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 Tesis de maestría, Universidad Iberoamericana, 2008.

Surgimiento y expansión del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.

Resumen del texto elaborado por el equipo de investigación

En esta tesis para obtener el grado de Maestría en Historia se expone el surgimiento y desarrollo del ITESM, se indican las condiciones locales y nacionales que facilitaron su concepción y creación como institución privada dedicada a la educación superior y preparatoria, también se detalla sobre las personas que participaron en su conformación.

En esta tesis para obtener el grado de Maestría en Historia se expone el surgimiento y desarrollo del ITESM, se indican las condiciones locales y nacionales que facilitaron su concepción y creación como institución privada dedicada a la educación superior y preparatoria, también se detalla sobre las personas que participaron en su conformación. Se destaca el impacto que esta institución tuvo en la formación de cuadros técnicos y directivos requeridos por las empresas regiomontanas.

La metodología implementada fue investigación documental en fuentes bibliográficas, hemerográficas y tesis de grado. La exposición comprende dos grandes momentos en el devenir del Tecnológico: Su fundación en el año 1943, y su expansión a otros puntos de la república a finales de la década de los setenta. De tal manera, la tesis se centra en la historia de la institución dentro del contexto político, social, económico y educativo de las décadas 1930-1970, de cuyo análisis derivan algunas tesis fundamentales: El surgimiento y expansión del Tecnológico respondieron a condiciones nacionales e internacionales de diversa índole tales como la gestación del despegue económico del país, el estallido de la primera guerra mundial, el crecimiento y pujanza del proyecto industrial regional, el fin del debate sobre la educación superior y la reforma socialista, así como la inserción del proyecto de educación técnica necesaria para impulsar la industrialización.

Como antecedentes de la educación superior en Nuevo León, se destaca entre 1702 y 1746 el funcionamiento del Colegio Seminario, dirigido por padres oblatos; en 1792 la  apertura del Real y Tridentino Colegio Seminario que preparó para el sacerdocio y profesionistas; a principios de siglo XIX aumentó el número de escuelas de enseñanza básica, surgió la Escuela de Jurisprudencia y un Instituto Mercantil; en 1857 Santiago Vidaurri funda el Colegio Civil, fue la primera escuela pública de educación superior y antecedente de la Universidad de Nuevo León, contando con las carreras de Jurisprudencia y Medicina; en las primeras décadas del siglo XX el desarrollo industrial y comercial demandó la necesidad de contar con escuelas técnicas y universitarias; en el año de 1930 se estableció la Escuela Preparatoria Técnica Álvaro Obregón y entre 1933 y 1943 se suscitaron varias fundaciones de la Universidad de Nuevo León bajo la controversia entre la educación socialista y la libertad de cátedra con tinte católico.

El conflicto en torno al proyecto socialista de Universidad de Nuevo León se caracterizó por la oposición de grupos empresariales, políticos y católicos de Nuevo León al proyecto gubernamental, por su parte defendieron una educación técnica a la industrialización y el desarrollo económico de la región. Fue hasta 1943 cuando se supera esta disputa ideológica. Para entonces, se destaca, que en Monterrey el empresariado obtenía títulos universitarios en escuelas privadas estadunidenses, siendo el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) una de las instituciones clave para este propósito, además destaca por ser la universidad donde estudiaron la mayor parte de los fundadores del Tecnológico de Monterrey.

El empresario Eugenio Garza Sada, egresado del MIT, en paralelo al proyecto de fundación de la Universidad de Nuevo León, decidió constituir en Monterrey con el apoyo empresarios industriales un instituto tecnológico que se mantuviera distante de influencias y contingencias políticas, convirtiéndose así en un proyecto de la comunidad empresarial regiomontana. La autora enfatiza que el proyecto del ITESM inició como un proyecto personalista de EGZ, pero que después se convirtió en un proyecto de la comunidad empresarial regiomontana.  El empresario fungió, hasta su muerte en 1973, como presidente del Consejo de Enseñanza y Educación Superior.

