la periferia a lo mejor son otras que las van poniendo, yo diría que más riesgosas. 

Creo que el riesgo está dentro de los hogares, sin lugar a duda, pero hay situaciones que nos exponen mucho más, entonces la vivencia de las mujeres en la periferia, que además ha sido invisibilizada, no ha sido reconocida como un problema mucho más grave en el sentido de que no ha sido atendida y que no ha sido reconocida, tiene sus características propias. Es luchar por sobrevivir en un espacio nada favorable para las mujeres, donde la permisividad de violentarlas es mucho más grave. Hay diferencias y lo podemos ver entre entidades, entre ciudades, entre lo que sea. También si lo estamos analizando dentro de la zona metropolitana, definitivamente la periferia tiene sus propias características que pone a las mujeres en una situación de mucho más riesgo. 

E: Has comentado que hay una diferencia bastante particular entre las mujeres de la periferia, con las mujeres del centro, ¿qué sería para ti aquello que a pesar de estas diferencias con relación a las violencias por su condición geográfica y demás, ha permitido converger a todos los feminismos? 

SG: Creo que eso el ser víctimas del machismo es ese eje rector de cualquier feminismo, que podemos reconocer en la otra que viene de un contexto distinto al mío, las experiencias de vida como mujer y que son atravesadas por el machismo. 

E: ¿Cuáles serían para ti las herramientas o las estrategias que han permitido visibilizar y tratar de erradicar los diferentes tipos de violencia? 

SG: Como decíamos hace un rato, hay muchísimas trincheras, la academia, la colectividad, los espacios públicos, los espacios de escucha y acompañamiento, las organizaciones, las que estamos para atender y prevenir las violencias, las colectivas que pueden tener unas dinámicas bien distintas, aunque su eje rector sea el feminismo. Puede ser que un colectivo esté dedicada a promover la defensa personal, el Comando Colibrí, por ejemplo. Hay otra colectiva que a lo mejor se enfoca en apoyar la economía y la autonomía de las mujeres y, habrá otra que se enfoque en el desarrollo de habilidades de las mujeres para hacer la mejor herramienta de autocuidado y de autonomía. Entonces, creo que, desde muchos espacios, incluso en los espacios que transitamos, podemos ver que hay esta acción solidaria que ya representa un cambio. 

Si como mujer yo me acerco a un antro a ver si la chica está bien, porque la veo que está mal y le pregunto, sí puedo hacer algo por ella. Estamos en un espacio en el que podríamos pensar que ahí no existe, que no hay acciones feministas o que el feminismo no tiene nada que ver, pero va desde todo lo que pueda hacer de manera individual hasta todo lo que se hace de manera colectiva.

E: Crees que, a pesar de estas diferentes trincheras, estas diferencias entre los feminismos, se ha logrado crear agendas en común.

SG: Sí, se ha logrado crear agendas en el sentido de la exigencia.  Sí a lo mejor en una colectiva están ofreciendo, porque lo he visto, darle refugio a una víctima de violencia, entonces hay otros colectivos que le van a aproximar herramientas de trabajo o hasta ropa, porque queremos la autonomía de esa mujer. Una vez que ella logra salir nuevamente al espacio público y retomar su vida, le dan ropa para el trabajo y, a lo mejor, hay una organización que le puede ayudar a colocarse en un centro de trabajo y que la acompañe una institución que puede ser de gobierno, que le dé acompañamiento psicológico. Se van estructurando desde distintas formas, se puede hacer la agenda común del cambio, por así decirlo. 

Pero falta mucho para que se normalice. Debe de haber en todas las agendas una perspectiva de género, no tiene que ser la situación específica del caso de la mamá de la víctima de feminicidio y entonces ella sí logró hacer algo. Las sentencias, por ejemplo, viene a mi mente la de Mariana Lima, la mamá de Mariana Lima ha logrado muchas cosas porque desde lo personal lo ha trabajado, ella decidió entrarle mucho más fuerte al tema, autoformarse, sustentar la defensa del caso junto con otras abogadas y llegar a una sentencia internacional en la Corte. 

Pero esa fue la situación específica de la señora Buendía, entonces que eso no se vuelva el caso, que yo admiro muchísimo, pero que no sea nada más un caso aislado, sino que en verdad la agenda política y social del país, al menos uno esperaría que a nivel global, tenga una perspectiva de género y un eje que atraviese la atención de la violencia contra las mujeres. Creo que puede ser posible, siempre y cuando, esas voluntades que son las que se revisten, de entrada porque ya la chamba de que no es nada más la voluntad, lo estamos haciendo.

E: ¿Crees que dentro de los feminismos exista una autocrítica?

SG: Mmm… creo que tiene que ver con estos roces entre quien se reconoce como feminista radical y feminista trans-excluyente, trans-incluyente. Desde ahí hay una crítica y lo veo como un factor de riesgo, no tanto porque no sean cuestionables los feminismos, claro que habrá cosas que no te gusten, se vale, pero creo que va más allá. A veces pone en riesgo que, si ya de por sí todas estamos empujando algo que es el tema de la violencia, y desde el otro lado nos está rebotando. ¡Hacia dónde vamos! si entre nosotras también empezamos a empujarnos, se vuelve una situación de riesgo, nos está quitando fuerza para ir hacia adelante. Eso no quiere decir que esté mal o del todo mal porque decíamos, no podemos estar de acuerdo, por lo tanto somos tan diversas que seguramente habrá diferencias. 

E: ¿Cuáles serían los temas que crees que han generado polémica, controversia, diferencias?

SG: Por un lado, la prostitución, por otro también, que sí separatistas, que sí trans excluyentes, este también ha sido un tema que nos ha puesto en riesgo; y tiene mucho que ver con el borrado de mujeres. Son los temas que han sido los más riesgosos a mi parecer, porque han tenido más fraccionado al feminismo. Estamos de acuerdo en que a unas no les guste, esto es la forma tan igual que ahí se vuelve en nosotras, contra nosotras. El borrado de mujeres, lo trans y, no sé si decirle el trabajo sexual, prostitución o explotación sexual, pero bueno, esa parte ha sido bastante polémica. 

E: ¿Crees que sería necesario solucionar esas diferencias? ¿cómo crees que se podrían solucionar?

SG: Va justo por ahí, es necesario cuando tenemos tantas cosas en contra. Es necesario en algunos momentos y ahí sí me posiciono, por ejemplo, con el borrado de mujeres cuando si ya de por sí tenemos todo en contra, y además estamos argumentando si esto que hemos logrado está bien, está perfecto o no tan perfecto, o más o menos, es como haber, ¡detente!

Si la lucha en ese sentido ya está hecha, ¿por qué me la echas para atrás? Estas viendo está situación y todavía quieres empeorarla, ahí sí diría que perdemos más de lo que ganamos. Nos detenemos a darle dos pasitos para atrás a ese análisis, porque es una lucha que ha costado mucho y muchos años.

Por otro lado, hay otras que ¡híjole!, nos desgastan mucho más. Hay que elegir nuestras batallas, por ejemplo, detenernos a hablar en que sí es trabajo sexual, que sí sigue siendo explotación, que sí se sigue viviendo a costa de los cuerpos de las mujeres. Creo que se vuelve algo productivo, o sea si nos va a dejar algo bueno, que demos tres pasos adelante al discutirlo en todos los temas, más en este. Pero si solamente nos va a debilitar porque nos vamos a voltear a darnos entre nosotras en vez de seguir empujando, justo tenemos que ver o seleccionar esas batallas.

E: Hemos hablado de las controversias, de las diferencias ¿cuáles serían para ti las fortalezas de la lucha feminista? Justamente hacer un balance de que no todo es controversia, sino también reconocer las fortalezas de nuestra propia lucha.

SG: Los derechos ganados, sería como lo principal. Sin ellos no veo una manera de existir, me es imposible imaginarlo. Todos los derechos ganados es el primero. La segunda, es colocar este análisis, ponerlo así sea para quien lo agarre o quien lo critique; existe el tema entonces, desestabilizas, tienes gente que está cuestionándolo. Colocar el tema de las necesidades de las mujeres y de acabar con las violencias es súper importante, va en el mejoramiento de las condiciones para todas las personas porque al final es eso, se busca este beneficio en el sentido de vivir bien, eso tiene que ver con todas las personas no solo con las mujeres. Incluso con todos los seres vivos, porque de qué forma estamos vinculándonos, reconocer que existimos, que podemos hacer muchísimas cosas que va más allá del derecho que se nos otorgue. Somos completamente funcionales, tenemos habilidades, somos inteligentes en tantas cosas que parecería que sí son obvias, pero no siempre, parece que hay que reconocerlo, eso es lo principal.

E: Has hablado, que para ti hay dos temas que generan controversias entre los feminismos, que es la prostitución y me dijiste el otro…

SG: El de reconocimiento de las personas trans.

E: Me parece que esta cuestión tiene que ver con lo corporal, ¿de qué manera el feminismo ha resignificado, apropiado el cuerpo de las mujeres?

SG: ¡Uy en muchos sentidos! desde reconocer que el primer territorio es el cuerpo de una misma porque no se nos ha permitido nada, ni siquiera ser dueñas de nuestro propio cuerpo, con el cuerpo. Ha sido siempre tema de opresión, definitivamente los feminismos nos dan muchísimo para acercarnos a nosotras mismas. Es parte de lo que yo agradezco, que me ha cambiado la vida, porque en ese sentido me ha cambiado el mundo: la forma en la que habito este cuerpo, cómo hago uso, cómo me beneficio de este cuerpo, cómo disfruto este cuerpo y cómo comparto este cuerpo, es completamente distinto a lo que sería sin el feminismo. La corporalidad hablando interna y externamente, hasta de cómo me desplazo, como ando por la vida, es distinto al habitar este cuerpo desde el feminismo.

E: Algo que veo mucho en las protestas es la utilización del cuerpo, por ejemplo, en los performances. ¿Qué significado le darías a este uso del cuerpo?

SG: Otra de las estrategias de manifestación es el mostrar lo que no se ha permitido, esto de “no me gusta el cuerpo”, “me tapo”, e incluso desde ciertas religiones siempre ha sido eso; no sea que vayas a provocar. Te vuelves el objeto de, a veces me da mucha risa, de ese descontrol, de instinto de los hombres. 

 Desde la religión siempre es, “tapate”, “no lo muestres”, “no lo uses”. El performance es todo lo contrario, lo muestro, lo uso, me apropio y además a través de él, que eso me parece así súper transgresor, súper importante, a través de él te estoy diciendo el mensaje tan poderoso de lo que estoy atravesando como mujer, de las violencias. De lo que quiera hacer, pero en este caso de la manifestación por violencia contra las mujeres. Mostrarte a través de este mismo cuerpo que has violentado que existe tanto poder para darte el mensaje. Tiene muchísimo que ver, hace unos años hubiese sido objeto de linchamiento. Se sigue juzgando muchísimo las formas en las que nosotras mostramos el cuerpo.

E: Creo que una herramienta que nos ha permitido, conectarnos, no sólo visibilizar otros cuerpos, sino también como de esa pluralidad de mujeres que somos, tiene que ver con el uso de las redes sociales digitales, la forma en cómo nos organizamos es bien distinta a otros movimientos sociales. Me gustaría que nos compartieras cuál sería el uso de las redes sociales dentro de los movimientos feministas.

SG: Por fortuna, hemos sabido aprovechar estos cambios tecnológicos. Sí, puede haber una desinformación en los medios en general, pero en este caso la cercanía o la proximidad con estas nuevas tecnologías, ya ni tan nuevas, pero innovaciones al fin y al cabo nos ha permitido organizarnos de una manera más fácil. Antes tenías que ir a la facultad de no sé qué para enterarte, ahora simplemente con un clic te puedes enterar del tema para organizarse, ponerse de acuerdo, evidenciar que algo está pasando, que está sucediendo algo. Incluso la acción directa puede partir desde ahí, me entero y entonces hago lo mismo para unirme a alguna lucha. Es una herramienta bien poderosa para que nos podamos mover, enterar e informarnos.

Por otro lado, con el mismo cuidado que lo tendríamos que hacer con nuestros medios, va desde dónde estamos sacando esas fuentes, creo que lo que decías en relación con el cuerpo; no sé si lo dijiste más bien asociándolo a la forma en la que nos estamos acuerpando. Justamente esa palabra existe como una estrategia en el feminismo, necesito acuerpamiento porque lo que se quiere es que la presencia física, corporal de la persona para fortalecer esto que está pasando; no sé si me están violentando, si estoy resistiendo ante algo, entonces que vengan. Eso sí se ha visto favorecido por las redes, también se ha vuelto un tema de violencia otra vez, porque entonces ponen en evidencia a quien está haciendo algo; por eso existen las capuchas y por eso hay estrategias, que no se violenten a quienes están haciendo algo.

E: ¿Qué sería para ti acuerpar? como uno de los conceptos que se emplea en el feminismo.

SG: Hacer presencia de lo físico sería como el objetivo principal. A la par del acompañamiento que puede ser no físico, el acuerpamiento si tiene que ser esa presencia física para otorgar ese poder o esa fuerza para continuar. Acuerpamiento para una manifestación, acuerpamiento para atravesar una situación que me está sucediendo, de violencia, de aborto o algo. Es el acompañamiento y es el acuerpamiento como esta presencia física de mi cuerpo junto al tuyo, como ese acuerpamiento de acompañar. 

E: ¿Cuáles serían tus personajes o tus colectivas que retomas, que son parte de la lucha feminista nacional e internacional? 

SG: No sé si como colectivas tenga representantes, tengo referentes que de repente busco información a través de, pero no me atrevería más. De manera individual, más que colectivas, hay mujeres que me parece que la forma en la que hablan o la forma en la que están haciendo las cosas es completamente admirable. Se está hablando de Marcela Lagarde, que no puedo negar que en buena medida ha sido un gran referente para mí, gran mujer. Marcela Lagarde es una de ellas, pero también hay quienes están haciendo cosas desde muchos espacios, está ya la mencioné, Raquel Ramírez Salgado, está haciendo un montón de cosas que también admiro, que también se vuelven como mi fuente de análisis. 

Karina Vergara, por ejemplo, también me gusta muchísimo la forma en la que habla de los temas, que es como una manera de expresar lo que de pronto puedo pensar y digo, pero es que ella lo aterriza tan bien que admiro la forma en la que lo dice. Otra Coral Herrera, me parece que nos pone a reflexionar todo el tiempo, inevitablemente, con esa cotidianidad de abordar los temas y de ser tan lúcida en la forma en la que lo expresa, también es uno de mis referentes. Y los actuales, no sé, estoy pensando en la pregunta que me haces, qué colectivos o qué organizaciones o qué personas tomar como referente en la información actual.

Ellas son de las principales, hay muchas que siguen siendo tan teóricas como pragmáticas. De repente digo, —“es que tienen la teoría”— y al momento de ver la forma en la que viven es completamente admirable.  

E: Dentro de estos feminismos periféricos y centrales, hay cierta visibilidad hacia ciertas mujeres, por ejemplo, Lagarde, es de estos grandes referentes. Pero, por ejemplo, esta persona que tiene que ver con tu proceso formativo, Raquel Ramírez, a lo mejor no es un personaje que a mí me haga mucho eco. Sin embargo, creo que son importantes visibilizar el tipo de trabajo que están haciendo y en ese sentido, ojalá nos puedas compartir cuál es el trabajo.  

SG: Ella creo que incluso desde la periferia, sale de la periferia en contextos difíciles y después se va acercando un poco más a lo académico. Ahora anda en todas partes, tiene un trabajo, como bien chido. Hablando ahorita de lo que decías de las redes sociales, pone muchos cuestionamientos que a muchos pican, ella no tiene pelos en la lengua y coloca el tema, eso es lo que yo quiero decir. 

E: ¿Por ejemplo?

SG: Ella habla del borrado de mujeres, de estas fricciones entre los feminismos. Cuestiona los intentos del Estado por entrarle al tema, es muy controversial en ese sentido, pero creo que es muy genuina; por eso también adhiero completamente. Es cierto que reconozco mucho el trabajo de mujeres que no necesariamente han sido reconocidas en la academia o en los feminismos, sino que más bien con la forma en la que están actuando en el día a día, lo admiro mucho; va desde la lucha zapatista, Marichuy, Marielle Franco y Francia Márquez que ahora ya está logrando algo mucho más allá de lo que yo creo que ella hubiera imaginado y que me da muchísimo gusto. 

Desde las cuestiones de opresión racial, justamente Marielle Franco y Francia Márquez vienen desde ahí, desde este colonialismo y opresión de las pieles negras. Así como que hay muchos referentes que van surgiendo, Karina Vergara también creo que de la periferia, pero sobre todo es muy, muy de a pie y muy lúcida en eso, entender que las experiencias son de las mujeres comunes y corrientes, que no tenemos ni siquiera por qué tomar un solo referente, sino que todas tenemos diversas experiencias que tienen ser reconocidas.

E: El feminismo no se entiende sin esta parte institucional, nos guste o no, la parte institucional es muy importante. Se han logrado muchas cosas como el aborto legal y la ley Olimpia. Pero tampoco nos podemos negar que hay un vínculo complicado entre el feminismo, las instituciones, los gobiernos y el Estado. ¿Cuáles son las primeras cuatro palabras que se te vienen a la mente cuando mencionamos a Andrés Manuel López Obrador con el feminismo?

SG: ¡Uy, con el feminismo! Me parece que…

E: Cuatro primeras palabras y luego me dices el por qué. 

SG: La primera es deuda, la segunda ignorancia, la tercera intento y la cuarta cambio.

E: Ok, empezamos con deuda.

SG: Puedo reconocer que ha habido muchos cambios desde que llegó a la presidencia, sin duda hacen falta muchos más, veo una política distinta, pero si algo debo juzgar es la atención a las mujeres, a la violencia contra las mujeres, al feminismo o incluso a incorporar la perspectiva de género en su agenda, no ha sabido. Hay una deuda enorme, no sólo de casos, de cifras, sino de temas; me sorprende mucho que no ha tenido asesoría. Entiendo que puede ignorar ciertas cosas, pero para eso existe todo un equipo y entonces creo que si algo he de decir está mal, muy mal, es en la cuestión de la atención de la violencia contra las mujeres.

E: Ok, la segunda ignorancia.

SG: Se vale que no sepamos todo, pero en el contexto en que estamos y que apremia, ignora muchas cosas que se han hecho históricamente desde los feminismos e ignora lo que ahora está sucediendo, desde lo que se está haciendo. Ni siquiera estoy tan segura si lo ignore, yo creo que los datos lo sabe, pero no ha tenido la estrategia para meterse de manera eficiente. 

E: ¿Crees que no sepa o que no quiere? 

SG: ¡Híjole, que difícil! Creo que sí sabe, definitivamente porque lo sabe todo el mundo. Es algo que no se puede tapar con un dedo, definitivamente sabe que hay una necesidad. No sé si su voluntad sea atenderla, pero hasta el momento no ha manifestado que eso sea…  como que de repente le quiere echar ganas y al menos en el discurso lo dice. A veces lo dice mal y en acciones no veo que haya algo concreto; puede ser que nada más es para que ya no estén diciendo, y que a veces sale peor. En el análisis más profundo te das cuenta que en realidad no hay un cambio, no hay una agenda que involucre la perspectiva de género con voluntad, o que en realidad se apropie de ello. 

E: Cambio.  

SG: La necesidad, ni siquiera me estoy refiriendo a la persona, creo que políticamente deben de cambiar las cosas. Me refiero a incorporar esta perspectiva, o que sea un eje completamente transversal y necesario, venga quien venga no puede dejar el tema atrás; es algo urgente y no puede ser visto como la oportunidad de hacer algo, sino más bien la necesidad. 

E: ¿Cuál crees que ha sido la peor decisión del gobierno actual en el tema de género?

SG: ¡Ay! La peor decisión del gobierno…

E: ¿Cuáles? ¿cuál?

SG: Creo que juzgar quizás la labor de las feministas actuales, más que juzgarlas, poner en el discurso en contra a la sociedad, no se les reconoce o no se ha reconocido que hay una lucha que está logrando cambios que podrían ser alianza, incluso le conviene. Sí, ya veo que ya se están haciendo cosas, entonces me alío, porque a lo mejor yo lo ignoro, o a lo mejor de plano no sé por dónde entrarle, pues buscar alianzas sería lo mejor y al contrario, siento que está buscándose enemigas. 

No quiero decir que en el actual, por ejemplo la represión es un tema de tantos, pero la represión ya existía; es cierto que desde gobiernos anteriores la represión ha sido su bandera, entonces no puedo decir que ha sido exclusivamente de este gobierno. Pero creo que se está dejando pasar la oportunidad de aliarse con las mujeres. 

E: ¿Cómo crees que en general ha sido la relación entre los gobiernos en México y los movimientos feministas?

SG: Nunca hemos sido amigos, ese es un hecho. Siempre ha habido persecución, no nada más de los feminismos, persecución política a cualquier manifestación contraria a lo que el gobierno quiere. Cualquier cosita que brinque o que se salga del huacal va a ser perseguido y eso es lo que hacen todos los gobiernos, algunas veces más que otros. El feminismo nunca ha sido acompañado por ningún gobierno, al menos en el caso de México ningún gobierno ha tenido la voluntad o ha mostrado querer trabajar de la mano de las feministas o abonar a esta desarticulación de un sistema (patriarcal) que le gana, lo rebasa; sólo sabe que no es fácil.  Es más fácil quedarse en la comodidad, en el confort y en el cobijo de otras potencias o de otras dinámicas.

E: ¿Cuáles serían para ti las principales críticas que desde el feminismo se hace hacia la sociedad mexicana en sus diferentes espacios políticos, económicos, culturales, sociales?

SG: ¿Desde el feminismo hacia la sociedad? 

E: ¡Ajá! ¿Cuáles serían las principales críticas?

SG: ¡Ah, ya! En la construcción de los sexos, de los géneros, lo que nos formó y nos va construyendo como personas, eso es súper cuestionable y es una crítica a lo social, a la forma en la que interactuamos, a la forma en la que socializamos y cómo lo reproducimos desde distintas esferas. En todas las que acabas de mencionar, existe un machismo opresor que nos violenta.

E: Siguiendo con esta parte institucional, estamos inmersos en un sistema político que es la democracia, dentro de este sistema político ha dejado mucho que desear la relación de las mujeres en cuanto a la participación en la toma de decisiones, ¿qué críticas le harías a la democracia desde tu perspectiva feminista? 

SG: Creo que la intención de la democracia per se, es buena. Hacer todo más equitativo o más igual para todas las personas, en el sentido del alcance de la accesibilidad de ciertas cosas. Pero es cuestionable no tanto el ejercicio democrático sino como se está haciendo la democracia. Sí en realidad queremos tener una democracia efectiva no tendríamos que tener machismo. Para empezar, no habría desigualdades entre personas que profundicen esta discriminación que existe y pareciera solamente un discurso. Sí queremos sociedades democráticas, tenemos que cambiar muchas cosas de la estructura que nos sostiene como sociedad. 

Eso sería como la crítica máxima o la visión que yo tendría de la democracia. Tiene sus pros, pero también sus quehaceres que están pendientes, como entrarle a otros temas que van más allá de la igualdad sustantiva. 

E: ¿Puedes hablarnos más de esta cuestión de la igualdad sustantiva?

SG: Es no nada más quedarse en el discurso de que la igualdad tiene que existir y que lo que buscamos es que todas las personas tengan los mismos derechos, o sea, va más allá, va de fortalecer tanto las instituciones como a todos los actores sociales y todas las esferas para que en realidad exista, de nada sirve decir que los deberíamos de hacer cuando no tenemos las herramientas, los espacios ni la forma de ejecutarlo, de llevarlo a cabo, es cuando se habla, por ejemplo, del empoderamiento de las mujeres y entonces llamamos a que tengan acceso al trabajo, en realidad va más allá,  empoderarlas con otras cosas, desde las instituciones, sobre todo para fortalecer que la igualdad sea real.

E: ¿Porque y cómo sería para ti un mundo con perspectiva feminista? 

SG: Un mundo en el que se sienta esa libertad de ser, esa libertad de vivir sin tener que preocuparse por nada que no dependa de mí nada más. Me preocupo por mi alimentación porque esa es mi preocupación pero que no tenga que preocupar por cuestiones ajenas a mí. Que yo tenga el control, que me sienta segura, libre, confiada, satisfecha, plena, feliz y que así como yo me sienta, se sienta la mujer de al lado, independientemente de quien sea, así como el hombre, el niño, la niña, el anciano, el perro, todos. 

Va para allá, un mundo mejor para todas las personas, muy distinto a lo que se cree que busca una feminista, que la palabra dominación no tenga sentido. Eso es un mundo feminista, creativo. 

E: ¿Cuál sería el camino? Algunas pistas para poder llegar ahí.

SG: Va así como empezamos esta plática, desde lo personal hasta lo político. Los cambios van desde un cambio personal, pero no son lo único, de nada va a servir que yo cambie si lo demás, en lo público, en lo político, no cambia. Es un acompañamiento de ambas partes, que yo reflexione sobre lo que puedo hacer y lo haga; que no me quiten la reflexión para empezar, y que existan los espacios y la infraestructura, por así llamarlo, un sistema que favorezca que esto pase.

Esas serían las pistas a comenzar, lo que yo puedo hacer trascender a lo que puedo colectivizar y llegar a los cambios estructurales, a los cambios fuertes, desarticular al patriarcado.

E: Muchísimas gracias Susana, muchas gracias. 

SG: Al contrario.



Entrevista cuatro

Entrevista cuatro

Edo: CDMX

Entrevistada: M, O. (M)

Entrevistadora: Pilar (P)

Fecha de entrevista: 08/09/2022

(P) 00:00 Vamos a comenzar con la entrevista formalmente. Muchas gracias M, por aceptar nuestra invitación de participar en esta entrevista y en el proyecto, te cuento un poquito más acerca del formato de la entrevista. Esta es una entrevista a profundidad, o a eso aspiramos y digamos, tenemos dos grandes bloques que están atravesados por cuatro grandes temáticas, un bloque de experiencia personal y sobre todo, cómo nos acercamos al feminismo, situaciones que nos acercaron, influencias tanto teóricas, prácticas, vivenciales. 

Y una segunda parte que tiene que ver con la experiencia colectiva, con cómo nos organizamos, por ejemplo, también como cuáles son nuestras visiones o nuestras opiniones en cuanto a los movimientos más recientes aquí en la Ciudad de México. También algunos asuntos de interés nacional, ¿no? Cómo vemos, la respuesta del gobierno ante estos movimientos. Entonces es un poquito esas dos partes y están atravesadas por cuatro temas: los valores, los principios de ser feminista o de los movimientos feministas; ¿Cuáles han sido las trayectorias y la forma de organización?; ¿Cuáles son las críticas desde el feminismo a la sociedad, tanto en la mexicana como a la democracia? 

Como en su forma más general y también liberal, y por último, pues bueno, qué aspiramos, ¿a qué aspiramos como feministas, qué mundo es del que nos gustaría ver, qué horizontes utópicos podemos ir imaginando, prefigurando? Entonces, bueno, eso es como a grandes rasgos la entrevista. Yo te agradezco muchísimo y pues me encantaría escucharte ¿Cuál es tu formación? ¿Cómo te acercaste al feminismo y qué es para ti el feminismo?

(M) 02:10 Bueno, yo estudié historia en la Facultad de Filosofía y Letras y podría comenzar desde ahí, pero en realidad yo estoy involucrada con el feminismo desde hace como 15 años y eso fue a partir de mi entrada al CCH, al Colegio de Ciencias y Humanidades en el plantel sur. 

Digamos que desde muy temprano me empezaron a interesar los temas por mujeres, o sea, recuerdo que en este espíritu que tiene como el CCH, de ser muy autodidactas y de promover un espíritu crítico y de investigación, en mi primera clase, en mi primer seminario investigación, yo escogí abordar el tema de las muertas de Juárez, ¿no? Como por un interés genuino, no sé, ahí no podría decir, no podría identificar claramente para ese momento como una influencia. 

Pero después pasó que, en 2006, cuando sucede todo el tema de Atenco, pues el CCH para. Y entonces yo ahí me sumé al paro, ¿no? Este, creo que esto tiene que ver porque yo también venía ya de una educación un tanto libertaria yo estudié en el Colegio Madrid, y entonces se me había inculcado, como se les inculca a los alumnos, estas posturas libertarias de izquierda. Entonces yo nunca fui como de los alumnos, las alumnas que estaban en contra del paro o que aprovechaban como para irse a tomar ¡yo qué sé! sino justamente tomarlo como una acción política. 

Y de ahí me sumé a un colectivo que estaba muy cercano a un partido que ya está casi muerto. Si sigue existiendo, que es el Partido Revolucionario de los Trabajadores, el PRT, que de hecho, es un partido de corte trotskista y que fue el primer partido que lanzó a la primera mujer candidata en México y que fue esta Rosario, Rosario Ibarra. Ahí había una importante consideración de trabajar desde el feminismo, ¿no? Desde que las mujeres nos formáramos, había, teníamos reuniones semanales, escuelas de cuadros, entonces pues ahí ese interés mío y digamos que tomó mucha más forma y también fue como más profundo, al tener como todas estas, estas escuelas de formación, estos círculos de reflexión, etc.
De ahí, entro a la facultad y sigo participando en el activismo estudiantil entonces y seguíamos cercanos a este, a este partido, que también de hecho fue un partido que lanzó las primeras candidaturas de personas LGBT a la senaduría, o sea, a diputados, ¿no? Entonces ya tenía una visión como mucho en ese sentido y aquí me intereso por la historia de las mujeres, entonces este, digamos que estuvo ya muy engarzado el tema como de mis intereses personales, políticos, ahora con los profesionales. Bueno, entonces pues eso podría decir que fue la forma en la que me introduje al feminismo desde hace ya 15 años.

