Facultad de Medicina
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Sabes, todo esto ha sido muy difícil para mí, me tuve que adaptar a muchos cambios en tan poco tiempo y aún me sigo adaptando. Y duele, no estoy seguro del porqué, pero duele. Siempre he tenido miedo de empezar algo nuevo, de comenzar algo que no conocía, de dejar todo atrás y adaptarme al cambio. Dicen que “el cambio es parte de la vida”, pero, ¿por qué tiene que ser así? Porque los momentos son tan fugaces y las heridas tan profundas, porque las despedidas duran tanto y los saludos tan poco. Me siento tan débil por no saber qué hacer, me siento como un tonto por quedarme estancado y varado en un tiempo tan fugaz. Pero sobre todas las cosas, me siento como un cobarde por no tener el valor suficiente para seguir.
Perdí muchas cosas en tan poco tiempo, perdí familia, amigos, se construyeron muros
invisibles que jamás se desvanecieron. Y un día simplemente mi vida cambió. Todo lo que solía conocer ya no estaba, y de cierta manera me sentí solo, completamente solo. Toda la vida había vivido con aquel sentimiento y creí que ya lo había superado pero no era así, la soledad aún me seguía persiguiendo sólo que esta vez estaba oculta en las sombras. No quería dejarte ir, no quería seguir sin ti, pero tuve que hacerlo y mírame ahora, soy un completo desastre que está perdido en el abismo de su propia mente. La vida de repente es una, cierro los ojos y los vuelvo a abrir y es otra, un constante cambio que parece llevarse consigo una parte de mí.
El tiempo sólo siguió pasando, las noches se volvieron más largas y la nostalgia se volvió
más pesada. El sentido de quién era yo, se había perdido entre las sombras de un pasado. Lo
cierto es que no puedo, simplemente no puedo, no quiero que mi vida siga cambiando, ya
perdí demasiado como para seguir perdiendo algo más. Todo lo que era ya no está, todo lo
que amé desapareció y todo lo que solía conocer simplemente se desvaneció. Miró mi vida,
miro los recuerdos de mi propio pasado y veo esa historia que jamás se volverá a repetir.
Sólo me queda ese aliento de nostalgia que desaparece cuando la soledad me invade nuevamente. Y todas las noches antes de dormir me repito lo mismo: “Tengo que ser fuerte,
tengo que seguir”, pero a la mañana siguiente todas esas palabras son calladas por el
inmenso vacío que sigo sintiendo.
Tal vez no sólo es el hecho de que mi vida haya cambiado, sino el hecho de que aún no puedo soltar todo eso que conocí. Y cómo hacerlo, pues aquello que era yo lo era todo para mí. Tengo miedo, mucho miedo de los cambios, de quedarme por siempre solo, de nunca
encontrar esa paz que tanto necesito. A veces las noches son tan largas que sólo me
recuerdan que las heridas aún siguen abiertas. Supongo que este soy yo, un joven que teme
por su propio futuro y que añora el pasado. Que vive enamorado de sus propios recuerdos y
que extraña a mucha gente que ya no está. Sí, creo que este soy yo. Espero que puedas leer
esto y que vengas a darme un abrazo porque no sabes cómo lo necesito. Por el momento,
seguiré tratando de vivir esta tormenta y de encontrar esos pedazos de mí.
Con cariño de mi para ti.
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