Barrientos, Fernando. “Guanajuato 1991-2020. Tres décadas de partido predominante y oposición desdibujada” En Diagnóstico de la democracia, el desarrollo humano y la economía en Guanajuato (2012-2018), coordinado por Daniel Añorve, Miguel Vilches y Daniel Vega, 29-53. México: CLAVE Editorial, 2020.
Guanajuato 1991-2020. Tres décadas de partido predominante y oposición desdibujada
Fernando Barrientos
El caso de Guanajuato es interesante de analizar en términos politológicos, pues es una entidad que ha mantenido por tres décadas un sistema de partido predominante, Fernando Barrientos del Monte hace un análisis del tema prestando especial atención a la lógica de la relación entre el poder ejecutivo en el estado y la oposición, sobre todo en los últimos años, en los cuales se ha observado un importante deterioro del tejido social, relacionado con la seguridad pública y el exaltamiento del crimen organizado.
El caso de Guanajuato es interesante de analizar en términos politológicos, pues es una entidad que ha mantenido por tres décadas un sistema de partido predominante, Fernando Barrientos del Monte hace un análisis del tema prestando especial atención a la lógica de la relación entre el poder ejecutivo en el estado y la oposición, sobre todo en los últimos años, en los cuales se ha observado un importante deterioro del tejido social, relacionado con la seguridad pública y el exaltamiento del crimen organizado. En el periodo analizado ha predominado Partido Acción Nacional (PAN), como principal fuerza política, ya que ha gobernado no sólo desde el poder ejecutivo estatal, sino también en gran parte de los municipios dónde se concentra el mayor porcentaje de población en el estado. De igual forma, ha contado con la mayoría en la cámara de diputados, lo cual le ha permitido gobernar y ganar elecciones de forma ininterrumpida en el gobierno estatal; esto a pesar del visible deterioro en la calidad de vida de los ciudadanos, lo cual no se ha traducido, hasta el momento, en voto de castigo. Pero, si ha generado una mayor desafección política, que se materializa en los niveles de abstencionismo en el estado, que rondan en promedio en 50%.
Fernando Barrientos (2020), explica que no se observe el voto de castigo en Guanajuato con dos factores principales, que se han consolidado en los últimos veinte años:
una oposición dividida en todos los frentes políticos, débiles en el poder legislativo, como en las campañas electorales estatales y municipales, por falta de organización consistente y sin liderazgos fuertes; y segundo, un abandono del estado de Guanajuato de las grandes fuerzas políticas nacionales como el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y las fuerzas de izquierda, que en su momento representó el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y en el último lustro del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) (p. 29).
Esta configuración política en Guanajuato comienza en 1991 con la llamada “concertacesión”, cuando el PRI (partido hegemónico en aquel entonces), cedió la gubernatura al PAN como una forma de “compensar” y apaciguar las protestas por el fraude electoral supuestamente cometido en contra del candidato Vicente Fox. El principal acusado del fraude y ganador de las elecciones fue el priista Ramón Aguirre, quien no se presentó a tomar protesta como gobernador, derivado del contexto de protestas y movilización. La situación descrita motivó la negociación entre los principales actores políticos de la época, a decir, el presidente Carlos Salinas de Gortari y la dirigencia nacional del PAN, dicha negociación terminó con la designación del primer gobernador interino panista en el estado, Carlos Medina Plascencia. A partir de ese año y hasta la actualidad, el PAN ha gobernado Guanajuato de manera ininterrumpida; además, ha mantenido mayorías consistentes en el congreso local y en los principales municipios del estado.
Además, la estabilidad panista en Guanajuato se ha mantenido también, gracias a que todas las estructuras de la administración pública en el estado, incluidos los organismos autónomos, mantienen vínculos con el partido, no de manera evidente ni formal, sino mediante alianzas informales familiares y de influencias político-económicas. No es raro que las designaciones de los altos cargos en la administración pública se realicen de manera directa y queden entre los miembros o simpatizantes del partido. Esto se hace visible en los procesos electorales, ya que el partido controla el sistema de acceso, ascenso y permanencia en los cargos públicos y maneja los programas gubernamentales, lo cual incide en las preferencias electorales.
Otro factor por considerar es que, en el estado, no se observa una opinión pública crítica; existen pocos diarios y solo dos tienen alcance estatal, el resto transita en portales por internet de bajo impacto. La poca opinión pública crítica la mayoría de las veces calla porque los medios donde se expresa pueden depender en gran medida, de la compra de publicidad por parte del gobierno.