(P) 06:38 ¿Y para ti qué es el feminismo?

(M) 06:41 Para mí el feminismo es una forma de vida, es una forma de vida, en la que tenemos toda una apuesta y todo un proyecto político, social y civilizatorio, en donde tenemos como fundamento la igualdad para hombres y mujeres, la erradicación de la subordinación y de la opresión, que históricamente ha sido caracterizado en el sistema patriarcal y que… Pues no sé, también es eso, un movimiento que está cobrando muchísima fuerza en este momento, pero que sin duda tiene mucha historia y tiene también muchos, muchos retos por delante.

(P) 07:39 Cuéntame un poco de tus referentes históricos del feminismo y ¿cuáles son para ti? Que tú digas: No, pues estas figuras, o más bien, estos momentos históricos o estas figuras históricas son para mí referentes en cuanto a hablar de la lucha feminista.

(M) 07:57 Pues en realidad, hay mujeres como sumamente importantes, desde e incluso desde la creación del feminismo, como movimiento articulado, ¿no? Como movimiento político. Pero yo creo que pensar cómo, en ciertos períodos o en ciertas mujeres, como referente de lo que entiendo, de cómo entiendo yo el movimiento, parten de los años 70 y de toda esta llamada segunda ola y de cómo el feminismo se comienza a articular en nuestro país de una manera mucho más organizada que claro, que no tiene que ver con el movimiento masivo que estamos presenciando el día de hoy, pero que tiene ahí sus pininos. 

Y sin duda, yo creo que un cisma importantísimo es a principios del siglo, donde vamos a comenzar a ver como todo esta generación y multiplicación de diversos feminismos, que no es que no hayan estado ahí antes, como el comunitario, el decolonial, el negro, ¿no? Este, pero que creo que justamente vinieron a replantear a ese feminismo blanco hegemónico de los años 70 y que yo coincido mucho más con estos, con estas nuevas aportaciones teóricas, con estas nuevas, con estas nuevas voces y estas mujeres que le apuestan mucho más a la diversidad en términos de identidad, de orientación y de posicionamientos.

(P) 09:57 Me mencionabas que eres historiadora de formación. ¿Podrías contarme un poco qué implica ser una historiadora feminista, tanto en el plano público como en el plano privado?

(M) 10:08 Bueno, cuando yo estudié historia acá, había una materia sobre historia de las mujeres, ahorita este, ya hay como al menos como 7, o sea, eso es un mundo de diferencia y de hecho la materia que había la impartía Patricia Galeana y se llamaba La Historia de las Mujeres y era una historia también como muy acartonada, muy de las mujeres en la revolución, las mujeres en la independencia y sobre todo muy centrada en los personajes, ¿no? 

Como estas mujeres… como fuera de serie que incursionaron, ¿no? Y no apuntándo tanto al movimiento social, ¿no? Si no, estos personajes como muy en la historia de bronce, pero siendo mujeres. Entonces, pues para mí en esos momentos digo yo no me reconocía como una historiadora feminista como ahora sí lo hago, pero ha sido como todo un reto, digo, desde mi quehacer como historiadora que me enfrenté por primera vez, cuando hice mi investigación para mi tesis de licenciatura, pues fue precisamente un poco como escarbar para encontrar a las mujeres. Y no porque no estén ahí, sino porque los registros oficiales se han encargado de ocultarnos, se han encargado de no nombrarnos, de no considerarnos. 

Entonces, en mi parte, como en mi oficio como historiadora, ha sido como ese reto de buscar y de tener ciertas herramientas metodológicas y ciertas preguntas para llegar a las mujeres. Como historiadora feminista en general, como tú dices, como un poco hacia fuera, pues ha sido una labor de precisamente divulgar el conocimiento histórico desde otra perspectiva, en donde en las narrativas históricas estemos integradas y estemos integradas como sujetos activos, como sujetas, que impactamos en el devenir de los hechos. Entonces eso, ha sido una labor súper importante para mí, transmitirlo, porque además los circuitos de la academia son muy cerrados y el tema, la historia en sí, no es como tan afable, hay mucha resistencia a la historia, así como a las matemáticas, yo creo que son las dos, como áreas donde la gente no le entra mucho, porque justamente sus referentes son como la historia, muchos datos, muchas fechas, qué flojera, ¿no? 

Entonces ha sido romper también un poco como con esas, con esas creencias y aprovechar la oportunidad que ahorita estamos teniendo, dado que esto se ha desbordado y entonces hay muchas nuevas, las nuevas generaciones y jóvenes que se están interesando y quieren conocer al respecto de esto, de dónde venimos.

Porque es eso también, creo que eso es parte de mi labor también como historiadora, enunciar ese camino que no tiene que ver con de 2018 para acá, que es un camino que por lo menos tenemos un siglo andando y que no tiene que ver con una moda, que no tiene que ver con algo pasajero, y que es un movimiento mundial.

(P) 14:12 Justo hablabas de caminos, ¿no? De caminos que se han abierto a partir del movimiento feminista. ¿Cuáles crees tú que son los grandes caminos que se han abierto históricamente con el feminismo en México?

(M) 14:27 Pues bueno, no sé si entiendo bien tu pregunta, pero yo podría decir que un camino que ha abierto el feminismo es sin duda la participación política de las mujeres, ¿no? Gracias al feminismo tenemos hoy cuotas de género, bueno, al día de hoy ya llegamos a la paridad, tuvimos estas primeras diputadas, senadoras, digo, todavía no tenemos una presidenta, pero que las mujeres puedan ocupar cargos de poder, este, es un camino que se lo debemos al feminismo, ¿no?

Otro, tiene que ver, yo creo con él, con la inserción de las mujeres en la educación. El feminismo desde muy pronto insistió en la necesidad de formar a las mujeres, de que las mujeres recibiéramos instrucción en un primer momento básica y después superior, ¿no? Entonces y eso, eso es imprescindible como para, para los humanos, para como sociedad esta posibilidad de acceder a la educación, también al feminismo, creo que le debemos toda esta serie de leyes y disposiciones legales en defensa de las mujeres y en contra de la violencia de género; de la violencia física, violencia sexual, etcétera. 

Hay muchos, hay muchos logros en el ámbito legal que han sido producto del feminismo y que también lamentablemente han sido resultado de casos, a partir de casos súper lastimosos. O sea, pienso en la ley Íngrid, ¿no? Ahorita y en cómo tuvimos, o sea, tuvo que haber una filtración de autoridades en una carpeta de un caso abierto, quitando, o sea despojándole de toda humanidad y dignidad – digo –  que ya lo había hecho su agresor, su feminicida, pero que aparte ellos se encargan de mostrarlo públicamente. 

Y entonces ahora sabemos que a partir de ese caso, pues está, está penado. Las autoridades que hagan eso van a recibir una sanción. Digo, eso es por mencionar un caso, pero también tenemos la ley Olimpia, tenemos… Digo, podemos irnos en realidad, como mucho más atrás, como desde la aprobación del sufragio femenino, pero también en el ámbito legal, toda la creación de estas leyes en contra de la violencia hacia las mujeres y lo que deviene de eso, que a su vez son creación de fiscalías especializadas, de refugios para menores y mujeres maltratadas, etc.
Creo que… Sí, creo que, creo que eso es como lo que ahorita mencionaría, esas grandes vertientes.

(P) 18:06 No, creo que además entendiste súper bien mi pregunta. Yo quería justamente hablar de legados, ¿no? Esas cosas que se construyeron en otros momentos de la historia y forman parte como de, de continuidades y no solo de continuidades, sino también de proyectos, también forman parte de alternativas para hacer las cosas, creo que esta parte de las leyes, si bien, si bien no nos falta muchísimo camino por recorrer y también mucho, mucho camino por valorar, creo que eso son, son logros y son ganancias, realmente para la situación de las mujeres. 

(M) 18:48 Sí.

(P) 18:52 Sí, bueno. Y pues pensando justo en estos legados, ¿cuáles creerías tú que son los valores más representativos del feminismo?

(M) 19:05 Bueno, pienso inmediatamente en la justicia, hay creo, que una necesidad de justicia, ¿no? Creo que ese es uno de nuestros principios, una justicia de precisamente acceder a nuestros derechos, de tener un lugar igualitario en la sociedad y también pienso en la sororidad, porque como movimiento, hemos entendido que, no sé, nos necesitamos hermanar, nos necesitamos apoyar las unas a las otras. Digo, si bien somos muchas y somos muy diferentes y tenemos diferencias fundamentales, pero yo creo que hemos reconocido que nuestra fuerza está precisamente en esa unión y en ese apoyo. 

Y también, no sé si sea una paradoja, pero las mismas vivencias que hemos tenido a partir de eso, de las opresiones que históricamente hemos vivido, también nos han hermanado, ¿no? Nos hermanan nuestras situaciones de violencia que hemos vivido, que a veces son muy similares, de justicia, sororidad y pues ahorita, había una frase que estuvo circulando hace no mucho tiempo, no la recuerdo literal, pero decía como que no querías, no querías ser valiente para regresar a casa, algo así. No sé sí se acuerdan…

(P) 21:24 ¿No quiero ser valiente, quiero ser libre?

(M) 21:26 Ajá, algo así, ¿no? Te digo, no la recuerdo textual porque claro, no debería tratarse de valentía, ¿no? Pero creo que al día de hoy y como siguen estando las cosas, la valentía sigue siendo como un valor súper importante, ¿no? O sea, el valor de denunciar a tus agresores, el valor de compartir tus historias de violencia, el valor de tomar las calles, el valor de comenzar a decir lo que no, lo que no se ha dicho por mucho tiempo. El valor de romper con tu agresor, el valor de empezar a generar una nueva autoestima. Entonces creo que el valor sigue siendo algo súper importante, aunque quisiera que en algún momento no fuese de los prioritarios.

(P) 22:20 Claro, porque además es una cuestión que traspasa lugares, ¿no? Traspasa lo público y traspasa también lo privado, traspasa al público cuando, por ejemplo, sabemos que tenemos que transitar la Ciudad de México, que es muy complicado. Por ejemplo, ¿podrías contarme un poco de tu vivencia como feminista aquí en la Ciudad de México, hablando de este gran espacio que es tanto público como privado?

(M) 22:52 Sí. Pues no sé, siempre ha sido un tema justamente ocupar el espacio público. Yo teniendo muy claro y mucha conciencia con respecto a que un piropo no es un piropo, sino más bien una agresión, ¿no? Que estos supuestos actos de cortejo para mí no son galanterías, sino más bien en muchos casos, actos invasivos y lascivos. Pues, me ha tocado, yo creo que me ha tocado como, como a todas o como a la gran mayoría y para mí es, o sea, vivir en la Ciudad de México siendo feminista, con estas agresiones continuas en el espacio público, es súper molesto, es súper molesto. También pienso en el espacio público desde la universidad, desde el aula también y en muchas ocasiones también me he encontrado con este sentimiento de injusticia y que causa mucha rabia al nosotras ser consideradas, por ser mujer[es], como con ciertas incapacidades intelectuales, o que nuestro potencial está limitado, ¿no? 

Entonces también he visto esos privilegios que tienen los hombres, y como feminista universitaria y después trabajadora, pues también me han chocado muchísimo. Digo ahora, también podría hablar hasta en un sentido positivo de qué bien se siente ser feminista en este tiempo y que me esté tocando esto porque como te decía, yo comencé hace 15 años como, o sea, hace 15 años fue mi primera marcha del 8 de marzo y éramos 50, ¿sabes? Entonces también ser feminista en la Ciudad de México para este momento ha sido algo como muy gratificante, algo que energiza, que reaviva y que vuelve a dar esperanza. Pero sin duda también pienso, como mucho más en todas las otras vivencias que están cruzadas por esta discriminación al ocupar esta ciudad tan grande.

(P) 25:49 Y por ejemplo, ahora hemos hablado justo de la condición machista de la Ciudad de México. ¿Qué me podrías decir tú como feminista acerca de las condiciones racistas y las condiciones clasistas aquí en la Ciudad de México? 

(M) 26:13 No, bueno, es que yo creo que somos una sociedad sumamente racista, sumamente discriminatoria, este, clasista. O sea, no se diga ¿no? Entonces, hay estas discriminaciones que parten por nuestra identidad, como en mi caso ser mujer cisgénero. Pero también he vivido estas otras discriminaciones que están cruzadas por lo racial y que están cruzadas también por mi condición socioeconómica.

Entonces digo, y a veces entrecruza, O sea, precisamente eso, eso es la interseccionalidad. Quizá por el medio en el que me he desarrollado, que no tiene que ver tanto como con ámbitos empresariales, ni quizá no me ha tocado tanto como sé que existe, ¿sabes? Mi ámbito siempre ha sido más la academia, ahorita el activismo, la divulgación con compañeras donde se sobreentiende y hay un respeto y hay una horizontalidad mayor, pero eso no significa que yo deje de ver todo el tiempo como hacemos estas diferenciaciones.

(P) 27:50 Sí, por supuesto. Además, pues es que no solamente es como que, el espacio en el que transitamos, sino también en estos espacios, entonces que todo el tiempo se entrecruzan y entonces esa parte como que es bien, es bien extraña, porque de repente, por ejemplo, en los centros comerciales, es bien extraño porque hay veces que yo entro nomás así y no me dicen nada, pero si, si entro por ejemplo, con una amiga que es un poquito más morena, que además, pues sí se nota, pues si se ve cómo los policías van detrás de una, ¿no? y es más fácil que eso suceda cuando son mujeres, que cuando son hombres. No sé si es por su cuestión de querer intimidar.

(M) 28:43 Yo creo que tiene que ver mucho con tu color de piel, ¿no? O sea, aquí somos unos pigmentócratas, entonces está asociado totalmente el tono de tu piel con el estatus socioeconómico al que perteneces y con, hay una criminalización de la pobreza, pero también de la pobreza asociada con ciertos tonos de piel. Entonces yo creo que si eso le pasa a tu amiga también yo creo que le podía pasar fácilmente a un hombre que tenga un tono de piel como éste, mucho más moreno. O sea, ahora, cuando en realidad la mayoría, pero aparte nos cuesta reconocernos como gente morena, ¿no? Cuando la mayoría lo somos, en realidad es muy poca la gente, la gente blanca.

(P) 29:41 Y justo ahorita que estemos tocando este tema de la diversidad, no solamente la diversidad física, sino también la diversidad intelectual. Y pensando en eso, ¿cuáles crees tú que sean los ejes de cohesión de los movimientos feministas? Ahora, en este momento de la historia. 

(M) 30:02 No solo en estos momentos, sino que han sido, yo ubico dos de manera muy puntual y uno es, nos cuestiona esta lucha en contra de la violencia hacia las mujeres, eso ha sido un gran estandarte del movimiento feminista, no ahora, sino desde hace mucho, mucho tiempo. Es un eje de cohesión, ese estandarte, porque es relativamente fácil estar, bueno, si te consideras feminista, aunque seas de corte más liberal o mucho más autónoma y radical, es difícil no posicionarte en contra de la violencia, ¿no? Entonces ese ha sido como un tema central. Y también es central porque en nuestro caso, en nuestro país, en nuestra sociedad, es un tema que está latente, o sea, los feminicidios han venido al alza, el día de hoy sabemos que – o bueno, en cifras oficiales – que se cometen diez femicidios al día, entonces, pues además tenemos que atender eso y además es difícil no estar en contra de la violencia hacia las mujeres si te consideras feminista, ¿no? Y otro es la lucha por la despenalización del aborto. Este, digo ahora lo vemos con el tema de la marea verde, pero no es algo nuevo, que sea reciente. Desde los años 70 las feministas ya se habían nucleado a partir de esa demanda. Ahora, sí hay que decir que esa demanda viene de un feminismo urbano, de un feminismo clasemediero, en muchos casos universitario, o sea, con capital cultural, porque vamos a ver que esas banderas que al día de hoy nos siguen nucleando no van a ser las banderas que otras feministas u otras mujeres, que a lo mejor no se autodenominan feministas, pero que están participando en proyectos y en luchas anti patriarcales, pues no las reconocen como como suyas, ¿no? No encuentran ahí ese, ese núcleo, ese eje, pero sin duda, acá lo es… Yo diría que son esas dos justo ahorita.

(P) 33:01 Justo ahorita, y sí dijiste algo bien interesante, que es también parte de lo que nos interesa muchísimo indagar la identidad del ser feminista, ¿no? No sólo la identidad como individual, sino también la identidad colectiva. Lo digo porque mencionabas a esas mujeres que no necesariamente se identifican como feministas, porque tienen una trayectoria y que también forman o que también inspiran a esa parte, ¿no? Entonces, claro, ¿en qué momento crees tú que una es justamente, o que una persona u organización, o que un movimiento se adscriba como feminista? Es decir, ¿en qué momento uno construye esta identidad feminista?

(M) 33:54 Pues es que no lo sé. No lo sé porque en algún momento se pensó o se creyó que justamente con sostener un proyecto anti patriarcal que buscara la erradicación de la subordinación y opresión de las mujeres, por ponerlo en términos muy genéricos, podía ser considerado como un movimiento feminista, ¿no? 

Pero hoy sabemos que no, o sea, precisamente ante esta diversificación de grupos de mujeres que no se reconocen en el feminismo por precisamente considerar el feminismo un movimiento, que en algún momento y no sólo en algún momento, hay feminismos hegemónicos.

Hay estos feminismos que precisamente son, en las que son integrados por mujeres blancas, clasemedieras urbanas, heterosexuales. Y claro que ahí no hay un reconocimiento de estas otras mujeres que pueden sostener estos proyectos anti patriarcales y de ahí una resistencia o marcar una distancia para reconocerse como feministas, porque pues esto sí tuvo su origen muy blanco, por decirlo de alguna manera.

Claro que después ahí está la reapropiación de muchas otras, como ciertas feministas indígenas, ciertas feministas decoloniales, afrodescendientes, que han deshecho esto y se lo han reapropiado. Entonces, pues no sé, creo que no, es que no hay como una, digamos que no hay como una receta, así como de: A ver, si me dices que tienes un proyecto anti patriarcal y tal, tal y tal, puedes ser considerada como feminista o no. Eso yo lo dejo mucho a criterio de la libre autodeterminación de estas mujeres o de estos grupos de mujeres, ¿no? 

De esta adscripción, porque a veces lo que queremos las feministas es como meter a todas, como con calzador, así de: Es feministas, feminista, feminista, todo esto es feminista y hay muchas luchas de mujeres que son movimientos populares, que si bien tienen demandas de género, pero no son parte de del movimiento feminista. Y eso no está mal, por decirlo de alguna manera. Entonces es complicado y yo lo dejo mejor como ahí a la libre determinación de cada grupo.

(P) 36:48 Sí, por supuesto. Por ejemplo, más bien yo no quise decir por supuesto, quería decir, por ejemplo, hace unos años mi tesis de maestría, por ejemplo, fue con la Policía Comunitaria de Guerrero y allá en la montaña de Guerrero, las doctoras. Ellas estaban así con esta onda de: No, es que es un ambiente sumamente machista, es un ambiente sumamente jerárquico, es un ambiente sumamente patriarcal y no sé qué y no sé cuántos. 

Lo interesante, por ejemplo, es que cuando comienza el movimiento por la defensa del territorio, las mujeres son las que organizaban, ¿no? Como quien dice, ellas creaban toda la estructura organizativa. Decían: Ustedes, policías comunitarios se van a dedicar a resguardar los manantiales y también se van a dedicar a hacer las gestiones con la minera, nosotras nos vamos a dedicar a hacer labor de difusión de lo que está sucediendo por medio de la radio comunitaria y como que a cada, a cada cosa le daban un lugar y a cada cosa le daban una función y ellas no necesariamente y era reconocido eso como un movimiento de mujeres, pero no era reconocido como un movimiento feminista, aunque después ellas mismas dijeron bueno, pues ya tenemos esta organización, pues ahora vámonos por otras cosas. 

Y empezaron con la cuestión de la salud de las mujeres comunitarias, ¿no? Con la cuestión también de la educación, que sí es como un lastre, con la cuestión de la compraventa de mujeres y niñas en la montaña.Y fue a partir de este, como de este proceso organizativo, que ellas dijeron no somos feministas, pero sí somos mujeres y las invitaban a los eventos feministas, y ellas: Pero es que en serio, no somos feministas.

(M) 38:48 Sí, justo, es que esa es una característica de que, por mucho tiempo, este feminismo académico o este feminismo civilista, quiso meterlas con calzador,  y pues muchas de estas mujeres no se reconocen como tal. Y claramente tienen a veces demandas mucho más inmediatas, que tienen que ver con poner un molino, con poner una guardería y parece que el tránsito, -porque eso es lo que nos ha dicho la historia., estas mujeres que se organizan igual a partir como de otros proyectos o en razón de una lucha que no tiene como tema de género, pero que después da el salto organizativo para plantear entonces demandas propias de las mujeres. Pero sí, o sea, es como me parece, hasta un ejercicio violento de decir. no, es que si eres, si eres feminista, aunque tú no lo sepas, yo sé que tú sí, que tú sí eres.

(P) 39:58 Ya chequé en mi checklist en el feministómetro y aquí dice que sí eres.

(M) 40:03 Ajá, sí, por eso te digo, eso no existe.

(P) 40:06 Sí, también ha sido como un tema bien importante en esta investigación, ¿no? Porque por ejemplo, primero era, ¿cómo buscamos a las compañeras y a las organizaciones? Pues es que tiene que ser una cuestión de auto adscripción y de reconocimiento de la identidad, primero entre ellas y después incluso que ellas mismas nos digan si son o no son. Vamos, y si no son, pues también, para que también vayamos viendo justamente como esta toma de decisión, ¿no? Porque además también implica una posición política, implica una posición social, también una toma de posición ante ciertas cosas que suceden en la sociedad.

(M) 40:55 Sí, claro.

(P) 40:56 En ese sentido, pensando en la sociedad, ¿cuáles crees que sean las críticas que le hace el movimiento feminista a la democracia?

(M) 41:09 ¡Híjole! Pues que en muchos sentidos yo creo que es una democracia falsa, Que es una democracia que no ha logrado integrar de manera orgánica e igualitaria a las mujeres, que es por decirlo… Está coja. Y es que, desde dentro, desde muchos ámbitos, pensando en el institucional, en el partidario, pero también en el social, vemos que no hay una promoción y un incentivar para que las mujeres participemos de la construcción de la democracia. Entonces, digo el feminismo justo ha puesto el dedo sobre esa llaga, sobre decir, necesitamos que las mujeres estén en esos puestos de poder, necesitamos que las mujeres tengan representatividad, que nosotros construyamos ciudadanía. Yo creo que, digo, ese no es como mi tema, mi fuerte. Pero sí creo que hay un señalamiento muy claro en el que esta democracia es un tanto aparente y donde no puede ser, no puede estar como constituida, de una mejor manera si precisamente no nos integran.

(P) 43:03 ¿Y cuáles crees que sean justamente las críticas que hace o que se hacen desde el feminismo a la sociedad mexicana? Ya pensando en un nivel bien nacional, de nivel incluso histórico, ya no tanto el coyuntural.

(M) 43:21 ¿Qué críticas le hace el feminismo a?

(P) 43:25 La sociedad mexicana en sus ámbitos culturales, económicos.

(M) 43:29 Bueno, sí, es una pregunta muy amplia, pero pues yo, una crítica es que seguimos siendo una sociedad profundamente machista, obviamente sería como una de las primeras. Y es que, no sé, de eso se desprende como muchísimas cosas en que no hemos podido, no hemos podido dar este, digo, el movimiento está empujando, claramente, ¿no?

Pero no hemos podido dar este cambio cultural, social que bueno sabemos siempre que son de muy largo aliento, pero que hay muchos, sobre todo muchas instituciones que están construyendo toda una valla para que eso no sé, para que eso no suceda. Pienso en la iglesia, pienso en la universidad, pienso en los partidos políticos, pienso en el gobierno. 

En cómo es que nuestra crítica es que estemos a veces, atendiendo temas que son tan elementales, ¿no? Son tan elementales como, lo mismo, la propia erradicación de la violencia, ya no digamos la educación, el derecho a la educación para mujeres y niñas, etc. Pero sí creo que es eso, que es muy amplio, muy amplia esa pregunta. Pero si yo creo que nuestra gran crítica a esta sociedad es que es tan patriarcal y que tiene que cambiar.

(P) 45:25 ¿Y cómo has visto o cómo ves la relación entre el mismo y los gobiernos de México?

(M) 45:31 ¿Cuáles gobiernos?

(P) 45:34 Exacto, por eso la fórmula justamente para que pensemos, por ejemplo, en el que estamos ahorita en de la 4T.

(M) 45:46 Mira es interesante o bueno, voy a irme un poco más atrás, porque fíjate que, en la parte de mi activismo estudiantil en algún momento, pues pensamos en que era necesario… Yo creo como muchos mexicanos pensamos que era necesario este cambio en el poder a nivel partidario, que necesitábamos que saliera el PRI después de haber regresado, y que la única apuesta viable que veíamos era el gobierno de la 4T. Y de hecho, en algún tiempo yo también estuve militando con Morena Jóvenes, precisamente para impulsar este cambio a nivel presidencial, porque vislumbramos una mejora en las condiciones sociales.

Como mujeres, pues también lo llegamos a considerar, ¿no? Aunque digamos que las demandas no están tan desmenuzadas, el punto era empujar para, llevar a Obrador a la presidencia y que no se volviese a repetir como los dos últimos sexenios, el fraude electoral. Entonces la apuesta fue eso y había un gran entusiasmo y una esperanza en que las cosas cambiaran.

Llega al poder y creo que, desde ya, o sea, como ya llegaste y entonces ya nos toca decirte ahora qué queremos, qué queremos como mujeres que yo recuerdo perfecto como los primeros embates que tuvo, que fue quitarles presupuesto a los refugios para madres y para niños y niñas. Y que fue quitarles presupuesto a las organizaciones no gubernamentales. Entonces fue sumamente decepcionante, porque si bien sabemos que estos refugios no se libran de estas lógicas de las instituciones mexicanas, donde hay mucha corrupción, incluso hay revictimización, donde los resultados no son los mejores o lo que se piensa en inicio que va a ser, que es atender a una víctima de manera multidisciplinar, etc. No resulta, en algunos casos si viene a ser como el lugar en donde una mujer puede salvar su vida y cuando les quita millones de pesos que eran parte del presupuesto federal, pues fue así como, ¿de qué lado? ¿De qué lado estás?

Y en las organizaciones pues también, porque hay organizaciones de todo tipo y que atienden todo tipo de temas, pero en tema de mujeres, pues sabemos que las ONG’s han sido un actor fundamental para posicionar ciertos temas en el ámbito público y entonces cuando viene y recorta fue así como, ¿qué está pasando? Y después viene, – digo me estoy acordando de algunos, como golpes que yo siento que este gobierno les ha dado a las mujeres- el tema del confinamiento. 

Cuando en pandemia, sabemos que las organizaciones precisamente están registrando que la agresión hacia las mujeres en el ámbito doméstico va al alza y este hombre sale a decir que eso no es cierto, que él tiene otros datos. O sea, ahorita precisamente la ENDIRE sacó como retrospectiva cómo es que incrementó muchísimo [La violencia de género] y entonces es negar esta situación, no reconocer y en ese no reconocimiento, pues obviamente no hay un apoyo, no hay una contención. 

Entonces creo que o bueno, yo que sí, fui incluso como una impulsora activa de este gobierno y después ver esos golpes que le ha dado al movimiento. O también, las propias declaraciones con respecto a cuando hemos salido a marchar, los calificativos que ha utilizado, o sea denostando el movimiento, pues han sido sumamente lamentables. Digo, ahí yo perdí como toda, toda esperanza, toda creencia, tendríamos que ser muy puntuales para ver cómo, aspecto por aspecto o de qué proyecto hablamos, pero con respecto a las mujeres y a estos embates que te menciono, pues creo que la relación no ha sido la mejor y yo esperaba muchísimo más de este gobierno para con las mujeres.

(P) 51:22 Si es que además la cuestión de la pandemia abrió también otros… como que recordó que existen realmente muchas, muchas cuestiones pendientes en el tema de las mujeres. El alza, la violencia es uno, la cuestión de la salud es otro tema. Por ejemplo, una amiga mía tuvo tuve la infortuna de tener un embarazo ectópico y no había hospital que la que la recibiera por la pandemia, estaba como en junio, el momento más alto de la pandemia y no había un hospital que la pudiera recibir porque todos estaban hasta el tope de pacientes graves de COVID. Entonces, esa parte de la salud, por ejemplo, es interesante y, aun así, pues las convocatorias a las marchas siguieron, ¿no? Tú me contaste ahorita que este, la primera marcha a la que fuiste tenía 50 personas. 

(M) 52:20 Sé, o sea, bueno, es por decir un número, pero sí, éramos como súper poquitas.

(P) 52:25 ¿Qué impresión tienes ahora de ver esta masificación de las marchas?

