González Ruíz, Édgar. “Conservadurismo y sexualidad en México”. En Sexualidades en México: algunas aproximaciones desde la perspectiva de las Ciencias Sociales, editado por Szasz Ivonne y Lerner Susana, 281-305. México: El Colegio de México, 1998.
Conservadurismo y sexualidad en México
Édgar González Ruíz
Los grupos conservadores son el foco de atención de este texto escrito por Édgar González Ruiz. Se habla sobre aquellos grupos que intervienen desde la esfera política y otras, para entorpecer o bloquear la educación sexual, la difusión de métodos anticonceptivos y el sexo seguro, etc.
Los grupos conservadores son el foco de atención de este texto escrito por Édgar González Ruiz. Se habla sobre aquellos grupos que intervienen desde la esfera política y otras, para entorpecer o bloquear la educación sexual, la difusión de métodos anticonceptivos y el sexo seguro, etc. González Ruiz pretende establecer en este texto quiénes son, cómo piensan, cuántos son, cómo se organizan, cómo operan y la influencia política que tenían en el momento en que se escribió este texto, es decir, finales de los noventa.
Diversos factores, entre los que se destaca el avance del Partido Acción Nacional han impulsado el posicionamiento de esos grupos de presión, adquiriendo influencia en estancias gubernamentales tanto estatales como federales y desde posiciones de poder actúan de manera más eficaz para frenar el avance de la educación sexual, la difusión de métodos anticonceptivos y el sexo seguro, entre otras cosas.
Es posible identificar más de 100 grupos de presión, que operan desde lo local, hasta lo nacional. Uno de estos grupos es la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), creada en 1917 con el fin de oponerse a la educación laica y que se ha dedicado también a sabotear proyectos de educación sexual y cualquier expresión contraria a la moral o creencias de la religión católica. González sostiene que, desde sus inicios fue auspiciada por el clero. La UNPF, se ha opuesto, por ejemplo, a la obligatoriedad de los libros de texto gratuitos en los años sesenta, y en los setenta se opuso a las tendencias “izquierdistas” de su contenido. En los ochenta, organizó movilizaciones contra Consida, que buscaban la cancelación de las campañas que recomendaban el uso del condón. En la década de los noventa, la UNPF se posicionó en contra de la distribución de libros de educación sexual; de programas de televisión y activó una campaña para prohibir el espectáculo de Madonna en México.
Édgar González denomina “Las buenas conciencias” a estos grupos, que califican de “pornografía” cualquier referencia explícita a la anatomía humana o al acto sexual y se escandalizaban incluso con los anuncios de prevención del cáncer mamario, transmitidos por la Secretaría de Salud.
La UNPF promovía libros de educación sexual como El culto a la sexualidad1, Cómo proporcionar la educación sexual2, La educación de la sexualidad, Responsabilidad de la familia3; todos estos libros tienen en común exaltar los valores católicos y sostienen, entre otras cosas, que la masturbación es mala y puede llevar a la depravación, que el estado debe luchar en contra de la degradación de las costumbres y castigar los desórdenes morales.
Otra organización que se menciona es el Comité Nacional Provida, fundado en 1978 para impugnar una propuesta de despenalización del aborto, dicha organización publicaba folletos en contra de los métodos anticonceptivos, afirmando que dañaban el matrimonio y promovían el adulterio y la inmoralidad. Edgar González encuentra que, en sus orígenes Provida recibió apoyo de la jerarquía católica, de la UNPF, de los Caballeros de Colón, de la Asociación Nacional Cívica Femenina y también de Human Life International (HLI), organización establecida en Washington para agrupar a los movimientos Provida en todo el mundo.
El Centro de Ayuda para la Mujer persigue los mismos fines que Provida, se fundó en la Ciudad de México en 1989 por Laura Nelson. Su actividad principal consiste en atraer a través de anuncios en los periódicos, a mujeres que desean abortar para evitar que lo hagan.
Destaca también la Asociación Nacional Cívica Femenina (Ancifem), por su participación en campañas de censura a contenido de televisión, teatro y programas de educación sexual. Esta asociación ha estado vinculada con el PAN, mediante la organización de actividades de apoyo y la formación de cuadros de mujeres en ese partido, al cual pertenecen exmilitantes y ex dirigentes de Ancifem. Asimismo, Ancifem tiene nexos con Coparmex, Concanaco y con la organización político-empresarial Desarrollo Humano Integral y Atención Ciudadana (DHIAC), así como con el Centro Cívico de Solidaridad (Cecisol).
García señala a la Comisión Mexicana de los Derechos Humanos (CMDH), como otra de las organizaciones que busca imponer sus valores y parece entender la defensa de los derechos humanos solo como la oposición al aborto, a la educación sexual y la laicidad.
Los grupos conservadores se identifican fácilmente entre sí, porque comparten una misma ideología y coordinan sus acciones formando alianzas, con el apoyo de la jerarquía católica y organizaciones empresariales y políticas. A veces, las organizaciones están presentes a nivel internacional, grupos como los Caballeros de Malta, los Caballeros de Colón y el Opus Dei operan en muchos países y tienen vínculos con organizaciones, gobiernos y diversos sectores económicos.
Para cerrar el texto Edgar González da algunas recomendaciones para neutralizar las presiones de los grupos conservadores y defender la educación sexual, la capacidad de decidir sobre la vida íntima y familiar y la libertad de expresión. Algunas de las estrategias que considera podrían evitar el avance de estos grupos son, por ejemplo, recurrir a todos los medios legales y de comunicación para hacer frente a las propuestas de esos grupos, además considera indispensable la organización de los sectores que están interesados en la tolerancia y la defensa de la libertad, especialmente aquellos directamente afectados por los grupos conservadores, entre ellos, las feministas, las minorías sexuales, empresas de fabricación de anticonceptivos, artistas, entre otros.
La organización de grupos conservadores puede traer consigo consecuencias indeseables en términos del avance de los derechos sexuales y reproductivos de las personas, de la educación, libertad de culto y pensamiento de la población. El problema que deja entrever este texto es que los grupos conservadores que se encuentran en las asociaciones de padres de familia, provida y por la iglesia predominantemente católica pretenden imponer su moral a la sociedad, dejando fuera la realidad y necesidades de las personas. Retrasando así el avance en temas urgentes como disminuir el embarazo adolescente o las enfermedades de transmisión sexual en jóvenes.
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