Arellano, Alberto. “El cambio político en Jalisco: 1989-2019”. Estudios Políticos, núm. 52 (2021), httpss://revistas.unam.mx/index.php/rep/article/view/78024/68990.
El cambio político en Jalisco: 1989-2019
Alberto Arellano
En Jalisco se ha suscitado un cambio político a partir de mediados de los noventa, con la pérdida del PRI en las elecciones a la gubernatura, a partir de ese momento, la entidad pasó de tener un sistema de partido hegemónico a uno de ejecutivo local dominante, para posteriormente transitar a un sistema multipartidista, con un ejecutivo más ajustado.
En Jalisco se ha suscitado un cambio político a partir de mediados de los noventa, con la pérdida del PRI en las elecciones a la gubernatura, a partir de ese momento, la entidad pasó de tener un sistema de partido hegemónico a uno de ejecutivo local dominante, para posteriormente transitar a un sistema multipartidista, con un ejecutivo más ajustado. Estos cambios son analizados a detalle en este artículo de investigación, pues se realiza un balance del cambio en Jalisco, de 1989 a 2019. El autor, busca responder cuál es el balance que se puede hacer del régimen político de Jalisco en las últimas tres décadas, cuáles han sido los principales cambios y qué permanece. Arellano sostiene que el régimen político en Jalisco ha evolucionado hacia una democracia que no termina de consolidarse e institucionalizarse, ya que sus procesos de cambio son intermitentes. En el texto se analizan las estructuras de autoridad el régimen político de Jalisco, particularmente el Ejecutivo estatal.
Alberto Arellano resalta algunos factores coyunturales que permitieron la transición en Jalisco y el posicionamiento de Acción Nacional. Entre dichos factores se encuentran las explosiones del 22 de abril en 1992, el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo en 1993, la inseguridad generalizada y el “error de diciembre”. Con estos sucesos se realizaron acciones colectivas como la marcha de las “Mujeres de Negro” y “Una sola voz”.
Se concluye que, si bien Jalisco ha transitado hacia una democracia que no termina de institucionalizarse como régimen democrático, se respetan las reglas formales de competencia electoral. Sin embargo, impera la corrupción en diferentes esferas del estado y persisten problemas como la desigualdad y pobreza, inseguridad, el abastecimiento de agua, baja calidad en el transporte público y movilidad.
Aunque se observa un dinamismo y competencia electoral intensa, que promueve un mejor desempeño gubernamental; los cambios significativos se encuentran en la comunidad política que sostiene al régimen político, ya que los electores valoran el desempeño gubernamental y antes de emitir su voto evalúan al gobierno local y estatal. Gracias a esto se observa el voto de castigo, cruzado y diferenciado. Esto representa, en palabras de Arellano, el mayor aprendizaje ciudadano en treinta años.
En la década de los noventa, Jalisco formó parte de los estados que lograron alternancias panistas, junto con Baja California, Guanajuato y Chihuahua. La lógica de los triunfos del PAN fue interpretada como que el régimen de partido hegemónico hacía dos distinciones ante los triunfos de la oposición: reconocía los de Acción Nacional y desconocía los del PRD, aunque es importante matizar que cada caso tuvo particularidades.
Alberto Arellano resalta algunos factores coyunturales que permitieron la transición en Jalisco y el posicionamiento de Acción Nacional. Entre dichos factores se encuentran las explosiones del 22 de abril en 1992, el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo en 1993, la inseguridad generalizada y el “error de diciembre”. Con estos sucesos se realizaron acciones colectivas como la marcha de las “Mujeres de Negro” y “Una sola voz”.
Con ello se observó el voto de castigo y en 1995 el PAN ganó la elección, instalándose en el poder local por 18 años, hasta que, en 2012 derivado del desgaste y hartazgo de los gobiernos panistas y el dinamismo electoral que se manifestaba en la integración del Congreso, el PRI volvió a ganar la elección en el estado con Aristóteles Sandoval. El pésimo desempeño del PRI tanto a nivel local como federal ocasionó que su triunfo no se consolidara y en las elecciones de 2018, Enrique Alfaro ganó la gubernatura con el respaldo del partido Movimiento Ciudadano.
Enrique Alfaro fue presidente municipal de Guadalajara, antes de ser electo gobernador para el periodo 2018-2022. Con un estilo iracundo y retador desde el inicio de su gobierno se confrontó y descalificó a Andrés Manuel López Obrador. En Jalisco se observa un descontrol generalizado por la inseguridad derivada del crimen organizado, han incrementado los feminicidios y desaparecidos. A Alfaro se le ha cuestionado por su incapacidad para enfrentar problemas sanitarios como el dengue y la lentitud para castigar la corrupción y desfalco en la administración estatal, así como el aumento de la deuda pública. Alfaro se ha posicionado como uno de los gobernadores que se oponen abiertamente al gobierno federal y sus políticas, sin embargo, no ha destacado por dar solución a los problemas que aquejan su estado.
La creación de este sitio fue posible gracias al generoso apoyo del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT) durante 2022-2023.
Av. Ricardo Flores Magón #1 Piso 13, Colonia Nonoalco Tlatelolco, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06900, Ciudad de México, CDMX. Teléfono: 51172818 ext. 49787 magisteriodemocratico@puedjs.unam.mx
Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad. Todos los derechos reservados 2022. Esta página puede ser reproducida con fines no lucrativos, siempre y cuando no se mutile, se cite la fuente completa y su dirección electrónica. De otra forma, requiere permiso previo por escrito de la institución. Acuerdo de Privacidad