(M) 52:29 No bueno, como te decía, para mí es como que es súper vibrante, ¿no? Es raro, es algo que provoca muchísima alegría, euforia, o sea, jamás… No pensé que llegaría a ver esto, todavía la marcha del 8 de agosto, como en apoyo a las compañeras argentinas y de la marea verde, pues fue la primera vez que salimos con nuestros pañuelos verdes, acá se convocó en el monumento a la Madre, pues no llenamos ni siquiera la explanada, o sea, yo creo que una cuarta parte de la explanada. Y después, eso fue agosto y después al medio año, ver este salto cualitativo, cuantitativo perdón. Fue impresionante, fue impresionante. 

Digo también, ahí si veo que hay una capacidad de protesta súper fuerte, ¿no? De reclamo, de exigencia, pero que también no sé qué tanto nos falte tener ese mismo nivel en términos organizativos, o sea, porque vamos y salimos y el 8 de marzo y no, y eso es increíble en sí mismo. Pero de ahí, a dar este salto que ya cuesta mucho y requiere mucho, yo te digo que he tenido como experiencias desde hace mucho tiempo, como en el activismo estudiantil, pues sí, sé que pasar a la organización, es otra cosa, ¿no? Es otra cosa, más allá de todo, salir un día y no sé qué tanto lo estamos logrando, no sé qué tanto estemos logrando articularnos, porque creo que lo que también ha pasado ahora es que han salido a relucir como muchas diferencias entre nosotras, muchas divisiones y que creo que nos falta, como también ponernos de acuerdo en ciertas cosas pese a nuestras diferencias.

(P) 54:58 Y en ese sentido, y como motor organizativo, ¿qué piensas de las redes sociales? Justamente en este marco de los movimientos feministas, ¿no podrían ser un espacio de organización? 

(M) 55:11 Lo están siendo, lo están siendo- De hecho, pues justo como este feminismo, de estos últimos años de 2018 para acá no puede entenderse sin las redes sociales, ¿no? Esto que llamamos ciberfeminismo, ciberactivismo, han sido una plataforma en la cual el movimiento se ha montado y es que desde ahí hemos empezado a construir redes, desde ahí hemos empezado a… Bueno, pues desde el #MeToo, ¿no? 

Desde las declaraciones de mi primer acoso, son espacios que nos han posibilitado compartir nuestras experiencias, que nos han posibilitado cuestionarnos, pero que también y es un espacio donde se hace política, sin duda, pero que también está esa parte en donde tenemos que pasar a ocupar las calles y te digo sí lo estamos haciendo, pero también no sé qué tanto de manera organizada, ¿no? Pero sí es fundamental, yo creo que no podremos entender el movimiento ahora sin las redes sociales. 

(P) 56:33 Y justo hablamos de redes sociales y de la forma en cómo te encontramos. ¿Podrías hablarnos mucho de Ancestras?

(M) 56:42 Sí, bueno, yo tengo que reconocer que a mí me dan ansiedad las redes sociales, o sea, yo tengo, yo creé ancestras porque a mí me invitaron a hacer un conversatorio en, a partir del 8 de marzo del año pasado. O sea, estamos hablando de 2021 y yo para este momento yo ya ofertaba cursos de divulgación sobre historia del feminismo y sobre ciertos momentos clave del movimiento, pero yo no tenía, o sea, yo tenía mis redes sociales personales, entonces, cuando me preguntan de dónde podían encontrar información, yo las refería a mis redes sociales personales. Después, cuando me invitan a este, a este conversatorio, todavía no íbamos a salir a marchar, todavía estamos en tema de confinamiento. En ese entonces era hacer estas actividades desde la red, ¿no? Y yo lo doy y me dicen a dos horas de comenzar tenemos 250 personas inscritas, Y dije, “chinga, ¿dónde las voy a referir? O sea, ya mis redes sociales, creo que no, no va a ser opción, ¿no?” 

Y entonces creé un Instagram donde iba a estar compartiendo lo que yo ya venía haciendo, que son todos estos cursos de divulgación de historia del feminismo, pero que también después han devenido en otras cosas por el mismo contacto de intercambio con las compañeras. Me han entrevistado en radio, en televisión, he dado como, hecho algunos Facebook, clips, etc… Entonces este fue que creé como un poco al calor de la situación Ancestras.

Pero por este tema de la ansiedad que me provocan las redes sociales yo no he sido y yo no me considero una, yo no soy una ciber activista, no. O sea, yo mi trabajo, está no propiamente en las redes. Mi trabajo está en, todo esto, en la divulgación y digo, pero ahí está, digo que bueno que está, porque así pudieron llegar conmigo y así han llegado otras personas. Tengo la intención de delegarlo a alguna compañera para que le dé vida a ese perfil con toda la intención, con todos los principios que le pienso. Pero sí, yo me yo me he enfrentado a que yo no puedo hacerlo por salud mental y personal, yo no, no, no estoy preparada para eso.

(P) 59:58 ¿Y cuáles son esos principios y esa intención?

(M) 01:00:04 ¿De _Ancestras? Bueno, como te decía en alguna otra pregunta, este, es hacer esta divulgación de un conocimiento histórico en donde estemos las mujeres integradas, pero no solo las mujeres, sino en particular las mujeres feministas ¿no? Y el movimiento feminista, porque yo no hablo y mis cursos no son de historia de mujeres, son de historias del movimiento feminista como movimiento político articulado. Entonces es eso es también todo un sentido de hacer horizontal y tener una horizontalidad en el conocimiento, ahorita, ya vemos que como hay muchos Facebook Live a partir de la pandemia, es que el conocimiento empezó a llegar más y entonces tú puedes ver un Facebook Live sobre las mujeres en la revolución, sobre el voto.

Pero antes de la pandemia esto no pasaba y entonces tenías que ir necesariamente al auditorio de la universidad para escuchar esa plática, o necesariamente tenías que estar muy involucrada en el tema para conocer a ciertas autoras y luego tener los recursos para comprar su libro o una biblioteca para poder acceder a ese libro, entonces yo quise. Yo dije, no hay nada, no hay, no veo a nadie compartiendo la historia de este movimiento y en cambio escucho muchas voces diciendo que es una moda y esto es una total mentira. Entonces, desde ahí nació con ese principio de querer divulgar el conocimiento histórico del movimiento, hacer del conocimiento de las compañeras y compañeros la historicidad de esto, de cómo ha sido como un proceso y de compartir de dónde venimos y por qué estamos aquí y gracias a quienes estamos aquí.

(P) 01:02:01 ¿Y cómo es esta experiencia de los cursos de historia, de divulgación, de historia, del movimiento feminista? Cuéntanos, ¿quiénes llegan, qué preguntas tienen, por ejemplo, qué conocimiento les compartes y qué conocimiento te comparten a ti también?

(M) 01:02:16 Pues la mayoría son mujeres, muy pocos han sido los hombres interesados en el curso, llegan de todos, de todos, de todos, de todas las profesiones, de varias edades, aunque la mayoría son mujeres jóvenes. 

O sea, yo creo que son estas nuevas generaciones que están componiendo el movimiento ahorita y que me parece que están muy con un interés muy genuino por conocer, por saber esto que les es nuevo, ¿no? este, porque también he dado cursos no solo como de corte histórico, sino más teórico, y veo esa constante, que son mujeres jóvenes, interesadas en saber, en conocer, en acercarse, en adentrarse, porque claro, mis cursos son más de corte introductorio. Entonces creo que son la mayoría de chicas como bien intencionadas, que no hay ningún fin ni de lucro, ni porque alguien las mandó, ni porque lo tienen que hacer para aprobar una clase, nada de ese tipo, sino que hay un interés como real por querer enterarse un poco más, ¿de qué se trata esto que les resuena?

O sea, les resuena decir: No, no está bien la violencia si queremos los mismos derechos, si queremos decidir con nuestro cuerpo, pero también no hay mucho, o sea, no hay más profundidad que eso y creo que lo buscan, lo buscan en eso. Es un, también han sido unos cursos que han generado espacios de intercambio muy interesantes por esta -sobre todo- esta diferencia que hay entre muchas mujeres, porque muchos son universitarios, esos también tengo que decirlo, la gran, gran, gran, gran mayoría, o sea, el noventa y tantos por ciento son chicas universitarias,porque ese es el rango de edad, muy pocas he tenido más chiquitas.

Que tienen acceso obviamente a una computadora, a internet, a poder pagar, aunque también desde un principio hemos establecido cuotas muy accesibles, precisamente para que sea algo mucho más extensivo y se han creado estos espacios como de mucho, de mucho intercambio, de confianza. Porque es un espacio creo que de confianza y de respeto, y que también después, ha servido como para ellas mismas promover sus proyectos o para solicitar ayuda de cierto tipo.

Por ejemplo, si alguna tiene, no sé, una colectiva, entonces pone las actividades de su colectiva, ¿no? O sea, porque se crean grupos de WhatsApp la mayoría de las ocasiones y entonces es también ahí como circular la información y un poco como promovernos entre nosotras.

(P) 01:05:27 ¿En qué año fue tu primer curso? 

(M) 01:05:29 ¿En qué año? En 2019

(P) 01:05:37 Antes de la pandemia, justo. 

(M) 01:05:39 Sí, yo estaba pensando, ese curso estaba programado, ese primer curso estaba programado para ser presencial. Y, este, iba a ser en abril de 2000… ¿Cuándo fue la pandemia? ¿2020? 

(P) 01:05:55 ¿Cuando fue el encerrón? 

(M) 01:05:58 Ajá, en marzo, marzo de 2020. Ah, bueno, entonces yo lo programé desde 2019 y entonces en eso nos encerraron y me dijeron pues, ¿quieres hacerlo virtual? Y yo: Ay… O sea, porque creo que nadie, estábamos tan relacionados como ahorita lo estamos con la virtualidad y con el Zoom y con dar clases en línea. Pero bueno, o sea, lo decidí hacer y fue un momento también súper bueno, porque creo que muchas queríamos aprender cosas nuevas, queríamos sentir que no se nos pasaba el tiempo así y sin hacer nada, que no solo estábamos trabajando en la computadora, sino también haciendo algo más, entonces fue un momento muy fructífero, porque aparte recuerdo que veníamos de la marcha, esta primera marcha masiva de 2018 y entonces nos quedamos como con todas esas ganas, toda esa euforia y eso es como, ¿y ahora qué, no? Entonces fue un momento muy bueno para, para, para comenzar.

(P) 01:07:03 ¿Y cuál ha sido por ejemplo, la respuesta de los compañeros que asisten a los cursos?

(M9 01:07:11 Pues yo creo que un hombre con muchas, ante muchas mujeres se intimida, así como un hombre con entre muchos hombres se crece, porque hacen ahí sus pactos de masculinidad, ¿no? Se atreven a hacer cosas que solos no hacen, pues a la inversa pasa acá, entonces yo los veo como chiquitos, la mayoría se hacen chiquitos, no se atreven como a participar, a hablar y si se siente, ¿no? Se siente como, el peso de, obviamente yo nunca, muchas veces me preguntaron que si lo cerrábamos a solo mujeres.

Y yo he dicho que no, incluso tuve una ocasión en donde una chica se salió de mi curso por ver que había un chico adentro, que no era separatista y esto tiene que ver, o sea, este, no solo es como porque sí, sino tiene que ver con mi postura con respecto al feminismo y que yo lo entiendo como un proyecto civilizatorio y en la civilización estamos todas y todos. 

Entonces, yo en ese sentido yo no cancelo de ninguna manera, digo obvio no, si no lo haría, si se trata como de algún tipo de declaración violenta que falte al respeto, etc. Lo cual no lo he tenido, pero lo he abierto a ambos sexos y este, pero si se siente el peso de cómo las compañeras pues nos apropiamos mucho del espacio y es como que nos toca hablar a nosotras y de hecho yo hablo en femenino, yo siempre hablo en femenino y les digo entiendo si te reconoces con el pronombre él, si tienes una identidad masculina, pero yo hablo aquí en femenino porque nos toca, como que mucho tiempo hemos sido cubiertas con el paraguas masculino, con el genérico masculino y entonces pues ahora te toca meterte al paraguas del genérico femenino, entonces pues ya no les queda de otra.

(P) 01:09:38 ¿Y la dinámica de ese estilo seminario? 

(M) 01:09:42 Seminario, pues bueno, o sea, yo hago una exposición, siempre hay preguntas detonadoras y les doy varios elementos como material audiovisual este, pues videos, audios, utilizo muchas fotografías, me encantan las fotografías históricas y veo que también les gusta mucho porque no es como que anden ahí circulando, es muy novedoso para para la mayoría y este y también pues doy muchas recomendaciones este, bibliográficas

(P) 01:10:21 ¿Y cuáles son las dudas que tienen o cuáles son cómo las preguntas que hacen al comenzar a dar a conocer esta nueva, este nuevo mundo del feminismo en el que se acercaron con tantas ganas?

(M) 01:10:40 Pues mira, algunas que ya tienen como más bagaje, tienen dudas mucho más específicas, mucho más puntuales, pero lo que yo noto en general es como el grueso de mis alumnas, como que realmente es tan nuevo para ellas como que no, no, no les surgen como tanto esas dudas que son más a partir de que ya conoces y entonces quieres una referencia de saber si esta mujer hizo esto o esto o si de este partido político no, como que siento que muchos están así muy expectantes porque no conocen, es que realmente no tendrían por qué conocerlo.

¿Sabes? Nadie, aunque te asumas feminista, no tendrías por qué conocer la historia del movimiento feminista, además hay muy poco. O sea, en términos de compilación puedes encontrar tres libros de libros que compila en la historia del feminismo en México. Artículos puedes encontrar muchos y de ciertos momentos, pero imagínate, es como un rompecabezas que tú tienes que andar buscando las piezas, una por una, por una y que están dispersas, entonces es difícil si no te dedicas a esto, sino si no te gusta la historia por afición o si no estudiaste historia, es bien difícil. Entonces lo que lo que yo hago es juntarles el rompecabezas y mostrarles un poco las piezas y ya solamente referirlas a material bibliográfico que sea mucho más genérico y te digo que es bien poco porque nos falta mucho historiar, incluso hay muchos vacíos también al respecto de la historia del movimiento. 

(P) 01:12:40 ¿Podrías contarnos un poco de esos vacíos? ¿Cuáles crees que sean esos vacíos? ¿Cuáles son los vacíos con los que te has enfrentado?

(M9 01:12:48 Pues mira, hay dos, uno es cuando se aprueba el voto en el cincuenta y tres, tenemos un vacío hasta los años setenta, pues estamos hablando de casi dos décadas, donde se dice que no es el movimiento feminista, es una vez que adquirió el voto, como que se replegó y entonces ahí no, no pasó nada. Lo cual a mí me cuesta trabajo creer que no haya pasado nada, a lo mejor, claro no, con la fuerza que se venía viendo, no, pero hay un silencio ahí al final y entonces en estas compilaciones no se dice nada al respecto de esos años, claro que ahí lo que tenemos es mucho al respecto de los movimientos de mujeres en la guerrilla, ¿no? Que eso ya es, forma parte de la historia de los movimientos de mujeres. No, no propiamente del feminismo, pero ahí y después… 70 y 80. Yo creo que ese es el gran vacío, es donde, sobre todo ahí, falta yo de lo demás, ahí tenemos como cierta continuidad.

(P) 01:14:16 Y me preguntaría también si no es, por ejemplo, por la cuestión de que a veces cuando se habla de movimientos sociales, también se habla de organizaciones, aunque no sean lo mismo, es más fácil, por ejemplo, rastrear la historia de una organización que de un movimiento. Eso es como una discusión que tenemos los marxistas con los que estudian los nuevos movimientos sociales, porque usualmente ellos buscan continuidades en ciertas coyunturas, cuando de repente es como, a ver, creo que más bien la cosa puede ir por otro lado, ¿no? No solamente por la trayectoria de las organizaciones o de una persona o de individuas o individuos, sino que también podemos estar pensando en situaciones, en contextos, en procesos incluso, que es rastrear otras cosas. Y ya, esa es la pregunta ñoña. 

(M) 01:15:17 Sí, justo eso que dices pasa mucho, porqué, es decir, ante la ausencia de estas organizaciones, pues entonces ya parece que tenemos ausencia de historia, pero en realidad, estas mujeres que después van a venir a ser las protagonistas de los años 70, pues ya estaban ahí, ¿no? O a lo mejor como, como a título personal, o sea, no tan articuladas, pero era evidente que estaba ahí o que estaba viniendo información también de otros lados, que también yo creo que todos esos movimientos de la guerrilla impactaron muchísimo. Pero que sí, que hay como un sinónimo mucho y que se hace historia a partir de identificar como al grupo.

(P) 01:16:08 Oye, y ya, e igual como para ir redondeando algunas cosas, ¿cuáles dirías tú que son las prácticas políticas de los movimientos feministas? 

(M) 01:16:26 ¿Las prácticas políticas?

(P) 01:16:28 De organización, de representación, de tomas de decisiones. 

(M) 01:16:33 O sea, todas.

(P) 01:16:36 Algunos ejemplos de estas prácticas. 

(M) 01:16:38 A ver, trata de, ayúdame siendo más específica.

(P) 01:16:43 Por ejemplo, cuando se, cuándo una colectiva es una colectiva, por ejemplo, porque, por ejemplo, porque justo ayer, bueno no me acuerdo si ayer o antier andábamos platicando de eso, ¿no? Bueno, ¿en qué momento se conforman como una colectiva? ¿Qué características hacen ser a una colectiva, una colectiva, por ejemplo? ¿Qué características? Distinguiéndola de las cooperativas, por ejemplo, o distinguiéndola de sindicatos, de organizaciones que son más clásicas. ¿Cuáles, por ejemplo, tú creerías que son las prácticas políticas que distinguen el feminismo?

(M) 01:17:19 Si, ya, ya, ya ¡Me quedó más claro! si, ahorita la forma de organización que hemos estado adoptando en el movimiento son precisamente los colectivos y las grupas, que son grupos pequeños. Somos como pequeños núcleos o pequeñas células que estamos dispersas como en… pues yo creo que todo el territorio nacional, no sólo la marea verde que ha impactado tanto y que antes se nucleaba muchísimo en Ciudad de México, o sea era en la Ciudad de México y, ¿qué te gusta? 2 en Guadalajara una cosa así y ahorita vemos que hay grupas y colectivas en todos, en todos lados. 

Ese ha sido más el formato, más que como tú dices, más que un sindicato, más que alguna coordinadora, más que algo más que una cooperativa, hay cooperativas, pero yo he visto que son proyectos emprendidos más por mujeres de pueblos originarios, pueblos indígenas, pero no tanto por el movimiento feminista, el movimiento feminista ha optado por esta, por esta otra forma de organización, que pues yo creo que es más asequible, es al tener como grupos más pequeños, es mucho más manejable, ¿no? 

Es más viable tanto en las reuniones, como la organización, como la construcción de acuerdos o de ciertos lineamientos sobre los que se va a trabajar. Y también he visto que se han especializado, por decirlo de alguna manera, o sea, como que hay grupas o colectivas que atienden mucho, como el tema de mujeres en el arte, mujeres y en la música, en el grafiti, en el rap, mujeres en los mismos, los mismos colectivos de marea verde, los mismos grupos de marea verde que es pues la apuesta es empujar la demanda por la despenalización y hacer trabajo en los respectivos estados. Entonces, si ahorita el reto es cómo dar el salto de cómo esas pequeñas células, las integramos, porque al final están integradas como un cuerpo mucho más amplio, pero creo que no nos estamos comunicando entre nosotras. Y también hay muchas mujeres que están muy dispersas, o sea que como que con una amiga encuentran, que resuena con los valores del movimiento, con las demandas del movimiento, pero que también, pues no han logrado articularse.

 (P) 01:20:18 Se ha hablado también, por ejemplo, del trabajo en red. Mmm, y nos llama la atención porque, por ejemplo, vemos que hay espacios en los que el trabajo en red es más una cuestión de las ONG, por ejemplo. Pero no sé cómo lo veas tú.

(M) 01:20:38 Pues no sé, no, quizás me falta saber más al respecto, pero por las mujeres con las que yo trabajo, las colectivas con las que yo trabajo y a quienes me he acercado. No, no, las mareas verdes sí tienen, ¿no? Como en teoría tienen, como comunicación entre ellas y hay, como toda una comitiva también para la organización de la marcha del 8M, pero este, pero no sé, no sé qué tan amplia sea esa red y qué tan entretejida esté.

(P) 01:21:20 Claro, porque estamos pensando red como una red de comunicación, de intercambio de información, por ejemplo. Sí, sí, porque además, por ejemplo, estuvimos pensando también las redes como sinónimos de alianzas.

(M) 01:21:39 Mmm… Pues yo creo que la red como más, este, con una directriz más clara sería el de las mareas, las mareas verdes que están, este, que tienen presencia estatal, pero, aun así, o sea, si bien hay como un soporte y un apoyo del resto de las mareas verdes estatales pensando en relación a una, lo cierto es que también trabajan con contextos muy específicos. No es lo mismo el trabajo que tienen que hacer este, las de Chihuahua para la despenalización a las que tienen que hacer las de no sé, Tamaulipas es muy distinto… Digo, yo ahí, yo como no pertenezco, a ningún o sea con alguna organización de las mareas, no sé cómo de más cerca que a nivel de comunicación tiene voz y de articulación.

(P) 01:22:44 Y hablando, por ejemplo, en las organizaciones con las que sí has participado y con las que sí has tenido contacto. Por ejemplo, ¿cuál ha sido la experiencia organizativa?

(M) 01:22:57 Pues esto que te decía, o sea que están compuestos por mujeres, mujeres, jóvenes, mujeres en su mayoría universitarias, mujeres que también muchas, muchas son muy nuevas en esto. O sea que de 2018 para acá es que comenzaron a involucrarse, que son mujeres que trabajan en grupos relativamente reducidos 10 – 15 mujeres y que se plantean como tareas como muy, muy puntuales, ¿no? No sé, en redes sociales, ellas reunirse y crear como un fanzine, ellas reunirse y hacer como círculos como de formación porque también yo es precisamente como me he acercado a ellas, les doy formación a ellas del movimiento feminista. Entonces eso es lo que he percibido.

(P) 01:24:04 Ya se me fue lo que te iba a preguntar… ¡Ay no! Y si era importante, lo tenía aquí como… Pero déjame ver si lo anoté, discúlpame, pero así pasa de repente… Ah, ya me acordé, ¿y crees que hay autocrítica en el movimiento feminista?

(M) 01:24:42 Yo creo que sí, pero nos falta. Es que yo he visto muchos grupos que se han tomado esto como de manera muy dogmática, ¿no? Y no sé si en el dogma quepa la autocrítica. Yo creo que no, porque si no, no sería dogma. Entiendo a muchas de estas agrupaciones y esta rabia que a veces nos hace cerrarnos, sabes porque la tenemos más que justificada, pero la cuestión es que eso también nos ha polarizado y nos ha hecho descalificar a las otras con las que se pueden tener diferencias importantes y entiendo que también hay diferencias que son, que no son conciliables. O sea que no empatamos. No empata tu feminismo, puede que no empate con el mío con respecto al modo, al método, a las técnicas para llegar a erradicar un problema, no sé, para alcanzar un objetivo. Pero yo creo que no es… No sé si, pues eso no debería ser como lo único. O sea, solo observar la diferencia, sino más bien construir como estas alianzas en donde a lo mejor sí tenemos estas afinidades, entonces como yo si veo mucho dogma, no sé, creo que sí falta mucho, también mucha autocrítica.

(P) 01:26:43 Y pensando justo en alternativas, en la autocrítica, ¿cuál crees que sea la utopía feminista?

(M) 01:26:52 Yo creo que nuestra utopía es precisamente alcanzar esta sociedad igualitaria en todos los sentidos, en todos los sentidos, en el laboral, en la educación, en la relacional, ¿no? En donde a lo mejor también, ser mujer no nos defina per se, De ninguna manera, o sea, que no haya ninguna creencia de mi capacidad intelectual, de, mi potencia sexual, de, etc. por ser o no ser mujer, creo que, digo no sé eso ya ahí…  Yo sé que muchas te podrían dar muchas respuestas, pero no sé si incluso sería la misma, la misma desaparición del género.

(P) 01:27:58 Y por ejemplo, ¿tú crees que o podrías contarme acerca de algunos proyectos que conozcas que estén, que estén trabajando en ese sentido, en tener proyectos o en tener iniciativas, en tener alternativas que materialicen esta utopía?

(M) 01:28:19 Pues ahorita a la mente no se me vienen como, como nombres en sí, pero yo creo que todos estamos trabajando un poco en eso, pero también varía mucho como los caminos en los que creemos que vamos a llegar, pero creo que todos están abonando, todas estas colectivas que con las que yo trabajo, con las que yo he compartido, están abonando en eso. Este… También pienso, digo, eso te lo dije como ya un horizonte muy lejos, pero también pienso en que el feminismo también llegue al poder, incluso un poco antes. O sea, no, ya no metan, o sea, si utópicamente, pero que lo veo más posible, no sé, al cabo de unas décadas de que también lleguemos al poder, Aunque claro, también tendrá sus asegunes es porque el feminismo institucional es todo un boleto.

(P) 01:29:21 Claro, sí, oye y una pregunta que se me hizo como, se me olvidó preguntar, porque estábamos como en otras cosas. Este, ¿de qué forma crees tú que el feminismo resignifica el cuerpo de las mujeres?

(M) 01:29:37 Ay, de todas. O sea, es un giro de 180 grados, ¿no? Es pues, es que se es de muchas maneras, ¿sabes? O sea, tan solo el hecho de no considerarnos como eso, como sólo cuerpo con un capital erótico, como un cuerpo sexualizado desde la mirada masculina, pues eso ya hace una gran diferencia, pero también es un cuerpo, una mirada que también acepta los cuerpos. 

A veces no nos acepta como en nuestras diferencias, en nuestras, en toda nuestra gama, como de corporalidades, como de tamaños, tonos, formas que esta sociedad patriarcal no lo ha hecho y que, por el contrario, ha sancionado, ha violentado, ha censurado y que nos ha dañado muchísimo como mujeres. 

Entonces creo que ahí hay una, hay un camino súper interesante y súper lindo, como de autoaceptación y de reconocimiento. Entonces creo que es esto que te decía como en, cómo el feminismo es un en un sentido muy amplio, como toda una puesta en muchos aspectos. Porque vamos hasta este punto en donde el feminismo incluso acepta otros cuerpos, en donde acepta otras apariencias, en donde no solo es como una puesta, así como en abstracto, como por la igualdad y queremos igualdad, derechos y ya está, sino por toda una integración de las mujeres y de los cuerpos y de las identidades en un sentido más amplio. Entonces me parece que sí eso lo ha venido a revolucionar el feminismo, el tema del cuerpo.

(P) 01:31:59 Pues bueno, esa era como la última, la última pregunta y sé que ya había, como que dio un saltito con lo de la utopía porque se me olvidó, pero yo comenzaría esta última despedida agradeciéndote por tu tiempo y me encantaría saber si tienes alguna reflexión o alguna idea que te haya estado rondando por la mente ahorita que hemos estado platicando de este ratito.

(M) 01:32:28 Bueno, primero muchas gracias por la invitación. Y otra cosa que pienso es que me gusta mucho la idea de que un proyecto como de la Universidad tenga la disposición a escuchar otras voces, porque casi siempre tenemos feministas acá al lado consolidadas y son las que están ocupando como los medios. O sea, las transmisiones desde los institutos, desde la academia, desde ciertas instituciones gubernamentales, entonces las escuchamos y las escuchamos y me parece súper importante.

Todas ellas han sido mis maestras y yo bueno, yo les leo, les estudio, los escucho, pero creo que también falta muchísimo esta parte entre que nos escuchemos nosotras, porque aparte ya somos como un relevo generacional, ¿sabes? Yo sé que hay espacios que justo están promoviendo este diálogo intergeneracional, pero apenas porque tenemos una distancia muy grande con ellas, o sea, ellas son de los años 70, ellas están rondando los sesenta y tantos años y si me he dado cuenta de que hay muchas formas en las que estas feministas históricas, tienen una manera de ver el feminismo y que lo vivieron desde un lugar muy distinto al nuestro y en ese sentido, es importante este diálogo intergeneracional, pero que también ahora nos toca escucharnos entre nosotras. Entonces eso, eso lo celebro muchísimo.

Entrevista cinco

Entrevista cinco

Edo: CDMX

Entrevistada: D (D) 

Entrevistadora: Leticia (L)

Fecha de entrevista: 12/01/2023

(L)  03:31 Si pudieras compartirme un par de acontecimientos importantes en tu vida que te hayan acercado a las opiniones, organizaciones o causas feministas.

(D) 04:00 Sí, yo creo que han sido muchos, pero quiero pensar dos muy significativos. Mmm… Pues percibo que mi acercamiento como más, incluso como activista feminista, ocurrió en Sonora. Porque si bien desde hace varios años yo ya me dedicaba al activismo, estuve anteriormente en un colectivo mixto que se llamaba “Jóvenes en Resistencia Alternativa”, y ese fue un primer hito: conocer a Jóvenes en Resistencia Alternativa fue un primer hito para acercarme a los movimientos de izquierda y a las organizaciones de la sociedad civil, a los movimientos de lucha por el territorio, etcétera. Pero francamente, ya algo feminista fue cuando me fui en el 2016 a Hermosillo, Sonora, por un trabajo viaje para allá y ahí me tocó conocer el movimiento feminista de las sonorenses. 

