ISSN : 2992-7099

Con esperanza y ansiedad hacemos historia este 4 de septiembre en Chile.

Daniel Andrade Schwarze

Daniel Andrade Schwarze

Dirigente social y político del Frente Amplio Chileno Director Fundación Democracia Viva

4 septiembre, 2022

Con esperanza y ansiedad hacemos historia este 4 de septiembre

“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”

Eduardo Galeano

Cerramos la última gran campaña después de al menos 3 años vertiginosos, de movilizaciones sociales, represiones, campañas, pandemias, más campañas y más campañas. El llanto nos embriagó a muchos y muchas escuchando a Gustavo Gatica y Fabiola Campillay, escuchando a las luchadoras por el agua, escuchando la declamación de la nueva constitución de las actrices y viendo las masivas convocatorias en los cierres de campaña de todo Chile. Hermosas fotos se tomaban las redes sociales, hermosa esperanza tenemos en nuestros corazones que reemplazan la ansiedad que hemos tenido en este mes de agosto que ha sido el más largo de nuestros últimos agostos. Es imposible no emocionarse, después de tantas cosas y sintiendo el peso de la historia de todo lo que está en juego. 

Porque la verdad es que nuevamente estamos en la encrucijada. Nos jugamos la posibilidad de empezar a abrir y construir un camino de paz y diálogo con el pueblo mapuche y nuestros pueblos originarios, uno de las crisis que año a año se agudiza más en nuestro país. La plurinacionalidad no es solo una estrategia de parte del mundo winka sino dentro del mismo seno mapuche hay un sector que ha apostado hace años por este desenlace, por la construcción y el reconocimiento que hoy entrega nuestra nueva constitución y nos permite avanzar en una nueva relación con el Estado Chileno y el pueblo nación mapuche. Sin ir más lejos Elisa Loncon declaró hace varios años la necesidad de esta estrategia. Si el domingo gana el rechazo son los sectores más radicalizados tanto dentro del mundo mapuche como de la ultra derecha que se ven fortalecidos manteniendo el círculo vicioso de violencia que hoy existe en el sur de Chile. 

Aunque sea reiterativo decirlo, pero también nos jugamos al menos 10 o 15 años de luchas políticas y sociales por la demanda de la restitución de nuestros derechos y libertades. Esta constitución recoge lo que venimos manifestando en las calles desde el movimiento estudiantil, medioambiental, feminista, disidente, de pobladores y pobladoras y los movimientos de trabajadores y trabajadoras. Esto no es de perogrullo, la estrategia general de todos estos movimientos siempre apuntó a la asamblea constituyente, porque muchas de nuestras demandas fueron declaradas inconstitucionales. Hay muchas banderas, marchas, asambleas, reuniones, tomas, cortes de calles, gritos, consignas, en el fondo, fuerza viva, que están puestas en este texto constitucional y que habrá fuerza social que empujara por su implementación. Hay una convicción profunda en el mundo social que esta nueva constitución es un avance fruto de todos estos años y por lo mismo a pesar de las dudas iniciales del acuerdo del 15 de noviembre todos los movimientos se sumaron en esta vorágine campaña de los últimos años. 

Algo que podría parecer anacrónico, pero la verdad es que esta nueva constitución también es un acto de reparación con el daño hecho por el fascismo de la dictadura cívico militar en nuestro país. Nos jugamos definitivamente la posibilidad de dejar atrás la dictadura, borrando su último legado institucional que es la constitución de 1980. Sin embargo,  a la vez, si perdemos, se mantiene un camino de crisis con una ultra derecha fortalecida, que nos puede llevar a la tentación de una salida autoritaria nuevamente. Suena pesimista y difícil de creer, pero la historia reciente es durísima, no olvidemos los ojos perdidos, los compatriotas muertos en manos de las fuerzas de represión del Estado, por no buscar una salida política y pacífica a un conflicto que era evidente, que estaba presente y que no quisieron ver venir. 

Este punto quizás no sea tan compartido, pero creo que nos jugamos la posibilidad de normalizar nuestro Chile querido, que no quiere más caos e incertidumbre, que quiere y demanda un nuevo orden legítimo que nos permita construir en paz y tranquilidad una nueva normalidad de verdad, no como la que nos intentó imponer Piñera en plena revuelta popular. La nueva constitución es la puerta de entrada para esto, porque no nos basta con tener un gobierno para esta tremenda tarea de poder encauzar las crisis y cambios que estamos viviendo en nuestro país. 
Como si no bastara, el mundo nos mira, esto no es una frase cliché simplemente. Es la realidad de que el mundo también está desorientado frente a las múltiples crisis migratorias, económicas, sanitarias y climáticas que está viviendo y nuestra nueva constitución es una esperanza para un camino institucional y democratico de resolución de estos problemas que nos aquejan como humanidad.

Este 4 de septiembre volvemos a hacer historia.

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