Escuela Nacional Preparatoria Plantel 5 José Vasconcelos
Escuela Nacional Preparatoria Plantel 5 José Vasconcelos
Coincidí con el mismo hecho de los apasionados. Cada uno es todo un mundo complejo, un mundo sin utopía porque me aburre lo socialmente perfecto. Algo que me alimente el alma, el ego lo puedo dejar hambreado, si pudiera toda mi vida o lo que queda de ella; el hecho que me da vueltas en la mente como por las noches me voy soñolienta a la cama, aturdida y el cerebro se revuelve de pensamientos.
Es tan variable seguir a mi perspectiva porque encuentro tan atractivo lo que es distinto a mí, me encanta y me derrite. Es un fenómeno sensual, es la misticidad que esconde y con la que nos recibe.
El amor toca las fibras de la esencia humana, se manifiesta ante el artista que ve más allá de su contexto, un sentimiento marítimo, hay una raíz muy intensa de la presencia física y mental, en mi cuerpo hay un océano y en mi alma hay un río. Un sentimiento consciente porque la seguridad llama a la atracción que desprende un brebaje revitalizador, cataliza las emociones, los sentimientos y se forja un amor.
Me miro en el espejo y me pregunto: ¿por qué no acepto los cumplidos que me dicen? Después de todo, me he visto con un encanto natural. Los ojos soñadores, la sonrisa firme y segura, la mirada con un objetivo y deseo. Recuérdenme ¿por qué amo? Es porque acarició el corazón, atrayéndolo con motivación por las razones más quisicosas; quiero un buen semblante que me abrace en la femineidad, porque parto de ella, que me erice la piel la masculinidad porque es distinta a mí. Que la mujer exponga su decisión, y con la visión sensible a los sentidos humanos.
Solamente los conocedores de la noche saben el código abstracto escondido entre el silencio, que se disfruta cuando la femineidad de una mujer digiere la sensibilidad del tacto, los ojos, el sabor férvido de los labios y el sonido delator; se navega por una alentadora lectura para pernoctar todas las paseadas de hojas de un libro. Y porque solamente los sabedores de un cielo torcido de estrellas con un veraniego aroma candente que nos complacen mutuamente en la esencia del ser ante los sexos atraídos, una lámpara de luz blanca y el papel entintado de pera.
La esencia humana de amar procede a cantar, un himno o una alegoría que genera intimidad y que el amor producido o fundado sea porque los apasionados disfruten del silencio enloquecedor, para que no sea incómodo, y te das cuenta como un beso te deja con la intensidad de la misma ebriedad de ayer por la noche, con la mente revuelta, pero con firme amartelada belleza de amar, amarte en profundos que se buscan con la mirada, que se preguntan hasta las cosas inexistentes, con hambre y sed de unidad con el otro.
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Una respuesta
Amplio mi campo de batalla con la autora de la narrativa poética. Un campo con el contexto de alardear su perspectiva y la mía. Con una de las finalidades de tener la facultad de saber amar. Espero que pueda exponerme su decisión y podamos ser esos anónimos ebrios en esta plataforma que con tan solo con una frase pueda saber quién es este perro sin belleza, sin insolencia y con el derecho de sepultar lo malo.