Guanajuato tiene un sistema político similar al resto de los Estados de la República, con variaciones numéricas derivado de la configuración poblacional. El sistema gira en torno al ejecutivo, que recae en la figura del gobernador, el cual se elige cada 6 años y es el jefe de la administración pública estatal. Como sucede frecuentemente, el gobernador tiende a convertirse también en el líder informal del partido del que proviene. Barrientos señala que, en el caso de Guanajuato, los exgobernadores han tenido un papel central en la asignación de liderazgos y su sucesor.
El legislativo en el estado se conforma por 36 diputados, 22 de los cuales se eligen por el principio de mayoría relativa, los 14 restantes se distribuyen de manera proporcional por “asignación directa”. Para tener acceso a las diputaciones de representación proporcional, los partidos deben obtener al menos 2% de la votación total emitida y postular candidatos en al menos 15 distritos electorales. Existe un límite de sobrerrepresentación, ningún partido político o coalición podrá contar con más de 25 diputados por ambos principios.
De igual modo que en el Congreso local, Como se mencionó, el PAN ha ganado continuamente gran parte de las diputaciones y senadurías federales, la oposición ha obtenido escaños a través de la representación proporcional. Esto también le ha permitido al partido tener influencia en las asignaciones de otros órganos del sistema político, lo cual reduce su autonomía y los convierte en apéndices del gobierno y no en contrapesos.
Otros actores políticos informales muy relevantes en la entidad son la iglesia católica, que en la zona del bajío ha mantenido fuertes vínculos con las clases políticas (primero con el PRI y posteriormente con el PAN). También el empresariado local principalmente del sector manufacturero y agroindustrial mantiene una influencia constante, no solo de manera informal, sino integrándose en las estructuras políticas, a través de la promoción de políticos y lanzando sus propios candidatos. De igual manera, las empresas transnacionales juegan un rol importante en las políticas gubernamentales, ya que Guanajuato se ha convertido en época reciente en polo de atracción de inversión extranjera.
Los grandes empresarios del estado dominan las industrias del corredor industrial – que comprende los municipios de Silao, Celaya, Irapuato, León, Salamanca y San Francisco del Rincón-, y también acaparan la mayor parte de la producción industrial y la agroindustria de las zonas más fértiles del estado, lo cual genera mayor desigualdad con los municipios menos favorecidos. El PAN se ha visto beneficiado por el crecimiento empresarial y viceversa, no sin consecuencias graves para la población del estado. Guanajuato es la segunda entidad del país (solo superado por Nuevo León), donde la brecha de desigualdad es de las más amplias, de acuerdo con información de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2016; de forma que, la riqueza generada por el impulso económico de la región desde hace al menos treinta años, ha favorecido sólo a un sector y no se distribuye de manera equitativa.
El proceso electoral de 2018 se desarrolló en un contexto de inseguridad y violencia en gran parte del país y Guanajuato no fue la excepción. El caso más grave fue el asesinato del candidato de Morena a presidente municipal de Apaseo el Alto, José Remedios Aguirre Sánchez. En este proceso electoral, muchos militantes “distinguidos” de la oposición en el estado se afiliaron a Morena, que los premió con candidaturas. Tal es el caso de Miguel Ángel Chico Herrera, quien militó por casi cuarenta años en el PRI y ganó una diputación plurinominal con Morena. Algunos panistas también se cambiaron de partido, como Ruth Esperanza Lugo Martínez, que fue postulada por el PRI a la alcaldía de Guanajuato. Ricardo Sheffield Padilla militante del PAN desde 1991 y expresidente municipal de León, se sumó a las filas de Morena y obtuvo la candidatura a la gubernatura, no ganó, pero una vez conformado el gobierno federal, se convirtió en titular de la Procuraduría Federal del Consumidor.
Fernando Barrientos señala que, desde la concertacesión de 1991, Guanajuato podría calificarse como una oscilación entre un sistema de partidos “predominante” y de “pluralismo limitado”. Un sistema de partidos predominante, ser refiere, en términos de Sartori a aquel sistema en el cual hay diversidad de partidos, pero los competidores no son eficaces frente a un competidor que obtiene la mayoría de los votos, y gana a lo largo del tiempo la mayoría de los escaños y cargos, sin caer en fraude electoral. Los sistemas de “pluralismo limitado” son aquellos en los que la competencia partidista se centra entre tres a cinco partidos importantes.
Principalmente, podemos considerar Guanajuato como un sistema de partido dominante, en el que el PAN predomina. Por ello, en el 2018 fue visto con malos ojos que se alienara a nivel nacional con el PRD y Movimiento Ciudadano, porque más que sumar, dicha alianza afectaba su cohesión interna, ya que debía dividir las candidaturas, afectando a sus líderes locales y probables candidatos. Sin embargo, la mayor parte de las candidaturas quedaron en el PAN.