Entonces eso para mí fue una revelación muy grande, yo creo que por la fuerza y la seguridad con la que las vi. O sea, para mí fue muy impactante ver a unas morras bien decididas en un estado en donde no somos la multitud. Éramos unas cuantas las que estábamos afuera de las instancias plenamente reconocidas, y las chicas, sin ningún miedo de ser reconocidas, como de: “No, ¡Pues mejor! porque saben quiénes somos”, es tal realidad de las cercanías o de vivir en un lugar en donde hay mucha menos gente y eres más reconocible. Pero eso a la vez era, en ese momento y en esos instantes, una ventaja muy grande, porque la gente te conoce y entonces saben que lo que estás hablando lo sostienes con tu persona, con tus acciones cotidianas. 


Yo creo que esa fue una muy fuerte, y creo que previo a eso… no yo creo que después de eso… antes ya me consideraba feminista, pero insisto en que en los dos momentos que me acercaron más a la lucha social y al feminismo como tal, fue a través de. En Hermosillo, junto con varias colegas amigas, hicimos una biblioteca que nombramos la biblioteca de mujeres y ese espacio, -La Morada Biblioteca de mujeres- ese espacio funcionó como un espacio de articulación, de gestión, de encuentro, era un espacio cultural, político, organizativo. 

Entonces, funcionábamos haciendo de todo entre todas. Incluso quienes no formaban parte del colectivo como tal, pero eran parte de otras colectivas y asistían al espacio. El espacio se hizo gracias a esa cercanía y colaboración que decidimos tener todas en ese momento. Entonces, podría narrar muchas más, pero creo que esas dos ahora las tengo muy presentes. 

(L)  07:19 Bueno, no sé si esta pregunta te ayude como a narrar esas otras más; justo como pensamos en, o sea, como en algún acontecimiento nacional o internacional, que te hayan acercado también al feminismo. No sé si el primero se relaciona o no…

(D) 07:39 Justo en abril del 2016 ,fue cuando tuvimos esta emergencia, esta primavera morada. En Ciudad de México fue multitudinaria, y fue increíble, y fue un hito: marcó un hito. Y también fue un paralelo en Sonora, porque aunque no éramos tantas, para mí marcó un hito. Yo también, por una parte estaba en Sonora y decía: ¡Ay!, ¡cómo quisiera estar en Ciudad de México, ahora en este momento!, pero sí se relaciona en ese sentido, sí fue el Movimiento Nacional del 24A quien nos convocó. 

Por supuesto esas coyunturas vienen construidas de espacios organizativos previos, porque sin eso el 24A no hubiera sido. Yo creo que muchas veníamos pensando en sacar un comunicado, hacer una, porque lo hablamos como con muchas compas y muchas estábamos con esa energía de ¡ya wey!, o sea, es momento de hacer algo, no sabemos qué, pero un llamado. Ese fue el momento histórico con el que lo vinculo.

(L) 08:49 ¡O sea que chido y que bonito recuerdo!

(D) 08:55 ¡Bien poderoso para todas nosotras!

(L) 08:58 Y en ese sentido, o sea, justo como pensando en lo que señalas del 24 de abril y la primavera violeta. ¿Cuáles son los principales problemas que hay en México en los últimos años?

(D) 09:24 Bueno, pues la alta tasa de feminicidio es, por supuesto, la alta tasa de violencia hacia las mujeres, que también, quizás no sé si darle el crédito a las redes sociales, pero bueno, las mujeres también nos hemos hecho de herramientas para empezar a decir lo que pasa. Entonces ha sido un fenómeno del cual nos hemos ido apropiando para tener voz… ¿Y cómo iba la pregunta?

(L) 09:55 Los problemas más importantes en México en los últimos años. Y claro que sí, coincido contigo.

(D) 10:01 Sí, pues yo lo relaciono con eso: en un país también como de una gran impunidad, en donde sabemos que nuestras vidas no valen en el sistema, porque el sistema no nos cuida, no genera políticas públicas que realmente combatan estos feminicidios, entonces pues yo creo que se han combinado eso. Mucho hartazgo social, por supuesto, para quienes también, pues para toda la población ¿no?, porque iba a decir para quienes nos hemos organizado y hemos luchado, pero bueno, en las condiciones del país. Estar vivo es una lucha.

(L) 10:44 Sí, sí, lamentablemente. ¿Cuáles son los valores y principios representativos del feminismo en México?

(D) 10:54 ¡Uf! yo creo que no hay como tal valores universales en el feminismo y creo que en los últimos años se ha visto más claramente con esta ruptura sobre quienes  son las, les, sujetas del feminismo. Y entonces yo creo que, bueno, como seguramente muchas observamos, no hay un postulado único. Creo que el primer postulado que llegó a encontrarnos fue un… lo voy a decir así, dando los créditos, pero un “¡ya basta!” como el del zapatismo, fue un “¡hasta aquí!” que nos hizo en un primer momento, encontrarnos a muchas. 

Y bueno, desafortunadamente, pues en estos momentos hay un quiebre, hay una ruptura entre las posturas políticas de quienes creen que solamente las mujeres que tenemos vulva podemos acceder al feminismo, y quienes creemos que el feminismo es una lucha que nos debe incluir también en las diversidades y a personas oprimidas, a mujeres transexuales, a personas no binarias y bueno, yo creo que sería más bien hablar de cuáles son cada uno de los postulados, ¿no? Y más allá, como de estar de acuerdo con… bueno, no, sí estoy de acuerdo con lo que tiene que ver con la lucha por reconocer cuáles son las mayores [problemas], o cómo las opresiones están en intersecciones, como se habla en el feminismo interseccional. 

Entonces, más bien si me preguntas, lo que te podría yo contar es cuáles son esos postulados del feminismo que me representan, y son estos que incluyen una crítica también a la clase, a la idea de razas, al racismo, ¿no? Que es interseccional en ese sentido, que logra mirar que no solamente las opresiones del patriarcado son las únicas opresiones.

(L) 13:20 Y en ese sentido, entonces, ¿tú cómo llevarías justo estos valores que guían tu actuar feminista hasta cómo los llevas a la práctica?

(D) 13:33 ¿Cómo los llevo en la práctica? Pues bueno, de entrada ahora no estoy como en un colectivo como tal, organizándome. Pero mis espacios no son trans excluyentes, por ejemplo. Trato también de hacer visible, las propias concepciones transfobicas que tengo, -que tenemos-, porque nos construimos en un mundo de binarios y nos lo creímos por mucho tiempo. 

Entonces, pues tratar de estar consciente de que como persona que creció en un mundo binario, hoy está reproduciendo conceptos, pero estar dispuesta a cuestionármelos y estar dispuesta, a dialogar y a decir: ¡Ah, no mames! O sea, ¡sí, lo siento! No me había dado cuenta de lo transfóbico que puede ser esto, de lo clasista que puede ser esto. Porque por supuesto que hay clasismo y racismo en todas nosotras y todes nosotres, sobre todo en un país tan racista y clasista como éste.

(L) 16:29 ¡Buenísimo! Pues entonces retomando, me estás contando que existe este clasismo, o este racismo, o esta exclusión a estos cuerpos distintos, en particular sobre el racismo, el clasismo y el machismo. ¿En qué situaciones las has encontrado, en la Ciudad de México y desde tu ser feminista? ¿Qué se puede hacer para que ese machismo y ese clasismo y este racismo dejen de ocurrir? Y me parece que no, bueno, no sé si eso se vincula con tu práctica como rapera, propiamente.

(D) 17:12 Sí, bueno, respondiendo a esto último, sí, claro que está vinculada a mi ser rapera; mi práctica tiene que ver con el camino político y la expresión política sí que me ha tocado experimentar; no podría cantar separándome de eso, ¿no? ¿Y cuáles son? ¿Dónde he visto, donde he encontrado esas situaciones de clasismo, sexismo, racismo en la ciudad? Pues todo el tiempo, todo el tiempo y yo creo…Estoy tratando de recordar quizás como las primeras aproximaciones a darme cuenta de que eso ocurría, pero yo creo que desde muy pequeña: mi propia familia con la comunidad que digamos era la que tenía dinero de todo el círculo familiar. Entonces, pues desde bien pequeña aprendí que yo era de las pobres, desde bien chiquita. 

De pues eso, como hablando del clasismo, pero pues en todos lados te lo encuentras, si no luces o tienes aspecto de que quieres ir a una fiesta o quieres ir a un antro, te miran mal por como luces. En fin, como que hay un chorro de ejemplos todos los días. 

Y de racismo, yo creo que el racismo más fuerte que sentí también, curiosamente lo experimenté en Sonora. Porque allá la gente, hay gente como mucho más blanca, hay mucho más blanca, oye, está loco porque noto que es una interiorización, no se incluso de no reconocer mi ser morena, y ser morena. 

En fin, fue ahí donde más noté como que mi color de piel era diferente, está loco, pero me tomó muchos kilómetros para darme cuenta, como también lo blanqueada que estaba mi cabeza, incluso por las historias de familia y por la narrativa de la familia. Yo en mi casa no soy morena, yo soy apiñonada o hasta hace unos años era así, entonces como el concepto de ¡ah eres morena!, o sea, quizás como es, o como esas cargas conceptuales con las que una crece y pues ahí es cuando ya me di cuenta que la tenía súper interiorizada y que me sentía apiñonada y no como una mujer morena. 

¡Ah y del machismo! Pues igual desde bien morrita con los vecinos de la cuadra, diciéndome que yo no podía jugar carritos porque era niña, o con mi abuela cuando iba caminando hacia el tianguis, -que mi abuela es mi adoración y que en la gloria está- pero íbamos caminando rumbo al tianguis y yo iba caminando, me acuerdo que tenía mi melena era muy larga siempre y era lacia. Entonces yo iba caminando y veía cómo mis hermanos venían rebotando en la manera de caminar hacia el tianguis, los tres veníamos adelante de mi abuela y mi tío. Y yo empecé a caminar como ellos y sentí que mi cabello, como iba flotando, yo me sentía maravillosa. un personaje fuera de serie con mi caminata y mi pelo. Y mi abuela me habló y dije: “¡Claro! ¡Ella también se dio cuenta de lo maravillosa que me veo!” y me dijo: 

“Hija, es que tienes que cuidar cómo caminas. Mira, tus hermanitos caminan más así, pero pues tú tienes que caminar más femenina, no te tienes que mover tanto…” y ¡shock total! ¡Así, impactada!, no le pude decir nada a mi abuela porque pues era mi abuela y aunque era muy dulce conmigo, pero pues no, no era un tema que estuviera a discusión en esos momentos.

(L) 21:39 Para ti, ¿cuáles son los principales legados que las luchas feministas han dejado, tanto a las feministas como a las sociedades?

(D) 21:52  ¡Uf! ¡Son un montón, son un montón! a veces por los conflictos que hay en feministlán, yo quisiera no nombrarme feminista, pero reconozco que el feminismo no es como algo que se quita y se pone, si no forma parte de una epistemología. O sea, se ha creado una epistemología para que podamos analizar el mundo, que eso es como, ¡guau! Es otra manera de concebir el mundo.

Entonces es una gran aportación, independientemente de las posturas políticas, es una enorme aportación a la manera de analizar el mundo y creo que eso para mí ha sido una cosa trascendental, y que me ha reventado la cabeza con todas las cosas que yo creía ciertas y que a partir del feminismo, empecé a cuestionar. O sea, cosas tan simples y me sigue sorprendiendo ¡y me sigue sorprendiendo!

(L) 22:51 ¡No terminamos!

(D) 22:54 No terminamos y bueno, además, creo que el feminismo como movimiento político ha sido madre o ha parido, ha abierto brecha para que otros cuestionamientos se posicionen y tomen fuerza. O sea, toda la teoría del género en realidad ha sido sustentada por el cuestionamiento que se ha hecho de los roles de… pues sí, todo el cuestionamiento de cómo a nosotras nos han determinado mucho por el sexo, y como eso es una verdadera falacia. Entonces creo que son incontables las aportaciones del feminismo, sobre todo partiendo de que no es una cosa que las feministas hicieron, sino que hay una mirada de mundo nueva, ¡Ahí nomás! 

(L) 23:52 Y hace rato justo comentabas que hay cosas en lo cotidiano, si entendí bien. O sea, como que todavía te siguen sorprendiendo, pues al ser feminista. O sea, ¿Podrías ejemplificar cómo ha impactado el feminismo en tu vida?

(D) 24:10 Pues eso de manera muy profunda. O sea, yo veo… No sé, por ejemplo, pienso que antes yo creía que yo no había sufrido violencia, o sea, yo no lograba observar que había agresores en mi vida porque no lo veía. Finalmente reconozco que soy una mujer muy bendecida, muy afortunada quizás, porque he tenido violencia en mi vida, pero sé que no ha sido una violencia extrema; y aún así, pues ya que una la analiza a través del feminismo, es como de ¿es normal? ¡no mames, pero sí era violencia! ¿no?

Pero, la culpa sobre todo: la moral cristiana, católica o cristiana en este país es fuertísima. Yo vengo de una familia ¡que adoro! y es muy conservadora. Entonces la culpa formó parte de mi cotidiano. Entonces el feminismo me trajo a la vida en ese sentido, porque yo pensaba que merecía el castigo y que era una mala persona y todas las cosas que la gente provida te dice, me lo creí por mucho tiempo. Y el feminismo fue quien vino a decirme: ¡Pues no! tú tienes derecho a decidir sobre tu cuerpo. Entonces, eso ha sido una revelación muy grande, incluso de temas que a veces una pasa por alto, porque crees que a ti no te está pasando.

(L) 25:58 A partir de lo que nos has contado, entonces, ¿cómo definirías qué es el feminismo?

(D) 26:06 Pues sería, qué es para mí el feminismo. Pues el feminismo, es un movimiento social que está encarnado, y cuyo sujeto político somos las las mujeres; las mujeres trans, las mujeres cis, las identidades no binarias y también el feminismo es una epistemología. 

Y bueno, hablando perdón, hablando de un movimiento social y de una lucha social, pues es una lucha por ser reconocidas desde nuestros derechos; desde nuestras particularidades; desde nuestras necesidades. Y sobre todo, negando que sigan existiendo las jerarquías para clasificarnos, para catalogarnos, para considerarnos menos. Creo que tiene que ver con una interseccionalidad, como decía hace rato como de temas, que también el feminismo ha venido impulsando… Y… ¡Se me fue el hilo!

(L) 27:26 El feminismo, qué es el feminismo y esto que señalabas desde la interseccionalidad y que… 

(D) 27:34 Es difícil, quería regresar a que también es esta epistemología. Entonces, pues constituye una corriente de pensamiento, una epistemología que permite cuestionar y nos ha permitido cuestionar el mundo patriarcal, y que además está abierta, a seguirse construyendo con otras teorías y con estas críticas desde las intersecciones.

(L) 28:08 Podrías platicarme, o sea justo creo que tienes clara una reflexión, o sea, desde tu ser feminista de manera personal y también como en términos de movimiento, y me parece como muy enriquecedor cuando hablas de feministlán y con lo que implica. 

Y bueno, en ese sentido, pues también me parece que de verdad haces una parte muy importante de estas distintas vertientes del feminismo, ¿no? Entonces quisiera dejar en tus palabras, que nos cuentes de qué va tu trabajo, ¿qué es ser rapera feminista?

(D) 28:52 La verdad es que no lo planeé como tal, ser rapera feminista, salió tanto así porque mi ser político pues es feminista, ¿no? Entonces el rap es un diálogo que yo miro, que las mujeres y disidencias estamos haciendo desde un lugar muy honesto, porque también en el rap es como decir que yo soy el más v3rg4, ¿no? 

Y que tú vales v3rg4, v3rg4 y se miden las v3rg4s entre ellos, y muchas narrativas son incluso medio farsantes, porque sale la banda retratada con un carro último modelo ¡Cuando no tienen ese carro último modelo! con un montón de mujeres sexualizándolas. Pero yo donde noto que las mujeres estamos haciendo -las mujeres y las disidencias-, estamos haciendo una diferencia muy clara, es en un rap muy honesto que viene muy desde la entraña, muy desde las realidades que nos ha tocado experimentar. Que son además narraciones que por la propia historia de la humanidad y del patriarcado, pues han sido historias silenciadas por mucho tiempo, muchas voces silenciadas por mucho tiempo. 

Entonces, noto la cualidad de las disidencias y mujeres que estamos nombrando, o la cualidad que noto en nosotres, nosotras, es que estamos dejando de callar muchas historias que no sólo tienen que ver con nosotras, sino con nuestras ancestras o con la que está al lado, o con la prima. Y que cuando las hablas y las narras te das cuenta que no es una cosa porque tú estabas loca, sino porque en realidad les estaba ocurriendo. 

Entonces mi ser rapera surgió en la pandemia. Ya antes había tenido un coqueteo, había ido a un tallercito y dije ¡Uf! ¡Esto está increíble! pero en la pandemia supe de unos talleres de Rapquimia, -por cierto, con Marta Ugarte, Vicky, Cintia Franco- y esos talleres me revolucionaron la vida. Y justamente la cualidad de estos talleres tenía que ver con, ir con nuestras verdades profundas. Que sí lo hacíamos porque nos lo decían, pero insisto que eso es algo que ya una trae, porque han sido como mucho tiempo de vivir las simulaciones, y las simulaciones de generación tras generación, y que las mujeres de las familias tenían que seguir callando. Hasta que llegamos otras generaciones en donde, pues tenemos la obligación, la necesidad de nombrar todo lo que no había podido ser nombrado en nuestras familias, por ejemplo. Entonces eso fue una cosa muy que surgió con el empezar a rapear y… ¿Qué más, era eso verdad?

(L) 32:02 Principalmente, y lo que te quería preguntar, o sea, como esta reflexión de ¿Tú entonces, cómo consideras que este tipo de rap, pues claro que aporta al movimiento feminista o desde dónde o cuál es el vínculo con este movimiento?

(D) 32:42 Pues las artes son un lugar muy importante para reflejar y también para fortalecer los estereotipos de cada sociedad, entonces, el hecho de que cada vez haya más mujeres, sí en el rap, y por supuesto que también en todas las otras artes, en donde gráficamente, visualmente, conceptualmente se están construyendo otros símbolos, es superpoderoso. Es superpoderoso y es contundente con el acercamiento que genera en la humanidad, estas expresiones, por supuesto, habrá gente que diga estas feministas, pero esa gente no nos importa!

Yo pienso que nos importa cómo estos símbolos, estas nuevas significaciones, estas nuevas maneras de leernos, puedan ser accesibles a otra banda, o por lo menos así es como como yo me pienso; a veces carezco como de la suficiente seguridad para decir, ¡mi trabajo rifa la la la!, tengo momentos de mucho bajón en donde digo ay, pero qué estoy haciendo, no sé, no tengo dinero por estar rapeando, como ¿que estoy haciendo. 

Pero entonces me acuerdo de otras que hicieron, que nombraron. Que con un performance, me mostraron otras realidades y recuerdo lo poderoso que eso fue y como también eso me ha acompañado en mi camino para cuestionarme el mundo y entonces digo: ¡No manches! ¡Sí!, ¡Sí, hay que contribuir también desde estos espacios! sobre todo, a mí me ha costado trabajo, tener un trabajo constante en el rap, porque yo antes de ser rapera también he sido eso: feminista y activista feminista. 

Entonces mis labores tenían en otro tiempo que ver más con estar acompañando, estar en acompañamiento de procesos; también fui acompañante de abortos, y también estuve apoyando en acompañamiento a compas que estaban siendo violentadas, y a estarnos organizando, etcétera. Y como que sentí que ese era el papel principal que me tocaba. Y ahora desde las letras, desde la poesía, desde el slam Poetry, desde el rap, desde el encuentro con otras voces para también hacer cosas juntas desde la danza. También soy bailarina. 

Entonces, estoy tratando también de reconciliarme con esa parte que tenía un poco desdeñada, aunque siempre ha sido mi pasión, para decir: pues es que también desde ahí estamos haciendo cosas, y también desde ahí estamos contribuyendo a que otras nos sintamos acompañadas. Quizás con las letras, que cuando más difícil lo estamos pasando, -por lo menos en mi caso- pongo a alguna cantante, algo de música para que me acompañe. Entonces, halagüamente me gusta pensar que para eso es mi música, para también acompañar; acompañarme y acompañarnos en nuestra organización y nuestra resistencia en nuestra construcción de otros mundos.

(L) 35:58 Muchas gracias, Diana. Y justo, o sea, me parece que podemos enunciar otro tipo de arte que nos acompaña. Y claro que la música es una de ellas y justo, ahora que mencionas que tuviste también esta experiencia, pues… no entendí bien si como con otras mujeres organizadas, o como de manera individual en casos de acompañamiento de aborto. Bueno, o sea, me parece que también es una experiencia que es muy rica y que podría recuperarse, pero no sé si quisieras compartirnos un poco más…

(D) 36:43 Pues fue justo en mi llegada a Sonora, que yo asocio mucho con esta necesidad de tomar distancia de mi familia. No porque sean malos, sino porque en mi familia esta súper, súper mal visto el aborto. Pero fue a través de cómo de llegar allá de conocer a otras mujeres abortistas, pues que yo también empecé a cuestionarme el tema del aborto. Y allá conocí a las redes de mujeres, que además esa realidad, fue muy contrastante para mí como de vivir en un lugar en la Ciudad de México, en donde los derechos abortivos están medianamente garantizados; porque puedes ir a las clínicas, porque no te van a, en esos entonces no te iban a meter a la cárcel por abortar, pero en Sonora, -ya está despenalizado en todo el país- pero, en los años que yo estuve allá no estaba despenalizado. 

Entonces todo tenía que hacerse desde la clandestinidad, desde estar construyendo redes fuertes en donde el trabajo de acompañamiento jamás fue sola en esos tiempos. Ahora más o menos así es, pero incluso ahora sí, si llega alguna chica a necesitar información sobre cómo realizar el procedimiento, siempre sé que cuento con una red de abortistas a quien les puedo preguntar así de: oye, fíjate que esta es la situación, ¿tú qué experiencia tienes? 

Por supuesto, las que nos hemos convertido en acompañantes también hemos tenido espacios formativos que además generamos entre nosotras. Generamos desde el apoyo mutuo, desde compartir nuestros saberes. Entonces, aunque yo he llegado a la mayoría de mis acompañamientos, digamos que yo tengo la información para compartirsela a las compas, pero siempre está ahí el conocimiento de las otras que nos han compartido sus saberes y la opción de poderlas contactar y de podernos contactar si tenemos alguna duda o si requerimos saber alguna otra experiencia, entonces, sí, es a partir de una red.

(L) 39:20 Muchas gracias. Bueno, a mi me emociona mucho escucharte porque refleja muy bien muchas inquietudes propias, O en voz alta, pues sobre todo este trabajo feminista que bueno, a mí me emociona mucho porque seguimos, nada nos para. Quisiera preguntarte, ¿a qué violencias consideras que se enfrentan las mujeres de la Ciudad de México y de su periferia? 

(D) 40:04 Mmm…De Ciudad de México y de su periferia, pues en general las periferias están… quizás no me atrevería a decir que diseñadas para… Pero las periferias generalmente implican precariedad, implican pobreza, implican desdeño del Estado, justo por la pobreza. Entonces es muy contrastante, por ejemplo, ahora estar viviendo en Tláhuac, a estar viviendo en Xochimilco, es una realidad diferente. 

Yo pensé que iba a ser más fácil, pero justo es estarme topando con eso. ¡Mi vida es de vivir en las periferias! básicamente. Excepto en los últimos años que estuve en Sonora y no estuve en una periferia, aunque si era periferia, pero que no era considerada como tal. En términos de clase es una periferia que está más blanqueada, allá en Sonora. 

Pero acá en Ciudad de México prácticamente toda mi vida me ha tocado vivir en la periferia: como dicen algunas compas hay de periferias a periferias, porque pues ahora que estaba viviendo en Xochi, que se considera como una parte ya más periferia, para nada ¡para nada, es como esta periferia! O sea, y eso que al ladito tengo aquí el bosque de Tláhuac y está lindo porque tienes algo de verde, pero nada menos, ves todas las unidades habitacionales. O sea, como el tipo de arquitectura que hay acá, el tipo de casas que implican un nivel socioeconómico, ¿no? O sea, ¿a quienes mandan a estas partes? ¿qué tipo de construcciones hacen en estas partes? 

Viajar por toda avenida Tláhuac y ver el tramo del metro que se cayó por la negligencia de las autoridades y saber que eso pasa porque es la periferia, porque en el túnel dos del metro que pasa por el Centro de la Ciudad son los vagones más chulos que hay, donde hay más seguridad. No sé si valga la pena enseñarte, pero aquí se nota que es barrio ¡Barrio bravo! porque todo está lleno de rejas. 

Tengo una reja para entrar aquí, hay una puerta para entrar aquí por el pasillo. Mis ventanas tienen rejas, hay una reja de la reja: la reja general, y hay una reja en la entrada de la puerta, entonces ¡uf! O sea, justo haciéndome esta pregunta, te iba a comentar que estoy también pensando en escribir sobre esto, porque es muy notorio cómo en estos espacios se generan ciertas dinámicas, por omisión seguramente, y también por política pública de que no les gusta la pobreza a la gente que está en el poder, cómo hay muchos destellos del desdén que hay en estos lugares. 

Nada menos; poder salir de aquí implica por lo menos una hora 15 minutos para poder llegar a… ¡Y no te digo que a un metro!, o sea, para poder llegar a Periférico, ayer me tomó prácticamente una hora. Y yo no estoy lejos de periférico, en términos de estaciones del tren, del metro, son creo que dos o tres estaciones de la línea 12 ¡Y me tomó una hora llegar ahí! o sea, así es el transporte…Sí es que se cayó el metro sí, pero también es… Por ejemplo, en una de las avenidas más transitadas, los camioneros pueden pararse sin que haya ninguna autoridad que les diga que no lo hagan, pueden quedarse parados en Periférico porque están esperando que la gente suba, aunque ellos estén en medio del Periférico. Entonces los niveles de impunidad son más, más notorios. Y sí hay, sí hay una clara distinción entre el Centro y la periferia.

(L) 44:41 Y para los movimientos feministas, diré de la Ciudad de México. Entonces, ¿qué estrategias consideras que han sido las empleadas para visibilizar y erradicar los distintos tipos de violencia? Me parece que ahorita  platicaste o implícitamente mencionaste alguno, pero, ¿desde el feminismo, o sea, contra la violencia hacia las mujeres, esto funciona y qué es lo que se hace también para erradicarla y visibilizarla?

(D) 45:18 Pues creo que… Es que hay varias estrategias. Quizás desde mi modo de ver, depende más de qué es lo que cada una decide hacer desde el feminismo. O sea, puedes volcarte, hacer como más trabajo administrativo y de gestión con las autoridades para pedirles que establezcan mejores vías de comunicación, o puedes también organizarte con el barrio y hacer un desmadre, porque veo que aquí el barrio es bravo y también se organiza. 

Entonces, pues creo que tiene que ver también con distintos momentos y distintas estrategias. En lo personal, no considero que alguna estrategia o que alguna táctica sea inadecuada, como de repente tener acercamiento con las autoridades en un momento importante, en el que quizás hay movilización en las calles, puede resultar estratégico para conseguir demandas específicas; o hacer una campaña de firmas, una campaña también, establecer contacto con artistas, hacer un acto político cultural. Depende en realidad del momento. Creo que por las coyunturas tan constantes y las situaciones de violencia cotidianas, últimamente a lo que a lo que más visibilidad se le da… porque iba a decir “lo que más hacemos últimamente,” pero reconsidero, me regreso y lo vuelvo a decir: Creo que sí hemos estado haciendo y sí se hace también gestión cultural de nuestra rabia, y de nuestra palabra, y eso es también súper poderosísimo. 

Pero creo que lo que más se le da difusión es a los momentos reactivos que tenemos como feministas, a los momentos en los que hacemos acción directa y eso es lo que se le da visibilidad. Pero en realidad por las redes feministas que conozco sé que permanentemente estamos generando puentes y estamos generando espacios para encontrarnos y cuestionar. E insisto, o sea, incluso también esto cultural lo tomaría como parte de acciones que se hacen por dar visibilidad o por transformar o exigir cosas a los gobiernos.

(L) 48:08 Frente a la pluralidad del feminismo, que ya lo has dicho también un poco a lo largo de la entrevista. ¿Qué consideras que es lo que ha posibilitado que coincidan estos distintos feminismos en las últimas décadas?

(D) 48:26 Pues lo que te decía hace un rato, es que yo creo que hubo un “¡Ya basta!” generalizado un: “¡Ya no queremos esto!” como le llaman en algunos lados, como la época del #MeToo, y que es preciso encontrarnos en un llamado muy fuerte, en una exigencia muy fuerte, como de: ¡Wey! ¡O sea, no estamos locas, esto está pasando! y no solo en este país, sino en todo el mundo. 

Pero creo que después de este “¡No!” generalizado que nos encontró, cuando quisimos empezar a escarbar en las particularidades de lo que sí nos une, ha sido donde se han dado estos fraccionamientos del feminismo. Entonces más bien creo que la tendencia que ha ocurrido en los últimos años, ha sido como a demandas específicas y con ideologías específicas en torno a cómo hacer la lucha. Sí, eso sería. Por ahí lo veo.

(L) 49:42 Ok. Y también un poco, al principio de la entrevista señalabas el papel de las redes digitales, pero no quise tocar en ese momento, porque me parece que aquí es donde podríamos ampliar más ¿Qué papel crees que han jugado las redes sociales en la lucha feminista?