El crecimiento industrial, comercial y bancario de la ciudad fue propicio para su creación, de tal manera que su nacimiento en 1943 estuvo ligado al desarrollo de Monterrey y su ascendente economía, pues contó con el respaldo de gerentes, directores y presidentes de diversos giros económicos de la ciudad (fierro y acero, cemento, cerveza, ladrillos, pinturas, vidrio, papel, muebles, esmaltes, harinas, pastas, galletas, también de finanzas, bancos, fianzas y créditos). La dirección del ITESM fue conferida por Eugenio Garza Sada al Ing. León Ávalos Vez, entonces director de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica del Instituto Politécnico Nacional, el cargo de rector se estableció 15 años después.

Se refieren algunos datos históricos sobre Grupo Monterrey, entre los cuales se destaca que el empresariado regiomontano al menos desde mediados del siglo XIX ha tenido una autonomía regionalista generacional opuesta a los designios del poder central cuando va contra sus intereses, esto como intermediarios políticos individuales, o mediante partidos y movimientos utilizados como vehículos para la acción política. La primera generación de empresarios carecía de estudios académicos universitarios, aunque tenían los conocimientos contables necesarios para llevar por buen rumbo sus empresas, con suficientes habilidades en el comercio y la industria, pero la segunda generación, ante el desarrollo de económico de Monterrey, sí requirió de preparación universitaria.

En cuanto a la educación pública, se refiere que durante la etapa Cardenista y las controversias en torno al artículo 3 de la Constitución, prevaleció el dominio de la educación por parte del Estado favoreciendo la escuela pública; se precisa que fue hasta el gobierno de Migue Ávila Camacho cuando se permitió la participación del sector privado en la enseñanza, abrió el camino de la iniciativa privada en la educación y pronto se establecieron diversas escuelas que fueron reconocidas o incorporadas al gobierno. La Ley Reglamentaria de 1942 motivó el incremento de escuelas privadas financiadas por empresarios, como el caso del Tecnológico de Monterrey que luego se expandió a la ciudad de México y otras partes del país.

Sobre la ideología del fundador del ITESM, se destaca su pensamiento liberal sobre la libre empresa y la sociedad (liberalismo social), conjugado a una idea de responsabilidad social fundada en la doctrina social de la iglesia, y su convencimiento de las bondades del capitalismo, contrario absoluto al socialismo. Se precisa fue almazanista durante las elecciones de 1940. Se menciona que la filantropía ejercida por este personaje a través de la Sociedad Cuauhtémoc y Famosa se relaciona a sus convicciones éticas y religiosas, sin embargo, también se destacan las perspectivas que ven una improbable filantropía, y más bien fue resultado de condiciones externas que llevaron al empresariado a dar dádivas para mantener el control sobre los trabajadores como continuidad del paternalismo empresarial presto a mantener la satisfacción de éstos y neutralizar su potencial político, asegurando así su lealtad y permanencia.

Como antecedentes de la etapa fundacional del ITESM, sobresale su registro como asociación ante la Secretaría de Relaciones Exteriores, en junio de 1943, con el nombre Enseñanza e Investigación Superior. Para su institución formal comparecieron trece industriales, tres banqueros, tres abogados, dos médicos, dos comerciantes y un arquitecto. Banqueros y comerciantes dieron el apoyo económico y los abogados la parte legal. El primer Consejo de Directores quedó conformado por Eugenio Garza Sada, Ricardo Quirós, Bernardo Elosúa, Virgilio Garza Jr., Jesús J. Llaguno, Andrés G. Sada y Roberto Guajardo Suárez. Entre las empresas que aportaron los recursos económicos para la fundación del Tecnológico se refiere a Cervecería Cuauhtémoc, Vidriera Monterrey, Ladrillera Monterrey, Textiles del Norte, Cementos Mexicanos y Fundidora de Monterrey, entre otras.

La apertura de cursos en el recién fundado Instituto fue el 6 de septiembre de 1943, ofreció los estudios de Ingeniería Industrial (especialidades en química, mecánica, electricidad y administración), Estudios Contables, Administración de Negocios y Preparatoria, todos estos complementados con una formación humanista enraizada en la doctrina social de la iglesia y en concordancia con el sector empresarial. Inicialmente el ITESM tuvo su sede en el centro de Monterrey (calle Abasolo 858), pero, ante la insuficiencia del inmueble, pronto se impulsó el proyecto de construcción de sus propios edificios sobre un terreno de la carretera nacional.

