El avance tecnológico de los últimos años ha sido un parte aguas en nuestra historia. Es una herramienta de suma importancia, pero a la vez una gran “distracción” del mundo real. Hay muchas opiniones, pero se ha entendido como una maldición o una bendición.

Durante el confinamiento, el uso de redes sociales ha sido de mucha ayuda, ya que gracias a estas se ha movido la economía, la educación, el entretenimiento y muchas más ramas de nuestra vida. Ahora en este preciso momento podemos saber qué es lo que pasa al otro lado del mundo con tan solo un click de distancia, sin importar si conocemos ese lugar o no, y antes esto era inimaginable; tenemos una infinidad de información servida en bandeja de plata, pero, ¿esto es bueno o malo?, ¿es moral todo esto?, ¿es la información o nosotros los que estamos servidos en bandeja de plata?

Sinceramente todo esto es incierto, la moral es un concepto del cual cada persona entiende respecto a sus vivencias y creencias a lo largo de su vida, y como todo, nada es completamente bueno o completamente malo, solo hay matices, con esto me refiero a que el desarrollo del internet es relativamente bueno ya que nos ha abierto una puerta de oportunidades como sociedad. Esto se ha convertido en un lugar donde es más accesible congeniar con más personas, compartiendo ideas y opiniones, haciendo que éste se convierta en una “comunidad” como lo han dicho grandes empresas como Facebook ahora Meta, la cual se encargara de traer el Metaverso a nuestra realidad a través de sus diversas aplicaciones y medios, llevándonos a un paso más allá de una simple pantalla táctil y auriculares.

El metaverso es uno de los temas más controversiales en nuestra actualidad, debido a que promete llevar la convivencia humana a otro nivel en varios aspectos, ya que se estima que puedan llegar hasta operar a personas quirúrgicamente sin estar presencialmente, o interactuar con más individuos sin estar remotamente cerca y entre otras más posibilidades. Esto ha sido una idea desde varios años atrás pero que recién está empezando a surgir por medio de videojuegos, sugiriendo que los usuarios “abran su mente” para esta nueva planificación, llevando a transformar la técnica y el medio por el cual se imparte un mensaje.

La técnica ha evolucionado y cambiado a la par de nuestra historia como humanidad, poco a poco hemos tratado de facilitar esta al grado de no necesitar más personas, y hay varias críticas al respecto, sobre si nos están sustituyendo o si es una evolución para la raza humana, y existe cierto temor a que un futuro no muy lejano se cumpla lo que Aldous Huxley relato en su libro “Un mundo feliz”; donde trata sobre una sociedad en la cual el pensamiento filosófico y crítico se ha perdido por completo, debido a que el rol del ser humano en esta se ha convertido en una simple producción en masa, ya que desde que un individuo se fecunda ya ha sido seleccionado a una clase social, haciendo que desde niños se vayan acostumbrando a su forma de vida, de forma que les gusten lo que hacen y no haya un descontrol al querer encontrar nuevas ideas o nuevas incógnitas, sino simplemente llevar a cabo su papel en la colectividad, y así todos son felices sin importar el puesto que tengan en esta última, evitándose conflictos y teniendo un mundo feliz.

Esta novela en lo personal me hizo cuestionar varios puntos, ya que considero que la idea tomada de este libro no es tan descabellada de pensar e incluso es un poco tenebroso saber que esta fue escrita en 1932 y a casi un siglo después se lleguen a reflejar en nuestra realidad como el soma, que es una droga que se da para no perder la “felicidad” y no crear desorden. Me atrevo a comparar la emoción que causa ser “aceptado” en redes sociales con un like o un comentario, que si no se llega a controlar se llega a ser dependiente de esa sensación de una forma insana;  sinceramente por varios factores de hoy en día como la situación sanitaria mundial, ya que a falta de contacto social hemos experimentado y buscado como entretenernos con otro tipo de medios, los cuales aparentemente son los más favorables como lo son las redes sociales donde podemos realizar un sinfín de funciones a la par de coexistir con demás cibernautas sin ningún riesgo de contraer el virus, pero cuando pasa a ser un consumo tóxico como volverse más alejados del presente, entre otras cosas, cada vez menos surge el pensamiento crítico para aprender nuevas cosas, pues al ser “facilitada” y “cómoda” la vida, se puede llegar a carecer esa comunicación necesaria para cohabitar, al punto de que las generaciones más pequeñas son más vulnerables al no aprender a convivir físicamente sin tecnología.

Los puntos tocados anteriormente demuestran que, si bien la tecnología ha beneficiado la técnica y con esto al progreso de la humanidad, parece una bomba de tiempo que, si no se llega a moderar, puede superar el control sobre esta y de un giro de 180 grados con tal de ser un mundo feliz.

Pero nosotros, ser una de las generaciones emergentes nos permite tener las posibilidades que nos dan las redes, ya que se puede de emprender un negocio desde nuestras posibilidades, estudiar y aprender a distancia de forma sencilla, o ampliar nuestras oportunidades laborales, aunque esto es exceptuando lamentablemente a más del treinta por ciento de hogares mexicanos que no cuentan con el servicio de conexión.

Con esto entendemos que, si bien en este preciso momento la mayoría contamos con los avances y herramientas que nos brinda la tecnología como el internet y las redes sociales, siempre es bueno darse un respiro y aprender a diferenciar la realidad con esta y no depender de ellas, y así que sí, para mí las redes sociales son la perfecta denominación de una bendita maldición.