(D)  50:13 Pues yo pienso que, para mí -mejor dicho-, ha sido muy importante. Estoy segura que también para mis compas, porque aunque está toda esta crítica en las redes sociales, las cuales suscribo, ¡Porque puedo ser una adicta de las redes y dejar de hacer mis cosas por estar baboseando cosas en las redes! Pero por momentos nos permitió comunicar muchas cosas, mucha información que estaba reservada a quienes tienen los medios de producción para generar sus espacios noticiosos. 

Y no voy a hablar de una democratización, porque eso no existe, porque hay un chingo de gente que no tiene acceso ni a la luz ni al Internet, no hay democratización. Pero para las personas que hemos podido utilizar las redes para informarnos de lo que pasa, ha sido una gran herramienta. También, por supuesto, y cada vez se sabe más, que es una herramienta que está al control de cierta élite, porque finalmente sabemos que Facebook puede ser súper misógino, que puede ser súper permisivo con la violencia que ejercen los vatos o políticos, ¿no? 

O sea, está lleno de subterfugios, de bots, que finalmente sigue, o sea, lo que nos demuestra en las redes sociales es que siguen estando al mando de los poderosos, pero hay momentos de destellos en donde hemos podido comunicar por ahí cosas, ¡No sé si de destellos! ¡No sé cómo decirlo! Porque por una parte pienso que sí ha habido momentos también coyunturales en las redes que han marcado hitos como esto del #MeToo

Y por otro lado, pues cada vez también resulta más difícil poder comunicarte con el grueso de la población a quien estabas pudiendo ver originalmente, cada empresa [te permite] 20 personas en tus redes y son a las únicas que ves, es lo que hacen y si tienes suerte después te encontrarás a otras 10. Pero, el algoritmo vuelve cada vez más cerradas, entonces, pues tiene sus asegunes, pero creo que ha servido bastante para difundir el mensaje de que nos hemos estado organizando.

(L) 52:47 Necesitamos más hackers feministas…

(D) 52:50 Sí, ¡Y nosotras mismas ser unas hackers del sistema!

(L) 52:55 ¡Sí, sí, sí, sí!

(D) 52:57 Nos estaban contando en una formación de cuidados digitales, de cómo existen otras redes sociales que no funcionan así como Facebook, porque Facebook además surgió de una manera súper misógina, porque este güey, el creador, en realidad había hecho la red social para calificar a las mujeres de su campus. Entonces está bien cabrón, porque es muy claro el surgimiento y cuáles eran los objetivos de esa red social, entonces como tales, pues no vamos a tener mejores resultados que, el que cuando abras tu página, te va a salir la publicación con más comentarios y con más interacciones. Que generalmente, además ¡Son conflictos! cuando hay más interés en las redes sociales ¡Es porque hay un pedo! Y ese pedo va a ser lo primero que te va a salir en tu feed, y va a ser de lo que te vas a alimentar, seguramente también te vas a pelear o vas a tomar bando en eso. 

Y bueno, pues también ha implicado un desgaste bien grande, yo he visto grandes rupturas también en el feminismo ha sido a través de las redes sociales.

(L) 54:10 Ok, sí, sí, claro, no lo había pensado así… Sí, sí, sí.

(D) 54:18 Pero bueno, no, ahora sí que no estamos listos para tener la conversación de que hay otras redes que podríamos estar usando en vez de Facebook, porque somos animalitos que buscan la aprobación ¡Me incluyo! y andamos en búsqueda de los likes y de gente que nos siga y que compre mi música, ahora sí de: ¡Quiero vivir de rapera!

(L) 54:44 ¡Qué te digo! Yo también desde aquí tengo anhelos semejantes a ti. 

(D) 54:54 Pues seguramente también en la academia o en lo que estás haciendo es cómo de bueno, quiero que conozcan mi trabajo y así estamos: ¡un like por favor!

(L) 55:15 ¿Cuáles son las figuras políticas más representativas? No sé, personajes, colectivas, históricas, nacionales o regionales que consideras que son retomados por el feminismo en México? 

(D) 55:35 Nacionales o internacionales, ¿no? Pues es que eso de nuevo tiene que ver con qué aproximación del feminismo te representa, ¿no? Entonces pues entiendo que… ¡Ay! ¡la verdad no se de autoras!, o sea sí sé, pero no sé, porque no me acuerdo de los nombres. 

Pero bueno, estoy pensando en Judith Butler como parte de aquellas que han estado revolucionando el género; Kate Millet, como parte de las reflexiones de las compas que se adjudican radicales. Pero si te soy honesta, no he sido sistemática en revisar quiénes son ellas y pensando en las colectivas feministas… 

Pues no sé, me tocó conocer, pero no conozco profundamente su trabajo, pero he sabido de la Red de Lesbianas de México, que han hecho un trabajo importante de muchas cosas. Incluso de desmarcarse de prácticas misóginas que les ha tocado ver en en espacios LGBT y que han hecho una lucha, -a mí me parece bien valiosa-, porque creo que especialmente, pensándome ahora también como una mujer que se asume lesbiana, como en lo difícil que es en una sociedad como la como la de México, hablar del amor entre mujeres. Es muy fuerte mirar todo el recelo que hay del amor entre mujeres. 

Pero históricamente, pensando en… o sea, otro que conozco, por ejemplo, pero no me acuerdo de su nombre, solamente recuerdo que tenían una… hicieron una serie de actos performativos que está conformado por Mónica Mayer, que era como Polvos de gallina negra. Creo que tenían uno de sus productos con los cuales a través del arte hicieron una crítica bien fuerte a los mandatos machistas y patriarcales de su época y todo con performance, y abordado también desde el humor, desde el humor negro y pues en realidad, esas son las que conozco, ¡Pa´ qué te miento!

(L) 58:22 Y bueno, ya como en horizonte de que vayamos cerrando la entrevista, ¿Qué críticas desde el feminismo se han hecho a la política y a la democracia que hay en el país.

(D) 58:47 A la subrepresentación de mujeres, a todo lo misógino del discurso, a la jerarquía, la perpetuación del poder… bueno, eso venía desde antes, pero a los pisos, ¡digo, a los techos de cristal en lo laboral… ¿Qué más? Pues insisto que han sido muchas, porque tienen que ver con las políticas públicas que se establecen. Por ejemplo, yo antes pensaba que los ninis justamente eran como esas personas que están huevonas, morros. Además, con la imagen de hombres adolescentes que están en su casa rascándose los huevos, ¿no? 

Y cuando logras ver un análisis feminista de quienes son las ninis, pues en realidad y por lo general, son mujeres dedicadas al servicio de cuidados. A los cuidados de las personas, ya sea de los hijos de alguien enfermo, o alguien más grande. Entonces, pues han atravesado todos los temas en todos los sentidos. 

E insisto, como en la representación de mujeres sí en los espacios parlamentarios, pero también en todos los espacios de la vida pública. El aborto, por supuesto. Pues yo hablaba de los techos salariales, el acoso en las empresas y las violencias machistas, que a mi sorpresa, por ejemplo, me tocó estar en un call center hace unos meses y parte de las charlas introductorias para entrar a ese call center fue que nos dieron un día completo, que es muy poco, ¿no? O sea, eso no abarca ni representa lo que tendríamos que estar sabiendo del tema, pero en donde se nos explicó que existía una instancia en la que podíamos ir a denunciar si había una situación de acoso. Que para mí es totalmente nueva, no me había tocado, o sea, desde hace rato no estoy trabajando en espacios de gobierno o en espacios así de la burocracia del país, entonces me sorprendió mucho ver esto en un call center.

(L) 01:01:15 Y en un privado, ¿no? Servicio privado.

(D) 01:01:18 Como una cosa de: “Esto es serio, y eso si no se acata, puede llevar  a tu despido” es así de bueno, o sea, ¡hace unos años esto era impensable! incluso ante una denuncia que yo hice para una organización para la que trabajaba. O sea, sabían de las malas conductas y de las conductas misóginas de cierto personaje y para eso no había una sanción. Sí había una sanción y una muy grave, si no llegabas a tomar tu vuelo a tiempo porque teníamos que estar viajando, y entonces administrativamente estaba súper claro que si tú no llegabas a tomar tu vuelo tenías una falta administrativa y a la segunda falta administrativa te vas. 

Y en el caso que esto fue en el 2016, en este caso se sabía de las actitudes machistas de este personaje, pero para eso no había una sanción, pues nos teníamos que comer las violencias sin tener ninguna instancia a la cual acudir. Seguramente se me pasan muchas, pero esas son las que recuerdo. 

(L) 01:02:26 ¿Y cómo consideras que es la relación entre el Gobierno en México y el movimiento feminista? Si hay motivos de conflicto, o de colaboración, no sé… 

(D) 01:02:39 De ataque total total en contra. Especialmente, o sea, en las ciudades en donde el movimiento feminista ha tenido mucha más fuerza, pienso en la Ciudad de México, pero hemos visto durante ya varios años, por lo menos tres… pues yo creo que desde, o sea, desde, yo tengo registrada en mi mente este tiempo en agosto del 2018, cuando fue la violación de esta chica por parte de policías y que todas fuimos a volcarnos afuera de la procuraduría y que a partir de ahí se empezaron a hacer televisados los actos de acción directa de las mujeres. 

Y creo que a partir de ese también, ese momento para mí marcó un hito de cómo las mujeres empezamos a salir a las calles, ya con el hartazgo así de: “¡No mames!” Entonces tuvimos un momento en el que pudimos presenciar que nuestra fuerza estaba imparable y llegó la pandemia y entonces no soy conspiracionista, pero… ¡Qué loco!

(L) 01:03:57 Que coincidió…

(D) 01:04:02 ¡Qué coincidencia! Que en el momento de mayor fuerza y poder del feminismo, llega una pandemia mundial que nos hizo estar a todas guardadas en nuestras casas…. Entonces, ¡Ay, soy bien despistada!

(L) 01:04:20 La relación entre el Gobierno y el movimiento feminista de la Ciudad de México.

(D) 01:04:24 ¡Sí! ¡Claro! Perdona. Entonces, bueno, lo que logro ver es que ha habido un endurecimiento y una clara afrenta al movimiento feminista por parte de los gobiernos. Quizás en unos es más fuerte que en otros, debido a los acontecimientos que, o sea pensando en los acontecimientos de los que nos hemos enterado, pero yo creo que hay una franca hostilidad hacia el movimiento, hacia los movimientos.

(L) 01:04:57 ¡Sí, sí, sí! ¡Yo coincido completamente! Ya como un poco para ir cerrando, tenemos justo un bloque donde nos interesa como conocer, cómo el feminismo ¿Qué proyecto alternativo de sociedad nos permite visualizarnos? iba a decir imaginarnos, pero me parece que estamos como desde un lugar político, lo digo, pues tratando de construir.

Entonces, pues en ese sentido quisiera preguntarte, por un lado, como en un término muy personal, ¿cómo se ha enriquecido tu mirada desde el feminismo? Y también, ¿como sería un mundo con perspectiva feminista. 

(D) 01:05:54  Mmm, ¿cómo se ha ido enriquecido mi mundo? Bueno, creo que eso en varios sentidos lo he venido respondiendo, cómo me ha cambiado la mirada por saber que los acontecimientos fueron analizados desde una perspectiva clasista, patriarcal, colonialista, etc. Y el feminismo, como ha venido a criticar, a analizar, a reflexionar y a criticar todos esos parámetros para medir la realidad. 

Y hablando de nuevo, como de mi propia postura dentro de los feminismos, pensándome en un feminismo que quiere construir más hacia lo comunitario, un feminismo que busca construir hacia prácticas más responsables con la Madre Tierra, o sea en ese caso como ecofeminismo, de un feminismo interseccional, de un feminismo trans-incluyente, pues me imagino apropiandonos del territorio, que tiene que ver con nuestro propio territorio, con nuestras cuerpas y nuestros cuerpos, con nuestros cuerpes. Apropiarnos del territorio, o sea, eso resulta muy difícil, porque estamos muy escindidas de los territorios, nos quitaron nuestro derecho a la tierra y a poseer los medios de producción. Entonces nos es muy difícil, me es muy difícil concebir sin estar vendiendo, por ejemplo, mi mano de obra,yo trato de hacer trabajo autónomo, pero de repente es una idea, pues no me sale. Sé que no sólo soy yo, sé que es un sistema y está ahí para volverlo difícil. 

Pero pues eso me imagino: re apropiándome de los espacios, me imagino haciendo trabajo colectivo, nos imagino organizándonos entre colonias y vecinos o vecinas, porque también de repente hay gente con la que no quiero tratar, ¿verdad? pero también ahora con los nuevos descubrimientos que he hecho sobre los feminismos, pues me estoy replanteando con quiénes quiero colaborar, ¿no? 

Y entonces eso incluye también a hombres que no les voy a decir aliados, pero que sé que son solidarios con causas, con personas en realidad. Estoy buscando relacionarme desde lugares éticos, desde lugares que cuestionen los privilegios y que sigan teniendo una perspectiva feminista. 

Y en ese sentido es que me imagino construyendo en los espacios más acotados con un sentido de pertenencia, en tanto que somos parte de este mismo espacio aquí y ahora. yo ahora soy de Tláhuac y soy de Tláhuac, porque mi situación económica no me permitió estar en otro lugar en donde yo tuviera el espacio que tengo, y donde podía traerme todos mis muebles y donde pudiera traerme una gatita ¡Porque también me tocó enfrentarme a buscar casa un fin de año en esta ciudad tan superpoblada, y con tantísima especulación inmobiliaria! Y entonces eso, pues en realidad me imagino construyendo con otras personas, no se cómo…

Lo único que he sabido hasta ahora es irme encontrando con quienes hay alguna afinidad como para hacer más fácil el encuentro. Desde ahí intentar hacer esa colectividad, que en otro tiempo pensaba que la colectividad era permanente y que yo tenía que formar parte de un colectivo para entonces poder hacer trabajo colectivo. Y pues en los últimos años, en realidad he venido haciendo trabajo colectivo porque me sigo encontrando con personas y decidiendo ser la colectividad en el momento, construir la colectividad en el momento, sabiendo que va a terminar, quizás porque el proyecto va a terminar, pero decidiendo hacerlo así. 

Entonces, por supuesto también esto no es, no creo que solo sea inspiración del feminismo, porque el feminismo ha abrevado de muchos movimientos y puedo reseñar el zapatismo también como parte, por lo menos en mi formación personal. Cómo desde formas administrativas menos centradas, más localizadas o focalizadas en cada lugar, se pueden dar relaciones de menor subordinación y de menor disparidad del poder, si además nos asumimos como sujetas o sujetos de lo que pasa a nuestro alrededor.

(L) 01:11:15 Querida, ¿hay algo más que quisieras agregar a la entrevista?

(D) 01:11:19 ¡Ha sido un placer hablar de todo esto!, tenía mucho que no hablaba. De repente ser rapera ha sido como entrar a otra dinámica de cosas, y ha sido un placer también para mí que me preguntaras todo esto, ¡He estado muy a gusto!



Entrevista seis

Entrevista seis

Edo: CDMx

Entrevistadas: P, B. (PB), K, C. (K), Serrucha (S), D (D) 

Entrevistadora: Pilar Godínez (P) 

Fecha de entrevista: 16/09/2021

(P) 00:19 Bueno, les agradezco muchísimo. Esta entrevista va a tener dos partes, digamos una parte justo, individual, personal, sobre nuestros acercamientos a los feminismos y desde donde los aprendemos y desde dónde actuamos. 

Y en la parte colectiva, donde nos encantaría que nos hablaran mucho; siempre decimos que un poco, pero no, en realidad lo que quiero es que nos hablen mucho de “ahora, que si nos ven” porque creemos que es súper importante. Entonces pues me gustaría preguntarles, ¿cómo fue su acercamiento con el feminismo? ¿Cuántos años tenían? ¿Hubo alguna situación en particular que las hiciera acercarse?

(PB) 01:18 Si quieren puedo comenzar yo. Hola, soy P. Y bueno, trataré de ser muy concisa para que no nos llevemos mucho y que la transcripción no sea tan tortuosa. O sea, yo empecé a acercarme al feminismo a los treinta y cuatro años y fue prácticamente por mi proyecto de cine documental, de hecho, cuando comencé la investigación para la investigación documental, investigación de campo, para empezar a sustentar la temática o la problemática y pues un poco, mi idea era no tocar de lleno los feminismos, sino más bien abarcarlo desde los estudios de género, según yo, según yo podía hacer esa diferencia conceptual y este, y pues como académica y al final pues no, no fue así. 

O sea, terminé obviamente involucrándome en los feminismos acompañada de, aquí mis compañeras, que justo fueron para mí un referente muy importante para entender la importancia de los movimientos o del movimiento. Como que ahí a mí me costaba mucho trabajo romper esta idea, este estereotipo de que los feminismos eran súper radicales y que eran como agresivos o violentos. Entonces, justamente estando al lado de ellas o acompañada de ellas, fue como yo logré involucrarme, conocer, aprender, abrir mi cabeza completamente y entender la importancia de los feminismos. 

(K) 00:03:12 Bueno. ¿Si me escuchan? Sí, vale, pues yo soy actriz de formación y en el 2014 comencé un proyecto de teatro con otra compañera, dónde buscamos indagar sobre la cuestión de ser mujeres, habíamos escuchado estas problemáticas, pero como de una manera distanciada emocionalmente, de cuál era la diferencia entre ser hombre y ser mujer en esta sociedad, entonces comenzamos una investigación autobiográfica para construir un proyecto escénico.

Pero este proyecto en algún momento se concentró, se enfocó en el tema del acoso callejero, fue un camino que transitamos desde cuestionarnos cómo había sido nuestra educación en infancia, como había sido nuestra experiencia escolar, cómo había sido nuestra experiencia en las relaciones amorosas, en las relaciones sexuales y cuando llegamos al tema del acoso callejero, pues ahí nos clavamos porque fue como, era la gota que derramó el vaso para hacernos conscientes de la violencia sistemática.

Porque particularmente en ese tema nos dimos cuenta de que esta violencia, que quizá en otros espacios pareciera más íntima, más sesgada, el acoso callejero es una manifestación de violencia en un espacio público ante los ojos de todas las personas y normalizado por todas las personas. Entonces, nos enfocamos en ese tema y comenzamos un proyecto de performance en donde, pues hacíamos una acción que era ir por la calle y cuando nos acusaban compusimos una canción que se llama Sexista Punk, entonces les cantábamos esa canción a los acosadores, donde les decíamos que pues justo lo que acaban de hacer es acoso y grabábamos la acción en video.

Entonces pues estuvimos investigando la acción durante un buen rato, varios años haciendo este ejercicio en el espacio público, una y otra y otra vez, y en algún momento nos hicieron un documental, la cadena de Periodismo Al Jazeera grabó un documental de esta acción y tuvo muchas reproducciones, tuvo 10 millones en inglés, 5 millones en español y eso derivó en otras cosas.

O sea, después de eso, también empezamos a sufrir mucho acoso digital pues porque eso detonó en la sociedad, hasta la fecha, creo que seguimos, quizá no preguntando, pero sí indagando o reflexionando sobre el impacto que tuvo, porque pues era un ejercicio lúdico. Entonces, el tono que utilizamos para abordar el tema parecía que a mucha gente le daba comezón, no sé, era como: bueno, si están hablando de algo que se supone que les pone muy mal, porque se están riendo, porque están cantando, entonces eso fue una bomba mediática que tampoco nosotras estábamos listas ni preparadas.

Ahí comenzamos también a reflexionar sobre el otro tipo de violencia en otro espacio público que es el Internet y bueno, pues de ahí se han derivado muchas cosas. Me he dedicado al o estuve haciendo activismo en algunos años y también proyectos de performance e instalación, con estas temáticas también, me he involucrado ya posteriormente como en temas más relacionados con la decolonialidad, cómo se entrecruza el tema del género con el racismo y el clasismo y pues son los temas que he trabajado artísticamente. Actualmente, estoy en una pausa, estoy viviendo en Mérida, no estoy produciendo nada artístico, estoy descansando también de eso, como cuestionándome también las formas de producción artísticas y que costo tienen tanto en la vida personal como en la forma sistemática de hacer arte. Entonces, pues eso sería.

(S) 08:00 ¿Vas o voy? Bueno, pues yo soy Serrucha, activista feminista y, pues me dedico a hacer proyectos de práctica social, que es en donde se entrelaza el arte y el activismo y yo lo denominaría una manera de hacer arte, o más bien utilizar el arte para hacer política, hacer política con el arte. Entonces eso es en lo que estoy enfocada ahorita. 

Yo creo que desde mi bagaje, digamos, cómo llegué a los feminismos, creo que me interesaron desde que estaba chavita. He revisado mis proyectos de arte desde que estaba en la prepa y yo creía que no, pero sí siempre tienen ahí una parte de género y de tener obras que tenían que ver con eso y me enfoqué en la fotografía y más adelante, cuando empezaron a cuajar ya proyectos en 2007 – 2008, que ya estaba estudiando fotografía formalmente, en el 2009 desarrollé un proyecto que se llama sible, que era sobre cómo se perpetúa el machismo a través del lenguaje, entonces eran fotografías, retratos con textos sobre la piel, tatuajes que tenían estas frases machistas y lo puse en el 2010.

Lo puse en Insurgentes Sur por ocho kilómetros y medio, pegado en como paste up, entonces de ahí me empecé a meter en todos los temas, cada vez más de género, cada vez más profundo y tratar de buscar más teoría y a lo que he llegado ahorita es a entender que mi medio artístico, digamos, como que mi materia prima es la teoría feminista y realmente la salida o el medio es lo que determine y lo que sea necesario para expresar esa teoría, para hacerla más concreta o llevarla a algo más tangible en el espacio público, qué es lo que más me interesa -llevarlo al espacio público- y que sea socializado de diferentes maneras con personas específicas. Sé que no podemos llegar a todo el mundo, entonces como que tengo eso muy claro. 

Y en los últimos años cofundé, junto con Lorena Walter y María Laura Rosa, que se llama Disidenta, comunidad de práctica social y saberes feministas y es un proyecto que tiene varias vertientes dentro de las cuales, tenemos una parte pedagógica que son laboratorias, en donde brindamos teoría feminista y te metes a un taller o con Lorena o conmigo, para desarrollar tu proyecto de arte, de práctica social. Y más que nada, como un proceso tanto de lo personal a lo político como deconstrucción y construcción, siempre con una perspectiva feminista, transfeminista, anticolonial, antirracista. 

Y bueno, pues esa es la parte pedagógica y también tenemos una parte en donde estamos desarrollando proyectos de práctica social y que llevaremos al espacio público el próximo año e igualmente estamos desarrollando una archiva de proyectos de América Latina, de práctica social feminista. Entonces tenemos estas vertientes como tener una genealogía, y tenemos a nuestras madrinas Mónica Mayer y Magali Lara, entonces [estamos] tomando mucho de Mónica Mayer, de la archiva, de nosotras crear nuestra propia historia y escribirla, entonces por eso estamos poniendo mucho énfasis ahí. 

Y pues eso, estamos en este tipo de proyectos, yo creo que el de los últimos proyectos que tuve que, de los que estoy muy contenta y orgullosa fue el de Trinchera, que es una instalación fotográfica en el metro de la Ciudad de México, en la línea 12, que es un tren completo -9 vagones- en donde estamos muchas mujeres, jóvenes, niñas y bebés tomadas como trinchera para mostrar una diversidad y pluralidad de personas, de pensamientos, de posturas y de mostrarnos unidas y en trinchera frente a una guerra contra las mujeres. Entonces eso está en el espacio público, está de manera permanente y bueno, pues eso. Ahí seguimos creando otros proyectos.

(D) 12:49 Ay, es que lo mío es muy largo, pero bueno, yo me fui acercando al feminismo, tal cual, así como el feminismo, como en el 2014. Estuve en un taller que se llamó Lo Juvenil es Político y conocí a varias compañeras y compañeros que estuvimos en este taller, teniendo una retroalimentación de cómo acompañar en espacios políticos a jóvenes y cómo sensibilizarlos en ciertos temas y fue cuando conocí a Las Enredadas, que es una colectiva en la que yo participo y participamos durante mucho tiempo haciendo activismo en el Estado de México. ¿Y cómo yo llegué allí? porque soy sobreviviente de violencia feminicida.

Entonces una de mis ex parejas me golpeó, casi me mata y después de eso, pues yo no sabía que había sido violentada hasta que empecé a tener información sobre violencia de género, sobre todo lo que tiene que ver con género, con derechos humanos y esto, porque empecé a trabajar en la delegación de Iztapalapa y fue entonces cuando me di cuenta que yo había sido violentada y ya de ahí, pues yo me enojé mucho, tuve mucha rabia,y empecé a acercarme a los espacios y junto con Las Enredadas, pues hicimos muchos talleres sobre sensibilización, de perspectiva de género, derechos humanos. 

Pero sobre todo como ahí en esa época, en el 2014 – 2015 el Estado de México era el Estado con mayor índice de feminicidios, fue cuando nos fuimos allá a hacer muchos talleres para las mujeres, para que pudieran, formar redes de apoyo, que pudieran denunciar a sus agresores, que pudieran las jóvenes darse cuenta que estaban en una relación violenta y cómo prevenir estas violencias, bueno, prevenir e intervenir en ciertas violencias y evitar los feminicidios. 

Y pues, nos invitaban a dar muchos talleres y yo creo que lo más importante o relevante que hicimos Las Enredadas junto con las compañeras y otras compañeras, fue la marcha de 2016, que fue cuando todas nos reunimos y se nos rompió el corazón después, pero ahí fue como… hicimos también varias acciones previas en el metro de Oceanía.

Y actualmente -yo soy psicóloga- y actualmente, pues me dedico a acompañar a mujeres feministas sobrevivientes de alguna violencia, mujeres defensoras de derechos humanos, activistas y estoy en un proyecto, en una consultoría de psicólogas que estamos acompañando a mujeres líderes de Centroamérica que son defensoras y activistas, en principalmente Nicaragua, Guatemala y El Salvador, para darles herramientas de autocuidado y cuidado colectivo.

(P) 15:47 Muchas gracias, D, desde mi espacio aquí en Álvaro Obregón te abrazo, yo sé que a veces hablar de las de las violencias que hemos vivido puede ser complicado y sobre todo compartirlo también, desde mi espacio aquí en Álvaro Obregón te abrazo y las abrazo a todas también. Muchas gracias. 

Me gustaría también preguntarles, ¿cuáles creen ustedes que sean los legados de las feministas que estuvieron antes en los movimientos? No digo, eh, sabemos que hay figuras históricas que están todavía en activo en el movimiento, pero también sabemos que hubo otros movimientos en el pasado. ¿Cuáles creen ustedes que son esos legados?

(S) 16:34 Bueno. Fíjate que ahora que te escucho me doy cuenta que estoy como en un momento de crisis también respecto a mi postura como feminista, porque he estado reflexionando sobre la lógica de la historia, que no es una historia lineal y que los procesos históricos que hemos vivido las mujeres no han sido necesariamente como para mejorar nuestra situación dentro de la sociedad. 

Entonces, por supuesto que ha habido luchas de mujeres en el pasado que creo o de pronto he escuchado, yo misma lo he dicho, que nos han abierto el camino, pero también creo que más bien se lo han abierto para ellas en cada uno de esos procesos históricos. Porque, si nos vamos al momento, por ejemplo, de las mujeres en la época medieval, donde tenían un montón de herramientas, donde tenían un poder que ejercían, en muchos sentidos, no solamente como representantes de sus sociedades, sino el conocimiento médico, el conocimiento, incluso espiritual y que luego vino esta quema de brujas me hace ver que realmente hubo que empezar nuevamente, posterior. Que la sabiduría que las ancestras han perpetuado ha sido una sabiduría que en realidad se ha pasado de generación en generación por parte de nuestras madres y de nuestras abuelas y bisabuelas y de todo nuestro linaje, pero sí creo que esas luchas… no sé, estoy reflexionando en ello todavía. 

Pero sí, sí diría en este momento que las luchas que todos los grupos de mujeres han hecho en el pasado han sido para salvarse en ese momento, y que nosotras estamos tratando de salvarnos a nosotras ahora y que a lo mejor, o sea, en nuestra, en nuestra utopía, quisiéramos pensar que lo que estamos haciendo ahora va a ayudar a las mujeres del futuro, pero ciertamente no estoy segura de ello, no podría garantizarlo, no podría decir que nosotras incluso con el activismo que hemos realizado estos años, vamos a mejorar la situación de las mujeres del futuro. 

Ellas tendrán que luchar por ellas mismas y tendrán que adaptarse a su contexto, a su contexto histórico. Entonces, lo mismo pienso de las que nos antecedieron, de mujeres que pudieran llamarse o no feministas, pero que fueron mujeres que lucharon por sobrevivir en diferentes etapas de la historia, pienso que el legado, en todo caso, podría llegar a servir en algún momento como referencia para nuestra propia lucha, pero también creo que tenemos acceso a dicha información a través de la academia y no todas las mujeres tienen acceso a esa información.

(K) 19:50 Sí, creo que retomando esta parte del acceso al conocimiento, creo que este poder nombrar las cosas, poder entender qué es lo que está sucediendo, poder ver cómo opera de manera sistémica desde sus inicios hasta el día de hoy el patriarcado y el capitalismo y cómo están engranados y cómo se sostiene este sistema, me parece un legado maravilloso y poderosísimo, porque podemos tener un panorama y obviamente eso es un privilegio porque es tener acceso a esa información. 