El 19 de septiembre de 1944, el Tecnológico obtuvo la validez oficial de sus estudios y su inscripción en la Dirección General de Profesiones. En 1947 fueron inaugurados sus edificios educativos propios. Ante el crecimiento de la matrícula procedente del país y el extranjero, también se incrementaron las profesiones ofrecidas, añadiendo Arquitectura, Lengua y Literatura, Ingeniería Civil, Matemáticas, Químico Biólogo y otras en décadas posteriores; al mismo tiempo se impulsó una vida artística y cultural. Para entonces la importancia del Instituto había trascendido las fronteras de Monterrey y recibió distintas acreditaciones del extranjero.

Sobre la injerencia de jesuitas en el Tecnológico, la autora precisa que fue fundada con un claro matiz católico, pues sus primeras autoridades y profesores profesaban principios católicos. Órdenes religiosas jesuitas se instalaron en casas cercanas para brindar apoyo espiritual a estudiantes, incluso se considera posible que los jesuitas hayan influido en la elaboración del código de ética regente de esta comunidad educativa desde 1943. Se precisa que la formación cristiana fue básica para la educación de las élites en la década de los 40, como en la época colonial, así también en la vida estudiantil a través de la conformación de organizaciones como la Unión Nacional de Estudiantes Católicos (UNEC), la Corporación de Estudiantes Mexicanos, la Confederación Nacional de Congregaciones Marianas y el Centro de Reflexión Universitaria. En el caso del Tec la labor educativa de los jesuitas continuó hasta la década de los sesenta.

En 1966 ante la efervescencia mundial de movilizaciones estudiantiles, en el Tecnológico se suscitó una agitación encabezada por la Federación de Estudiantes (FETEC), en demanda de mayor participación en la vida institucional, pero desencadenó la expulsión de estudiantes críticos y la denuncia de actitudes cerradas y obsoletas. Destaca que ante este suceso el periódico El Norte mantuvo una postura de apoyo al movimiento estudiantil, ante la presión mediática las sanciones de expulsión se modificaron a amonestación. La efervescencia del movimiento se mantuvo hasta 1969, se acusó a sacerdotes jesuitas de estar detrás de la organización estudiantil, lo que condujo a EGZ a sacar la influencia jesuita del Instituto, mostrando así claro el interés de continuar el proyecto ideológico empresarial y dejar fuera el humanismo jesuita.

En 1969 y 1970 se dieron a conocer los documentos Estatuto Jurídico, la Declaración de Principios y el Reglamento General de Alumnos, que puntualizaron sobre la libertad educativa y administrativa del Instituto, así como sobre la participación responsable de sus estudiantes. Durante la década de los setenta y posteriores se logró una expansión del Instituto fuera de Monterrey: Guaymas, Ciudad de México, Ciudad Obregón, Saltillo, La Laguna, Querétaro, San Luis Potosí, Chihuahua, Estado de México, Irapuato, León, Colima, Chiapas, Hidalgo, Morelos, Veracruz, Tampico, Toluca, Ciudad Juárez, Sinaloa, Sonora Norte, Mazatlán y Zacatecas, campus que de acuerdo a las necesidades locales ofertaron una variedad de profesiones. En 1985 contaba ya con veintiséis sedes y al año de la investigación (2008) treinta y tres, y noventa y cinco mil alumnos. A la oferta educativa profesional se sumaron cursos ofrecidos a externos, carreras técnicas, maestrías, doctorados, centros de extensión, programas de apoyo al desarrollo regional y educativos comunitarios, y cátedras académicas.

Conclusiones

Desde su fundación, el ITESM se planteó como una institución educativa capaz de cubrir las exigencias del desarrollo económico e industrial. Las políticas educativas del presidente del país Manuel Ávila Camacho permitieron la fundación de escuelas privadas, de las cuales el Tecnológico es un caso emblemático, concebido por un grupo de empresarios regiomontanos, que fue punta de lanza en el surgimiento y expansión de la educación privada en México.

La creación de este sitio fue posible gracias al generoso apoyo del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT) durante 2022-2023.

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