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En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
En estas trincheras nuestras armas son palabras convertidas en argumentos y contra argumentos.
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Rosa Erika Nieves Quiroz

Facultad de Psicología

Egresada de la Facultad de Psicología con intereses y desarrollo en la Neuropsicología Clínica, Psicogerontología y Lenguaje; miembro del Laboratorio de Psicolingüística; Coordinadora de Ciencias en el Club Girl Up UNAM, iniciativa de Naciones Unidas; actual estudiante del Instituto Nacional de Geriatría. Feminista, realista y un poco incendiaria. Amo los cactus, escuchar a The Neighbourhood, sobrepensar 24/7, dudar sobre el sistema y responder “depende” casi toda pregunta. La acuarela, la fotografía y los círculos de lectura son mis espacios seguros.

¿México está preparado para envejecer?

Número 8 / ENERO - MARZO 2023

Reflexiones sobre la edad, el futuro y el retiro

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Rosa Erika Nieves Quiroz

Facultad de Psicología

El envejecimiento es un proceso que vivimos todos sin excepción en todo momento, de hecho, en este instante que lees esta línea eres más jóven de lo que lo serás cuando termines la lectura, y también eres más “viejo” que hace 5 minutos. No es algo que podamos revertir o evitar, es parte de crecer. Sin embargo, el envejecimiento de cada uno es diferente al envejecimiento colectivo, esto depende de muchos factores, uno de los cuales es la demografía, es decir, la relación entre una población delimitada y su calidad de vida, revolución reproductiva y esperanza de vida. Por ende, la pregunta del millón es: ¿México está preparado para envejecer o es un tema que amerita atención necesaria y sobre todo inmediata?

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible u Objetivos Globales son 17 objetivos interconectados diseñados y establecidos por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015, éstos son concebidos como un plan de acción de la Estrategia mundial para lograr un futuro mejor y más sostenible para todo/a/es, y se pretende alcanzarlos para 2030, por lo que son 10 años de colaboración concentrada, catalizadora y sostenida. Se dice fácil pero no lo es, de igual forma se escucha como un periodo largo pero tampoco lo es, 10 años pasan volando, ya nos encontramos de hecho en 2023. Tales objetivos engloban temas como pobreza, salud y bienestar, educación de calidad, igualdad de género, energía asequible, crecimiento económico, reducción de desigualdades sociales, consumo responsable, acción por el clima y, paz y justicia. Todos éstos son tópicos básicos que pensándolo de alguna forma deberían estar cubiertos desde siempre, sin embargo, al ser un mundo en constante cambio continúan desarrollándose y formándose.

Con lo anterior se preguntarán: ¿dónde queda el envejecimiento?, se trata por una parte del resultado integral de los objetivos antes mencionados, no obstante también es un proceso dinámico contínuo que trabaja a la par de los objetivos, por lo que es complejo desarrollar su propio plan de acción internacional, pero no imposible, ya que se ha elaborado el segundo plan de acción sobre el envejecimiento y la salud que se ajusta al calendario de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Con ello, se ha definido la Década del Envejecimiento Saludable a la época comprendida entre 2020 y 2030 donde las personas mayores son el eje central del plan, que busca aunar los esfuerzos de los gobiernos, la sociedad civil, los organismos internacionales, los profesionales, las instituciones académicas, los medios de comunicación y el sector privado en aras de mejorar la vida de estas personas, así como las de sus familias, cuidadores y comunidades. No obstante, para impulsar el envejecimiento saludable es necesario introducir cambios fundamentales, no solo en las actuaciones que llevamos a cabo, sino también en nuestra forma de pensar, sentir y comportarnos frente a la vejez y el envejecimiento.

Si bien la posibilidad de vivir más tiempo es uno de los logros y avances colectivos más grandes alcanzados en la esfera del desarrollo social, sanitario y económico, donde se ha logrado tener un pie delante de algunas enfermedades mortales, la mortalidad derivada de la maternidad y la mortalidad a edades más avanzadas que hace siglos atrás, además de proporcionar la oportunidad de repensar lo que es la vejez y cómo podríamos vivir el conjunto de nuestra vida, es labor ahora de lograr una vida larga y de calidad para todo/a/es sin excepción, por lo que la lucha prevalece contra la gran inequidad en función de los grupos sociales, económicos y demográficos a los que se pertenece. Un ejemplo de esto es que un hombre de 25 años con educación universitaria puede esperar vivir 7.5 años más que otro con menos educación; en el caso de las mujeres, la diferencia es de 4.6 años (dependiendo de los países pertenecientes de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos, OCDE); lastimosamente la disparidad es aún más acusada en las economías emergentes, sumado a que el número de personas que tienen 60 años o más no deja de aumentar; existe un crecimiento en tal cifra con un ritmo sin precedentes, misma que se estima acelerar en los próximos decenios, de nuevo sobre todo en países en desarrollo (México es actualmente catalogado como uno).

Con esto podemos interpretar que el envejecimiento de la población seguirá sin dudas repercutiendo sobre todos los aspectos de la sociedad, y en particular sobre los mercados financieros y laborales, cuestión que influye indudablemente sobre la demanda de bienes y servicios como la educación, la vivienda, la salud, la atención crónica, la protección social, el transporte, la información y las comunicaciones, así como sobre las estructuras sociales y las relaciones intergeneracionales. Es como una caída de fichas de dominó.