En el proceso electoral para la gubernatura en Guanajuato se presentaron cinco candidatos. Por el PVEM Arturo Camarena, ex panista que desempeñó cargos en la administración estatal y federal de Fox, al igual que Sheffield señaló que el PAN en el estado se cerró ante sus propios militantes, por lo que se afilió al PVEM y consiguió la candidatura, tuvo una campaña austera, centrada en la necesidad de mejorar la seguridad pública. Por el Partido Nueva Alianza contendió María Bertha Solórzano, quién fue secretaria general de la sección 45 del SNTE. Su campaña también fue austera y se centró en la educación, fue respaldada por el sindicato de maestros en el estado. En el PAN el candidato fue Diego Sinhué Rodríguez, su candidatura fue vista como una cuasi imposición del gobernador saliente, Miguel Márquez Márquez, se observó una presencia excesiva del gobernador en temas electorales, incluso opacando al candidato, cuyo mensaje de campaña se centró en la continuidad.
Los actores principales de la contienda fueron el candidato del PAN y de Morena, con una amplia ventaja del primero, que mantuvo siempre el primer lugar en las encuestas disponibles. Finalmente, el PAN obtuvo el triunfo con una diferencia de casi 25% de los votos con respecto a Morena, que se posicionó en el segundo lugar. El PRI obtuvo la menor votación de toda su historia en el estado con solo el 12% de los votos.
Todavía en 1994 el PRI mantenía un dominio en las elecciones municipales de Guanajuato, en ese año obtuvo el 50.53% de la votación válida y ganó 38 de 46 ayuntamientos, incluidas las principales ciudades y la capital. En la siguiente elección de 1997, logró solo el 33.79% de la votación y ganó 18 ayuntamientos, perdiendo ciudades importantes, pero conservando la capital. A partir de allí, se observa el dominio del PAN en el estado, que logró el 40.30% de la votación y triunfó en 20 municipios, entre ellos los más importantes y poblados, en 2000, 2003, 2006 y 2009 se consolidó el panismo en las elecciones municipales.
En 2012 las elecciones fueron más competidas y a nivel municipal el PAN solo ganó 16 ayuntamientos solo y 6 en coalición con Nueva Alianza. Fue la única elección hasta ese momento en el que el PAN se presentaba en alianza con otro partido, pues siempre participaba solo. El PRI obtuvo un avance importante, con el 36.02% de la votación (su porcentaje más alto desde 1997), en alianza con el PVEM, y logró el control de un conjunto de municipios del centro, oeste y norte del estado, siendo el más relevante León. En 2015 el PAN gana en 26 municipios y en 2018 en 25, manteniendo su predominio en el estado.
Barrientos también señala a manera de conclusión que, en Guanajuato se observa una cultura política poco pluralista, enraizada en todas las estructuras de poder, reforzada por las redes político-familiares que dominan las posiciones de toma s de decisiones no solo políticas, sino sociales y culturales, situación muy común en sociedades conservadoras como la del estado.
Pasando a los actores políticos no formales, uno muy relevante en Guanajuato es la iglesia católica, que en la zona bajío ha mantenido fuertes vínculos con la clase política, primero el PRI y luego el PAN. De igual forma, el empresariado local, sobre todo del sector manufacturero y agroindustrial, juega un papel importante, pues tiene vínculos con las estructuras políticas, mediante la promoción de políticos e incluso lanzando sus propios candidatos. Los grandes empresarios del estado dominan las industrias del corredor industrial -compuesto por los municipios de Silao, Celaya, Irapuato, León, Salamanca y San Francisco del Rincón-, y también acaparan la mayor parte de la producción industrial y la agroindustria de las zonas más fértiles del estado, lo cual genera mayor desigualdad con los municipios menos favorecidos. El PAN se ha visto beneficiado por el crecimiento empresarial y viceversa, no sin consecuencias graves para la población del estado. Guanajuato es la segunda entidad del país (solo superado por Nuevo León), donde la brecha de desigualdad es de las más amplias, de acuerdo con información de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2016; de forma que, la riqueza generada por el impulso económico de la región desde hace al menos treinta años, ha favorecido sólo a un sector y no se distribuye de manera equitativa.
La cultura política del estado, en la cual no se observa el voto de castigo, a pesar de la gravedad de la situación en varios rubros como la seguridad pública o la desigualdad, es consecuencia de una sociedad con poco sentido de crítica y demanda hacia el gobierno.
El PAN ha forjado una red que le permite tener control desde diversos frentes y posicionarse como el partido hegemónico en el estado de Guanajuato, con presencia en los principales municipios del estado y en la gubernatura. Sin embargo, a pesar de su hegemonía en el estado, en algunos municipios si se ha observado el voto de castigo al PAN y se ha dado mayor alternancia.
En resumen, el PAN mantiene su hegemonía en el estado de Guanajuato debido a los siguientes factores:
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