Resumen

A finales de 2022, en medio del debate público sobre la reforma constitucional en materia electoral —el llamado “Plan A” del presidente Andrés Manuel López Obrador— varias encuestas mostraron un apoyo mayoritario a la reforma electoral. Incluso, una encuesta del propio Instituto Nacional Electoral (INE) reveló que la mayor parte de las y los ciudadanos estaban de acuerdo con varias de las propuestas contenidas en la iniciativa presidencial.

El presente estudio examina si esta corriente de opinión favorable al “Plan A”, es decir, a la reforma constitucional en materia electoral enviada por el Ejecutivo al Legislativo en abril de 2022, se confirma en la esfera digital. Para tal efecto, se llevó a cabo una encuesta voluntaria en línea entre el 8 y 15 de noviembre de 2022, en uno de los momentos de mayor clímax de este debate, cuando decenas de organizaciones y grupos de oposición al gobierno federal convocaron y organizaron una marcha para “defender al INE” (que se realizó el 13 de noviembre). La encuesta arrojó 138,150 casos y sus resultados revelan que el respaldo o rechazo a la reforma constitucional en materia electoral están anclados en culturas políticas con dimensiones complejas, que condicionan la voluntad y capacidad de manifestación.

En este sentido, el estudio muestra que las opiniones levantadas entre el 8 y el 15 de noviembre de 2022 parten de posiciones políticas predefinidas frente al actual gobierno, que no necesariamente están relacionadas con el contenido de la reforma electoral que en ese momento se discutía: así, el 98% de los ciudadanos que en 2018 votaron por Ricardo Anaya, José Antonio Meade o Jaime Rodríguez señalan que dicha reforma debilita la democracia, en tanto que el 80% de los ciudadanos que votaron por el actual Presidente de México afirman que la fortalece. De ahí que en la esfera digital la corriente de opinión pública se distorsiona, al estar sobrerrepresentada la oposición.

Este fenómeno, que denominamos “distorsión sociodigital”, supone una brecha entre la opinión pública en las calles y la opinión pública manifiesta en internet, y alcanza aproximadamente hasta un 12% de su población. Tal distorsión se calculó a través de la metodología denominada muestreo postestratificado y bootstrapping. El estudio concluye que los opositores al “Plan A” de la reforma electoral mostraron casi el doble (1.8 veces) de capacidad de manifestación en la esfera digital que aquellos que respaldaban la reforma constitucional electoral propuesta por el Ejecutivo.