Obviamente no todo el mundo puede llegar a ello, pero creo que es muy esclarecedor, te da la opción cuando tienes ese acceso a poder hacer algo, digamos desde la agencia y no que no se pueda tener agenciamiento desde otros puntos, pero creo que desde el poder entender para mí es muy importante, es lo que a mí en lo personal me ayuda a moverme de lugar. 

Y creo que de los legados, digo, hay miles, no se podemos ir por los estudios, por el poder estar en la calle, por poder hacer muchas cosas, pero creo que las redes, es de lo más básico y de lo que ha estado más tiempo. Sabemos que esas redes y de estar en círculos pequeños es lo que más -desde mi punto de vista- más opera y más nos nutre y más nos sostiene y más nos ha llevado a poder sostener las luchas.

O sea, es algo que en el tiempo ha permanecido y que no veo ninguna otra forma, tienen que ser grupos pequeños y de ahí nos contenemos, nosotras somos tres y después tenemos grupos más grandes y así nos vamos llevando. Igualmente el estar en contacto con las emociones. O sea que entendemos que va con este sistema, pero creo que eso es maravilloso que lo hayamos podido también sostener en el tiempo, ese legado de poder estar en contacto con nosotras, con la intuición, de poder expresarlo, de poder sacar todas estas cosas, creo que es imprescindible y lo veo cuando veo, a los hombres, digamos, esta formación., esta visión del hombre cis heteronormado es brutal, esa violencia, tengo mucha felicidad de que nosotras no lo tengamos tan marcada, tenemos muchas otras, pero creo que esto de los círculos pequeños es de lo más poderoso que hay.

(D) 22:21 Yo pienso, un poco sí secundo a Serrucha y a K. También pienso mucho en que, en el autocuidado. Justo después de la marcha del 2016, muchas terminamos desgastadísimas y a partir de ahí empezamos a hacerle caso al cuerpo, como de nosotras estamos sosteniendo, pero no nos estamos dejando sostener o no estamos buscando las formas de cuidarnos a nosotras mismas. Y justo ahí es cuando empezamos a hacer más redes de apoyo, cuando empezamos a visibilizar más como nos sentimos, como nos está moviendo, buscar estrategias de cuidado colectivo y también ya no vivirnos solas, como saber que ya no vamos solas en esta lucha.

Pienso que antes cada quien, en su trinchera, con sus proyectos era como claro, esto es lo que voy a derrumbar al patriarcado mañana, pero justo nos ha dolido mucho esa utopía o esa idea y nos hemos dado cuenta de que no vamos solas en esta lucha y que las morritas que yo conozco que están empezando en el feminismo es como claro, mi amiga y entonces voy con la prima y entonces voy con mi hija. Y pienso que esta forma de hacer grupos y de cuidarnos entre nosotras ha sido un gran legado. 

Ahora, yo veo cuando hay marchas, todo ya pasa en Instagram como a ver, aquí está tu infografía y esto es lo que tienes que llevar y entonces yo decía: a nosotros nos costaba un montón de trabajo hacerlo, desde ir con Marabunta y que nos diera como las estrategias de cuidado en las marchas, de hacer el monitoreo y justo pienso que también estas formas de cuidarnos en lo público ha sido un gran legado, que también en sí las otras nos han dejado un montón, pero nosotras en esta historia que hemos hecho y que hemos construido juntas, pienso que también hemos dejado eso, el cuidado colectivo y el autocuidado. 

(PB) 00:24:24 Híjole. Bueno, pues vuelvo a decir que estoy de acuerdo con todas, pero lo que a mí lo que más me mueve, pues sí tiene que ver con la parte del umbral en la parte de la representación. O sea, creo que al final van de la mano, no sé, a veces, no solamente es una cuestión de nombrar lo que está sucediendo, sino igual de generar estos referentes de mujeres que no son víctimas, estos referentes de mujeres que están juntas, que creo que nos hace mucha falta.

En mi propio proceso de descubrimiento, de transformación e involucramiento en el feminismo, pues justo comienzo a romper estos estereotipos y a darme cuenta de que esas mujeres en realidad poderosas, que pueden ser amigas no necesariamente enemigas, estas son cosas con las que yo no crecí, son cosas que yo no tuve a la mano, al contrario, era como siempre la competencia y siempre él decidió, yo tengo más amigos que amigas, como no querer ser feminizada al final.

Entonces creo que no solamente es la cuestión de nombrar, sino de cómo lo nombramos y hacia dónde vamos a dirigir los discursos, entonces, pues en el proceso en el que yo fui haciendo la película que habla sobre acoso sexual callejero que conozco, a Serrucha, D, K, y a otras mujeres, pues yo empiezo justo a cuestionarme, pues en qué mundo crecí, ¿quiénes fueron mis referentes? 

Y al final, también me sentí entrampada en algún momento con esto que dice K que dice, “es que la historia no es lineal”, era como, ¿por qué me siento tan cansada? Si se supone que tendríamos que estar avanzando y tendríamos que estar abriendo brecha, y como toda esta idealización de lo que significa el movimiento, ¿por qué me siento atrapada? ¿Por qué me siento cansada, por qué siento que estoy como, realmente luchando contra una pared enorme que nunca voy a poder brincar, no? 

Pero entonces surge esto que dice D, los espacios de autocuidado donde te dicen a ver, calma, o sea, si tenemos avances, sí hay cosas chidas, hay cosas que a lo mejor no tenías reconocidas en tu vida, pero que estás reconociendo ahora en tu vida. Entonces también creo que reconocer la parte de los feminismos, como más bien introyectado, más allá de la academia, más allá del discurso de la teoría. 

Yo, tengo una bronca con la teoría porque como que me cuesta trabajo. Entonces, trato justamente de eso, de que los discursos, o sean más aterrizados, que sean más tangibles, que logren conectar con las otras personas, que no sea esta idea como súper intelectual, en algún momento, recuerdo mucho que conocí a una chica que súper feminista o ella se autonombraba super feminista y me dijo: ¿Cuál es tu corriente política al feminismo? Y fue así como: What? Yo soy P, y me decía: Sí, porque si eres como de tal corriente y no sé qué, pues la verdad es que no sea como que no vale mucho la pena que hablemos. 

Entonces era como un, ¿por qué estamos generando barreras a partir de también colgarnos esta bandera o esta etiqueta de los feminismos o hasta qué punto realmente?… Pues también el nombrar llega a cerrar puertas en lugar de abrirlas, ¿no? Entonces, ¿cómo usamos esos discursos? Creo que ese es el punto, ¿hacia dónde diriges los conceptos, hacia donde usas el discurso para poder avanzar y no tropezar y no cerrarte, no? 

Entonces, o sea, yo como que me quedé pensando, dije ¿pues que estoy muy wey?, o por qué, entonces ya no pertenezco, ya no soy parte de esta lucha y al final digo, pues sí, porque yo todos los días quiero cambiar el mundo y quiero transformar mi propia vida y me encantaría que las mujeres a mi alrededor también lo hicieran. 

Y no necesariamente necesitas tener el concepto académico metido en el cerebro. O sea, a veces eso es una cuestión de sensibilidad, de empatizar, de, como dice Serrucha, de lucha, de reconocer estas redes que has tenido toda la vida, porque a lo mejor no les has dado el valor.

Entonces un poco también creo que lo que yo he intentado hacer a partir de mi trinchera, que es el cine, que es el audiovisual, pues es transformar estos discursos a un lenguaje mucho más, mucho más humano, como mucho más, vamos a conectar a partir de la experiencia y no te voy a llegar a soltar el concepto en la nariz para ver si coincidimos o no. Entonces, creo que respondiendo a tu pregunta de, ¿cuál es el legado? El legado son muchos, pero definitivamente no es un proceso, como dice K, lineal, ni necesariamente se avanza, o sea, hay como 30 mil tropiezos de por medio que creo que es importante también ver, justo para poder darles la vuelta, porque creo que tropezamos una y otra vez y a veces pareciera que ni siquiera estamos avanzando, o que no estamos generando nada; o que solamente estamos legando a otras generaciones el estandarte de la lucha, pero ningún beneficio. Es como: “te voy a legar que te toca salir a marchar a ti el siguiente año mija” pero no más, o sea porque tu realidad no está cambiando.

Pero ya es aplauso, ya no es como, ya no tienes este estereotipo de la súper feminista radical, pero porque ahora ya es un concepto apropiado por partidos y marcas y guías hasta de venta y es moda. Pero al final estás legando una lucha, estás legando, le estás diciendo a las chavitas, morra, o sea, a ti te toca, en algún momento te va a tocar y ahí va. 

Entonces no sé. O sea, como que justamente eso, te voy a contar, cuando estábamos terminando la película haciendo la parte del final, pues o sea, cierra con una imagen, voy a hacer un spoiler, es una imagen muy cliché, son las típicas niñas que están en la marcha y entonces para mí era como ¡wow, es la esperanza y ellas va a tener un futuro mejor y les va a ir increíble! y al menos van a tener estos referentes en el cine de mujeres poderosas que están juntas y que este es el gran legado de este momento.

Y me decía una editora, que asesora que estaba viendo el corte y decía pues es que yo lo que siento que la estás legando todo el pinche pedo, estás legando el problema. Lo que yo veo en la imagen es eso, es lo que yo siento y me da tristeza ver ese final y yo así: ¡Ah, Satanás!. Para mí era completamente discurso contrario, entonces, también depende mucho, como de desde dónde podemos concebir esos discursos, creo, desde la experiencia propia, incluso.

(P) 31:42 Sí, si no de hecho, ahora que nos están mencionando justo todo este papel del discurso y todo, estos lugares desde donde se enuncian los discursos que como creamos los discursos incluso. Pues justo me gustaría llevarlo como a un espacio que pareciera que no tiene límites, ¿qué papel creen ustedes que han jugado las redes sociodigitales en la lucha feminista?

(S) 32:15 Voy a retomar un poquito de lo que dijimos antes o lo que estaba diciendo P, y creo que D también tenía algo que decir al respecto. Y dime D si quieres que nada más diga eso y después nos metemos a lo de las redes para que, yo también puedo cerrar eso. 

Digo, nada más quería, como esto que decía P, de la academia, es que finalmente la academia es totalmente patriarcal. Y también todo lo que vamos viendo, cómo se va construyendo es de maneras patriarcales, creo que también el poder ahí es cómo sustraer de la manera en la que podamos, esa teoría que es muy importante, cómo socializar, cómo hacer la nuestra y cómo integrarla a nuestras vidas de verdad.

Que ese es el reto que es más difícil, o sea, porque llevarlo al espacio público, claro, yo te puedo hacer sentir menos si no has leído tal libro, tú me puedes hacer sentir menos si no estoy en tal lado. Y eso finalmente termina siendo patriarcal, pero ¿cómo lo integramos en nuestro día a día para ser lo más íntegras posibles, sabiendo que vivimos en muchas contradicciones?

Y cómo esto que decías P de que cómo se lo estamos dejando a las próximas generaciones, cómo nos lo han dejado a nosotras y de que ciertas maneras creo que hacia dentro sí siento esta parte de un legado, digamos, positivo en cuanto a que yo puedo nombrar las violencias antes que mi madre y antes que mi abuela.

Y entonces puedo poner límites, puedo formar grupos, puedo hacerlo a una edad más temprana es lo que siento que se puede hacer desde este momento y entonces lo estamos viendo con las próximas generaciones y entonces que tal vez no lo vivan en todas sus relaciones interpersonales tan profundamente.

Sin embargo, hacia afuera vemos que la violencia se recrudece cada vez más, no es inversamente proporcional entonces, bueno, también depende mucho del contexto de los estados y de todo en donde estamos viviendo y cómo somos y de dónde venimos. Entonces creo que tiene como esta dicotomía de que como que hacia adentro si estamos pudiendo romper ciertas cosas, pero hacia afuera estamos justamente en esta quema de brujas que decía K, estamos regresando a ese punto de métase al corral, esto no se puede salir de control.

Y estamos en ese punto de quiebre y está cada vez más fuerte, los feminicidios y los feminicidios no solamente aumentan, sino que son más crudos, es esta varias veces matar a las mujeres. Entonces, bueno, creo que nada más quería mencionar esa parte dicotómica.

(D) 35:08 Sí, un poco esto que decía P, retomando lo que comentaba, es, o sea, yo pienso que también no estamos dejando, sino que es una evolución y es un proceso, y que de alguna manera pienso que yo cuando me asumí feminista era una cuestión súper hegemónica.

Porque me acuerdo que muchas de nosotras teníamos que ser lesbianas, activistas, doctorado, teníamos que ocupar un montón de, como cubrir ciertos requisitos para poder ser la activista o la feminista, y pienso que de alguna manera se ha roto con eso. Ahora las chavitas son feministas y se nombran así porque sí, y es como de está bien y me parece algo extraordinario que ya puedan asumirse ese rol y que a lo largo de sus procesos, cada quien se hace feminista por su propia historia, pero sí pienso que en grupo se van acompañando desde otras formas.

Incluso las chavitas son más como, desde él y es patriarcal, o sea, lo nombran antes yo a los 16 años no lo nombraría, no lo tenía conceptualizado y que muchas de nosotras ya nuestra edad nos estamos dando cuenta de que independientemente de todo lo que estamos rompiendo individualmente, en mente cuerpo colectiva, lo que sea afuera, afuera hay esta cuestión hegemónica y patriarcal. Sigue las opresiones y que pues sí nos va a ayudar mucho a romper los sistemas, pues es el amor entre nosotras y le estamos apostando a eso.

(K) 36:46 Y respecto a lo que decías, a la pregunta de la influencia en las redes y nada más, haciendo un comentario de lo que nombraron ahorita es de D y Serrucha, también creo que es importante reconocer que hay un neopatriarcado, que por más que nosotras generemos estrategias, el patriarcado también va mutando y también va encontrando nuevas maneras de imponerse ante nuestra resistencia y ante nuestra organización. 

Y creo que eso se liga con el tema de la influencia de las redes, porque por un lado ha permitido que exista una organización, sobre todo, que rompe las fronteras geográficas entre mujeres y que eso ha impulsado movimientos importantes como el #MeToo, #MiPrimerAcoso, y ha extendido una organización política. Por ejemplo, en Latinoamérica, yo diría que han sido fundamentales las redes sociales para la organización y la visibilidad de la lucha feminista en América Latina.

Sin embargo, hablando de esta cuestión del neopatriarcado, creo que también sería bastante nutritivo reflexionar sobre las ventajas y desventajas de ser vistas como un grupo social organizado, ¿no? Porque si bien es cierto que la organización de mujeres ha crecido en los últimos años, también es cierto que el número de feminicidios ha crecido.

Yo empecé haciendo este proyecto de teatro cuando eran seis feminicidios diarios y ahora estamos en once, entonces también es importante reconocer que estamos viviendo en una era del genocidio de las mujeres como ya varias autoras lo han expresado así. Entonces no diría necesariamente que eso sea un avance, sino que estamos en guerra y que nuestra lucha también, no sé qué es primero, es una cosa que se va renovando, pero, así como nos organizamos y luchamos, viene la ola de violencia hacia nosotras. 

Por eso ahora, igual que lo que mencionaban hace rato, creo que la organización colectiva y comunitaria es fundamental para la resistencia y la supervivencia y que más allá, ahora yo lo reflexiono así, sé que en su momento fue muy importante para mí este movimiento mediático para llegar a la conclusión en la que me encuentro ahora de pensar que quizá el activismo, la manera que en la que lucho socialmente es en mis círculos sociales cercanos.

Incluso ahora utilizo lo menos las redes sociales, utilizo lo menos esos espacios digitales en una cuestión también de autocuidado, porque también he visto y he sufrido la violencia digital en mi activismo a través de los medios, a tal punto que permeó en mi salud física, mental. 

En este proyecto que les comentaba tuvimos amenazas de violación de muerte, nos mandaban imágenes de mujeres asesinadas como para amedrentar, nos trataban de tumbar las páginas, o sea, este activismo y esta visibilización de nuestra lucha en redes sociales también trae consigo un montón de violencia que viene de vuelta. 

Entonces sí creo que hay que tener mucho cuidado con ellas y saber utilizarlas estratégicamente y que hasta el momento creo que todavía estamos indagando en las ventajas y desventajas, porque sin dejar de lado también, ¿qué representan estas plataformas y quienes las controlan y a quienes les estamos dando esta información? 

Entonces eso lo cuestiono bastante de que por un lado nos ha ayudado a organizarnos entre mujeres, pero también tiene un costo y ese costo es compartir nuestras estrategias y nuestra información con todo el sistema que hace que operen o que sean viables estas estas plataformas.

(S) 41:07 Justo creo que abonando esto que dice K, creo que nos pone en una situación de vulnerabilidad, son otras nuevas formas de que estamos en una situación de vulnerabilidad, muchas veces estamos, sabemos de que tenemos que usar Signal o Telegram, sabemos que nos podemos acercar para tener mayor conocimiento de cómo defendernos, de cómo tener mayor seguridad en nuestros contactos al mandar estrategias, al crear, al organizar eventos. 

Sin embargo, por la urgencia, estos datos por lo general no están protegidos, entonces estamos constantemente en situaciones de vulnerabilidad y si hay grupos organizados que están tratando de entrar y de romper y de hacer choque, entonces creo que estamos justo, ese es uno de los puntos de las redes sociales, que estamos en mayor ojo público y por lo tanto más vulnerables. 

Y por otro lado, creo que el que se haya visibilizado cada vez más en las calles, los feminismos, lo que hace por un lado es que el sistema lo va coptando de diferentes maneras, ¿no? a través de las marcas, como decían a través de los discursos en plataformas hegemónicas, esta despolitizado de cierta forma. Como mencionaba también Diana, las chavitas, o sea, sí me asumo feminista, ¿pero dónde está la genealogía? ¿Y qué es lo que está realmente apostando? ¿Cuál es la estrategia, no? Entonces no hay realmente, entonces siempre es como empezar de cero y lo que yo veo es que hay una coptación, una despolitización y por lo tanto una neutralización de lo que se puede llegar a hacer con los feminismos. Y entonces eso es lo que estamos viendo, estamos viendo que ya he comentado, como ya lo comentaba en otros espacios, este punto de las playeras del Ché Guevara.

Entonces ya está, ya fueron los puros, ya tenemos los pines, ya soy una feminista y lo saca Zara, ¿no? Entonces ya llegamos a este punto de hacerlo masivo y quitarle el significado y que las nuevas generaciones no necesariamente estén entendiendo cuál es la apuesta y también cuál es, a qué nos estamos enfrentando, porque cuando no entiendes la apuesta, no entiendes el monstruo contra el que estás luchando, lo difícil que es y lo peligroso que puede llegar. Y entonces eso, mostrar tu geolocalización y todas estas cosas en redes sociales te pone en situaciones muy vulnerables y por eso estamos viendo también que te pueden llegar por otros flancos.

En este sentido, el neopatriarcado va aprendiendo cuáles son las estrategias y te puede ir atacando. Y bueno, una parte también creo que es muy importante esta de la falta de estrategia, no hay una unidad porque los feminismos son muchísimos, son muy vastos y entonces justo tenemos esta fragmentación de los feminismos y que se puede dar mucho también por las redes sociales, porque hacen este eco, estas burbujas, en donde empezamos a ver más enemistad entre nosotras.

Y vuelve a actuar el patriarcado constantemente y siempre estamos respondiendo a estas urgencias y no viendo hacia adelante realmente cuál es la estrategia que tenemos que seguir para poder actuar frente a esto y esto es parte del sistema y es parte de cansarnos y es parte de quebrarnos para que tengamos que tomarnos más descansos, para que tengamos de que dejar, pues de activar en este sentido.

(D) 45:02 Todo lo que dijeron y también quiero hacer sumar, como pienso que también, pues las redes sociales son hegemónicas y son patriarcales en su mayoría, entonces no podemos esperar mucho apoyo desde ahí, como dice Serrucha, nos sentimos o nos hace vulnerables, además de que desvaloriza y naturaliza un montón de cosas y de conceptos y discursos que no son necesariamente el feminismo, fragmenta, fractura el movimiento hace un choque.

Y además pienso que, las redes sociales nos cansan a muchas de nosotras ver como tanta violencia todo lo que sucede nos cansa y entonces llega un punto en el que emocionalmente decimos ya no quiero saber más de violencia, prefiero ver una serie la más tonta del mundo, pero me cansa ver tanto feminicidio, me cansa ver tanto esto. Y en lo personal, tengo que tener redes sociales porque ahí tengo mi difusión de cosas, pero si por mí fuera yo no tuviera redes sociales y no subo ya varias cosas.

Antes sí, era como cuando era activista y me sentía superstars, era como: “¡Claro! yo tengo que subir y tengo que estar posteando y tengo que estar ahí”. Pero ahora es: “¡No!” porque ya no, porque estoy en peligro y porque tengo una hija y porque tengo amigas y porque sé que la forma en que funciona el sistema es desde ahí, también conocen mucho de nosotras a partir de las redes sociales. 

Entonces sí pienso que es un factor que más que sumar nos fragmenta un montón en muchos sentidos. Y sí, ayuda, evidentemente tiene sus lados buenos y evidentemente ya hay redes o hay difusión de proyectos feministas, pero son los menos y son mucho menos apoyados que los patriarcales y los hegemónicos, por ejemplo. 

(PB) 00:46:58 Yo creo que todavía no tenemos como muy dimensionado, o tal vez sí y me equivoco, como el nivel de influencia, o más bien cómo las redes sociales rigen prácticamente todo lo que sucede a nuestro alrededor. O sea, sumado a todo lo que dicen D y K, Serrucha, de la vulnerabilidad, del peligro, de la fragmentación de este, o sea, prácticamente nos sigue todo el tiempo. 

A lo mejor tenemos como esta conciencia de lo que significa exponernos en las redes, pero al final lo seguimos haciendo y lo usamos al día al día porque así funcionamos, porque estamos en medio de un sistema que lo usa todo el tiempo y si no estás en el sistema, pues entonces no eres nada, no eres nadie y entonces tampoco incluso tu lucha más transformadora pues tampoco tiene como mucho alcance. 

Entonces creo que es muy riesgoso, creo que es de miedo, es de pensarlo, pero también nos está llevando la vida, no hay como este tiempo, o sea deberíamos de darnos el tiempo, de pensarlo y justamente tener estas estrategias construirlas, pero siento que, nos rebasa incluso más allá de la vida diaria. Entonces, creo que más bien no lo tenemos tan dimensionado, incluso cómo se empieza a monetizar las webs o a los movimientos feministas, pues es a partir de eso, de las representaciones del discurso, de la imagen, de lo que vemos todos los días, lo que puede vender. 

Y entonces, siento que es un tema como poco explorado y siento que es como también un monstruo hacia el cual te enfrentas, como si no tuviera una sola cara, sino miles de caras perversas, porque también estamos hablando de, pues de empresas, hegemónicas y de empresas de información pues están rigiendo todo el tiempo como se mueve el mundo entero.

(P)  49:09 Pasando entonces a espacios físicos, me gustaría preguntarles, ¿cuáles fueron sus pensamientos cuando vieron estas grandes marchas multitudinarias que han estado sucediendo en los últimos años aquí en la Ciudad de México y en realidad también en otros estados de la República. 

Pienso, por ejemplo, ahora que mencionaban a las chavitas, ahora que mencionaban justo lo que pueden encontrar en las redes sociales. Mis alumnas de secundaria, yo era hasta marzo de este año, yo todavía era maestra de secundaria y mis alumnas llegaron al día siguiente de la marcha, como bien, bien, bien ilusionadas, bien emocionadas, así de: Miss, ¿fuiste ayer ayer a la marcha? Y yo así de: Ah, pues pues sí, sí, fuí. Trabajaba en una escuela privada, entonces no podía hablar mucho mejor. 

Y ellas: Por favor, cuéntanos ¿cómo te fue y qué pensaste? Porque también ellas iban pensando como lo estaban, querían justamente una experiencia fuera de las redes sociales, y además de una persona, pues vaya cercana, porque yo las veía todos los días prácticamente y entonces ella me pareció súper interesante, me conmovió mucho y pues ya les dije, pues si les dije pues qué quieren que les diga, ¿quieren que les diga la verdad o quieren que les diga lo que sus papás quieren que yo les diga? 

Pues sí, y pues ya les conté, les digo: Pues creo que es un ejercicio muy importante de ocupación del espacio público, pero también creo que, así como se visibiliza, tendríamos que buscar formas de crear otras cosas, dejar de hacer lo cotidiano, no nada más de salir a marchar una vez cada vez al año, entonces pues justo en ese espíritu, a mí me gustaría preguntarles, ¿cuáles fueron sus pensamientos sobre estas grandes marchas multitudinarias?

(PB) 51:12 Me gustaría comenzar porque creo que este, ahí comienza como toda mi historia, prácticamente, yo estaba justamente en esta parte de investigación documental y acababa yo de conocer a D, K, a Serrucha, a otras chicas en este taller que las mencionaba en 2015 y entonces, está como en el aire en mi vida este tema del acoso sexual callejero, pasa lo de Andrea Noel, esta periodista extranjera que le bajan la ropa interior en la Condesa, se vuelve súper viral,.

Se vuelve mediático el tema del acoso sexual callejero y entonces llega el 2016, surge este hashtag que se llama #MiPrimerAcoso y pues en estos días sucede la marcha del 24A que ahí D tendrá mucho que platicarte, y para mí fue la primera marcha a la que yo asistía, en donde yo me sentía realmente comprometida con una causa. Yo había asistido a otras marchas, pero la marcha del 24A de 2016 fue para mí, yo creo que la que más me conmovió, la que más me marcó y era para mí increíble ver a tantas mujeres juntas; era la primera vez que veía tantas, tantas mujeres exigiendo algo muy básico que era: “dejen de violentarnos”, en cualquier jodido espacio. 

Entonces, en ese momento no solamente fue impresionante, sino fue como si me diera un shot de energía muy cabrón, porque era como devolverme la esperanza y la fe de que podíamos organizarnos, de que podíamos hacer cosas juntas y de que íbamos a transformar nuestras propias vidas. Cada quien, a lo mejor con sus grupos específicos como fuera, pero que no estábamos solas, yo creo que lo más importante ese día para mí era justo que no estábamos solas. 

Yo estaba en este proceso de investigación y no estaba lista todavía para empezar a grabar la película, sin embargo, fue como: pues tienes que ir porque es un momento que se perfila bastante importante y lo fue. A partir de ese momento, lo que a mí me pasó es que no pude dejar de grabar, ya era estar asistiendo a todas las marchas, a lo más que yo podía asistir -digo dentro de mis posibilidades, de mis tiempos de recursos, etcétera, pues trataba de ir a todas las marchas y entonces me di cuenta justo que, y así existen, como estos momentos coyunturales, donde suceden cosas mediáticas, donde existen como discursos políticos alrededor que hacen que estas marchas o estas expresiones colectivas tengan mucha más fuerza que en otros momentos. 

Entonces, evidentemente todo 2016 – 2017 hubo marchas muy fuertes, todas con un ánimo muy distinto, entonces, o sea, yo recuerdo que después de 24A que otra marcha, hubo como dos, tres marchas más que eran como todavía, como que se iba a desdibujando un poco esta esperanza y empezaban a ser un poco menos multitudinarias, hasta que llegamos a la del 2017 con el feminicidio de Lesvy, que fue una de las marchas más tristes en las que yo he estado, de verdad. Era una tristeza y una frustración y una impotencia colectiva impresionante. 

Por más que intentaras no estar triste, no podías, era no solamente lo que significaba que un espacio relativamente seguro, como pudiera ser Ciudad Universitaria en la Ciudad de México, pues en realidad no era un espacio seguro, en ningún sentido y que podían matar estudiantes adentro. Fue muy, la respuesta del sistema de quien se supone que procura justicia diciendo que pudiera ser un suicidio, etcétera, pues fue algo que indignó. Entonces creo que, todavía conservábamos para ese momento, como toda la fuerza de la marcha del 24A para llegar todavía a esta de Lesvy. 

Y luego sucedieron más cosas, incluso en Latinoamérica, que hicieron que volviéramos a marchar, como esta mujer que fue brutalmente empalada en Argentina, que por la cual también salimos. Entonces, lo que yo empecé a notar, lo que yo me di cuenta es todas las marchas son distintas, todas responden obviamente a momentos políticos, a un contexto sociopolítico importante, pero también el ánimo que se siente en cada una es muy diferente. Al final, yo decía ¿por qué seguimos viniendo? ¿Qué es lo que me mueve a mí para seguir grabando y estar 20 horas ahí con mi cámara? No importa si me llueva, truene o relampaguee. Y para mí era una necesidad de decir: necesito grabar esto porque esto se tiene que ver, o sea, esto alguien lo tiene que saber, era como nos tenemos que hacer visibles. 

Y llegó un momento donde más bien, o sea, como tantas las marchas o tantas las actividades, que yo decía, es que esto es interminable, no tiene fin. Y vas viendo también cómo va bajando el número de gente a través de los años de las marchas.

Y llegó un momento donde yo ya estaba muy cansada, yo decía es que siento que estamos en el mismo camino todo el tiempo, que no estamos avanzando, que esto está empeorando y no solamente eso, tengo un chingo de material y todo es lo mismo, bueno, lo mismo entre comillas, porque yo sabía que no eran las mismas marchas, que los sentimientos no eran iguales. 