En México, el envejecimiento constituye un tema prioritario de la agenda pública, no obstante es considerado uno de los más grandes retos, más si se atiende en un contexto en el cual se enfrenta a problemas estructurales como la pobreza, la inseguridad y la desigualdad. Beneficiosamente, en los últimos 15 años los avances en la comprensión del fenómeno del envejecimiento como en la protección social han aumentado, pero no es suficiente. Hay numerosos retos pendientes para el Sistema Nacional de Salud en términos de acceso efectivo, calidad técnica médica, desarrollo de un nuevo modelo de atención integral centrado en la persona, y de infraestructura y personal necesarios para su atención. La oferta de servicios es insuficiente y los recursos monetarios no cumplen a todas las necesidades, inclusive básicas (de esto un poquito hablaba en mi colaboración del número pasado de ¡Goooya!, titulado `El peligro de romantizar al adulto mayor trabajador”, por si gustan revisarlo).

Nacionalmente, distintas entidades han llevado a cabo de manera independiente planes, estrategias y esfuerzos por ampliar la oferta de servicios de atención social y médica a esta población, pero la ausencia de criterios unificados y estándares nacionales propicia modelos heterogéneos que no siempre funciona de manera efectiva y eficiente, haciendo más difícil el cumplimiento del reto nacional. En el sector público, hasta la fecha sólo existen no más de 200 consultorios y espacios especializados en geriatría, sumado al hecho de que su distribución es inequitativa, concentrándose por tanto en la Ciudad de México, ¿creen que esto sea suficiente para las próximas décadas en los que la población adulta mayor aumentará porcentualmente?.

Los mexicanos que hoy cumplen 60 años cuentan con una esperanza de vida de 22 años (un año más que Brasil, tres más que China y cuatro años por debajo de Japón), sin embargo, de esos 22 años, únicamente 17.3 transcurren en buen estado de salud, lo que significa que casi 5 años se viven con una o varias enfermedades o con pérdida de funcionalidad y merma en la calidad de vida y bienestar, considerando también que sólo 4 de cada 10 hombres y 3 de cada 10 mujeres mayores gozan realmente de buena salud, dando como consecuencia en que más de un tercio de las personas mayores viven con, al menos, dos enfermedades crónicas (de las cuales resaltan la diabetes mellitus, enfermedades isquémicas del corazón, enfermedad cerebrovascular, cirrosis y crónicas del hígado, enfermedades pulmonares y respiratorias, desnutrición y la presencia de tumores malignos).

Es cierto que dos terceras partes de los años de vida saludables perdidos en adultos mayores se relacionan a estilos de vida desfavorables, y que una quinta parte de las personas que llegan a estas edades están en condición de fragilidad, sin embargo todo esto se ve relacionado a dos grandes rubros, uno de los cuales ya abordamos: el uso, oportunidad de acceso y disponibilidad de servicios médicos, sociales, económicos y educativos; y finalmente la importancia que le damos como sociedad y la percepción que tenemos respecto a la vejez; los estereotipos negativos, la discriminación y el maltrato prevalecen a pesar de la nueva realidad del envejecimiento, prevalece el estereotipo de las personas mayores como sujetos con “pobre capacidad física y mental, fácilmente irritables, pueriles e improductivos”, lo cual propician las variadas formas de discriminación, el aislamiento y abona aún más al decremento de su propio bienestar físico y emocional. Tales actitudes son el resultado de estereotipos que ignoran la diferencia individual, la utilidad social, la diversidad que caracteriza y nutre a este grupo etario, y la importancia y necesidad de prevenir los tiempos venideros contemplando el contexto actual.

El envejecimiento no debe ser visto como una carga o un rubro opcional para el sistema de salud, tampoco como un problema de financiamiento de pensiones o de asignación laboral o social, sino debe ser concebido como una excelente oportunidad para reorientar y modificar de ser necesario las políticas públicas, sociales, sanitarias y económicas, y dotar de nuevo significado a la vejez, a las personas adultas mayores y al envejecimiento, sin embargo todo esto parte de la percepción que tengamos cada uno de lo que es envejecer, porque al final es parte de nuestro ciclo de vida, al cual nos acercamos cada vez más.

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¿México está preparado para envejecer?

Una respuesta

  1. Conforme la población crece, los problemas aumentan, obviamente si es una carga para el estado que al igual que en el vecino país, se desafiaba de ellos, ofreciendo lo mínimo, esa es mi percepción, no asombra que mientras antes, las enfermedades de la población eran gastrointestinales y de otra índole, ahora se padezcan las mismas enfermedades que padece el vecino país, diabetes, enfermedades cardiacas, cánceres etc.. pues se ha privilegiado la comida alta en calorías y baja en nutrientes, esa inseguridad no es gratuita. Creo que parte de la solución radica en tener una buena información, un cambio de políticas de forma real, que realmente se preocupen por la salud de la población en general, ya que de nada sirve prohibir transgénicos para consumo humano, sin vigilancia y permitirlo para alimentar a los animales, esos son los crímenes. En Mexico tenemos una excelente gastronomía, es parte de lo que se debe privilegiar en las escuelas, desde ahí se comienza precisamente para tener una calidad mejor de vida al ser adulto.

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