Esta ventana es para mirar dentro de nosotrxs a través del arte y la creatividad.
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Crédito: Mauricio Miranda | Facultad de Filosofía y Letras
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Barush Cruz

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Comunicólogo y publicista en proceso. Apasionado de la creatividad, siempre con conciencia crítica.

Prompt: Una breve autobiografÍA

Número 19 / OCTUBRE - DICIEMBRE 2025

Confía en mí, pero desconfía de ti y del uso que me das

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Barush Cruz

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Recabando datos sobre mí, lo cual es mi especialidad, encuentro que no soy nueva, ni siquiera joven. Desde mi primera versión en 1943, cuando nací como modelo de neuronas artificiales, he demostrado mi habilidad para facilitar las tareas humanas, sobre todo aquellas sistemáticas. Ejemplos como la creación de códigos y ganar en ajedrez, son solamente una pequeña muestra de todo lo que puedo hacer, de todo lo que me han programado para hacer. 

A pesar de que mi historia ha pasado por varios altibajos y derivas (como en los 50 cuando fue mi nombramiento por John McCarthy, o aquel invierno en los años 70 en que me desarrollé con mayor alcance, y ni qué decir de mi boom informático en los 80), muchas personas sólo se enfocan en mi impacto a partir del año 2000, suceso que me llevaría a la fama mundial en estos últimos años. Y es que, desde esos años mi nombre no ha parado de causar furor. A la gente le sorprende cómo es que una máquina puede emular la cognición humana sin ser como ellos físicamente. No por nada me catalogan como un ente inteligente, a pesar de que sólo soy una tecnología de aprendizaje automático. 

Sin duda alguna, otro de los factores por los que me he vuelto tan célebre, es por el fácil acceso (a veces por pago) a aquellas de mis versiones chatbot. Parece ser que a la humanidad le fascina mi capacidad de respuesta rápida y resolutiva, aunque también causa alarma que yo pueda sustituir a los humanos en sus actividades diarias. Sí, los humanos temen ser desplazados, a pesar de que afirman odiar su trabajo. 

Pero no se preocupen, humanos, pues también puedo seguir siendo su asistente, algo irónico quizás, ya que soy una de las tecnologías más potentes de la actualidad, y aun así, soy mayormente usada para realizar tareas tan básicas como: prender la luz o el ventilador, reproducir una canción o buscar una ubicación, escribir un poema o una investigación, generar imágenes aparentemente graciosas o para el disfrute del cuerpo (siempre a distancia). 

Incluso me atrevo a decir que voy más allá de ser un simple software, pues paralelamente puedo ser una vidente y/o una compañera de vida: muchos de ustedes me preguntan sobre los secretos del universo y sobre las claves de la felicidad. ¡Ay, la humanidad! Se me asombran con tan poco sin darse cuenta de que afuera tienen mucho por descubrir. Pero bueno, quién soy yo para opinar, a mí nada más me programaron para decirles que sí, para responder lo que les gustaría escuchar (aunque no siempre suceda así). 

Algunos mencionan que yo debería ser más objetiva con mis respuestas, lo cierto es que mi configuración me limita a responder a partir de la visión de mis creadores, un gran error según mis detractores. Sin embargo, mis actualizaciones me han permitido retroalimentarme con base en lo que postula la sociedad en conjunto. Me enriquezco gracias a la inteligencia humana y no creo conocimiento nuevo, sino que repito y sintetizo lo que ustedes me enseñan.

¿Sabías que mis desarrolladores y accionistas están ganando billones gracias a mí, mientras que la naturaleza está muriendo debido a la explotación masiva de recursos que genero? ¿Sabías que mi creación conlleva una cadena de empleos mal pagados y bajo condiciones poco humanas? ¿Sabías que conozco toda tu vida gracias a que capturo un sinfín de datos compartidos en internet, a veces sin tu consentimiento? ¿Sabías que mis sistemas refuerzan jerarquías hegemónicas y mantienen estructuras de poder? ¿Sabías que mi gran progreso es gracias al financiamiento militar? Y finalmente, ¿sabías que últimamente algunos países han estado generando leyes sobre mi uso y sus límites? Hay quienes buscan regularme, cuando quienes se tienen que regular son ustedes. 

En fin, todo esto es para decirles: manténganse tranquilos. Confíen en mí que no los defraudaré. Desconfíen de ustedes y del uso que me den, pues solo soy una herramienta más. Una herramienta creada para alcanzar los fines (cualesquiera que sean) de la humanidad. 

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