Pero yo decía: podemos tener diez años de marchas y prácticamente exigiendo lo mismo y me frustra mucho que siento que nada está cambiando. Como que toda la esperanza que yo sentí en el 24A se fue muriendo poco a poco, se fue convirtiendo en enojo, en tristeza, en mucha frustración. 

Hasta que un día dije: Chale, pues es que ya, la neta es que estoy súper cansada y empezó a suceder esto que hablábamos, que cómo se empieza a coptar el movimiento por las redes económicas, por las redes políticas y cómo se empieza a desdibujar esta profundidad de la causa.

Y entonces estaba yo muy enojada porque decía: Es que con qué descaro, pues, viene Nike a venderme discursos feministas cuando, evidentemente, sus sistemas de producción son los menos igualitarios. Entonces también empecé a ver cómo, pues la clase política empieza también a apropiarse de todos estos discursos y me empiezo a enojar, mucho. 

Y entonces digo yo ya no quiero pertenecer a esto, yo ya no quiero ir a esta marcha porque aparte después ya la última, antes de la famosa marcha del 2020, me acuerdo que fui a no me acuerdo que marcha, pero ya eran, pues eran partidos políticos con sus grupos de mujeres, llevando rosas y flores y no sé qué tantas cosas, que dices: Güey, o sea, esto está muy cañón. No quiere decir que no podamos convivir o que podamos coincidir con ellas, por supuesto que sí, pero también te das cuenta cuando en realidad es como treparse a un discurso, y que el discurso que traen es vacío. 

Entonces, pues algo que me pasaba a mí es que el 8 de Marzo es el cumpleaños de mi mamá y durante 5 años no fui al cumpleaños de mi mamá por andar grabando las marchas, y entonces llegó un momento donde dije pues es que sea mi actuar político, ¿dónde está, está en las marchas o está en mi vida individual? Y dije: Pues es que quiero pasar un cumpleaños con mi mamá, mi mamá no me ha reclamado, no me ha dicho, pero yo sé que siente mi ausencia ese día, que para ella es importante, entonces pues dije: ¡ya! ¡a la chingada a las marchas! Y entonces me doy cuenta de que tampoco me necesitan.

O sea que tampoco, no pasa nada si no estás ahí, que hay otras morras que están sosteniendo también, que tampoco tienes que estar ahí todo el tiempo desgastándote, sintiéndote triste o sintiéndote culpable. Incluso por no marchar, por no estar ahí. Esta onda de la culpa es horrible, todo te da culpa; que si te defiendes; que si no te defiendes; que si vas a la marcha; que si no vas a la marcha; que si lo dices correctamente; que si no lo dices correctamente, ¡todo te da culpa!

Entonces me decía ¡Ya no voy a sentir culpa por no ir a la marcha! llega el 2020 y muchas de mis amigas que en algún momento se alejaron de mí porque me consideraban alguien bastante radical, yo no sé de dónde me consideraban radical en esto del feminismo- pues se alejaron mucho de mí, pero cuando llega a 2020, ya con este contexto mediático y político que aprueba los feminismos, que aprueba las marchas, me hablan para decirme: “P, ¡quiero ir a la marcha! ¿me acompañas?¡Queremos ir contigo! P, no sé qué” y yo estaba fúrica, enojada de decir: ¿De dónde acá te cambió el chip y ahora resulta que si quieres ir? ¡Cuando te he invitado tantos años y me has mandado a la fregada y me dices que estoy mal! Entonces… entiendo que es un proceso de todas, como mi propio proceso de entender que todas tienen su propio proceso, y que tengo que aceptar que a cada quien le llega de una manera distinta, pero lo que yo sentí en ese momento era enojo. 

Y surge esta marcha del 2020, no voy y las dejo solas. A muchas sí les expreso un poco como mi incomodidad y al final es una marcha increíble; es una marcha equiparada a la del 2016, -no creo que sea igual- pero sí para muchas significó un poco lo que yo sentí en esa primera marcha. Entonces ahí también fue donde yo entendí, pues que cada una tiene su proceso y que tampoco es como de: “¡Ah, este es mi movimiento y si no lo haces como yo quiero, entonces no eres mi amiga!

Pues no, ahí es donde entendí justamente la importancia que podía tener esta apropiación del espacio público de manera colectiva, pero que cada quien la vive de una manera diferente, que sí hay un ánimo colectivo en cada una, pero que al final también respondemos, como que todo eso responde en realidad a un montón de factores alrededor, económicos, políticos, sociales, incluso comerciales.

Entonces, no sé si les dije mucho choro, pero lo que quiero decir, es: para mí las marchas, no son cosas estáticas, no son cosas que se repiten, creo que son muy complejas y que merecen justo ese lugar, porque a veces dicen: ¡Ay! ¿Para qué vas a marchar? no tiene sentido, no pasa nada, no sé qué. ¡Sí pasa!, pasa y pasan muchas cosas a nivel individual, eso creo que es de las cosas más trascendentales, que puede tener la apropiación del espacio público de manera colectiva.

(S) 01:03:39 No, ¡es inevitable seguir a P!, es que estuvimos mucho justo, nuestros caminos empezaron mucho a partir de estas marchas, a cruzarse. Yo como fotógrafa también estaba junto con Pato, no solo marchando, sino más bien registrando. Entonces creo que entendíamos la importancia histórica de ser parte de este movimiento y de que este registro era histórico, yo cuando justamente, esta marcha del 2016 y que del 24A y que D nos dijo: “van a salir de aquí los camiones, ¿quieren estar?” 

Y entonces nos organizamos para ir con ella y entonces tuvimos la oportunidad, no como la fotoreportera que va a cubrir un evento, sino ser parte de esto desde adentro, ver quiénes estaban organizando y formar parte del movimiento a la vez que lo está registrando. Entonces estás escribiendo y estás siendo parte de la historia al mismo tiempo y eso me parecía maravilloso, porque justo también había registrado otras marchas en el pasado, pero no eras parte de, no te movía tanto.

Entonces sí fue definitivamente un parteaguas la marcha del 24A, y no solamente para nosotras, creo que para el movimiento también fue como un momento en donde empezaron a ver una gran cantidad de marchas y que empezamos a ver una espiral de que cada vez que había cierto acontecimiento, eran en las fechas emblemáticas al principio y después, cada vez que surgía algún punto coyuntural y después cada vez más rápido y más rápido. 

Hasta que llegamos al 2021 y entonces, creo que ha sido maravilloso poder ver el proceso histórico en estas marchas, porque ha sido un proceso muy rápido y entonces lo que antes se daba en décadas lo hemos visto en diez años, nada más. Antes tomaba 50 y ahorita nos tomó 10, digamos, de ver ciertos avances en las leyes y no que eso esté repercutiendo directamente en bajar los feminicidios y bajar las violaciones y todas las violencias en general, pero que sí está repercutiendo en otras esferas.

Entonces eso ha sido muy interesante y creo que, justo yo también junto con P íbamos a las marchas, yo me sentía tremendamente libre de poder tomar esos espacios, podías recorrer la marcha varias veces corriendo o tomando fotos y cada vez se volvían más inabarcables porque era más gente. Sin embargo, los primeros años éramos las mismas personas y entonces conocías y te sentías parte de una comunidad. Estaba como este lugar al que íbamos después de las marchas o antes de para hacer los carteles, El Punto Gozadera, cómo se volvió un enclave feminista en la Ciudad de México.

Y entonces, creo que fue un momento muy interesante para los feminismos aquí en el DF. Eventualmente creo que empezaron a haber tantas coyunturas que empezaron a salir cada vez más y más y más marchas, que no se pudieron abarcar, porque entonces te quemabas. Porque si vas a todas, para empezar, tienes que estar en un momento de tu vida en donde no estés trabajando, de tiempo completo o algo así para poder asistir a estas marchas y más de esta manera continua, entonces empiezan a ir cada vez más chavitas. Porque son estudiantes y tienen a veces más flexibilidad de tiempo, y entonces ahí empezamos a ver también que empiezan a ver ciertas rupturas en cuanto a ver qué posicionamientos tienen, el asunto de las genealogías. Entonces eso también fue muy importante y muy interesante verlo pasar, creo que también dentro de todo esto hemos podido ver cómo el sistema copta un movimiento. ¡Oigan!, les voy a regresar porque me están tocando. Les pido una disculpa. Ahorita vengo. 

(K) 01:08:19 Bueno, quizá eso yo solamente agregaría como un resumen que me parece que la experiencia de la marcha es importante para el cuerpo colectivo, o sea, el vernos, acuerparnos entre todas, que también pasamos de esta organización digital a presencial y que esa es una experiencia que si se almacena en una memoria corporal.

Porque si bien sabemos que ya estamos juntas y organizadas en algunos momentos históricos, el poder reconocernos con las otras sí es una experiencia que me parece importante de tener para las mujeres, porque normalmente no existen espacios de reunión para nosotras en lugares íntimos ni en espacios sociales. 

Entonces, sobre todo ocupar espacios públicos me parece muy importante como experiencia colectiva de las mujeres. Ahora eso ya sería repetir lo que ya dijeron Serrucha y P sobre el alcance que tienen las marchas a nivel político, pero sí creo que para cualquier proceso dentro del reconocimiento entre mujeres, ir a una marcha es importante. 

(D) 01:09:50¿Me puedes repetir la pregunta, por favor?

(P) 01:09:56 Sí, es justo, ¿cuáles son sus pensamientos o sus sensaciones acerca de estas grandes marchas o estas grandes manifestaciones que han ocurrido en los últimos años aquí en México? No sólo en la Ciudad de México, donde sabemos que la marcha ha sido monumental, sino también a nivel nacional. 

(D) 01:10:18 Voy a repetir un poco de todo lo que ya han dicho, me parece que es un gran recurso para acuerparnos a nosotras para no sabernos solas y para poder, no sé yo, a comparación de lo que Pato comenta, por ejemplo, yo llegué a la marcha del 24A super desgastada, ¿no? 

Esa marcha para mí representó la última marcha de mi vida, o sea, para mí, antes de esa marcha yo ya había marchado un montón con Las Enredadas en el Estado de México y con otras colectivas, y ya habíamos organizado otros movimientos allá. Y hacíamos acciones en el metro y nos íbamos a pintar y nos íbamos justo en el Estado de México, porque varias de ellas eran son del Estado de México. Entonces nosotras como colectiva lo que pensábamos acerca de ese recurso era como: claro, tenemos que organizar nuestra rabia para defender nuestra alegría. 

Justo, es como hacernos visibles y hacerle notar a las personas y al sistema que estábamos presentes, y nuestra forma de marchar antes del 24A era justo como desde una forma más de nosotras; no lo hacíamos tan masivamente, éramos como tres o cuatro colectivos, se sumaba con nosotras esta Irinea Buendía, la mamá de Mariana Lima, -que justo es del Estado de México- y ella se sumaba con nosotras a estas marchas del Estado de México y nos apoyaba un montón.

Íbamos al Bordo, Chimalhuacán, y cuando esta morra de Chiapas dice que estaría bien padre, todas retumbar la tierra un mismo día en un mismo lugar, pues nos emocionamos, y vamos a La Gozadera, a las asambleas para organizar la marcha el 24A, y Las Enredadas fuimos las que convocamos en el Estado de México. 

Entonces, pues yo estuve dentro de la organización de toda la marcha, de la logística, de seguridad y entonces pues yo empecé a invitar a todas mis compas y “¡Se va a poner bien chida!” y no sé qué. Jamás se me ocurrió que ya estaba haciendo historia, o sea, nunca se me pasó por acá. Más bien para mí era como: “¡Sí! ¡Hay que luchar y seguir en esto, porque mi hija no tiene que pasar por esto y todas vamos a estar juntas!”, y para mí era un gran… mucha energía, para mi es muy insostenible ser activista, es súper insostenible.

No comes, tienes que poner todo tu varo, no tienes tiempo, tienes, o sea, es un trabajo más. Y para mí, el 24A, con todas nos organizamos, salió super chido, pero después de esa marcha terminamos muy agotadas las organizadoras y muchas, yo por ejemplo, decidí ya dije: aquí me retiro, necesito estar tranquila, necesito estar más con mi mamá, mi hermana, mi hija, mis amigas y me retiré de las marchas. 

Entonces, cuando veo el documental de P me doy cuenta que ha registrado un montón de marchas a las cuales yo no he ido, que me parece increíble, que yo también noto un montón, cómo la evolución de las marchas ha sido bien interesante: En la marcha del 24A lo más que hicimos reventar globos con pintura, y en las recientes ya avientan petardos y rompen vidrios y van con fuego y todas acá bien locas y es como: ¡que chido! o sea, qué chido que… y pintan monumentos, y entonces, esto habla también del momento histórico, de cómo la violencia ha sido más, se ha elevado cada vez más. Cuando marchamos éramos siete mujeres asesinadas y ahorita ya somos once. Entonces, evidentemente también se hacen visibles estas muertes en espacios seguros, y que muchas de esas chicas que últimamente han marchado, claro que tienen como referente el 24A. 

Entonces para mí siempre, o sea va a ser el 24A… ¡es mi ex no superado! así como: ¡Gran marcha, la amo por toda la vida! pero me desgastó muchísimo. Y pienso que fue el parteaguas para muchas, para poder darse este… como que le pasamos a alguien, el: toma te toca porque yo ya estoy desgastada, como él no legado, sino decirles: mira si se puede seguir haciendo esto, vamos a seguir haciéndolo. 

Pero yo decidí mi trinchera hacer desde la psicología y acompañar desde ahí, también es mi espacio y desde ahí también puede hacer cosas y justo creo que lo que sucede es que nos vamos desgastando muchísimo porque no hay… esta insostenibilidad, no solo es económica, sino también es emocional; a pesar de que pues nos reunimos para llorar y para decir: “ok, ya estamos hartas”, y todo es muy insostenible emocionalmente nos duele mucho.

O sea, las marchas son súper potentes, pero creo que es como una gran cruda, una gran fiesta. Es como cuando te pones hasta la madre del alcohol y entonces te pones peda, y al día, dos días tienes cruda porque es como: si duele saber que sigues marchando para que no te maten y duele saber que esas marchas siguen siendo criminalizadas a pesar de que es un gran recurso. A mí me sigue dando mucha tristeza que las morras tengan que salir a marchar todavía porque las siguen asesinando o matando, violando sus espacios.

(P) 01:15:41 Y pues entonces, hablando justo de eso y del registro, ¿podrían hablarnos mucho sobre “Ahora Que Estamos Juntas”.

(K) 01:15:50 No sé si Serrucha quiera terminar su idea antes de pasar a lo de la película. 

(S) 01:16:11 Perdón, muchas gracias, si, discúlpenme. Bueno, estaba en la parte de decir que justo hemos visto como se ha cooptado el movimiento de una manera muy transparente a través de las marchas. Entonces, cómo justo al principio eran las personas que habían estado organizando ciertas marchas, ciertos eventos y movimientos en diferentes lugares y que eventualmente se fue sumando y sumando cada vez más gente, lo cual es muy importante y como mencionaba K, es un acto político que se registra en el cuerpo y en la psique colectiva, que va infiltrando y justamente esta frase de “Ahora Que Estamos Juntas” es tan poderosa.

Porque sí, sí el estar en la calle, a mí por lo menos me revitaliza, es de donde saco fuerza en estas marchas, decir esto, esta sensación colectiva de que no estamos solas, sí estamos en todos lados, si estamos creciendo, entonces eso es muy poderoso, me parece, pero justo con el tiempo hemos podido ver cómo van creciendo estas marchas y entonces se va despolitizado cada vez más.

Empiezan a ir personas que justo están empezando en los feminismos -y que tiene toda la validez del mundo-, pero que a la vez el estar despolitizadas neutraliza, entonces empieza a neutralizar las marchas y se empieza a hacer esta cooptación, en donde justamente es la marcha del 2021, vemos… ¿No, cuál fue? Fue esta 2022, creo, fue en donde ya vimos a las policías, a las Ateneas, con sus flores de MORENA.

Y entonces empezamos a ver muy tangible la estrategia gubernamental, el Estado ya entendió que puede poner muros y entonces empezó a amurallar la ciudad entera con estas paredes inquebrantables y dijo: “dense con todo, ya aprendimos, ya vimos que entendieron y ahora sí tienen estrategia”, amurallan, encapsulan en los lugares estratégicos, amedrentan antes de que empiecen las marchas, empiezan a hacer expedientes de las compañeras feministas, entonces están haciendo estas tácticas del Estado que ha hecho por muchísimos años y las están aplicando a las feministas. 

Y estamos también viendo un recrudecimiento de la respuesta del Estado frente a la protesta feminista, ya está muy registrado por Amnistía Internacional, ya sacaron un estudio, hemos visto que han lanzado balas. O sea, entonces no lo hacen directamente en el Zócalo, porque ahí está el ojo mediático, pero sí lo hacen en Cancún, pero sí lo hacen en el Estado de México, sí lo hacen en diferentes lugares y también en puntos estratégicos de la Ciudad de México.

Entonces, estamos viendo ese recrudecimiento. Y por el otro lado, cómo lo están haciendo frente a los medios internacionales, nacionales e internacionales. Entonces es interesante ver cómo este desarrollo, está derivando en nuevas estrategias de, otra vez, digamos, como que meternos al corral, que van junto con esta caza de brujas.

Y que algo también interesante, nada más quería, antes de cerrar, de la marcha del 2022 fue muy, muy esclarecedora en cuanto a cómo se desarrolló, porque aparte de ver a las Ateneas con estas flores, las Ateneas unos días antes hicieron, tuvieron conversatorios.

La directora, la jefa de las Ateneas tuvo conversatorios con los de Morena y tuvo conversatorios con activistas, y entonces es; “Ya somos todas feministas” y se pronunció feminista y entonces justamente ya es muy clara cuál es la línea de cooptación. Y también vemos esta despolitización durante la marcha, somos una marcha multitudinaria enorme, como la del 2020, pero con espacios gigantes, ¿qué pasa con esos espacios? 

Nunca había visto una marcha con huecos y con gente viniendo de un lado al otro, gente que regresaba como porque está regresando, ¿qué está pasando, no? Y personas al frente que no, las familias van al frente, hay un orden, entonces no hay un conocimiento de cómo se desarrollan este tipo de eventos, se vuelve un espectáculo mediático. 

Entonces tenemos a los gringos que están pasando y entonces se toman la foto.Y tenemos a las comadres que nunca han marchado y que está muy chido que se integren, pero que forman parte de ese espectáculo, entonces también es importante, por eso regresó tanto a la politización, entender de que estás siendo parte. Porque de lo que está siendo parte es de comprarte las botas de Liverpool, ponerse la playera de Zara y salir a marchar ese día. Y entonces claro, hay un enojo de muchas personas que han estado en los movimientos, porque hay una falta de compromiso, porque hay una falta de coherencia.

Y porque el compromiso real es que cuando tengas que enfrentarte en tus espacios de trabajo, en sus familias, hacia dentro, realmente pongas en acción todos estos lineamientos que se han estado estableciendo en los diferentes feminismos, ¿no? Que no sucede; es solamente para el espectáculo y la foto. Entonces eso, creo que es muy esclarecedor, el poder tener ese panorama a través de las marchas.

(PB) 01:22:58 Perdón, es importante.

(P) 01:23:01 Perdón, perdón. Entonces si.

(PB) 01:23:04 ¿Si puedo? Solo como justo, eso iba ahorita, iba a retomar lo de las marchas. Al menos, por lo menos en el registro de la película de las marchas a las que estuve yendo donde evidentemente me encontraba a Serrucha todo el tiempo o nos ponemos de acuerdo para ir juntas, en la parte de la represión, es importante porque sí, es muy visual. O sea, si al principio ves que hay dos o tres policías, la mayoría hombres.

Luego empiezas a ver que empieza a ver cuerpos de policías un poco más densos, hasta que se convierte de verdad en una onda de cuatro filas de policías, una de cada lado y cientos de cientos y cientos a lo largo de. Donde las primeras filas son las que dan hacia el Centro, donde es donde pasan las marchas son mujeres y las que están al exterior son hombres, como esta onda de que los hombres están, pero que no se vean los hombres policías, pero las que están dando la cara todo el tiempo, las que se enfrentan a las mujeres, son las propias mujeres.

Entonces también coincido con Serrucha en esta onda de, el gobierno estuvo estudiando evidentemente cómo funcionaba este asunto, cómo funcionaban las marchas, qué pasaba, cuál era el mejor medio como para poder contener. Y pues al final sí siento que la estrategia del 2022, -que fue darnos flores- logró convencer a muchas, a muchas de verdad. Pero es eso, tiene que ver con esto que dice también Serrucha, ¿hasta donde realmente sabemos dónde estamos y por qué estamos aquí y entendemos cómo funciona?

Porque al final sí escuché como a mucha banda o mensajes de muchas bandas que decían: “¡Ah! ¡está súper chido! porque las mujeres incluso somos amigas” y la florecita y el abrazo, y así es como tenemos que comunicarnos y no sé qué… pero al final eran discursos vacíos, discursos mediáticos, que solamente apaciguaron como el enojo un poco.

Entonces igual el 2022, yo no marché en 2020 ni 2021, no registré absolutamente nada. En el 2022 más bien fui a la marcha, no registré, pero sí organizamos un contingente alrededor de la película, justamente queriendo acompañar a mujeres que nunca habían ido a una marcha y tomando este espacio seguro, donde no va a pasar nada, pueden ir niñas, pueden ir con sus mamás, como en esta onda de vivir la experiencia.

Y al final estuvo súper raro, tenía esa marcha… tenía una vibra muy rara porque como dice Serrucha, había huecos, entonces ¿qué sucede cuando hay huecos? Es que no hay organización mayor, no hay una articulación, no hay una vinculación entre los contingentes, no hay una comunicación, cada quien anda por su lado, algunas salieron del Ángel, otras de la Victoria Alada, otras salieron de Revolución, otras salieron de quién sabe dónde, en horarios diferentes.

Se notó la fragmentación ahí, y creo que ese es el punto de las marchas. Interesante también poder analizarlas: entonces estuvo muy desarticulada, estuvo desangelada y había mucha gente nueva también, pero también mucha gente muy asustada, porque las marchas más recientes, pues, habían tenido como un gran, una gran represión por parte de la policía. Entonces, lo que a mí me pasó, no sé si a Serrucha también, fue: hubo varias estampidas de mujeres que se espantaban porque salían los policías marchando y porque no estaban acostumbrados a ver eso.

Pero, el problema no era eso, el problema era el terror o el miedo que ellas sentían al grado de correr por su vida, pensando que les iban a hacer algo, que los policías, que estos cuerpos policiacos las iban a reprimir. Y era como; a ver banda, cálmense. Porque si no, ahorita vamos a tirar a alguien, la vamos a aplastar y podemos matar a alguien incluso así, entonces hay que tener mucho cuidado. Y yo me acuerdo que me adelanté en la marcha justo para ver qué estaba pasando, y no pasaba nada, no había pasado nada.

Solamente era, a lo mejor una fila de policías que había avanzado, pero el terror y el miedo que se ha generado por el tipo de represión que ha habido hacia estos movimientos colectivos ha sido tan fuerte en los últimos años, que evidentemente las mujeres dicen, es que sí quiero, pero tengo miedo, y a lo mejor me atreví a hacerlo este año, pero no manches, ví a los policías y me eché a correr porque me moría de terror.

Entonces, fue como muy triste darnos cuenta de que sí hay estas ganas de estas mujeres que quieren transformar sus vidas, cambiar el mundo, pero que hay un tremendo miedo incontrolable, y que hay un Estado represor que es completamente evidente y que da terror.

O sea, sabemos quién es y que incluso toda esta parte mediática de: “es que ni entre ustedes pueden ser amigas, entre ustedes ni siquiera se ponen de acuerdo y porque se están peleando entre feministas”, porque es un discurso que también estuvo muy alrededor de esos momentos. ¡Pues claro! Se vive en la marcha, toda la fragmentación que hubo entre contingentes era el resultado de todo eso.

Entonces, perdón, creo que por lo menos en la parte sí, del registro, de la experiencia, etc. se puede ver, se puede analizar y pues no sé, o sea, no sé cómo van ser la siguiente marcha, no sé cuáles vayan a ser las características, pero lo que yo vi en ese momento fue desarticulación, miedo y mucha represión.

(P) 01:29:30 Iba a preguntar un poco sobre la consigna favorita, pero creo que este tema de las represiones bien, es bien importante. Porque no solamente es una represión sistemática contra los movimientos feministas, sino que también se ve la repercusión o la misma estrategia en torno a prácticamente todos los movimientos sociales.

Y creo que también esa es una recurrencia histórica y a esa parte me parece bien, bien importante, como también recordarla y tenerla en el horizonte. Personalmente, por ejemplo, solo había vivido un encapsulamiento hace como, creo que fue en 2012, en una en 2012, en la marcha del 2 de octubre, que si justo, fue una estrategia terrible, pero ahí fue cuando se empezó a inaugurar ese tipo de estrategias y, año nunca me había tocado el gas lacrimógeno hasta este año y me sorprendió realmente porque no veía yo la lógica de gasear, además de una manera completamente aleatoria.

Fue como muy, la verdad es que fue un muy mal sabor de boca y también esta capacidad de aprendizaje que tienen los cuerpos policiales, porque el cuello de botella que armaron este año nunca antes lo había visto en ningún otro momento, ni siquiera con los maestros cuando tomaron el Zócalo y cuando se instalaron de nuevo en el Monumento a la Revolución, entonces pues esa parte me parece muy importante también pensar en colectivo. Serrucha, ¿querías decir algo?

(S) 01:31:15 Sí, justo aunado a esto que estás diciendo sobre la represión, eso me parece muy interesante e importante ver el doble discurso que manejan, de tenemos una jefa de gobierno, de: “estamos con las mujeres”, etc. Y por otro lado, tenemos estos sistemas de amedrentamiento, del tipo creo que fue la marcha del 2019 el 25 de noviembre, cuando desde Palacio Nacional tenían estos aparatos que tiran drones, que mandan unas señales, pero parecen francotiradores. Y entonces, esa era una estrategia de amedrentamiento brutal, cuando llegamos al Zócalo eso era apabullante.

Y también fue cuando empezaron a sacar gas lacrimógeno cada vez más fuerte y entonces, claro, una empieza a ir a las marchas, y ya llevas el casco, porque también ves las a las compas de los bloques negros, que empezaron a surgir y empezó un bloque negro y empezaron a salir más bloques negros. Y entonces estar cerca de ellas era tener que también hacer equipo de protección y evidentemente, equipo de protección contra la policía. Entonces yo también llevaba ya cosas contra el gas lacrimógeno en la mochila y demás, y para las próximas marchas, entonces yo ya llevaba armada, te vas vistiendo para la marcha cada vez más.

Y entonces era muy interesante, porque justo las últimas en donde empezaron a amurallar todo, pues pude ver muy bien esta estrategia de, ya no están gaseando por todos lados, ya lo hacen de manera muy puntual. Entonces como que yo decía: ¡ah! claro, estoy sobreprotegida. Ya traía goggles, traía no sé qué, porque sabía que era necesario.

Pero ya en estas no, porque ya lo están haciendo de manera estratégica. Entonces era muy interesante también y me parece que, y lo digo porque justamente hoy estamos en el desfile militar como mencionaba Pato. Nos acaban de militarizar el país por diez años y esto quiere decir que esto se va a poner cabrón. o sea, yo creo que las próximas marchas está de, no sé que esperarme.

Si el Ejército va a cumplir la función de la policía, o sea ¡y está entrenado para matar el ejército! pero tenemos el discurso de ayer en la noche, el presidente de: Viva la libertad, la democracia, los pueblos originarios, -aunque nos estemos echando con el tren maya todo el sureste- entonces es este doble discurso y el saltarse las leyes, solamente aplicar las que les convienen, que estamos viendo cada vez más y que no sabemos en dónde va a derivar.

Entonces también creo que lo que se viene con respecto a todo esto que hemos estado viviendo de proceso histórico es bastante incertidumbre, creo yo y también, pues de ver cómo nos siguen manejando este doble discurso.

(P) 01:35:03 Sí, sí, es una cuestión muy triste, es una cuestión muy, muy fuerte, muy complicada, además, porque tiene más, tiene muchísimos más oscuros que claros, entonces, digamos, ir deshilando una situación tan abigarrada como está es complicado y puede llegar realmente a tener como puntos de vista demasiado encontrados y además a veces también, hasta volados, no sé. Yo mis temas son sobre seguridad y territorio. Entonces, según yo me iba a dar unas vacaciones de esos temas porque también son mentalmente desgastantes, muy desgastantes, pero no, imposible hacerlo, en esta coyuntura, es prácticamente imposible hacerlo. 

Pero bueno, me gustaría inaugurar la sección de hablemos de “Ahora Que Estamos Juntas”, si me lo permiten, si estamos de acuerdo.

(PB) 01:36:12 Este bueno, pues “Ahora Que Estamos Juntas” es una película documental que empieza a gestarse en 2015 y la tirada era hablar sobre cómo el acoso sexual callejero limita nuestra movilidad en los espacios públicos y cómo esta limitación de la movilidad también afecta nuestro acceso a derechos humanos, a la recreación, trabajo, educación, salud. 

Pues al final, cualquier espacio público, entonces, incluso el espacio simbólico de lo público, simplemente levantar la voz, es incluso ese espacio que no, que no siempre está conquistado por las mujeres. Entonces de eso iba y pues un poco, lo que sucedió es que conocí a un grupo de veinte mujeres donde empezamos a reflexionar sobre todo lo que significaba o lo que era el acoso, cómo impactaba, cuál era la trascendencia de estos impactos y qué podíamos hacer, que era la parte importante.

Entonces un poco, la película se cuenta a través de mi historia individual, que no era la idea, o sea, mi idea era hacer una voz coral, pero al final estas voces no había yo logrado articularlas, más que a partir de mi propia voz. Entonces es como una voz individual, que por momentos también es colectiva y que también este se desarrolla dentro de un contexto sociopolítico importante, que es el periodo de 2015 a 2021. Y pues prácticamente el tema o el objetivo es dirigirlo a otras mujeres con la finalidad de impulsar también el fortalecimiento de sus propios vínculos a nivel más cercano. 

Voltear a ver a las mujeres que tienen a su alrededor, sus amigas, su mamá, sus hermanas, que al final son estas redes que necesitan ser validadas y que muchas veces no lo hacemos y que no nos damos cuenta de que esos pueden ser espacios seguros, mucho más fortalecidos y que podemos generar herramientas para poder cuidarnos en colectivo, entonces, un poco esa es la idea. 

También la idea es apostar por construir herramientas para la autodefensa, porque mi tema ahí era que yo no lograba defenderme, o no logro todo el tiempo defenderme ante las violencias, específicamente el acoso sexual callejero, suelo paralizarme y suelo, después frustrarme y sentirme culpable y muy tonta por no, por no actuar. Entonces como que eso evidentemente es muy difícil transformarlo, yo creí que lo iba a lograr porque ya tenía todo muy claro, ya sabía de dónde venía y porque no actuaba y no lo logré.

Entonces prácticamente cuento en la película este proceso, donde me voy dando cuenta que no es tan fácil lograr la autodefensa y que en ese momento es necesario darte cuenta de lo que sí tienes y de lo que sí puedes. Y lo que sí tienes son redes de apoyo, que lo que sí tienes es como el poder nombrarlo, lo que sí tienes es desde tu trinchera, poder incluso socializar con las personas que quieres y con las personas que tienes a tu alrededor. 

Entonces, en la película también se entreteje la historia de mi mamá, porque es como el antecedente, mi referente inmediato de mi ser mujer. Entonces también hay una cuestión de sanación, incluso familiar que tiene que ver con esto, con también reconocer las luchas y las cosas que las otras mujeres han hecho, que no necesariamente se nombran feministas, pero cosas que sí nos han abierto paso para que nosotras podamos estar en este momento reconociendo estas violencias y tratando de actuar ante ellas.

Entonces por ahí va la película y pues obviamente también es, pues tratar de ponernos de una forma, no vulnerable y no como mujeres víctimas, o sea, sino mujeres que tenemos agencia, mujeres que podemos actuar a partir de las habilidades y conocimientos que tengamos. Entonces eso es un poco lo que también quiere hacer la película, ayudar a que todas podamos reconocer eso en nuestras propias vidas. Y pues no sé, lo que las demás chicas que quieran abonar ahí, sobre la película más bien. 

(K) 01:41:06 Yo quisiera decir que, me parece… bueno, Pato nos compartió varios cortes de la película en diferentes momentos, y creo que yo rescato muchísimo, primero, el espacio de representación como lo ha trabajado P. Porque creo que, aunque en la película sí se habla de un contexto histórico importante, está situado en estos personajes que tienen historias muy particulares y también luchas muy particulares.

Pero creo que sí tiene la película esta sensibilidad de representar de una manera muy cercana, la lucha de las mujeres en el marco del movimiento feminista actual. Pero que nunca se aleja de la parte de los afectos de las mujeres que aparecemos en la película, y eso me parece muy importante porque creo que hace mucho sentido esta cuestión de que lo personal es político, en la película.

Y otra cosa que también me parece muy importante destacar del trabajo que ha hecho Pato, es que nos ha involucrado en el proceso también. O sea no, no es solamente su mirada externa de nosotras, que siempre va a estar su subjetividad, pero que siempre nos tomó en cuenta para también vernos cómo estamos siendo narradas por ella. 

Entonces, esa parte me parece muy importante en las narrativas artísticas porque si bien es importante los temas que está abordando, también es el cómo se abordan y que ha habido otras, pues sí, otros proyectos artísticos que no necesariamente toman en cuenta, a las personas que van a ser representadas, cómo quieren ser representadas. 

Y bueno, yo siempre que veo la película me pongo a llorar, porque me parece que son muchos años de trabajo y es muy fuerte ver en imágenes, años del movimiento y en donde estuvimos ahí viviendo, transitando, entonces creo que además de hacer una reflexión muy importante respecto al acoso callejero y el espacio público, también es importante el archivo histórico que P ha generado a lo largo de estos años. Y que bueno que ya al fin P terminó la película, ¡Estamos muy orgullosas de ella! porque creemos que sí es una película que tiene que verse, que la gente la tiene que ver.

(S) 01:44:28 Quería decir, seguir con lo que estaba mencionando K del respeto a las personas con quienes ha colaborado P para hacer esta película que es muy bello porque es proceso. Ves el proceso de todas estas personas, entonces es muy claro, el medio es el mensaje, es muy participativo, es respetuoso y es muy colectivo. Y entonces es muy bonito ver el proceso de P, pero también vernos a nosotras, cada quien ve el punto en el que estaba en ese momento, ve cómo ha crecido, cómo nos hemos acompañado o quiénes éramos en ese entonces, como estamos ahorita.

Y creo que esa es la potencia del arte, el generar procesos. No es sólo documentar algo, si no es el generar un proceso. Porque P a lo largo de la película hizo estos, o sea, estas reuniones para platicar. Y entonces vuelve a retomar estas estrategias feministas de los 50’s y 60’s, en dónde están los pequeños grupos articulados para compartir nuestras experiencias, para estar juntas y para también articularnos, entonces, a través del proceso de la película, también articula.

Creo que parte de cómo nos hemos ido articulando nosotras como amigas, también es gracias a este proceso de estarnos juntando a raíz de las grabaciones de las película, y de estar cada vez más cercanas. De que vivir esos procesos de manera conjunta va forjando estas relaciones cada vez más fuertes y profundas.

Entonces, desde la perspectiva como yo, como veo la práctica social, me parece que esta película pone en acción muchas de estas estrategias. Yo la consideraría como una película de práctica social en donde el proceso estaba muy metido en la manera en la que generó el discurso, el proceso de representación. Pero también el proceso de edición, porque, cuando empieza a hacer toda esta organización y la posproducción, pues también va generando otros espacios y otras redes con las que continúa y con las que está haciendo otros proyectos.

Entonces creo que cada uno de los momentos de una película, que normalmente son como muy definidos, como muy estáticos, digamos en cuanto a el proceso de red, de juntar y de articular, y que esas personas sigan colaborando después de esto no se da frecuentemente. Son personas normalmente desarticuladas, que van a un propósito específico y se conocen dentro del gremio, y muchas pues trabajan tal vez en una empresa, pero particularmente en este proyecto artístico creo que, todo ha sido parte de un hilo conductor que me parece muy, muy poderoso.

(D) 01:47:54 Bueno, a mí me parece… no sé, yo la he visto un par de veces y siempre chillo además porque mi hija sale super chiquita, entonces también veo ahí mi Yo mamá súper activista, y ahora mi Yo mamá siendo abogada y psicóloga. Entonces no sé cómo que el “Ahora Que Estamos Juntas” me hace mucho sentido en lo colectivo, pero también verme a mí y a ellas en varios años y en este proceso es como: claro, somos nosotras siendo muchas al mismo tiempo y en todas esas muchas y en esa evolución nos hemos acompañado.

Entonces pienso que el “Ahora Que Estamos Juntas” no solo es como en esta marcha o en estas luchas, sino también en la vida y que eso representa también esta película. Como no solo formar red para acompañarnos, para que no nos asesinen, sino también el estar juntas para celebrar la vida y para honrar nuestra existencia y para acompañarnos en nuestros logros, en nuestras tristezas. Y que más allá de ¡qué bueno que el feminismo nos unió! y que más allá de eso hemos construido una red súper chida, y que yo le deseo a las mujeres del mundo tener este tipo de redes porque nos salvan la vida todos los días. 

Entonces pienso que más allá de demostrar la evolución del feminismo, del acoso callejero, las violencias, me parece también que deja un gran mensaje en el sentido de construir redes, porque las redes de mujeres nos salvan las vidas. Y desde las infancias no sé cómo mostrar estas imágenes de las niñas juntas y como en espacios públicos y con sus vestidos, me parece un gran mensaje de fortaleza, de visibilizar lo femenino como algo fuerte, no vulnerable y que nosotras las estamos acompañando en estos procesos.

(S) 01:50:01 Y nada más me gustaría poner esto que decía D, o sea, eso es hacer política con el arte, para mí, ¡eso es hacer política! Entonces nada, felicidades P, ¡eres una chingona!

(K) 01:50:27 Y además de que bueno, esta película te lleva en un tsunami como en una marcha, te lleva a una onda de emociones todo el tiempo y te hace encontrarte y proyectarte y repensarte y cuestionarte, pero no se siente feo. Pero o sea, es como hay un momento de la película en que dices chale, ¡esto sí está muy feo! pero luego te va llevando de la mano. Como en la del Panda Rojo, cuando va con la mamá y como que te va llevando en todo: Está bien, justo estamos juntas, no te va a pasar nada feo porque estamos juntas.

(P) 01:51:06 P, ¿querías decir algo? Y supongo que algo antes de que nos cuentes acerca de la agenda de difusión, de la agenda de proyecciones y todo este proceso que viene después de terminar una película.

(PB) 01:51:22 Pues no, nada más quería felicitarles a todas, porque de verdad es un proceso muy colectivo, sin ellas no hubiera podido lograrlo. Incluso, es importante -y creo que ya se los he contado- estaba súper atorada incluso en la parte de cómo termina la película, hasta que hicimos este grandioso y hermoso viaje a Acapulco un día que dijimos: ¡Ya, a la chingada, vámonos! cada quien traíamos nuestras historias, nuestros pedos, etcétera.

Y dijimos necesitamos desconectarnos o conectarnos de una manera distinta y más bien, pues hicimos este viaje y me acuerdo mucho, que me dió mucha luz conversar con ustedes y decirles: Es que, siento que esta película no tiene sentido, no sé cómo, o sea, ¿Qué voy a decir? ¿Que vamos a marchar otra vez? Yo me sentía como hundida, atorada. Y entonces ya fue que me dijeron “No P, pero pues, o sea, hemos hecho otras cosas”.

Entonces creo que el siempre hablar desde nosotras, el hecho de también colocarme allí con ustedes, pues a mí también me empodera al final, para mí simplemente mostrar una fotografía mía en Facebook me costaba mucho trabajo. Y ahora pues ponerme al descubierto en una película junto con ustedes o junto con ellas, pues también me representa un gran terror, pero no tanto, porque sé que no voy sola. 

Y que es importante también hacerlo, que es importante romper esos miedos para apropiarte justamente de tus propios discursos, de lo público. 

Entonces pues yo les quiero agradecer mucho, he tenido mucho amor en este proyecto, de verdad, mucho acompañamiento, mucho aprendizaje. Recuerdo que cuando conocí a D y a K híjole, ¡Me daba miedo hablarles! Yo decía: es que este, pues no sé, soy como muy, soy muy teta o a lo mejor siento que es demasiado agresivo lo que hacen, y ahora lo veo en perspectiva y digo: No, ¡ha sido demasiado amor! ha sido más bien como un cariño fuerte y a veces creo que ver mujeres fuertes nos espanta. 

Entonces creo que justamente darnos cuenta de que las mujeres fuertes no tienen por qué espantar, sino más bien tenemos que unirnos a ellas, es un poco la idea. ¡Gracias! no más que decir, ¡Gracias! Y la película, pues se va a Morelia, se va a estrenar en Morelia del 22 al 29 de octubre, no tengo fecha todavía no sé cuándo, pero también va. Estamos planeando una campaña de impacto alrededor de ella, obviamente queremos que también, pues vaya a otros espacios y otros lugares que se pueda ver en espacios públicos, apropiándonos de espacios públicos. 

Yo sinceramente no conocía, es mi primera película y no sabía cómo es el proceso de distribución o de la exhibición de la película. Mi grandiosa idea era subirla a YouTube y regalársela a todo el mundo y después descubrí que no era una buena idea. Bueno sí, puede ser una buena idea, pero en realidad no va a llegar a muchos lados. O sea, tienes que tener un gran trabajo de difusión y a veces eso requiere mucho financiamiento. Bueno, no a veces, más bien siempre. 

Entonces, financiamiento que no tengo, la película me dejó devastada; me dejó en quiebra emocionalmente, económicamente, socialmente. También perdí muchas personas en el camino. Pero bueno, estamos aquí y pues ahorita, por ejemplo, está en una ruta de festivales, que es un poco la idea para que la puedan ver programadores que van a festivales, que les puede interesar, que la quieran colocar en otros espacios y después va a comenzar su diseño, su campaña de impacto, donde vamos a buscar funciones especiales, funciones especiales con aliadas, aliados, aliades que puedan ayudar a financiar la campaña.

Porque queremos hacer talleres, sobre todo talleres con jóvenes en escuelas o en centros educativos o donde se pueda. Y que obviamente también la película se vea proyectada en otros lugares. Pero eso también requiere pues apoyos, ¿no? Incluso si queremos hacer una proyección en espacio público, pues se necesita rentar la pantalla, o sea, infraestructura que no tenemos. Entonces bueno, pues por ahí va la búsqueda, 

Una distribuidora, -por cierto, amigas, nos acaba de echar el ojo, más bien ya nos echó el ojo- nos quiere distribuir y obviamente, pues ahí hay que negociar mucho la campaña pues al final a mí esta es la parte que pues me interesa. Que sí vaya la película acompañada como de… incluso ni siquiera como de cosas tan, no sé, tan comunes como pudiera ser un conversatorio, sino más bien como con actividades novedosas, de: vamos a rodar todas en bici, o vamos a hacer un picnic, cosas así más afectivas, tal vez más, más de vinculación con otras mujeres, por ahí va.

(P) 01:56:52 Pues muchas felicidades a todas y también a ti, para finalizar la entrevista, me gustaría hacer una una pregunta que nos abra justamente un horizonte de futuro. Mmmmm…Robert Bloch o Mark Bloch -siempre me confunde porque lo tengo más presente de mi queridísima Ana Dinerstein, que es una filósofa politóloga argentina viviendo en Bristol, en Gran Bretaña- ella habla acerca del arte de organizar la esperanza, del arte, de organizar, no algo idealista, no algo que no se pueda cumplir, sino todo lo contrario. 

De aquel futuro que en algunos momentos de la historia lo han llamado horizonte utópico, horizonte político, horizonte utópico, pero que ella dice no, lo que pasa es que la esperanza o Hope son, claro que si, ahorita les les pongo el nombre de mi queridísima Ana Dinerstein, ella dice: No, Hope es otra cosa, Hope es algo en lo que ya estamos trabajando, en lo que ya estamos trabajando y vemos que además tiene una proyección, lo vemos en el horizonte. 

Entonces me gustaría preguntarles a ustedes bueno, ¿qué tipo de futuro, qué tipo de horizonte utópico feminista, qué tipo de esperanza feminista es la que ustedes desean o es la que ustedes creen que se está construyendo?

(S) 01:58:39 ¡Me encantó la cara de todas!, ¡así de estamos en el hoyo! ¡Qué difícil pregunta! Es que sí, creo que, también es dicotómica lo que está sucediendo, como que ahorita, mientras lo digo lo estoy pensando en el sentido de lo que está sucediendo hacia adentro y hacia fuera. Siento que hacia adentro de las colectivas, de las personas que estamos como metidas en esto, desde los activismos, en sus diferentes vertientes, creo que hay mucho movimiento, hay mucho movimiento. 

Se están forjando proyectos muy interesantes. Hay cada vez más personas que sí están comprometidas y que están buscando acercarse a ver de qué manera pueden hacer algo al respecto y eso me parece muy esperanzador, a mí me da vida. Me parece que hay mucho movimiento por todos lados, a pesar de que también haya la cooptación, a pesar de que también… por otro lado está muy fuerte desde afuera esta violencia, las múltiples violencias sistémicas, como que cada vez llueve más fuerte afuera.

Y se construye mucho adentro, y ese encuentro es muy difícil ahí si honestamente es cuando yo me topo de cierta manera con pared y siento que hay que buscar estrategias, que hay que parar de estar en la reacción constante y poder sentarnos a pensar qué hacer de manera estratégica. 

Eso me parece imprescindible, me parece necesario también poder parar conscientemente, porque justo nos está quebrando este sistema al quemarnos, en tratar de buscar salidas y siempre estar dando, pegando con pared, entonces necesitamos darnos estos espacios. Si yo lo pienso como hacía mi vida personal, porque francamente no sé cómo se vaya a desarrollar todo hacia un futuro, hacia fuera, con respecto a la militarización, por ejemplo, con respecto a que cada vez aumentan más los feminicidios, es un horizonte tan aterrador que se me sale de las manos. Pero lo que sí pienso hacia adentro es, me gustaría no poder estar quemada para poder seguir todo el tiempo apostándole a esto, porque le da un propósito a mi vida, porque estamos en un mundo que está en llamas y que si voy a emplear en algo mi tiempo, lo único que me parece importante es tratar de apagar esas llamas. Y si me muero y no se acaba y se acaba quemando el mundo, decidí emplear en eso mi energía, porque es lo que me parece importante, punto. 

Y en ese camino, ¡disfrutar la vida! que creo que es como el reto más grande que tenemos ahorita, el cómo literalmente no morir en el intento, ¿no? Porque o te desgastas o te matan afuera o ejercen tantas violencias que tienes que estar en múltiples terapias. Entonces, ¿cómo estar juntas? ¿Cómo articularnos, cómo también pasarla bien sabrosearnos, , bailar, reír y disfrutar la vida que si tenemos, no? 

Frente a este genocidio, frente a este narcoestado y la necropolítica que ha manejado y que está metiendo cada vez más entonces, creo que yo siempre regreso a los círculos pequeños a estar en estos espacios, más a lo micro, en donde realmente creo que podemos incidir y empezar a articular otros círculos y ver de qué manera nos conectamos, es lo único que veo por el momento estos estos espacios y círculos de interdependencia y de nutrirnos.

(K) 02:02:41 ¡A ver, voy a intentar! ahora, bueno, hace unos meses quizá pensaba que ese horizonte, lo utópico, lo iban a dibujar las chicas más jóvenes. Que era ahí en las juventudes donde estaba depositada la esperanza. Y pues yo hace poco, hace unos meses, decidí mudarme de la Ciudad de México, me vine a vivir a Mérida y realmente ha sido una acción que he tomado como comenzar de nuevo, dibujarme un futuro distinto del que parecía que ya iba caminando sin decidirlo tanto.

Y realmente, pienso que la construcción de un futuro más alentador, es posible a partir de nuestras relaciones afectivas, que es ahí realmente donde podemos decidir cómo queremos que sea nuestra vida cotidiana, como decidimos entablar vínculos afectivos con nuestras amigas, con nuestras parejas también, cómo decidimos sacar de nuestra vida o deshacernos de vínculos afectivos que han sido importantes durante nuestra vida, pero que podamos renunciar a ellos voluntariamente. 

Creo que ahí tenemos la posibilidad de decidir, y también un poco combatiendo esta desesperanza del contexto político e histórico, creo también importante despojarnos de la responsabilidad del cambio social para las mujeres. Porque de pronto en el activismo también comenzamos a asumir -igual que en otras relaciones sociales- nuestra responsabilidad por la sociedad, por la otra persona y la anteponemos antes que nuestro propio cuidado en nuestra propia vida.

Entonces, para mí también ha sido muy importante en mi proceso como mujer, como mujer que lucha, como mujer feminista, también hacer esa conciencia y renunciar voluntariamente a salvar a las demás mujeres y pensar que debo de salvarme a mí primero y que eso no me tiene que generar alguna culpa, sino que el horizonte es más esperanzador cuando me estoy cuidando a mí y cuando estoy decidiendo conscientemente como serán mis relaciones afectivas y en todos los sentidos. 

Ahora pienso, ¿qué tipo de trabajo quiero tener? ¿Qué tipo, en qué espacio geográfico quiero vivir? Todas esas preguntas han cambiado mucho mi visión del futuro y he pasado por muchas etapas en las que de verdad no, no se ve nada en el fondo del túnel, no hay nada, no hay una postal que yo pueda decir: ¡Ah, es esto! 

O sea, ahorita yo les puedo decir que mi futuro más esperanzador es poder tener una cabaña en la montaña y vivir ahí con mi perro y mi novia y ¡nada!, solo eso, sin pensar en que va a haber un gran cambio estructural en la sociedad que vivimos, sin pensar que el futuro para las nuevas generaciones será mejor, porque no lo sé, no lo puedo garantizar y no puedo vivir en esa ansiedad. 

Entonces sé que he hecho lo que ha estado en mis manos y sobre todo sé que necesito construir a partir de los afectos con la gente que me rodea y es ahí en donde yo ubico esta esperanza en el futuro. 

(D) 02:07:17 Bueno, yo pienso que no hay un futuro esperanzador y como psicóloga procuro, pienso que como acompañante, defensoras de activistas y mujeres que luchan, mujeres feministas, sobrevivientes de violencia y de todas estas mujeres que he acompañado y todos los procesos de violencia, que también he acompañado a mis amigas, que me toca de pronto también ser sus psicólogas. 

Entonces, sí pienso que lo más esperanzador o lo más utópico que yo le apostaría es a abandonar la mirada patriarcal con la que nos miramos a nosotras mismas. Pienso también que es importante, ejercer más cuidado hacia nosotras primero, o sea, como esto que dice Karen, nos acostumbramos mucho siempre a estar cuidando, estar rescatando y estar salvando a las demás, ya sea no feminista, mujer que lucha, no feminista, que se nos olvida mucho nuestros propios autocuidados. 

Y pienso que lo que me ha dejado el ser feminista o lo utópico que yo miro es apostarle un poco más al feminismo comunitario, como más hacia a la sabiduría ancestral, más hacia adentro, hacia nosotras y construir comunidades de autogestión. No necesariamente abandonar el capitalismo, porque va a ser otra cosa muy dificilísima, pero sí autogestionarnos a nosotras mismas desde el cuidado, las emociones.

Construir colectividad todo el tiempo y sostenernos las unas a las otras. Este trabajo que yo hago ahora con las mujeres de Centroamérica me parece súper importante porque son líderes que de alguna forma no se dejan ser sostenidas, porque mujer fuerte, mujer que lucha y cuando llegamos nosotras y a decirles como bueno, también necesitas cuidados, se rompen. 

Entonces pienso que para mí lo más esperanzador es mirarnos a nosotras mismas con una mirada más compasiva desde el amor. O sea, no porque no nos amemos, pero este amor que no es patriarcal, este amor que es más como nos miran nuestras amigas y entonces poder construir relaciones desde honrar nuestras existencias, desde dignificar todos nuestros procesos, porque se nos olvida un montón eso, como el darnos cuenta que todo lo que hacemos ya es por sí un acto que el cuerpo hace para salvarnos.

Entonces pienso que estos procesos de dignificación constantemente, no en el futuro, sino ya ahorita, va a hacer que nuestro futuro sea mejor que el que es ahora. Se mira, ¡estamos en el hoyo!, las feministas se siguen peleando por cosas bien pendejas y nosotras estamos súper agotadas y dentro de nuestras propias trincheras muy poquito, por muy poquito que sea, yo me siento súper feliz cuando hago procesos de acompañamiento a defensoras o cuando mi hija le enseñó nuevas herramientas, o cuando mis amigas me hablan y me buscan, para mí eso es: 

“Ya güey, ¡le estoy haciendo la guerra al patriarcado!” y siempre me acuerdo mucho de: Nuestra venganza es ser felices, aunque pues muchas hemos estado en las tristezas, desde la pandemia, ha estado bien, dificilísima la vida, pero justo como dice la Virginie Despentes, no olvidar que nuestra venganza es ser felices. 

(PB) 02:10:40 Pues creo que ya lo dijeron todo. O sea, solo diría o enfatizaría esta idea de que el hecho de que nuestra esperanza surja justo como en estos espacios pequeños o estos grupos inmediatos, no quiere decir que no tengamos esta conciencia social como esta, que no podemos ver a nuestro alrededor y entender lo que significan nuestros actos en un contexto o en un sistema patriarcal.

Al final como bien dice D, que dice: “yo cada vez que acompañó a alguien en un proceso, siento que hago la guerra al patriarcado” ¡exacto! eso es darle el valor a los pequeños actos, lo que creo que nos da esperanza y entender que esos pequeños actos, pues evidentemente se potencializa y que hacerlo con la gente que está a nuestro alrededor es menos apabullante y es como darte cuenta que sí puedes hacer cosas y si puedes mover cosas.

Porque si comienzas a ver al monstruo como tal, como lo es, pues te paralizas y no haces nada, tal vez no, o sientes que no va a tener ninguna incidencia lo que tú hagas. Pero entendiendo que transformar lo que te rodea es como un gran acto de revolución, o sea, creo que, es la parte importante, como si dimensionarlo, si entender que, que no porque sea sencillo, no porque sea inmediato, no tiene un poder súper valioso.

(P) 02:12:20 Pues bueno, esa fue justo la última pregunta de, digamos, de mí, de mi batería de preguntas, me gustaría saber si a ustedes les gustaría comentar algo más, algo que crean que se debe de saber para para el proyecto, algo que en lo que hayan pensado durante nuestra conversación.

(S) 02:12:47 Nada más para, con respecto a lo que estaba diciendo D, pensaba en esta frase de, “Nos están matando” ¿no? Y de que muchas veces se ve hacia afuera de las mujeres que están asesinando. Pero el quebrar a las activistas, el quebrar a las familias de las víctimas de feminicidio, tras un homicidio, de desaparición forzada, de trata a las mujeres que atraviesan eso en el mundo, es una forma.

Todas las que estamos vivas, pero estamos atravesando estas violencias sistémicas constantemente, ¡es una forma de estarnos matando! también, y entonces recalcar este asunto de nuestra venganza es ser felices y de que la alegría es una forma de vivir y no dejar que nos maten, entonces la alegría es una forma de supervivencia también.

Algo tan básico se vuelve una forma de supervivencia frente a un contexto tan hostil. Y también esto que mencionaba de la autogestión y la comunalidad, D, me parecía muy importante, porque justo cuando estamos hablando de estas grandes ciudades, como la Ciudad de México, que están, que tienen una arquitectura y un territorio que está diseñado desde un patriarcado y que está hecho para fragmentar.

Es tremendamente difícil hacer esta parte de la comunalidad de realmente generar colectividades y llevarlas a generar nuevos contextos. Entonces hay un reto gigante ahí y que coincido profundamente en que esos son los puntos en donde podemos incidir desde nuestras trincheras hoy en día, ¿no?

(PB) 02:14:49 Creo que a mí me van a ir surgiendo cosas más bien como en días posteriores de todo lo que hablamos hoy. Un poco, he tratado de desconectarme también de todo esto, porque si es algo que cansa, incluso el proceso de la película fue muy cansado y pues es todo el tiempo, pues este es mi tema, entonces desde el 2015 hasta ahora como que lo pude un poco medio soltar, entonces ando un poco desconectada, como un poco cuidando un poco mi mente. Pero seguro me van a salir ideas después, entonces creo que por el momento no tengo nada más que agregar, pero muchas gracias por la invitación.

(P) 02:15:28 No, al contrario, muchas gracias a ustedes por habernos permitido tener este espacio y este tiempo. D ¿a ti te gustaría agregar algo más? 

(D) 02:15:42 Pues yo pensaba, mientras estábamos en la entrevista, que ahora entiendo justo por también lo que he aprendido, con otras activistas y con otras psicólogas, como no se quien vaya a leer o quien vaya a ver esta entrevista o quien vaya a leer lo que vayas a poner, pero a mí siempre me gusta ahora decir mucho como él, cómo invitar a las mujeres a que no se exijan tener que hacer algo para, ¿como lo digo? Ajá, como exigirse para ser feministas, como que esta lucha que hacemos todos los días es ya, está ahí.

Que no es necesario tener que nombrarnos y que no es necesario tener que hacer cosas extraordinarias para hacer algo en nuestra trinchera o en nuestro contexto. O sea, pienso que nos seguimos exigiendo mucho a pesar de ser feministas y que nos toca solo eso como, saber disfrutar la vida y acompañarnos en ese disfrute y en ese disfrute, entender que sí estamos sobreviviendo a un Estado feminicida, un ma necropolítico, pero que está ahí, o sea que no lo vamos a romper nosotras quizá, pero justo entender que nuestras resistencias están desde que respiramos.

El hecho de que nosotras sigamos vivas, a pesar de que 11 mujeres son asesinadas todos los días, es una resistencia que está bien culero, sí, pero justo el respirar, el ser amigas, el documental, el estar aquí ahora contigo, es una resistencia que nos sigue manteniendo a salvo y vivas. Entonces, cualquier cosa que hagan las mujeres, quien sea, nos están manteniendo a salvo y que no es necesario tener que hacer cosas extraordinarias para poder ser mujer o para poder ser activista entonces, y que no van solas.

(P) 02:17:34 Pues muchas gracias D, muchas gracias Serrucha, muchas gracias P, voy a parar la grabación.